Dos años, y seguía vivo.

Había sobrevivido a la fama de loco, irritable, petulante y maldito de su jefe, y él se sentía un niño entusiasmado hasta la saciedad por ser y hacer todo aquello que admiraba de su tutor. No solo ser famoso, ser algo más.

Pero sus ojos chocan con esas dos realidades enmarcadas y colgadas en la pared: seis años y con sus padres en la India. Felices sonriendo, solo pensando y planeando la travesura del día siguiente, dispuesto a compensar sus fechorías en ayudar a sus padres, y en sus planes no contaba con la presencia de un vil que aparecía de la nada para esfumar esa visión de una vida tranquila y suya de nacimiento más que nada.

La imagen del costado, aquella que mostraba la madurez física de aquel niño, a miles de kilómetros lejos de la india, a miles de días, lejos de aquel momento fatídico, con dos personas físicamente diferentes que mostraban afecto hacia él. Sonríen, sí, los tres sonríen porque el que fue niño tuvo un logro, convertirse en doctor.

Así fue su vida, sobrellevando situaciones, olvidarlo y aceptar las cosas del destino.

Nada era suyo, nada.

Buscaba sensaciones, llevaba esa pasión que tenia de la vida hacia la medicina, incluso poniendo este bien en peligro. Sus colegas le llamaban "loco, extraño" y consideraban a la práctica mas extrema de la profesión. Nada mas lejos de la verdad, era cierto practicaba deportes que le dieran una sensación indescriptible, subir el nivel de adrenalina, para jamás temer, para jamás descansar.

Ahora se encuentra en la misma soledad que puede sentir cuando esta rodeado de un centenar de personas, aunque su mente lo reconforte de que ser único es lo mejor y vale la pena, el revés del rostro que sonríe, es la de un niño que llora al escuchar que jamás vera a su madre y a su padre, que nunca podrá recibir el calor de un abrazo con ese olor único, que solo ellos, ahora envueltos en una sabana blanca, se llevaran por el camino del humo que marca la pira, hacia el cielo.

Las horas pasan y se alejan mas de aquel recuerdo, puede estar mas que seguro: tuvo una buena vida, y en esta noche donde se acaba el día de los inocentes o el día de los estúpidos, se despierta con el frio tacto del cañón en su sien, desactiva el seguro y el tambor suena, su dedo tiene la certeza, no hay dudas ya no lo sabe, no se da cuenta porque su viaje al Nirvana.

Ha comenzado.


Pues no tengo mucho que decir, el 5x20 se ha llevado, no a mi personaje favorito, pero alguien quien compartía mi visión inconsciente de la vida…

Descansa en paz, "professional defibrillist"