Música:

River flows you – Yiruma

Christina Perri – Jar of Hearts

Primer Capítulo

Despertar.

Música

Música, eso era lo que estaba soñando Bella, miles de notas musicales de todos los colores flotaban a su alrededor y una hermosa melodía interpretada a piano se escuchaba. Solo un genio podía tocar con tal precisión.

Dicen que cuando se sueña con música, se trata de exorcizar miedos y temores, Isabella sabía que eso era cierto, a sus cortos 20 años de edad había pasado por cosas que personas normales a lo mejor nunca las vivirían.

Pero el sueño de Bella la ayudaba a relajarse, la ayudaba a mandar lejos esa recurrente pesadilla que la atormentaba, esa pesadilla con nombre propio. Ella era una chica fuerte, había llegado a Nueva York completamente sola, demasiado lejos del lugar donde se crió, cuando lo más lejos que había ido era a Phoenix a vivir con su madre, desgraciadamente esa fue su infancia y su juventud, viajar de Forks a Phoenix y de Phoenix a Forks porqué sus padres pensaban que pasar más de tres años con su hija era demasiado tiempo, Bella estuvo en tantos institutos que no recordaba ni el nombre de la mitad de ellos. Finalmente se graduó en la secundaria de Forks, y cuando pensó que su vida estaba mejorando porqué la habían admitido en la Universidad de Seattle para cursar Relaciones Internacionales, todo cambió, la vida le tenía preparada muchas cosas más, la repentina muerte de su madre y conocerlo a él, su pesadilla, la persona que ató su alma a una jaula de miedo. Ni siquiera logró cursar el primer año de su carrera, ella huyó a Nueva York pensando que entre más lejos estaría más rápido olvidaría lo que sucedió.

Así fue como su vida cambió totalmente, creyó que podía limpiarse de toda la basura que encontró en Seattle, logró inscribirse en la Universidad de Nueva York, afortunadamente sus calificaciones de Instituto le ayudaron, ella nunca había sido la mejor de la clase, y si que tuvo cursos en los cuales pudo intentar serlo, pero por lo menos terminó con un promedio necesario para ingresar una universidad.

Isabella logró conseguir un modesto apartamento, el cual decoro hermosamente, con colores alegres que la sacaran un poco del ambiente gris de la ciudad de Nueva York, sin embargo este no era ni remotamente parecido al ambiente de Forks, el cual era más bien verde, demasiado verde para el gusto de Isabella, sus mejores años los pasó en Arizona, la cual prefería mil veces antes que el eterno gris del encapotado cielo de Forks. Pero Nueva York le gustaba, en especial en Primavera y otoño, el inverno por otro lado le parecía demasiado gris y el gris le recordaba a Forks y Forks le recordaba lo enormemente sola que se encontraba. Por lo menos acá podía pasar el año nuevo en el Time Square rodeada de mucha gente, lo cual la llevaba a ansiar estar sola en su apartamento, con la única compañía de una botella de vino barato y el cigarrillo que siempre se fumaba en año nuevo desde los 18 años.

Su padre obviaba las razones por la cual su hija se fue de Seattle, la relación de Bella con el jefe de policía Swan no era la mejor, pero por lo menos se soportaban, pero contarle lo que a ella le paso no estaba en sus planes, su padre podía ser un verdadero dolor en el culo cuando se lo proponía e Isabella no quería eso, igual manera no creía que contarle eso, cambiaría el pensamiento de Charlie de que ella era una molestosa carga, solo haría que su padre tuviera una falsa lástima por ella y eso era peor que el dolor en el culo que él provocaba.

Bella se fue adaptando a la vida agitada de Nueva York, ya estaba cursando segundo año de Relaciones Internacionales, su madre estaría orgullosa de ella, bueno tal vez no, pero Bella le gustaba pensar que si; ella había aceptado la muerte de Reneé pero estaba segura que nunca lo superaría. La relación con su madre nunca había sido la mejor, pero por dios, era su madre y la extrañaba mucho, le causaba mucho dolor el no haber tenido una mejor relación con ella.

La vita é bella, claro que lo era, Isabella no dudaba de eso, quizás su vida era bella para alguien, tal vez lo era para las tres brujas griegas del destino que jugaban con sus hilos de la vida y con ponerle alguna tragedia para entretenerse; pero podría haber sido peor, pensaba Isabella, así que solo rogaba con que las tres brujas se entretuvieran con otra vida y se aburrieran de la suya.

Un ruido lejano la despertó de su profundo sueño, las notas musicales y la hermosa melodía se desvanecieron en el aire dejando en su lugar el molestoso ruido de su despertador, como lo odiaba. Un mal necesario.

Se levantó consciente de que el primer pie que pisará fuera el derecho, ella se tomaba muy en serio eso de la mala suerte. Se miró en el espejo de baño, hoy no tenía las pequeñas manchas moradas debajo de sus ojos, símbolo de una noche sin pesadillas, su cabello parecía indomable, lo tenía un poco más largo, justo debajo de la cintura, observó la pequeña y delicada joya que llevaba en su nariz, recordó lo ebria que había estado para atreverse a hacer una perforación, su amiga Rose había tenido parte de la culpa, hace seis meses la había convencido de ir a la inauguración de un pub, Bella era una novata en lo que respecta al alcohol, por lo cual terminaron muy tomadas y en "Tatoo" donde Rose se hizo una pequeño tatuaje y convenciéndola de que se hiciera la perforación, al día siguiente casi muere de la impresión, pero le terminó gustando y decidió dejárselo.

Isabella terminó de hacer su inspección de "ojos trasnochados" y se metió a la ducha, cepillo sus dientes, escogió su ropa, la cual era un total insulto para cualquier diseñador, una falda larga, blusa ancha, medias y sus zapatos bajos, si un completo desastre, pensó Bella mirándose al espejo. Desayunó un poco de fruta, cereal y jugo de naranja y como toda persona normal cogió en metro. Hoy tenía clases temprano con el Profesor Smith, contratos Internacionales, su curso favorito.

Llegó a NYU justo a tiempo, otro vicio de Isabella, llegar temprano a todo, rió cuando recordó escuchar en un programa de Televisión que eso era "no cool" a veces pensaba que el hombre se encasilla en demasiados cosas superfluas; su amiga Rosalie llegó 15 minutos después de ella.

-¿Cómo es que logras llegar tan temprano Bella? - Isabella rodo los ojos y la ignoró.

-Hola Rose ¿Cómo has estado? – el ánimo de su mejor amiga decayó en un instante.

-Tengo tanto que contarte, ¡dios! Ya ni recuerdo hace cuando no te veo, soy un desastre de amiga, hace dos días vi a Royce con su nueva novia, no sabes cómo me hizo sentir eso, lo odio tanto, ¿cómo es capaz de pasearse delante mío con el intento de mujer esa?

Rosalie Hale, lo tenía todo en la vida, era hermosa e inteligente, tenía una gran familia que la amaba mucho, tenía dinero, pero eso no la hacía exenta del mal de muchas mujeres: "un imbécil". Su ex novio Royce King era uno de esos. Después de dos años de relación, Rosalie descubrió que "el imbécil" la engañaba con la que se hacía pasar por su prima, pero que solo era la puta preferida de Royce, el infortunado cliché, era cierto lo que algunos decían que a veces "puedes estar comiendo el mejor caviar y se te antoja un Hot Dog".

Y allí estaba la mejor amiga de Bella sufriendo por alguien que ni en un millón de años luz era bueno para ella, y si eso le pasaba que se esperaba para las demás, como ella, pensó Bella.

-¡Oh Rose! Que mal, "el imbécil" es más bastardo de lo pensaba, tienes que sacártelo del corazón amiga, sabes que él no vale la pena – Isabella no sabía nada de las relaciones pero tenía sentido común y cuando algo no te conviene lo mejor es alejarte - ¿cómo vas con lo del trabajo? Seguro que así vas a poder distraerte más.

-Comienzo hoy mismo después de la Universidad; te aseguro Bella que no vuelvo a entregarle mi corazón a ningún idiota como Royce.

En ese momento llegó el Profesor Smith, Rosalie y ella entraron al sobrio auditorio donde se dictaba el curso de contratos internacionales, se sentaron en la cuarta fila como casi siempre hacían; en la vida de Isabella todo iba normal, tanta normalidad que la asustaba, no quería pensar en Seattle y lo que sucedió allí pero a veces le resultaba imposible, decidió apartar esos pensamientos, él no le haría daño y en caso de que lo intentará sus clases de defensa personal del Gimnasio que frecuentaba le iban a ser útiles. Le patearemos las bolas, decía su chica rebelde interna.

Eso la hacía sentir algo segura pero el horror nunca se iba, siempre estaba ahí atormentándola, solo quería que algún día se fuera, sentirse protegida con alguien y no pensar en él y en su maldad nunca más.

La clase transcurrió normalmente, al terminar Rose la invitó a una cafetería cerca del campus para almorzar.

-Estoy un poco nerviosa para serte sincera Bella, esta empresa es muy importante, mi padre conoce a la familia Cullen hace mucho tiempo y va hacer una gran responsabilidad, no quiero defraudarlo.

-Yo sé que lo vas hacer muy bien Rose, eres inteligente y dedicada en lo que haces y a lo mejor consigues a alguien que te haga olvidar a Royce – le dijo Bella guiñándole el ojo.

Las dos soltaron una sonora carcajada, ganándose unas cuantas miradas, terminaron de almorzar y se despidieron, Isabella se dirigió a su curso de francés y Rosalie a su trabajo.

A Isabella siempre le habían gustado los idiomas, ese fue un factor por el cual escogió Relaciones Internacionales como su profesión, ella sabía algo de italiano, su madre desde pequeña la había obligado a ver películas en ese idioma y en los institutos en lo que estuvo siempre escogía ese curso y bueno el francés siempre le había gustado además de que era muy importante para su carrera, y pensar que muchas mujeres de su clase de francés solo estaban allí por que a muchos hombres les gustan que le hablen en ese idioma, hay que estar muy mal para hacer algo así.

Hoy tenía examen final para aprobar el nivel, su último nivel, y Gregory, su profesor, quien se comportaba como "el profesor amigo de los estudiantes" todo el nivel pero que el día del examen cambiaba de papel, era algo así como el policía bueno policía malo, lo cual hacía creer a Bella que él no era tan normal.

El examen era muy largo y era el más complicado que había hecho, tenía una serie de verbos con conjugaciones, todo eso le toco aprenderlo de memoria, su examen final y podía decirse que era francoparlante; Al terminarlo se encontraba muy agotada, había pasado tres horas sentada y matándose por recordar y verificar que todo estuviera bien.

Ese jueves al salir de la –extensa- prueba, Isabella se dirigió al supermercado a comprar una botella de tequila y un paquete de cigarrillos, y olvidar un tanto su soledad, escuchando Ella Fiztgerald o por el contrario terminar llorando como un bebé, igual ella era una masoquista, eso le decía su madre siempre. Dramma Queen.

Escogió un tequilla barato, cigarrillos light, no quería matar tantas neuronas, pagó y caminó unas cuantas calles más para llegar a su edificio, su apartamento estaba en el segundo piso y no había ascensor. Entró a su casa y dejó su compra en la mesa de su cocina, se puso ropa cómoda, ya podía quitarse "el disfraz de tía solterona", como ella le decía, encendió su equipo de sonido, conectó su preciado iPod y colocó Cry me a River, por un momento se dejó llevar por los suaves y elegantes sonidos del piano, la voz de Ella era exquisita, abrió la botella de Tequila, preparó algo de zumo de limón y en un vaso Collins mezcló las dos cosas, se podía decir que tenía una bebida decente, prendió un cigarrillo y cantó, le canto a todos los que no sabían amar, hombres y mujeres por igual; amar para ella no solo era el amor romántico, para ella el amor tenía que entenderse en todo el sentido de la palabra su padre no la amaba de eso estaba segura, y su madre tal vez si la amo, pero algo que necesita el amor es que se demuestre y ella muy pocas veces lo hizo; Isabella tampoco aprendió a amar, nunca se sintió amada, nadie, jamás le demostró lo que era.

Como efectivamente lo pensó, ella terminó llorando al escuchar la canción, una lágrima traicionera se deslizo por su mejilla, quería ser amada y amar, no todo podía ser oscuridad en su vida, ella se resistía a que su vida se convirtiera en un Blues.

Al menos al día siguiente era viernes, eso la animaba un poco, al fin iba a poder deshacerse de su "disfraz" por algunas horas, solo los viernes dejaba de ser la tía solterona, era como una especie de tradición para ella, una sonrisa sin alegría se marcó en su cara, eso era a lo que él la había empujado, a ser más tímida de lo que ya era y a tener ese miedo constante de no estar segura de conocer completamente a alguien, en especial al género masculino. "voy a morir virgen y con 40 gatos" pensaba Bella mientras exhalaba el humo de su cigarrillo al mismo que maldecía en su mente a la gente psicópata que le dañaba la vida a las personas para siempre.

Con el alcohol ya en su cabeza, Isabella terminó cantando "Put your hands of me" de Joss Stone sobre su sofá, esperando que sus vecinos no creyeran que era alguna clase de invitación para tener algo, pero ese pensamiento lo descartó inmediatamente, ella era la tía solterona, nadie iba a querer poner sus manos en ella. Cuando se cayó del sofá se dio cuenta de que ya estaba suficiente ebria y que debía irse a dormir al menos que quisiera que su fiesta ultra privada terminara en el hospital.

Antes dormir solo pidió que su pesadilla no estuviera presente en su mente esa noche y que en su lugar soñara con la hermosa melodía de la noche anterior.

Hola Chicas, bueno este es mi primer FanFic, la historia poco a poco se va ir desarrollando, muy pronto aparecerá Edward para darle un giro de 180 grados a nuestra solitaria Bella. Muchas pero muchas gracias por leer! Nos vemos en el próxima capítulo, trataré de que sea cada semana, Saludos!