Hello Ichirukistas! Si creían que se habían librado de mí, se equivocan. Acá les dejo un pequeño drabble, producto de una aburrida mañana en el trabajo y de un desafío del que les contaré más adelante.

Disclaimer: Bleach no me pertenece *llora desconsolada*



Como fresa para chocolate

La oscura bóveda extrañamente despejada para la época, lucía totalmente estrellada y engalanada con el magnánimo astro nocturno en su fase llena. El níveo satélite se dejaba ver a través de la ventana de la cocina de la casa que albergaba a la familia Kurosaki, pero el par de jóvenes que la ocupaban estaban ajenos al fastuoso espectáculo.

–S-sólo un poco más Rukia… –la masculina voz del primogénito del lugar sonó algo irregular–… ya casi…

–¿Estás… seguro? –consultó la Kuchiki con tono ansioso.

–Sí-sí… sólo sigue al mismo paso –apremió el joven de fogoso cabello.

–Pero se siente tan caliente… –gimoteó la muchacha.

–Tranquila, esto no va a tardar mucho… –su respiración se percibía claramente agitada.

–¡Ha…! ¡I-Ichigo! ¡Me quemo! –lloriqueó la morena, al notar que un poco del viscoso líquido chorreaba.

–No, no, enana –dijo él jadeante–. Apenas lo notarás…

La gota resbaló por su desnudo muslo.

–Oh –musitó suspirando aliviada–. Sólo está tibio.

–¿Lo ves? –afirmó el chico con la respiración más calma–. Y ya estamos listos…

Ichigo examinó por sobre la cabeza de Rukia el espeso chocolate dentro del molde con forma de cara de conejo. Su palma se mantenía sobre la enguantada mano de la muchacha, donde hasta hace un momento guiaba los movimientos de la olla con derretido cacao. Cogió la cacerola por el mango con la piel desprotegida, sospechando que ya tendría una temperatura más baja. No se equivocó. La dejó dentro del lavadero y abrió el grifo.

–¿Y ahora? –interrogó la pelinegra todavía mirando embelezada su obra.

–A esperar…

oOo

Desmoldó con cuidado el chocolate, aunque aún rezongando. ¡Era más de media noche! Maldita enana y su testarudez…

Lo ubicó con delicadeza sobre una bandeja, que Rukia le arrebató al instante.

–¡Ch-CHAPPY! –la pequeña shinigami lo alzó para observarlo de más cerca. Sus ojos brillaban colmados de emoción.

La contempló absorto. Esos repentinos cambios de personalidad aún le sorprendían y lo cautivaban. La orgullosa y fría miembro del Clan Kuchiki transformada en una chiquilla chillona e infantil, eran parte de un todo que como se había percatado desde hace un tiempo, le gustaba.

–¡Es tan hermoso, Ichigo! –la muchacha exclamó feliz, sin quitar sus ojos del parduzco rostro de animal que permanecía en sus manos.

Fijó la vista en la golosina. Repentinamente, el mal humor por haber sido despertado a tales horas y que parecía haber desaparecido ante la visión de la entusiasmada muchacha, regresó con ímpetu.

Suspiró desanimado. Bien por el futuro dueño del chocolate; el dulce resultó absolutamente perfecto.

–Yo vuelvo a la cama –anunció en áspero tono avanzando en dirección a la escalera.

–¡Ichigo! ¡Espera! –la joven lo llamó.

¿Y ahora qué quería?

Giró sobre sus talones, con clara expresión de fastidio en su faz.

–Feliz San Valentín, Ichigo.

Rukia tendía hacia él el chocolate.



Este Drabble tiene versión 'no censurada(?)' (mas bien es un oneshot en el que fue basado este pequeño escrito) que será publicada durante esta semana o la próxima. Eso depende de cuan vaga esté XD

¡FELIZ SAN VALENTÍN!! 3 *arroja flechas(?)*

;D