Hola, esto es lo primero que escribo de esta historia que conocí hace poco y no he podido sacar de mi mente. Va a ver muchos cambios en la trama original, pero seguire varios puntos del argumento. Me gusta una Kotoko mas independiente y segura de si misma, por lo que este primer capitulo va ser de su descubrimiento personal, para seguir con el romance en los siguientes capitulos. Tengo varias ideas y espero que les guste mi punto de vista. Hay muchas cosas que no pueden ser exactas en la realidad pero es por el bien de la historia. Asi que espero que les guste y comenten cualquier cosa.

Nada de esto me pertence

Habia estado enamorada de Irie Naoki ya por dos años, desde ese discurso el primer día en la secundaria, hoy comenzaba el tercer año y estaba decidida a confesar mi amor de una vez por todas.

No creía obtener una respuesta positiva, pero necesitaba hacerlo y si era necesario seguir adelante.

Tenia una carta preparada para entregarle y en el camino a la escuela habia imaginado mil escenarios de como sucederia, tanto que perdida en mis sueños termine llegando unos minutos tarde, asi perdi mi oportunidad en la entrada. Pero no iba a desanimarme, buscaria otra oportunidad.

Al llegar a mi salón de clases, me encontré con la mayoría charlando entusiasmados de algo, me acerque a mis amigas Jinko y Satomi, que al verme enseguida se emocionaron.

-Kotoko, justo hoy tenias que llegar tarde!, no sabes lo que ocurrio en la entrada, todo el mundo esta hablando de eso.- Las palabras de Jinko despertaron mi curiosidad..

-Eh?, que ocurrio- pregunte

-Una chica del tercero D se le declaro a Irie de la clase A frente a todo el mundo!- Al escuchar esto mi corazón casi se para, pense que alguien se me habia adelantado.-Y el le contesto que no le gusta la gente estupida, asi que no le hiciera perder el tiempo- Termino de contar Jinko.

-No entiendo como a alguien le puede gustar alguien tan frio y que se cree superior a los demás.- agrego Satomi- Puede ser muy guapo, pero su personalidad es un asco-.

En ese momento entro el sensei y todos se ubicaron en su lugar, mientras comenzaba la clase me perdi nuevamente en mis pensamientos, esa chica podria haber sido yo, no habia diferencia entre lo que yo habia planeado y lo que ella hizo, probablemente el me rechazaria del mismo modo, ya que si trato de estupida a una chica del D seguramente haria lo mismo con una del F.

El valor que había reunido se esfumo en ese instante, siempre me sentí muy inferior a él, creo que por esa razón tampoco les había confesado a mis amigas que me gustaba, era mi secreto y mientras lo guardara, todavía podía soñar que alguna clase de futuro era posible, pero esto fue un duro despertar. Sentí mi corazón romperse, como si hubiera sido yo la que se declaro. Eramos de mundos distintos y parecía imposible que se fijara en mi.

Seguí con estas contemplaciones hasta que sonó la campana anunciando la hora del almuerzo, al final recordaba muy poco de la clase, pero esto era muy normal en mi. Intente parecer un poco mas animada frente a mis amigas, pero igual notaron que algo me sucedía, así que puse de excusa que estaba cansada por la mudanza a la nueva casa que había concluido ayer muy tarde. Enseguida prometieron que me acompañarían a la salida de la escuela para conocerla y nuestro amigo Kin-chan que parecía siempre estar escuchando nuestras conversaciones también se auto-invito. Sabia que estaba enamorado de mi y había intentado varias veces que entendiera que no sentía lo mismo, pero era muy obstinado y realmente no prestaba atención a lo que le decía.

Finalmente los cuatro nos dirigimos a mi nuevo hogar, mi padre preparo una cena increíble para festejar, es un excelente cocinero. En medio de la cena la casa comenzó a temblar, era muy fuerte y empezaron a caer cosas sobre nosotros, como pudimos salimos fuera, pero mi padre volvió a entrar a buscar algo y en ese momento la casa se derrumbo sobre el.

No recuerdo mucho de lo que paso en las horas siguientes, los equipos de rescate tardaron un rato en llegar, había habido varios derrumbes y heridos por el terremoto, cuando pudieron sacarlo de los escombros estaba inconsciente, aunque a simple vista solo sufrio un golpe en la cabeza, enseguida trasladaron a mi padre a un hospital cercano, el mismo era un caos.

Habia mucha gente lastimada, algunos mas urgentes que otros. Un medico reviso a mi padre y determino que no era nada grave y en unas horas despertaría, pidió que lo llevaran a una habitación así quedaría en observación por cualquier complicación que surgiera, intente seguir la camilla pero me perdí entre el caos de gente que era la sala de emergencias.

Todo el mundo estaba tan ocupado que me era imposible distraerlos para preguntar adonde llevaron a mi padre, por lo menos podía estar tranquila que estaba bien. Una enfermera paso a mi lado y al verme parada sola se volvió a preguntarme si estaba bien o necesitaba atención, apenas le conteste que no estaba herida, me pidió si podía ayudarla, asentí insegura de que aceptar ya que no era buena en casi nada. Prácticamente me arrastro a una habitación en la que había varios niños, llego a explicarme que necesitaba ayuda para entretener a los niños mientras les curaba algunos raspones, ya que sus padres estaban siendo tratados y estaban solos aquí hasta que se calmara un poco el caos de la situación.

Los niños estaban asustados, y no sabia que hacer, pero recordé como me senti unas horas antes y me imagine que para ellos seria mucho peor, el estar lejos de sus padres y con desconocidos seria muy difícil para ellos, así que daría mi mejor esfuerzo para intentar ayudarlos.

-Hola, soy Kotoko- Intente presentarme con una sonrisa para animarlos un poco, aunque lo único que logre fue que una niña abrazara a su oso y dijera que quería a su mamá, sin desanimarme comencé a preguntarle por su juguete y a hablar de cuales eran mis preferidos, en medio de mis divagaciones poco a poco los niños fueron agregando comentarios de sus propios juguetes. Así logre distraerlos mientras la enfermera curaba algunos raspones, de a poco la sala se iba desocupando a medida que los padres retiraban a sus hijos, una vez que despertaban o eran llevados por algún familiar. La ultima en retirarse fue la niña del oso, que antes de irse corrió a abrazarme y me dijo -gracias señora enfermera-, se marcho antes de poder decirle que no era una enfermera, pero en ese momento sentí algo cálido en el pecho y no pude olvidarme de esa sensación por mucho tiempo.

Al día siguiente mi padre fue dado de alta, fuimos a su restaurante y se paso la mañana hablando con la gente del seguro, fue un milagro que asegurara la casa dos dias antes del terremoto, finalmente logro que le pagaran lo suficiente como para alquilar una casa, ya que la construccion de una nueva llevaria mucho tiempo.

Poco a poco mi vida fue regresando a la normalidad, la escuela, mis amigos y mi enamoramiento en Irie. Pero una nueva sensacion me molestaba, no podía olvidar ese día en el hospital. Dos semanas después del terremoto, espere a que todos se marcharan al terminar las clases, no me sentía muy segura de mi misma y me pareció que si se enteraban de lo que pretendía, me terminarían desanimando argumentando queue era algo fuera de mis posibilidades. Me acerque al sensei y le pregunte que seria necesario para estudiar enfermería en la universidad.

El sensei se me quedo contemplando un rato y creo que vio la sinceridad de mis intenciones, porque su respuesta fue seria, me dijo que en un principio debía esforzarme mas en mis exámenes de este momento para lograr entrar en la universidad y se ofreció a averiguar cuales eran mis opciones de universidad y los requisitos de ingreso.

Esa noche me dormi con una sonrisa y no soñe con Irie, sino con guardapolvos blancos.