Hello de nuevo! Volví con algo un poco raro, pero espero que guste ^-^U aunque los universos alternativos son muy complicados :_D

Aclaraciones del fic que no pude poner bien en el sumario:

La historia se desarrolla en Nueva York.

Los chicos rondan entre los 23 y 27 años mas o menos.

Ann es la Oc de SouthParkFanVocaloid (fanfiction) quien me la presta para este fic ya que necesitaré varios secundarios conforme se vaya desarrollando la historia ;x; Y Emily, otra chica nombrada que saldrá más adelante es la OC de Sonicalaeriza (deviantart)

Stan y Kyle son los únicos amigos procedentes de South Park, a Clyde lo conocieron en la ciudad.

Supongo que lo demás se irá viendo poco a poco D:

Bueno, allá voy o_o Espero que os guste!

Primer Plato: Titulares

Capítulo 1

Se levantó tarde como siempre. Caminó descalzo por su piso de parqué mientras se encendia un cigarrillo y llegaba hasta la nevera medio vacia. Sacó el cartón de leche y se dispuso a preparar un café cuando su móvil sonó.

"Dime" contestó con su voz inexpresiva habitual.

"Maldito hijo de puta! Han cerrado el jodido mexicano de debajo de mi casa!" el moreno sonrió.

"Tranquilizate, gordo... que tiene que ver eso conmigo?"

"No te hagas el listillo, Tucker! Hace tres semanas? En el puto Times?"

"Solo hice mi trabajo."

"Pues lo hiciste mal!"

"Yo creo que no."

"Te juro que cuando te vea esta noche en la puta presentación del Happy Dreams...!" Tucker empezó a prestarle atención por un momento, mientras ponia en marcha su cafetera.

"Un momento... Que presentan?"

"No te lo ha dicho Emily? Un nuevo celebrito ha firmado con GlobalWords y esta noche presentan su novela allí." El moreno se quedó un momento pensativo. El mundo literario no era su terreno fuerte, pero necesitaba un nuevo artículo.

"Bien, nos vemos allí a las ocho." dijo antes de colgar.

oooo

"Un momento...! Craig!" Eric Cartman colgó también y tiró su móvil al asiento de atrás de su coche. "Dios! Ese idiota...!"

"Tio... Presta atención a la puta carretera" dijo su acompañante con un hilillo de voz. "No quisiera llegar muerto al trabajo."

"Pues llegarás tarde, Kinny. Este tráfico es insoportable!" McCormick rodó los ojos al ver que no avanzaban y se quitó el cinturón para abrir la puerta y salir. "Tio! Que haces?"

"Voy a ver si pillo el metro, gracias por ofrecerte a traerme." el rubio avanzó un par de pasos y luego se volvió de nuevo, un poco molesto "Ah, y gracias por comerme las sobras de mi pizza de anoche. Iban a ser mi almuerzo!"

"No te quejes tanto, pobre..." masculló Cartman. "Que te dejo vivir conmigo por compasión."

Kenny sonrió de nuevo y salió corriendo entre los coches detenidos en medio de la avenida, que no dejaban de pitar impacientes.

oooo

Kyle Broflovski se encogió un poco en su asiento al ver al loco vestido de monje predicando en medio del vagón de metro que no parada de traquetear.

"No te preocupes, cielo, no hacen nada..." dijo la anciana que estaba sentada a su lado.

"Si, lo se...pero...no me acostumbro a estas cosas. Y eso que mi pueblo era bien raro" sonrió un poco el chico.

"Ah... y... Cuanto tiempo llevas en Nueva York, cariño?" la mujer parecía tan bondadosa que Kyle se relajó.

"Un año." se sonrojó ligeramente. "So-soy escritor."

"Ah… que lindo, tan joven!" sonrió la señora. "Y eres famoso?" el pelirrojo se rascó la nuca cohibido.

"No…acabo de publicar mi primera novela." Se le escapó una sonrisa feliz ante aquello, pero luego volvió a avergonzarse. "También trabajo en un restaurante."

"Ah, bueno… no está mal, tienes que vivir de algo" siguió ella acariciándole suavemente el hombro. El vagón se detuvo con un golpe seco y la anciana se levantó como pudo. "Espero que tengas éxito con tu novela" Miró hacia los lados recelosa y luego abrió el bolso, acercándoselo a Kyle para que viese su contenido. "Y si te da miedo la ciudad, solo necesitas una de estas."

"Pero qué cojones…?" se alteró el chico cuando vio la pistola.

La mujer salió, siendo empujada por un chico rubio que entraba.

"Hijo de puta!" gritó ella mientras de cerraban de nuevo las puertas.

"Lo-lo siento!" contestó Kenny, aunque todo el vagón, incluido Kyle, le miraban mal. El rubio suspiró y se giró a ver el asiento vacio al lado del pelirrojo que acaba de dejar la anciana. Hizo ademán de sentarse, pero una chica se sentó antes. Kyle le regaló una mirada de disculpa y Kenny le sonrió sin más y se fue a otro vagón.

Broflovski suspiró un poco y se acomodó en su sitio. Rebuscó en su bolsa el folleto que habian hecho para la presentación de aquella noche y la observó, notando como los pajaritos crecían en su estómago. Estaba tan nervioso… esperaba que no se le cayese ningún plato de comida en el trabajo…

Recordó el enfado que cogió su madre cuando dejó la carrera de abogacía y se vino a Nueva York a trabajar. Su madre nunca le vio capaz de llegar hasta adonde había llegado. Claro que aquello era solo el principio… Un libro no significaba nada.

La aceptación de ese libro seria lo que dictaría el futuro de su nueva carrera. Se ponía malo solo de pensar en las criticas que aparecerían al día siguiente en los periódicos. La imaginación volaba y le ponía malisimo imaginarse los titulares.

'Kyle Broflovski: Nuevo autor o nuevo fracaso?'

'Lo mejor que tiene la novela de Broflovski es el marcapáginas que regalan.'

'No puedo hacer una critica de este libro, porque lo empecé y tuve que dejarlo de lo malo que era.'

"Oh, Moises…!" exclamó arrugando el folleto sin querer por los nervios. Sacó su teléfono móvil y marcó a toda prisa el número de su mejor amigo.

wwww

"Comer carne es un asesinato!" gritó un chico con antifaz y gorro negro, lanzando un cubo de agua tintada de rojo al cristal del restaurante de carnes a la brasa.

"Adelante, chicos!" colaboró una chica junto a él. Hizo una señal y todo el grupo de protestantes, que consistían en menos de quince personas, lanzaron tomates al local.

Al momento el enorme dueño salió con un cuchillo bien afilado.

"Malditos hijos de puta!" gritó furioso mientras todos corrían.

El chico corrió con todas sus ganas hasta que se escondió en un callejón lleno de contenedores de basura. La chica llegó poco después y los dos jadearon. Él se quitó el antifaz y el gorro y dejó a la vista su cabello negro. Giró sus ojos azules hacia ella.

"Estas bien, Ann?" preguntó. Ella también destapó su rostro y meneó su pelo de media melena castaña. Luego le pegó a él un puñetazo en el hombro.

"Muérete, Stanley! Pensé que me dejabas atrás!"

"Tia!" se quejó él frotándose. Su teléfono sonó y lo cogió, lanzándole una mirada de odio a su amiga. "Diga."

"Stan! No puedo hacerlo!" el moreno rodó los ojos y se llevó los dedos al puente de la nariz.

"Kyle, ya hemos hablado de esto." Sentenció. "GlobalWords te ha dado una oportunidad de cine, no la desperdicies."

"…Stanley? Estas en el trabajo?" Stan miró a Ann con apuro, la cual alzó una ceja.

"S-sí, claro…"

"No me mientas, Stan! Oigo coches! Te has vuelto a saltar el trabajo para ir a protestar por ahí? Es que quieres volver a dormir entre rejas?"

"Para empezar, no me he saltado el trabajo!" se defendió el moreno. "Tenia la mañana libre." Se volvió hacia la avenida ruidosa. "Y esos coches harian menos ruido si fuesen híbridos!" gritó al mundo en general.

"Pues si estuvieses ahora en tu puto trabajo vendiendo mas híbridos podrias cambiar eso! No en la calle manifestándote!" se quejó su amigo. Ann se asomó por el callejón y le hizo una señal a Stan.

"Kyle, tengo que dejarte!" se despidió apurado el chico al escuchar el sonido de las sirenas de los coches de policía."Esta noche nos vemos!"

Colgó y tanto él como su amiga salieron corriendo de nuevo.

"Kyle tiene razón!" exclamó ella tras él. "Acabarás perdiendo tu trabajo!"

"No creo, tengo contactos con la hija de mi jefe!" sonrió él sin dejar de correr.

"Ah… así que soy tu amiga de conveniencia!" Ambos rieron y se perdieron por mas callejones.

oooo

El reloj corría despacio.

"Y recogdag las fungciones de la albaca siempge." Explicó el chef, alzando el botecito de especias a la silenciosa clase. Solo una mano se levantó entre la multitud "Si, Donovang?"

"Disculpe, señor, pero es que no le entendí bien…" explicó el castaño algo cohibido. El profesor se llevó una mano a la cintura.

"Que es lo que no entiengues?" bufó rodando los ojos. El joven se rascó la nuca.

"Eh… su forma de hablar?"

"Otag vez! Clago! Los Ameguicanos no sopogtan tener a un Frangcés de maegstro cuguinario, vegdad? Al diablo, putos yankies!" el hombre se fue dando un fuerte portazo y todos miraron a Clyde, quien se encogió un poco bajo sus fogones.

"E-eso si lo dijo bien…" sonrió un poco.

Las clases se suspendieron, evidentemente, y él chico salió trotando de la escuela para pararse a comprar un taco en el puesto de la calle del frente. El semáforo estaba en verde y cruzó sin más hasta que un coche a toda velocidad se dirigió hacia él, dándole un susto de muerte.

"Hijo de puta!" gritó el conductor frenando en seco. Clyde se volvió enfadado hacia él.

"Casi me matas, gordo!" se quejó.

"Será cabron el canijo? No estoy gordo, tengo los huesos grandes y fuertes!" Eric Cartman hizo ademán de bajar del coche, pero Donovan se asustó y salió corriendo como un rayo.

Odiaba que la mejor escuela gastronómica del país estuviese en aquella horrible ciudad.

Cuando llegó al apartamento cerró con llave por si acaso y se tiró en el sofá, derrotado. No pudo evitar llorar un poco, aunque siempre lo hacia. Clyde Donovan sufría pequeñas depresiones desde que estaba en Nueva York.

oooo

En el restaurante Dolce Vita los ánimos estaban por las nubes. Todo el mundo felicitaba a Kyle, quien no fue capaz de abrocharse siquiera los botones del chaleco negro bien.

"Espero que tengas suerte" dijo su jefe con la sonrisa estrechándole la mano. "Hoy no te tomes el servicio con mucho estrés, lo comprenderé."

"Gracias, Token, de verdad que eso me ayuda." Sonrió aflojándose un poco la corbata. El moreno rió y volvió a meterse en la cocina.

Kyle suspiró un par de veces y fue a su taquilla a tomar el libreto de notas. Algunos clientes ya entraban para las primeras mesas.

"Bueno… vamos allá…" se animó a sí mismo, mirándose al espejo del vestuario.

oooo

"Me han despedido."

Tucker parpadeó.

"Como?"

"Que me han despedido. Vuelvo a estar en bancarota." Suspiró Kenny, entrando sin ser invitado a la casa del moreno. Craig se pasó una mano por el cabello y suspiró.

"Bueno, ya saldrá otra cosa, tio. Sabes que muchos restaurantes de la ciudad le deben favores al gordo."

"Pero estoy tan triste…!" McCormick hizo morritos y se dejó caer en el sofá, mirando a Craig con atención. " Tú y Cartman no lo entendeis. Os envidio…"

El moreno se sentó en un sillón y le pasó el cigarro que fumaba. Kenny se incorporó un poco para cogerlo y le dio una calada.

"Siempre puedes abrirte de piernas por dinero." Se burló Tucker. El rubio soltó el humo mientras le fulminaba con la mirada, pero poco a poco se relajó.

"No necesito ni un centavo para acostarme contigo, ya lo sabes." Terminó sonriendo juguetón. Tucker le lanzó un cojin.

oooo

El sol empezaba a ponerse cuando Kyle volvió a su apartamento y encontró a su compañero de piso viendo la tele en el sofá con el pijama puesto.

"Hey, Clyde…" saludó algo confuso. "No vas a venir?"

"No me apetece…" contestó de mala gana el castaño llevándose un poco de helado a la boca. Kyle se sentó a su lado.

"Más problemas con tus recetas de cocina?"

"No, con el nuevo profesor. Volví a hacerle dimitir." El pelirrojo no pudo evitar una risita. "No tiene gracia, Kyle!"

"Lo siento, lo siento…" sonrió un poco. El timbre sonó y Clyde masculló algo sin moverse del sitio mientras Kyle iba a abrir. En la puerta, apoyando una mano contra el marco, estaba Marsh, quien sonrió a su amigo. Arreglado con el traje de chaqueta, no parecía el mismo revolucionario de aquella mañana.

"Estás listo para tu gran día?"

"Stan!" no pudo evitar saltar a sus brazos. "Sabia que no me fallarías!"

"Como iba a fallarle a mi mejor amigo?" contestó el otro riendo, devolviéndole el abrazo.

Clyde murmuró algo desganado por detrás. Kyle no le hizo caso y Stan se asomó por encima de su hombro a mirarle.

"Que le pasa a Clahd?" preguntó. "Le vino la regla?" El castaño le miró con odio y se levantó para vestirse mientras los dos reían.

oooo

El Happy Dreams era un bar donde muchos neoyorquinos acudían después del trabajo a tomarse alguna copa. Nada demasiado ostentoso.

Craig y Eric estaban sentados en su mesa de siempre. Tucker dio un trago a su cerveza y se relamió un poco, viendo como estaba todo decorado, con una mesa llena de ejemplares del libro que se promocionaba.

"Ni siquiera ha llegado el escritor…." Comentó el moreno, encendiéndose un cigarro. "Una vez más, GlobalWords deja lagunas vacías en sus empresas."

"Ah… ahora quieres cargarte una editorial entera?" masculló Cartman, todavía molesto con él. Craig sonrió.

"Ese antro que llamabas mexicano se caia a pedazos y solo tus artículos lo mantenían popular. No viene mal un poco de competencia, no?" El castaño aguzó la mirada.

"No te metas en mi terreno o acabaremos mal, Tucker." Murmuró.

"Te ha dicho Kenny que le han despedido?" cambió de tema el otro sin darle importancia a la amenaza, mirando distraído hacia la puerta del local. Eric bufó.

"Joder… ese puto inútil…"

"No te enfades tanto con él. Está algo deprimido."

"Y por eso fue a tu casa a contártelo, no?" siguió Cartman dando en el clavo. "Ya no sabe que hacer para que te lo quieras follar."

"Él sabe que no es mi tipo" sonrió de nuevo Tucker mirándole. Pero su sonrisa menguó conforme sus ojos oscuros volvieron a deslizarse sin su permiso hacia la puerta…

"Qué pasada! Por qué nunca venimos aquí?" preguntó Clyde, entrando junto con Kyle y Stan. El pelirrojo rió un poco pero después dio un pequeño salto de sorpresa ante aquella atenta mirada.

"Quereis un trago?" ofreció Stan.

Craig no apartó la vista de aquellos ojos verdes que parecían desorbitados ante su detenido estudio.

Kyle bajó la cabeza y se notó enrojecer un poco. Quien era aquel chico tan atractivo? Miró de nuevo con disimulo. Y por qué no dejaba de mirarle?

"No irás a intentar convencer al barman para que recicle su vidrio, verdad?." Bromeó intentando ignorar el subidón que empezaba a crecer en su cuerpo.

"Pues… casualmente traje algunos folletos al respecto…" dejó caer Stan.

"Tio!" rodó los ojos Clyde.

Tucker dio una lenta calada a su cigarro, sin apartar los ojos del pelirrojo. Observó su cabello revuelto y su manera informal de llevar el traje con corbata. Miró su cuerpo con total descaro. Hacia tiempo que nadie tan afín a su tipo se cruzaba en su camino. Quien seria aquel chico?

El pelirrojo carraspeó, intentando mantener su atención en sus amigos, pero era difícil, ya que él tampoco podía quitarle la vista de encima. Se mordió el labio al ver que el moreno le regalaba una sonrisa y finalmente sonrió también, algo cohibido.

"Tú!" gritó de repente Clyde, sacándole por fin de su atontamiento. Solo cuando su amigo señaló al acompañante de aquel chico, Kyle recordó que no estaban solos en el bar. "Eres el maldito que casi me mata esta mañana!"

Cartman miró al chico con una ceja alzada y luego le reconoció y se levantó de un salto.

"El pequeño cabronazo que cruzó el paso con el semáforo cerrado!"

"Estaba abierto! Tú fuiste quien se metió en el cruce!"

Mientras aquellos dos discutían y Stan se dirigía hacia la barra con sus folletos de reciclar, Kyle vio como el sensual chico cogía su vaso y se levantaba de la silla. El moreno se volvió una vez más a mirarle sin dejar de sonreir y se perdió entre la gente. Kyle dio un paso hacia delante sin darse cuenta, pero alguien le cogió del hombro.

"Ah! Broflovski, aquí estás!" sonrió el editor jefe de GlobalWords, extendiendo la mano para darle un apretón. "Tardaremos un poco en empezar, falta parte de la prensa invitada."

"No se preocupe, esperaré." Sonrió el chico como pudo, deseando que le soltara para volver a buscar a aquel extraño.

El hombre se fue a saludar a más personas, pero cuando Kyle volvió a buscar a su misterioso chico, ya no le vio por ninguna parte.

Alguien le empujó de repente.

"Ah, perdón…!" empezó Kenny. Le miró durante unos instantes, confuso. "Eh… no nos conocemos?"

"Eres el mismo que se dedica a atropellar ancianas armadas cuando entras en el metro…" sonrió un poco Kyle. El rubio le devolvió una sonrisa traviesa y le tendió la mano.

"Kenny McCormick, actual desempleado." Se presentó haciendo reir al pelirrojo y de esa manera olvidarse un poco de su repentina obsesión por un desconocido. Le estrechó la mano.

"Kyle Broflovski. Futuro escritor si los críticos que estén por aquí esta noche me lo permiten."

"Criticos, dices, yo conozco a dos de los más reconocidos. " siguió el rubio, haciendo que el corazón le diese un vuelco a Kyle cuando levantó la cabeza para buscarlos entre la multitud. "Ah, mira! Allí hay uno!"

Clyde se alejaba en busca de Stan cuando Eric vio que Kenny se acercaba a él arrastrando a Kyle.

"Quien se ha creido que es ese criajo?" seguía el castaño molestó, viendo como Clyde le fulminaba con la mirada desde lejos.

"Kyle, te presento a Eric Cartman. Eric, él es Kyle Broflovski."

"Uuuh… tienes nombre de judío…" murmuró Cartman haciendo una mueca de asco que sorprendió y enfadó al pelirrojo.

"Porque soy judío, idiota!" contestó Kyle molesto, haciendo reir a Kenny.

"Broflovski!" llamó de nuevo el editor, haciendo señas con la mano para que fuese hacia él. Kyle se ajustó la corbata nervioso y McCormick le dio unas palmaditas en la espalda.

"Tranquilo, futuro escritor, lo harás bien." Le sonrió, haciendo que el otro se sonrojase un poco antes de irse. Luego se giró hacia Eric. "Y… quien era ese pequeño bombón con el que discutías?"

"No tengo ni idea." Bufó Cartman rodando los ojos. "Pero por mi puedes quedártelo."

McCormick sonrió y en ese momento empezó la presentación.

oooo

Al día siguiente Kyle se levantó con las primeras luces del día a pesar de que había trasnochado bastante. La fiesta no había estado mal. Dio un pequeño discurso sobre su relato y contestó a algunas preguntas. El gordo idiota había estado en primera fila sonriendo con maldad. Aquello le puso algo nervioso, pero era mejor que tener al moreno misterioso que no volvió a ver en toda la noche.

Se vistió y salió del apartamento con cuidado de no despertar a Clyde. Corrió hacia el quiosco de la esquina y compró los cuatro periódicos que sabia que estuvieron anoche en la presentación. Subió igual de aprisa a casa y se sentó en el sofá, buscando las páginas de novedades literarias con nerviosismo mientras se enredaba unos dedos en sus rizos rojos.

Sus ojos se abrieron más y más conforme leia y todos sus miedos se desvanecían mientras unas mariposas empezaban a revolotear en su estómago.

'…y por eso Kyle Broflovski nos trae sin duda una novela que gustará tanto al público joven como el adulto. El joven escritor de tan solo 23 años de edad podría llegar a ….'

'GlobalWords ha fichado por una joven promesa llamada Kyle Broflovski. Su novela narra las aventuras de…'

'Una vez más, el éxito de esa pequeña editorial está asegurado y estoy segura de que muchos lectores quedaran complacidos con…'

Sonriendo todavia sin poder creérselo, Kyle cogió el New York Times, el cual había dejado para el final por ser el más importante. Pero cuando encontró el pequeño artículo todo su buen humor se desvaneció.

'La noche fue aburrida. GlobalWords demostró una vez más su incapacidad para la puntualidad de sus eventos. No tuve el placer de conocer personalmente a Kyle Broflovski, pero si lo hubiese hecho le habria dado el pésame por su fracaso editorial. Pero sí pude leerme su pequeña novela antes de escribir este artículo y descubrí que su talento para tomar buenas decisiones es igual de escaso tanto en el sector literario como en el editorial. Su novela es sosa y aburrida. Sus personajes parecen copias baratas de otras novelas importantes y el relato te deja sin palabras buenas que añadir. Una vez más, Global ha firmado por la peor opción. C Tucker.'

Kyle se llevó una mano a la boca, roto por dentro, pero mientras releía de nuevo el relato empezó a enfurecerse. 'No tuve el placer de conocer a Kyle Broflovski personalmente…'

"Entonces porque te atreves a juzgarme sin motivos?" gritó rompiendo el periódico por la rabia y tirándolo al suelo antes de taparse la cara con las manos y respirar hondo para intentar aguantar las lágrimas. Se sentía idiota. Sabia que pasaría, que todo no podía ser bueno. Pero ese individuo había conseguido destrozar toda su felicidad repentina.

Suspiró con los ojos cerrados un segundo y se masajeó las sienes.

"Tranquilo, Kyle… solo es una simple critica…" se dijo a sí mismo. "Has recibido muchas favorables. Solo una…aunque sea justamente la del maldito Times…no te puede hacer tanto daño…"

Verdad?

Se levantó de un salto y se dirigió hacia su habitación con furia, llevándose por delante al pobre Clyde que se acababa de levantar.

"Eh!" se quejó, viendo como el pelirrojo volvia a salir con la chaqueta y se dirigía hacia la puerta. "Adonde vas?"

"A las oficinas del New York Times." Sentenció él. "A partirle la cara a C Tucker."

Ooooooo

Gracias por leer! Espero que os haya gustado!