Otro!

¬¬U no me miren es la emoción

Para que conste que cuando no tenia internet me la pase escribiendo, así que tengo varios fics incompletos y apenas empezea publicar XD

actualizare mas o menos en dos semanas o menos si recibo varios rewiers XD

man no es mio...si ya se, ya se...

Cascabel

La música sonaba, tan mítica e atrayente, el repicar de las pequeñas campanillas doradas de los nobles y los pies descalzos de los plebeyos. La chica de delgada complexión frente a al sequito y cortesanos, exponía una elasticidad imposible recibiendo miradas asombradas y entretenidas, pero, por aquel en el trono aquello no le parecía entretenido, y lo demostraba con un hondo bostezo; la chica asustada por perder crédito en el acto se exigió mas a sí misma, torciéndose al máximo, haciendo vueltas y flexiones cada vez mas riesgosas y pago el preció a ello. Su cuerpo cayó al piso, torcida de manera dolorosa y gritando por dentro para no ser echada. Las personas que le miraban rieron de manera cruel y aplaudieron la diversión que les brindaban, lanzando unas cuantas monedas de oro más de la usual, sin embargo, ni todo el oro que poseyeran podría hacer ya algo por ella. Fue retirada con nada de delicadeza como si de un perro se tratase, oyéndose apenas chillidos de un horrible dolor incalculable.

El hombre del trono extendió el brazo apenas unos milímetros causando que la chica de cabellos y ojos azules vestida con telas delicadas e finas le alcanzara una cesta con fruta, al momento de moverse de la chica salió un tintineo inusual con un tono encantador y dulce, cosa que parecía poner contento al hombre, ya que el mismo estiro la mano para alcanzar el origen de ruido, el cascabel azul que portaba en el cuello sostenido de una cinta de cuero.

Se escucho su risa y las personas a sus lados rieron también siguiéndole, pero él les mando callar, haciendo una seña en la mano para que la siguiente persona pasara. En esta ocasión se trato de un hombre vestido de payaso que dio una leve inclinación antes de hacer su acto.

Comenzó con trucos de pelotas, malabares y movimientos extraños, era simple, su disfraz no era la gran cosa pero tenía algo que mantenía a todos enganchados. Termino su acto haciendo explotar un globo con tiritas de papel coloridas y tras un largo rato. No hubo aplausos, ni sonrisas divertidas, solo un par de comentarios y una cantidad de cinco o seis monedas doradas en el suelo. El hombre se agacho recogiéndolas con rapidez para retirarse, pero fue interrumpido.

-Bufón-musito el hombre del trono-Debes esforzarte mas, ya sabemos tus trucos, inventa algo nuevo porque comienzo a cansarme-declaro.

-Si señor-dio una reverencia

-…será mi imaginación o eres más lento y callado

-No señor, en absoluto-espeto con cierto nerviosismo-Mañana le traeré nuevos trucos-aseguro

-Bien entonces retírate

-Si señor

Hizo caravanas mientras avanzaba intentando moverse con más rapidez pues ya entraba la siguiente persona.

En cuanto no estuvo a vista se incorporo con pesadez, haciendo que sus huesos tronaran por ello.

-Bufón-llamo un guardia riendo macabro-Ya te falta poco para volverte añicos, has tenido suerte hasta ahora pero pronto estarás como esa chica-señalo con el rostro a un rincón-Tu también te quebraras como una nuez

El bufón le miro apenas luego de mirar con atención a la media muerta.

-¡Oh mira señora pared! el guardia está enojado porque le bajaron el sueldo y le redujeron la comida-hizo ademanes graciosos-Oh pobre guardia…le dejo su mujer

-Q—tu maldito-Rabioso le apunto pero no se atrevió a darle ni un golpe

-Señor guardia debería descansar-expresión con gracia-Un día las manos se le van a engarrotar.

-GRR…agradece ser una entretención al señor, de lo contrario ya te habría hecho callar-sonrió sádico-Aunque ya no falta mucho para que pueda romperte la cara…

-¡Oh señora pared! pareciera ser que el señor guardia se ha vuelto un dulce gatito con los ataques…con razón lo dejo su mujer

- Payaso Bastardo

-Con permiso-hizo una reverencia exagerada-gracias por su atención señora pared

Una sonrisa macabra y se fue.

-Que no te queda mucho, recuérdalo bastardo-grito el guardia a la lejanía expandiéndose como un eco.

El bufón camino por los pasillos haciendo un eco con sus pasos, pronto llego a la puerta donde otro guardia cuidaba viéndole con cierta lastima su viejo andar, y la tristeza del escenario fuera del castillo era peor que cualquier azote que pudiera recibir.

Ruinas, desolación, personas robando lo poco que había, niños al borde de la muerte por hambre y deshidratación; casas hechas solo con palos delgados y hojas secas, basura de los ricos regada en todos lados, la pobreza en su plenitud. Qué triste panorama.

El payaso avanzo entre las que alguna vez fueron casa, pasando entre los vagabundos y ladrones que antes fueran comerciantes o dueños de posadas; adentrándose más y más en ese agujero sucio que en algún tiempo fue una hermosa capital.

Pronto al sendero desapareció, no había camino el cual seguir. Tuvo que alzar los pies y escalar con tal de pasar las grandes piedras e escombros de las deshechas viviendas más grandes, que una época atrás eran reconocidas como las más bellas del reino.

Llego arriba y miro aquel panorama solo unos segundos, pues pronto Se dio vuelta y repitió el proceso a la inversa, tropezando un par de veces y casi cayendo pero llegando sano y salvo al suelo.

Tosió.

Bueno tal vez no tan sano como antes.

Lo que restaba de camino lo hizo en silencio absoluto; muy cerca estaba un refugio de ladrones adolecentes con muy mal carácter; no quería tener que lidiar con ellos, hacía años que paso su mejor época, ya no podía tirarse sus carreras kilométricas, por mas apurado o asustado que estuviera. Pasó el tramo y pronto estaba en otro más peligroso: un nido de asesinos y violadores. Sus pasos se volvieron más que nada, su respiración bajo a cero y en un santiamén la había librado. El camino se hizo estrecho, cerrado; las casas derrumbadas formaban un hueco como el de los topos; tuvo que echarse una carrera y lanzarse al mismo para poder avanzar, gateando esta vez.

Tras contados minutos llego al final del tubo/túnel de comadrejas, e avanzo lo poco que restaba del camino, volteando atrás podía verse el castillo del que había salido.

Cada día era más pesado ir de ahí a acá, cuando todos los demás pedían alojo en el palacio para poder presentarse sin inconvenientes y estar a salvo, al menos la mayoría del tiempo; pero él no era como los demás, no le gustaban esos lugares y si recorría todo ese barrio maldito día, tras día, de ida y vuelta, si soportaba los tratos e aguantaba los asaltos, era por una sola razón. La misma por la que se humillaba en el palacio a expensas de morir en cualquier momento por unas cuantas monedas.

Dio vuelta en una elevación que parecía un conjunto de tierra y escombros mas, descubriendo oculta una puerta por la que entro luego de asegurarse que nadie le seguía. Cerro la misma con cuidado, adentro solo había una mesa maltrecha y un montón de paja. La paja comenzó a moverse, revelando una pequeña manita.

-¿Mana?-pregunto una vocecita, el se acerco con una sonrisa

-Ya llegue Allen

Un niño pequeño salió de entre las ramillas doradas, con una enorme sonrisa de felicidad; el hombre le recibió con los brazos abiertos, abrazándolo con fuerza y felicidad, musitando un "te extrañe"; el niño cuyo cabello y ojos tenían un extraño e hermoso color plateado, se aferro con fuerza del abrazo como si no se hubieran visto en años, aunque solo fueran un par de horas.

-¡WAAA! ¡Allen vuela!-le levanto alto en juego haciendo que el pequeño riera de forma dulce.

Por una de sus risas era capaz de tirarse hasta en la boca de los leones. Para él, ese pequeño lo era todo, su luna plateada en la noche más aterradora e oscura, su pequeña y juguetona estrella. Lo envolvió en sus brazos apresándole con fuerza, ojala tuviera tanto tiempo como para verlo crecer. Como lo deseaba.

-¿Estás bien Mana?-susurro el pequeñito e su hombro

-Sí, lo estoy-seco su rostro lo más rápido posible, pero el maquillaje seguramente ya se había corrido y lo delataría-¡Ah! ¡Se me metió una paja en el ojo! ¡Ayayayayyaaaayyy!-espeto al dejarle en el suelo buscando un trapo para ayudarse, brincando de manera graciosa de un pie al otro.

-Ja, ja, Ja…Mana brinca chistoso-decía el pequeño intentando no hacer tanto ruido.

El hombre hizo un par de payasadas en lo que secaba su rostro e escondía sus lágrimas, pero no pudo evitar que la fuerte tos volviera. Tuvo que sostenerse de la pared y entonces el niño noto que eso no era chiste.

-¿Mana?-le sostuvo una manga-¿Te duele?

Su vocecita preocupada a punto de llorar le desgarraba el alma, tanto que había resistido en el palacio para que no lo notaran, y ahora se derrumbaba frente a su hijo; que bufón incapaz de fingir tan lamentable era.

Se sentó sobre el pajar deshaciéndose de todo el relleno del atuendo, dejándose ver su figura poco más que raquítica. Tan delgado y enfermo. ¿Qué más podría ser en ese reino tan pobre?

El pequeño Allen escalo el montecito sentándose a un lado suyo, apoyándose sobre él y mirándole como si quisiera decirle que lo cuidaría. Enternecido acaricio sus cabellos que pese a parecerlos eran suaves, como si hubieran sido hechos de las telas más finas. Y así debía ser, ese pequeño merecía lo mejor, todo aquello que quisiera, mucho más de lo que jamás podría darle; pues el solo era eso, un payaso lastimero.

TOC TOC TOC TOC

La puerta era aporreada. Con prisa abrió un hueco en la paja donde metió al pequeño y con su mano le hizo una indicación de silencio, le cubrió con sumo cuidado y fingió estar sentado ahí precisamente. La puerta se abrió de golpe, dos personas habían entrado.

-Haces mucho ruido-dijo uno, lucia algo alcoholizado

-Chest ¿con quién tanto hablas payaso?

-¡Oh! por supuesto que con la señora pared, ¿Verdad señora pared?

-¡Que dice este tipo!

-Déjalo-bramo-Está loco, tan loco como una cotorra e igual de ruidoso, desde que mataron a toda su familia-rio-solo un pobre infeliz sin nadie en el mundo

-¡Oye, oye oye! que eso no me da risa, también mataron a mi vieja-se quejo el ebrio tirando lagrimones-Y con lo linda que era…

-FFFF ya empezó otra vez, eso me saco por traerlo conmigo, como sea payaso no hagas tanto escándalo unos tratamos de beber a gusto-espeto jalando al otro para que no se quedara en posición fetal recordando su mal de amores-Y por cierto mañana cobro la renta de tu choza, o pagas esta vez o te corro a patadas

Jalando al otro, el tipo cerro de un solo portazo, dejando todo en silencio.

-¿ya puedo salir?-susurro la vocecita abriéndose paso ya que el otro se hubo echado pesadamente en otro lado-Papa…¿que quiso decir ese hombre?-inclino el rostro-dijo que no tenias familia, pero Allen es tu familia ¿no?

Le paso una mano por la cabeza acariciando con suavidad.

-Si Allen-susurro apenas con mirada triste-Tu eres mi familia, mi todo…

El pequeño le miro fijo, bajándose del pajar con mirada en puchero.

-Ese señor dijo una mentira-fue a la puerta-Voy a decirle que papa me tiene a mi…

-¡No Allen, no lo hagas!

Como pudo se tiro hacia la puerta tropezando pero alcanzando a apresar con fuerza al pequeño en sus brazos, estaba temblando, angustiado de solo pensar que de tardarse un poco mas lo iba a perder. El pequeño le regreso la mirada sin entender esa cambio tan brusco en su personalidad, lo que el intento remediar con una sonrisa vacilante.

-Es que ese señor es muy malo y no oye a los chiquitos, es tan alto que no te oirá aunque le pegues en los pies

-¿Es malo y no oye los chiquitos?

-Sí, sí que lo es

El niño se quedo en silencio.

-¿Entonces todas las personas son altos y malos?-pregunto mirando por la pequeña ventana a su lado-Tan malos que no puedo salir a jugar

Le miro con cierto aire culpable, por tener que mentirle tanto, tanto como había hecho prácticamente desde que era un bebe solo.

-Allen ¿tienes hambre?

Logro desviar la atención del pequeño que volteo de solo oír la palabra comida, ya su estomago se quejaba ruidosamente. Extrajo de sus ropas una grande y roja manzana, que fácil era robarle a los cortesanos cuando miraban a otro lado. Saco otra de su otra manga como haciendo un truco de magia; el pequeño sonriente levanto su gorro descubriendo la tercera, después de todo el pequeño de seis años ya sabía sus trucos y le ayudaba con ellos. Soltó una risita al verlo desaparecer la manzana en sus manitas y sacarlas por otro lado, tan pequeño y tan hábil.

Comenzaron a comer sentados en el suelo en lo que él como era costumbre sacaba lo ganado de sus bolsillo, suspirando para sus adentros, por haber sido llamado solo pudo recoger la mitad de lo lanzado, la otra mitad seguramente la habría tomado otro.

-Cinco…seis…siete-elevo la vista el pequeño contaba con las cejas arrugadas, siempre lo hacía pero ahora se notaba preocupado-Son poquitas-había dicho viéndole-Con eso papa Mana y yo no podremos comer y el señor malo quiere más que eso…

Casi se atraganta con la manzana, hace cuanto que su pequeñito era tan listo, no pudiera ser que comenzara a comprender la situación que pasaban. Un nudo se le hizo en la garganta, siempre pensó que podría con todo, siempre que tuviera que cargar con esa responsabilidad él solo, pero ahora Allen estaba comenzando a portarse consciente de su entorno, ¿cuánto más podría sonreírle sin parecer sospechoso?

-eh…si-le sonrió de todos modos-Es que el señor del castillo ya se sabe mis trucos y se empezó a aburrir, por eso me dio poco

Logro que el pequeño se quedara callado y no dijera nada más. Al menos esta vez se hubo salvado, ya estaba pensando en trucos nuevos cuando su vocecita le hizo atragantarse otra vez.

-Entonces mañana voy con Papa Mana

-No, absolutamente no-negó tan fuerte que ya veía estrellitas; Allen le miro sin comprender

-¿Por qué no?

No tenía que ver su carita, no debía verlo si no flaquearía y…oh rayos ya le había visto. Suspiro largamente, no podía seguir diciéndole que todos eran malos, esa educación no le ayudaría mas grande (aunque fuese casi verdad), tenía que ser sincero con el…aunque no del todo.

-Por qué ser bufón es disfrazarte distinto a como eres-le dijo con ternura.-Tienes que repartir alegría viéndote gracioso y contrario a cómo te vez. Hablar chistoso y parecer un loco-lo ultimo lo dijo en una risita recordando sus monólogos con doña pared, ¡ah que buena era doña pared hablando!-Por eso no puedes ayudarme Allen por qué no…eh…¿Allen?

Miro arriba, abajo, a los lados con rapidez vislumbrando el norte y sur como en barco ¿Dónde se había metido el pequeño? La paja comenzó a moverse y el pequeño salió trayendo consigo un disfraz hecho de retazos de tela y parches coloridos con un curiosos sobrerito de papel triangular sobre sus cabellos despeinados.

-¡Mira Mana!-Saltaba con fuerza-¡qué bonito me salió!

El hombre sintió que una manga suelta se le caía por el brazo ¡No podía ser! ¡Ahora que le decía!

-S-si muy bonito…peeeeeeeeeeeeerooooo….ah! ¡Olvidaste usar peluca como yo!

Logro que se sentara de una sola vez y mirara distraídamente la paja jugando con ella seguramente, ni tiempo le dio de suspirar ya que el pequeño había juntado una gran cantidad y atándola con cordel.

-¿Así?

¡Ahora sí! Traumatizado se fue a un rincón haciendo circulitos en el suelo, no tenia escapatoria. Aunque…alzo la vista, ya que lo pensaba si iba con Allen al castillo tendrían posada casi-gratis y no tendría que angustiarse por dejarlo solo tanto…

Se jalo el pelo ¡claro que no! Llevar a Allen al castillo era mil veces peor que dejarlo rodeado de criminales!...pero no tanto que de violadores…¡AAAAAAAAAAAAAAAAAA maldición!

Había estado muy distraído estrujándose el rostro sin notar la mirada curiosa que le dirigía el niño hasta que volteo lentamente el rostro.

-Ah…¿hablaba en voz alta?

-Si-oh rayos-Pero no entendí nada…-al menos-¿Papa que es un violador?

-Eh…este-sudo frio-Oh que dices doña pared ¿que Allen se ve chistoso? Claro doña pared, tan gracioso como un pingüino en monociclo…

-Entonces si voy…

Se dio de topetazos con la pared.¡¿Por qué?

-Pápa ¿te enojaste con doña pared?

-Jeje-un gran chichón-No claro que no, solo le daba un masaje en la espalda

-ah…

Intento anteponer mas condiciones, pero ya sabía que tendría las de perder.

Al día siguiente fue al palacio, a Allen le dijo que si no conseguía suficiente le dejaría ayudar; hizo lo que pudo pero no basto.

-Bufón-le volvieron a llamar- no es suficientemente bueno, si mañana no traes algo mejor me temo que tendrás que irte…

Eso parecía un complot. Regreso a casa cabizbajo, con la misma cantidad que el día anterior; el guardia se había burlado de él, pero en esta ocasión no tuvo ganas de devolverle las palabras con doña pared, porque las opciones se le habían acabado. El viaje se le hizo más cansado de lo usual y los años le había hecho meya el fin. Si al menos fuese más joven…

-¿Mana?

-eh…ah sí me decías

-Papa ¿te sientes triste?

-no…no…solo me duele la panza

No supo si su excusa sirvió, estaba más ocupado con la angustia que le invadía, por saber que, lo que iba a saber tarde o temprano seria descubierto, pero ya no importaba. Ayudo al pequeño con sus cosas, practicaron toda la tarde y parte de la noche, al final el pequeño no aguanto y se quedo dormido rozando las once. El solo le miro mientras dormía, ese era el final o solo era que lo veía venir ya tan cerca.

Salió de su choza para pagarle al hombre que se proclamaba dueño del lugar a pesar de que el mismo había tenido que levantar esa casa de los escombros como pudo, pero así era la vida, siempre había un tirano que hacía de las suyas, y en ese reino había por montones ¿Por qué? Hubiera preferido ser regido por dragones que por hombres, aunque hacía años que no había visto ninguno, y ya había oído por ahí que el susodicho rey los había exterminado… se masajeo las sienes, no quería recordar el pasado, menos ahora.

-¿Mana?

-¿uh?

-¿Por qué tengo que esconderme en la carreta?

Sonrió un poco, claro que para él no era lógico, si tan solo supiera un poco de su propia condición no dudaría en tirarse si fuese necesario a un lago.

-Por que los guardias cobran por persona, y solo tengo para pagar el de uno, como eres pequeño cabes bien aquí

Era otra mentira pero que mas daba a esas alturas, le había mentido por cinco años, una verdad no haría diferencia y el era aun muy pequeño para comprender todo, el peso de las palabras y la historia de ese país.

Siguió jalando la carreta de paja con sumo cuidado, no quería que le diera a esa cosa por partirse a la mitad o irse colina abajo, sería un desastre; Allen tarareaba una cancioncita por lo bajo mientras él se encargaba de vigilar que no hubiera nadie, aun cuando todos tenían una resaca de los mil diablos por ahí y no quisieran saber nada del exterior.

-´y doña pared se cayó´

-Shhh, ya llegamos Allen, escóndete

-Sip-se hundió en la paja

-Has llegado muy temprano bufón-musito el guardia al verlo venir

-sí, si si-decia sin detenerse-El que madruga evita que se lo coma el dragón

-Ese dicho ya no sirve en estos tiempos-le oyó apenas pues iba con prisa-¿Y esa carreta?-casi se paraliza

-Je, je je la…necesito para un truco

Por suerte el guardia de la entrada no estaba interesado. Cosa distinta al del pasillo.

-¿Que traes ahí?-musito con desconfianza

-oh señor guardia no cree que es muy temprano para que despierte a doña pared…

-Eh ¿dicho que traes ahí?

-ah…aquí tengo un truco de magia

-No digas estupideces bufón que…

-¿qué pasa aquí?

Se salvo por un pelo de rana calva, era uno de los cortesanos que siempre rodeaban al hombre bonachón e exigente, miro a uno y otro notando la carreta.

-¿y eso?

-Es para la función

-ah ya veo-suspiro-Llegas en buen momento, el señor esta insoportable y aburrido. Si logras mejorarle el ánimo te daré el doble de lo que den mis compañeros.

Insoportable y aburrido…lo único que faltaba es que lo hicieran balancear muebles, suspiro apenas siguiendo al hombre. Al entrar pudo oír parte de una discusión, hizo un gesto.

-…¡¿Cómo que todavía no han encontrado otro? Ya van seis meses y solo tenemos tres, que haremos si no encontramos a los…

El hombre que fungía de consejero se quedo callado al verles entrar, recobro la compostura, como si segundos atrás no hubiera estado por arrancarle la cabeza al supuesto rey. Supuesto por qué no lo era, un día sencillamente tomo el control y era todo lo que sabía al respecto.

Los cortesanos aun cuchicheaban sin tomar importancia y el "rey" parecía muy ansioso, jugaba distraídamente con el cascabel del cuello de la chica, como si intentara que un gato apareciera de pronto y saltara directo a su regazo.

-ajum-se aclaro la garganta

-Bufón- soltó distraídamente-Creo que hoy no conseguirás nada-exclamo apenas mandando llamar con la mano a las otras dos personas de trajes finos que le rodeaban, un chico de ojos y pelo verde y otra chica de ojos y cabellos morados.

-Permítame intentarlo su majestad-hizo una pronunciada reverencia

Dio un par de aplausos, como siguiendo un ritmo imaginario. Tras unos movimientos exagerados de la carreta salió el chibi con una máscara negra de un brinco subiéndose sobre sus hombros. Eso sorprendió a los presentes, que no esperado eso. Comenzaron con malabares y gracias que solo de dos se podían, haciendo movimientos raros que dejaban chicos a los contorsionistas-cosa simple por tanto relleno-moviéndose como fideos en sopa (XD), luego una sarta de chistes y rutinas cómicas que se oían mas raras con la voz fingida del pequeño, que mostraba la del un viejo raquítico y mas chocho que la suya la cual matizaba chillona y estridente, una rara combinación que funcionaba. Ya podía ver a los cortesanos aguantarse la risa, ninguno podía reír antes del rey. Pero este no tardo en explotar y todos le siguieron. Dieron fin a la rutina con un salto clavadista del pequeño que salto a la paja como si se hundiera en agua, y una cantidad de paja al aire por el chapuzón. Hubo aplausos entre risas, las monedas doradas salían de los bolsillos y brincaban en el suelo haciendo ruido.

El pequeño Allen salió de un brinco recogiéndolas con rapidez a pesar de que le dijo que se midiera con su velocidad. Iba a reprenderle pero el rey se le adelanto.

-Felicidades bufón lo lograste-decía aun riendo-Eres muy bueno y por ello te doy el privilegio a ti y a… ¿Qué son?

-Hermanos señor-se apresuró a decir-Mi hermano menor no creció tanto como yo

-A ti y a tu hermano les espera una gran recompensa, podrán vivir en mi palacio y entretenerme tres veces al día

-El…palacio…

Sentía que se le iba la otra manga.

-Claro-decía aun contento.- y no tendrán que pagar por la habitación

-ah…creo que no será posible señor-se apuro a decir-mi hermano y yo tenemos casa y…

-Pues se acabo, los dos vivirán aquí

-Eh…

-Y no hay discusión-cambio su risa a una expresión aterradora-O prefieres la cámara de tortura por desobedecer

-¡C-claro que no! Jeje-sudaba frio-Con placer aceptamos tan genial invitación de su majestad-hizo una pronunciada reverencia

-Bien, bien, Julius llévalos a su alcoba con los demás artistas

-Como ordene

El cortesano de hacia un rato les condujo fuera.

-Lo lograste bufón, cualquiera pensaría que tienes pactos con los Yokai…

Tosió con fuerza, golpeándose el pecho repetidamente, ¡tenía que atragantarse precisamente con esa teoría! Con ese Tabu tan fuerte en ese reino.

-Eso se oyó mal, ¿seguro estas en condiciones de seguir entreteniendo a nuestro señor? Lo mismo le paso a la chica contorsionista y…bueno ya sabes cómo acabo aquello. Como sea cumpliste, toma-Le extendió una bolsa grande repleta de monedas-el doble como te dije, gracias a ti salve mi cuello hoy.

El hombre les dejo frente a una puerta dialogando algo de la comida después de entretener al señor a las tres que les llegaría a su cuarto, el solo pudo tirarse al colchón después de entrar con pesadez. El pequeño Allen emocionado recorría la habitación que era lo doble de su casita.

-Mira mana aquí también hay ventana-decía arriba de una caja-se puede ver la puerta grande desde aquí.

-Porque estamos en el segundo piso…-respondió ausente

-¿Mana te sientes bien?-giro a su dirección aun en la caja-¿No lo hice bien?

-No, no solo estoy algo cansado-se llevo la mano al rostro-En realidad lo hiciste bien, muy bien…

Demasiado bien. De todas las cosas tenían que quedarse en ese sitio precisamente.

-Allen

-Si papa

-Escucha bien no quiero que te quites la peluca o la máscara si hay alguien mas además de mi.-le indico con seriedad incorporándose

-¿Por qué?

-Porque somos bufones-sonrió para darle confianza-Recuerdas lo que dije de verte contrario

-Está bien-concedió el niño contento

-Bien-suspiro-duerme un poco Allen tenemos mucho trabajo.

El niño asintió con suavidad bostezando y frotándose un ojo, lo había levantado a las cinco de la mañana después de todo y tendrían que volver a actuar a las tres. Dejo que se recostara en su regazo mientras se acomodaba y cerraba sus ojitos.

-Sabes Allen, con todo ese dinero puedo comprarte juguetes al fin-Medio sonrió llevando una mano a su cabecita-Vas a comer lo que quieras y no tendrás que esperar hasta que encuentre algo

-Mana…

-¿Uh?-acariciaba con suavidad sus cabellos

-Que era lo que traía la niña en el cuello

-Un cascabel-susurro con voz suave cerrando los ojos

-Umm-bostezo ya se iba a quedar dormido-Suenan bonito…

-Si-le siguió el juego-Muy bonito

-Mana ya sé que quiero

-¿Si? ¿Qué quieres?

-… ¿me das un cascabel?

Se quedo paralizado, dejando de mover su mano.

-que…que dijiste Allen?

Pero el pequeño no respondió se hubo quedado dormido. Mana suspiro contenidamente viéndole fijamente con una mueca amarga, se llevo la mano al cabello.

-Te daría lo que quisieras…lo que más desearas Allen…pero-cerro los ojos-Por que-por qué tenías que pedirme eso, de entre todas las cosas

Se cubrió los ojos, pues las primeras lágrimas habían invadido su semblante. Atreves de la ventana se podían ver nubes oscuras que avanzaban con rapidez dejando caer una suave llovizna, pintando en el cielo, la tristeza del bufón.

Niko:WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

X: Dios dame paciencia…y un buen reproductor de música para oír otra cosa que no sea una estupidez =o= (viendo a la loca correr de allá para acá) "-.-"Sabes que es lo curioso, que ya llevas otro capítulo uno y ninguno de esos es el capitulo uno de la secuela, el cual se supone sacaras primero.

Niko: ¬¬UUUUU no me lo recuerdes