Disclaimer: Desde lo mas oscuro del bosque prohibido, hemos resucitado a la bestia más sexy… porque un hombre como él, no merece morir, ni ser olvidado (aunque sabemos quee le pertenecen a JK Rowling, pero nosotros los revivimos, porque siempre deben estar presentes).
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228 Lunas
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The Darkness Princess & Lady Muerte
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La hora de los lobos…
Hermione dejó de lado sus mantas y se levantó, tomó el reloj de su buró.
"Tan solo son las dos de mañana, esto se esta volviendo común, las ultimas semanas no ha habido una noche en que no despertara sin poder volver a conciliar el sueño"
Caminó hasta el tocador, abrió la llave de agua fría, junto sus palmas y mojó su rostro queriendo aclarar las cosas que pasaban por su mente, tomó la toalla que estaba a un lado, secó su cara, observando su reflejo en el espejo.
"Trato de encontrar respuestas, pero solo me veo a mi, a una Hermione que no sabe lo que ocurre con su vida…"
Dejó caer la toalla en el cesto y salió de ahí dirigiéndose a la Sala común con paso lento, bajando los escalones mecánicamente.
"Desde que gane el honor de ser premio anual, se ha vuelto mi lugar preferido por las noches, no me quejo de tener esta sala para mi, es perfecta para estudiar, sobre todo para relajarme y disfrutar del silencio…", sonrió irónicamente, mientras se sentaba en el sillón que esta junto al fuego, se acomodó subiendo los pies y tapándose ligeramente con una manta que se encontraba ahí.
"En días como este desearía seguir en Gryffindor al menos no me sentía sola allá, además están Harry y Ron… después de todo los extraño, Harry es fuerte a pesar de todo lo que hemos vivido, el ataque a Sirius, del que por poco no sale vivo y ni que decir el último el ataque a Dumbledore, la guerra se acerca, pero él es él que más sufre… estamos a punto de acabar el año… y no se aún como lo hemos logrado"
- ¡Ufff que sustos y que miedo! Aún puedo sentir como mi corazón resiente esos momentos, sin duda él es el más afectado en todo esto, han sido tantas cosas para él, y ni que decir su rompimiento con Ginny, por su parte Ron… su fracaso con Lavender, el ataque a su padre, Bill que no le ha ido tan mal aunque su boda fuera suspendida. A Malfoy si que le ha ido mal, pero ¿y yo? ¿Qué siento hacia ellos?
Suspiró profundamente y dirigió su vista hacia la mesa de centro, observando un tumulto de libros en ella.
- Al menos algo sigue siendo recurrente y relajante en mi vida, la lectura, mi sala vaya que es un desastre con tantos libros… he de reconocer que algo bueno ha sucedido, es que el profesor Remus J. Lupín, haya vuelto a dar clases y todo gracias a Dumbledore y vaya que eso ha causado controversia.
- Y como se esperaba ha habido intentos porque deje la materia pero no lo han conseguido, él es tan inteligente… - se levantó y tomó los libros de la mesa de centro en brazos - él me ha prestado estos libros - caminó paseándose por la sala simplemente, pensando en voz alta.
- En clase, la seguridad con la que se maneja, lo hace ver tan interesante, su presencia al hablar, su forma de mirar siempre analizando a las personas, la facilidad con la que explica las cosas, esa tranquilidad que lo caracteriza, nunca dice algo sin antes haberlo pensado, sin duda nunca habla de más, simplemente lo justo y lo necesario, la forma en que disfruta dando clase es notoria, nadie puede negarlo, es un gran profesor, esa forma de sonreír cuando habla con Sirius o Harry, incluso con los demás, la manera en que su mirada se vuelve risueña, y a la vez tan profunda y misteriosa dejando ver sus características de licántropo, sin duda el cambio de color de sus pupilas es algo que no se ve todos los días.
Se detuvo para tomar una bocanada de aire, sintiendo como su corazón se agitaba - El contraste del profesor ecuánime y el profesor que llevaba por dentro una bestia, es sorprendente, la forma en que los días en que se acerca la luna llena, sus instintos se agudizan, ¡claro como no notarlo! – estrechó más los libros contra su pecho.
- Su presencia se hace notar desde lejos, su mirada se vuelve intensa, sus movimientos son más fuertes y pronunciados, incluso parece rejuvenecer, claro no es que sea un viejo… para nada, de hecho se ve muy bien, nadie puede negar que derramaba de alguna forma sex appeal - una sonrisa boba apareció en sus labios, al invocar el recuerdo del hombre.
- Quizás son las feromonas o su atrayente aroma de su loción combinada con ese ligero olor a chocolate que siempre lo acompaña ¡Por Merlín que atractivo es! - suspiró dejándose caer en el sillón, cuando reaccionó razonando sus ultimas deducciones - ¡bájate de tu nube HERMIONE!... ¡ESTAS HABLANDO DE REMUS LUPÍN! ¡Contrólate!
- Es tu profesor y antes que eso es el amigo del papá de Harry, de Sirius ¡Por Godric Gryffindor! ¿Qué estoy diciendo?… pero… pero… no puedo negar que es así - un calor súbito subió por sus mejillas, manifestándose en un suave sonrojo, dejó los libros en la mesa de centro.
- Estoy mal… creo que no dormir me esta afectando la cabeza. ¡Hey tu Hermione reacciona! Une esas neuronas y aleja esos pensamientos de ti – se recriminó dándose un golpecito en la cabeza.
- ¿Qué me pasa?... no puedo descifrar lo que siento hacia Harry, como para ahora darme cuenta de que me entusiasmo más al hablar y pensar en el profesor Lupin, que en los chicos de mi edad, quizás solo sea admiración… - dijo tratando de converse a si misma, pero sabía que la verdad no se ponía ocultar tan fácil.
- Esto no es algo nuevo o al menos… no empezó ahora si no desde que lo conocí, esa manera de alejar al Dementor en el expreso, la forma en que es tan desafiante y firme cuando ataca, y al final tan ecuánime y amable, brindándonos chocolate, eso fue lo primero que llamó mi atención, claro al menos más que su ropa, desde ahí comencé a respetarlo y admirarlo…
- Cuando tomamos las primeras clases, quede sorprendida, por no decir fascinada con su forma de enseñar, esa mezcla de gentileza y humor, claro también daban un poco de miedo eso de la practicas al principio, pero con él ahí controlando todo, fue impresionante pero después de sus desapariciones cada mes, y de que el profesor Snape nos dejara investigar sobre los licántropos, me di cuenta de ese pequeño detalle en él, su pequeño secreto…
- Después de todo, no concebiría a Remus sin ser licántropo, eso es parte de él, se que debió ser duro para él, cargar con eso… desde pequeño… cuando nos contó que Dumbledore le permitió ingresar a Hogwarts, claro controlando sus transformaciones y colocó el sauce boxeador por él. Sin duda no se equivoco, fue un gran alumno, gracias a la ayuda de Dubledore. Remus pudo conocer amigos, no todo tiene que ser sufrimiento y dolor en la vida y él descubrió eso al lado de los demás Merodeadores – curvó sus labios melancólicamente.
- Ahh vaya… - se dejó caer en el sillón, mirando las brasas - nunca sabré cuánto sufrió realmente, él esconde tantas cosas, pero eso lo hace ser tan interesante, fue ahí cuando yo entendí que no era cualquier persona, después todo fue tan confuso, él dejo Hogwarts.
- Sirius con el problema de Azkaban, los ataques de Voldemort, verlo ya no era tan fácil, pero sin duda ese verano en Grimmauld Place, descubrí más sobre él, buueeeeeeeeno… contando que no nos dejaban escuchar las reuniones de la Orden pero tuve oportunidades, pocas pero las tuve de hablar con él, en claro mi lugar favorito y sin duda el de él… la Biblioteca…
Dejó escapar un suspiro, sus albiso se curvaron involuntariamente en una sonrisa - Esas tardes o madrugadas, fueron unas largas platicas sobre libros. Si, se que no suena nada interesante hablar de libros, pero era como si hubiera una chispa, al conectarnos en ese tema, que nos llevaba a otros, claro nunca saliendo a lo personal, pero a veces no eran necesarias las palabras… - evocó el recuerdo de esos días, abrazando su manta.
- Él entraba cansado por las batallas, y simplemente sabía que yo estaría ahí, dejaba una tablilla de chocolate a mi lado y se sentaba en su sillón favorito, tomaba su libro, y ahí nos quedábamos por horas sin decir nada, disfrutando del silencio de aquel lugar, pero también fue ahí que me di cuenta de que Tonks sentía algo por él, bueno más claro no nos pudo quedar después de la escena que presenciamos en al Enfermería después del ataque que sufrió Bill… - una melancolía invadió su ser al pensar en la relación que ellos sostenían, se aferró a la manta como si fuera una niña asustada por la oscuridad.
- Ella es linda, claro muy diferente a mi, quizás yo sea aburrida comparada con ella, bueno en realidad no tenemos punto de comparación, claro ignorando que ambas somos jóvenes en comparación con él… pero ella es más grande que yo por 7 años… lo cual ya es algo, ¿no? y él… ¿qué sentirá hacia ella?... yo a veces los miraba y él parecía ocultar el interés que sentía hacia ella, pero es difícil saber que siente él, qué es lo que piensa, qué hay detrás de esa imagen…
- Quisiera saberlo… cuando él la rechazó en la Enfermería con sus excusas tan comunes, muy pobre, peligroso y muy grande para ella... no se cómo me sentí, una confusión me invadió… todo pasó tan rápido…
- Se que suena cruel pero una parte de mi se alegró de las palabras que él le dijo, pero la mirada del profesor mostraba tristeza tal como ahora la hay en mi… - resopló tristemente al recordar ese momento - quizás sea solo que no me gusta ver sufrir a las personas, yo ni siquiera descifro qué pasa conmigo… con mis amigos, pero cuando razono lo que sucede, siempre terminó volviendo mis pensamientos en un análisis sobre el respetable profesor Lupín, y vaya que eso es un problema, no se qué me pasa con él, a veces creo que mi admiración pasa de ser eso, a algo más que no quiero enfrentar – se recostó hundiendo su rostro en el mullido cojín.
- Él no me puede atraer ¿o si?... Ah quizás solo estoy confundida por su forma de ser, quizás tengo que verlo solo como nuestro profesor, no como el hombre, ni el amigo, simplemente como el profesor… eso cambiaría, me hace ver cosas que no existen, ¿será por qué el representa el perfecto caballero ingles? Las cualidades que yo buscaría en un hombre: ecuánime, decidido, tenaz, intelectual, caballeroso, tiene sentido del humor, a veces retraído, perspicaz, observador y lo principal maduro a su forma… pero ¿será solo qué representa algo que no puedo tener?, que es un ideal, si, eso un ideal, soy yo la que lo eleva a un segundo plano, cuando no hay un segundo plano, además, es solo admiración, si eso… admiración – musitó queriendo creerlo.
- ¡Por Gryffindor! ¿A quién engaño?, no es así… pero tampoco puedo admitirlo abiertamente, es solo un gusto, no debo dejar que pase de eso, debo concentrarme en saber qué es lo que siento por los chicos de mi edad, retomar esos sentimientos, que aún se si existen, pero debo dejar de pensar el profesor, quizás él ya este saliendo con Nymphadora en una relación formal… después de todo, los vimos de la mano en el fingido funeral de Dumbledore.
- Pero si eso estuviera sucediendo, sería genial por él... verlo sonreír y a ella, ya que no me cae mal, así me quedaría claro, que él es prohibido… quizás la traiga al Baile de graduación.
Se quedó perdida en ese ultimo pensamiento – El Baile lo había olvidado… y yo aún no escojo nada, no tengo pareja aún, si he tenido propuestas pero yo no decido nada, solo faltan pocos días, si quiero ir tengo que decidir… - pensando en eso, lentamente cayó dormida.
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En el cuarto del atractivo ojiámbar…
- Me doy por vencido, no puedo dormir, quizás con un poco de té - se levantó aventando con descuido las mantas que lo cubriera. Con unos cuantos pasos llego a la sala que le fue otorgada, sin duda era bastante amplia, demasiado para él algunas veces. Buscó la tetera y con un toque de varita de ella salió un chorro de te caliente, se sirvió una taza, pero al parecer su mente se encontraba en otro lugar y no se percató de que el té se esta derramando.
- ¡Por Merlín! – exclamó al darse cuenta, dejó la tetera y limpió el desastre de su distracción, al tener ese accidente como una flecha cruzó su mente el recuerdo de la pelirrosa, una sonrisa se dibujó en sus labios, tomó su taza y se dirigió al sillón, bebiendo un sorbo.
Dejó la taza en la mesa junto al sillón, tomó el libro que estaba a su lado, lo abrió donde se encontraba su separador, se había quedado justo una página antes de terminar, trató de concentrarse, leyó el párrafo un par de veces pero nada sucedía, era como si no se encontrara ahí, lo cerró dándose cuenta de que leer no lo relajaría esta vez y tampoco ese té.
Se incorporó avanzando a un estante, abrió las puertas, revelando varias botellas de vinos, tomó una botella de whiskey de fuego y volvió al sillón, invocó una copa, donde sirvió el licor, dejó la botella en la mesa de centro y tomó apresuradamente un sorbo de la copa, al instante sintió como en su garganta aparecía una sensación de calor, al paso del licor.
Suspiró con cansancio, retirando unos mechones castaños de su rostro despejándolo.
- ¿Qué me esta pasando?, no me puedo quejar, estoy de nuevo en Hogwarts a pesar de que no pensé que volvería a pisar esta institución como profesor, todo gracias a la confianza que Dumbledore me tiene, disfruto de dar clases es tan diferente de luchar en batallas, disfruto de ver como mis estudiantes se divierten en mi clase y aprenden, en especial con los chicos.
- Harry sin duda tiene grandes aptitudes, será un buen auror, Ron, necesita confiar más en si mismo y estudiar un poco más, pero lo hace bien y Her… Hermione ella sabe lo que hace, es tan inteligente, siempre lista para comentar algo, siempre detrás de una fila de libros en la Biblioteca, es demasiado dedicada… con ese aire de madurez intelectual, su forma de tomar tan enserio las clases es admirable, a su edad no cualquiera lo haría, ha crecido muchísimo, igual que los chicos, pero ella se ha vuelto una linda chica… - curvó sus labios, en una suave sonrisa, pensando en la castaña.
- Siempre tan atenta y observadora, a veces creo que es como si cuando me mirara quisiera descifrarme, pero sin duda a mi también me gustaría saber que hay detrás de esa calida mirada, un momento… ¿qué estoy diciendo?, es Hermione, una estudiante, la amiga de Harry – bebió el contenido de su copa, se sirvió un poco más del liquido ámbar, para alejar esos pensamientos de su mente, nuevamente Tonks volvió a su mente, estaba tan confundido.
- No se si tener una relación con ella ha sido bueno, realmente, no se qué me pasa, estoy distante, no… si se qué me pasa, pero aceptarlo, es lo que cuestiono, no debería estarme pasando esto… no con ella… es solo una niña… cada vez estoy peor, tengo más edad y me gustan más jóvenes, que tontería… ¿qué diría James si me viera así?
- Te diría que estas perdiendo el tiempo y que lo has hecho todos estos años - mencionó percatándose que su amigo, estaba algo tenso, ni siquiera había notado su presencia en su sala, lo cual ya hubiera hecho en otros momentos. "De seguro estaba pensando en sus tormentos, los cuales de seguro incluyen a mi linda sobrina Nymphadora, creo que lo he asustado".
Remus volteó al instante y se encontró con la figura de Sirius, recargado en el marco de la puerta, lo miró con extrañeza, y temor quizás había escuchado lo que decía - Deberías aprender a tocar las puertas.
– Tranquilo solo escuche lo último ¿qué pasa Lunático? – cuestionó al ver la expresión que invadía su rostro. "Quizás dijo algo que no quería que yo escuchara… y que para mi desgracia no escuche".
- ¿Qué haces aquí Canuto? – preguntó sin más, queriendo saber la razón de su presencia en su sala a las dos de la mañana.
- Mmmm vine de visita y a decirte que tenemos una misión, cuando termine la semana, pero no pensé encontrarte despierto y tomando whiskey, de hecho pensaba dormir y mañana decirte – explicó notando el estrés que reinaba en el lugar.
- Ah es solo que no puedo dormir - contestó sin darle importancia, invocando otra copa, para servirle a su amigo - toma.
- Vamos, no creerás que con eso, lograras escaparte de decirme la verdad ¿qué sucede? ¿Es por Nym? – preguntó aceptando la copa y sentándose frente a él.
- Yo… no… - respondió escuetamente.
- Mmm ¿aún te conflictuas por los sentimientos de ella? – interrogó analizándolo, sabía que había algo que le estaba ocultando y que lo estaba carcomiendo por dentro.
- Sabes que siempre lo haré… ¿no crees qué es una ironía que me este pasando esto, a esta edad? – manifestó curvando sus labios, mientras tomaba un sorbo del líquido ámbar.
- ¡¿Lunático a esta edad? Oye, no somos unos ancianos, te prohíbo que pienses eso… míranos, nos vemos bastante bien. Además nunca es tarde para el amor - interpeló con una gran sonrisa alzando su copa hacia mi amigo, al parecer él nunca iba a superar eso.
- Canuto, qué cosas dices… bueno, pero si a ti no se ni por qué te lo digo, tu siempre rodeado de chicas, más ahora que estas libre – comentó burlándose de su situación. "El siempre buen galán de Sirius Black".
- Oye… nunca fui el único que ni tu ni James me pedían nada - agregó, afirmando las andanzas de sus amigos, al recordar varias situaciones en su época de estudiantes y aún después del Colegio.
- Vamos, éramos jóvenes…- respondió restándole importancia - pero ahora ya no lo somos… esos años se han esfumado.
- ¿Jóvenes? Vamos, eso no importa… ¿qué pasa Lunático? - volvió a preguntarle, eso ya le esta preocupando, su secreto era grande y eso significa que él debía saberlo.
- Ahh – suspiró con cansancio – nada… ¿vendrás al Baile? - inquirió evadiendo su análisis y el tema.
- Mmm claro… a acompañarte porque al paso que vas… no se si se lo pedirás a Nym - expresó burlonamente, ya que por la mañana su sobrina se lo había dicho, algo triste de que él no se lo pidiera aún.
- No cambias, ya veremos… aún faltan días - contestó con una sonrisa.
- ¿Sabes con quién ira Harry? – cuestionó interesado – se lo he preguntado pero al parecer no me ha querido decir… ¿sale con alguien?
- Mmm no lo he visto con nadie, excepto con Hermione y Ron… ni siquiera lo veo muy cerca de Ginny - replicó pensando en el ahijado de su amigo, sin poder evitar recordar a la amiga del pequeño.
- ¿Qué voy a hacer con ustedes dos? - agregó mofándose, pensando en que necesitan de su gran ayuda.
La madrugada siguió entre la plática y una que otra copa, mientras Remus trataba de concentrarse en su conversación con Sirius, pero su mente lo traicionaba volviendo a lo prohibido, a esos pensamientos llenos de cierta castaña.
Cuando el pelinegro por fin se fue, dejándolo solo, ya era de madrugada y él debía arreglarse para dar sus últimas clases del curso.
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Continuará…
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