•.

•.

•.

LOS PERSONAJES DE NARUTO NO ME PERTENECEN, SON PROPIEDAD DE MASASHI KISHIMOTO.

ACLARACIÓN: NO HE TERMINADO DE VER NARUTO SHIPPUDEN, Y ENTONCES ES CÓMO YO ME IMAGINO EL DESARROLLO DE LA HISTORIA.

¡Hola! Bueno… después de pensarlo muchísimo quiero traerles lo qué sería mi nuevo fic. A decir verdad, me encuentro en un campo poco conocido para mí y esto es todo un reto. Nunca antes había decidido hacer un long-fic sobre ésta pareja, pero durante varios días he venido pensado sobre éste argumento. Quizás se vea a lo mejor algo repetitivo pero espero de todo corazón qué sea de su total agrado.

La portada es mía, yo la edité y si posteriormente quieren visualizarla con más claridad. Pueden ir a mi página de Facebook para echarle un vistazo.

Sin más, comencemos. ;)


•.

•.

•.

SENTIMIENTOS DE PAPEL

Había sido difícil sobrevivir.

Todo a su paso se encontraba destruido, muchas vidas se habían perdido en ésa guerra. Todo por un poder absurdo qué había consumido a muchos en el intento, las llamas se llevaban todo a su paso, todo estaba destruido, así como las vidas que anteriormente habían conocido, eran tan jóvenes y habían tenido que madurar tan rápido… así era el camino de un shinobi, frío, despiadado, duro. Así fue como muchos quedaron bajo los escombros de lo que alguna vez había sido la admirable Konoha, la aldea escondida entre las hojas.

Llegar a ésa etapa de sus vidas había sido muy difícil, ver caer camaradas uno a uno por causas tan tontas. Pero así cómo se habían perdido vidas en el camino unas cuantas se pudieron salvar, en el caso más extraordinario para todos: la resurrección del Yondaime de la villa.

Minato Namikaze se encontraba vivo.

¿Cuánto tiempo había pasado? Cuándo aquella alma fue regresada al mundo de los vivos se encontró en un horrible campo de batalla, ninjas matándose mutuamente, civiles intentando escapar de un terrible destino. ¿Había por fin llegado al infierno? Era muy probable que se encontrase entre el azufre y el fuego del averno. Todo le dolía, hasta abrir los ojos le provocaba bastante dolor… al darse cuenta de la situación supo que debía pelear aunque fuera en el infierno por intentar proteger a las almas que estaban intentando escapar de aquel lugar.

Se encontró de frente con un jovencito idéntico a él, no entendía exactamente que sucedía. Aquel niño de rubios cabellos, ojos azules, marcas de gato en las mejillas peleaba ferozmente contra otro ninja, a su lado más jóvenes peleaban por una causa: salvar sus vidas, las vidas de todos los habitantes de ese lugar tan extraño.

El segundo Sannin de la aldea escondida entre las hojas, había revivido a los cuatro antiguos Hokages de la villa. Aquellos que ya no eran de éste mundo tendrían que servirle para sus ideales, tal como lo hicieron el primero y segundo Hokage cuando asesinó a Sarutobi. Era su última jugada, si no quería morir tendría que usar a aquellos cadáveres.

Tan mal le había salido su jugada al hombre serpiente, los cuatro líderes de Konoha se habían unido para pelear contra Orochimaru. Ajustando cuentas con el ninja por haber profanado sus eternos descansos.

¿Pero porqué sólo él había quedado con vida?

Muchas preguntas seguían formulándose en su cabeza, aún sin entender del todo porque se le estaba otorgando una segunda oportunidad.

—¿En verdad está vivo?—una mujer de edad mediana veía emocionada lo que sus ojos captaban, podrían estarle jugando una mala jugada, pero estaba segura que sus ojos no la engañaban ante lo que veía.

—Lo veo y no lo creo—otro hombre se quedaba impresionado con lo qué también sus ojos estaban captando.

Las personas reunidas en ese momento no daban crédito, sentían una emoción nunca antes experimentada.

Un par de ojos cómo la luna observaban la situación, tampoco creyendo lo que estaba pasando a su alrededor. Intentó averiguar si se trataba de un genjutsu de enemigos, pero su kekei genkäi no la engañaba. Caminando una vez más entre el mundo de los vivos estaba el mismísimo Yondaime.

Estaba muy cansada, herida, desanimada con todo lo que había acontecido. Se encontraba aliviada por haber podido ayudar lo más que pudo, agradecía eternamente a Kami-sama por haberle permitido salvar a su adorado primo, Neji Hyuuga, a su padre, hermana y sobre todo, amigos. No había sido tan fuerte como hubiera querido pero realmente se había esforzado bastante.

—¡Vayan por ayuda!—escuchó varias voces, las personas que estaban viendo al hombre arrastrarse por las destruidas calles lo vieron desplomarse frente a ellos.

Se había visto sumergido en el agotamiento total, no evitando su caída al desfallecer ante una pequeña multitud.

Hyuuga Hinata, inmediatamente hizo lo qué tenía qué hacer.

La Cuarta Guerra Shinobi, había terminado con victoria para los perseverantes. Orochimaru estaba muerto aunque con su perecimiento también se había llevado muchísimas vidas inocentes. Al fin todo había terminado…

Un jutsu de invocación fue suficiente para transportar el cuerpo del hombre a un lugar dónde podría ser ayudado. Esa noche la ojiluna había firmado un pacto con el destino al salvarle la vida al no-muerto.

Aunque de por medio ella se encontrará con SENTIMIENTOS DE PAPEL.


Bueno, en realidad me encuentro bastante nerviosa por la aceptación de ésta historia. Nunca antes me había aventurado a hacer algo como esto, siento que estoy fuera de mi zona de confort y es peligroso (?)

Sin más quiero aclarar antes de empezar algunos puntos.

Habrá SasuHina, sí… es mi OTP, favorito e indudablemente no puede faltar en ésta historia.

Ésta historia estará catalogada como M, por temas adultos y violencia. Pero no se preocupen tendrá su mermelada sobre pan.

Aclaro de una vez, qué ésta historia tendrá un poco de todo. Si llego a salirme del contexto de la misma, agradeceré mucho qué me lo hagan saber.

Cualquier duda o aclaración no duden en mandarme un mensajito, yo con gusto responderé cada una de ellas.

Otra cosa muy importante, si ven éste long-fic en otro sitio qué no sea aquí he de pedirles qué me lo hagan saber. Si lo encuentran publicado bajo los nombres de Zimba Mustaine, Zyán Rose, soy yo chicas. De ahí en fuera no autorizo a terceras personas a publicarlo.