Sumary: Scorpius quiere salir con Rose, Rose no quiere intentar nada con Scorpius. Aunque, ¿Cambia de opinión? Rose cabreada, Scorpius deprimido y una cita que se fue al desagüe. ¿Puede Scorpius, con tu torpe parloteo, salvar el día?
Capítulo 1
Dame una Oportunidad
Rose miró nuevamente con desconfianza a Scorpius, quien solo le sonreía inocentemente. La chica Weasley no sabía qué hacer realmente, pero sabía que el muchacho no se iría hasta recibir una respuesta concreta. Esta vez, un "Piérdete, Malfoy", un "No quiero que respires el mismo aire que yo" o un "Desaparece, no tengo tiempo para ti" no le servirían. Sopesó por un instante porque no terminaba por acceder. Y casi al instante quiso abofetearse internamente por dudar de si misma, ¿Por qué no accedía? Porque Scorpius Malfoy era un estúpido mujeriego que quería llevársela a la cama. Y él mismo lo había admitido.
Bueno, quizás las palabras "Serás la madre de mis hijos, Weasley" no es exactamente una declaración explícita que quería decir "Terminarás teniendo sexo conmigo, Weasley" pero ella sabía lo que hacía. O eso suponía. Rose frunció el ceño y el rubio frente a ella se temió lo peor.
Vamos, Weasley... Dame una oportunidad, es lo único que te pido – jugó su última carta
Muy bien, Malfoy... Saldré contigo – respondió al fin sin estar muy segura de su respuesta. A Scorpius se le iluminó el rostro
¿En serio? – parecía un niño la mañana antes de navidad
Si, idiota, te he dicho que sí – contestó de forma un tanto brusca. Poco le importó al chico, quien sonriendo como enamorado le estampó un sonoro beso en la mejilla y se alejó gritando "¡Saldré con Rose Weasley!"
Muchos estudiantes que se hallaban en el mismo pasillo miraron curiosos a la chica en cuestión, la cual solo pudo ruborizarse intensamente y comenzar a caminar a su siguiente clase con el libro de Transformaciones tapándole la cara.
En el almuerzo, fue interceptada por todas sus primas. "Maldita sea la hora en la que todos los Weasley debían acabar en Gryffindor" pensó con amargura mientras trataba de ignorar las preguntas que las pelirrojas le lanzaban
Suelta prenda, Rosie – suplicó Lucy Weasley de manera exasperada
Estoy almorzando, Lu – respondió Rose sin dejar de mirar su plato de patatas asadas, a las cuales inesperadamente les perdió el gusto
¡Rose! – exclamaron todas. La pelirroja las miró. Estaban en fila y la veían suplicantes, desde Dominique, la mayor de todas con diecisiete, hasta Lily, la más pequeña que contaba con catorce años de edad.
¿Qué quieren de mí? – cuestionó Rose suspirando – ¿quieren que les diga si saldré con Scorpius Malfoy? Pues sí, si lo haré.
¿Cuándo te lo ha pedido?
¿Cómo te lo pidió?
¿Qué hizo?
¿Qué le dijiste exactamente?
¡Esperen! – las detuvo antes de que le lanzaran más preguntas. Ellas la miraron expectantes – Me lo ha pedido esta mañana, antes de que entrara a Transformaciones, en el pasillo que da a la Biblioteca. Fue muy normal, como de costumbre. Llegó con su pose "Te mueres por mí" y me dijo: "Tienes que salir conmigo la próxima salida a Hogsmeade, Weasley. ¿Qué dices?" Pasé veinte minutos siendo acosada hasta que acepté.
Oh... – un coro de exclamaciones de desilusión salió de sus gargantas. Rose arqueó una ceja
¿Qué esperaban? ¿Una novela? – comentó burlonamente y grande fue su sorpresa cuando las vio asentir. Tornó los ojos y se limitó a seguir comiendo
Rose pov.
¿Quién lo diría? ¡Acepté salir con Malfoy!
Después de eso, no tuve que soportar ninguna escena... Bueno, hasta que llegó la hora de Pociones. Pociones es, curiosamente, la única clase que compartimos con los de Slytherin. Yo estoy acostumbrada a sentarme con Lucy, ya que además de Albus era la única que cursaba conmigo. Y Albus se sentaba con el engendro... ¿Estaría bien que lo llamase engendro cuando acepté salir con él?
¡Srta. Weasley! – gritó lleno de alegría Slughorn al verme entrar junto a mi prima. Toda la clase lo miró confundida, incluyéndome – ¡Estoy tan feliz por usted y el Sr. Malfoy! ¡Jamás creí que vería esto! – Todos a estas alturas trataban de contener las risas. Yo sonreí forzadamente y me movilicé hacia mi puesto, pero el profesor me detuvo – ¡Nada de sentarse con la Srta. Weasley! – algo extraña la frase si me lo preguntan – Siéntese con el Sr. Malfoy. Potter, haga el favor de sentarse con su otra prima
Yo, muy a mi pesar, me encaminé hasta el puesto de mi primo, quien me sonreía claramente divertido. Se sentó junto a Lucy y ambos se rieron por lo bajo al tiempo que yo tomaba asiento junto a Scorpius, quien fruncía los labios aguantándose las ganas de soltar una carcajada. ¿Qué era yo la única persona molesta por esta situación? Esperen... ¡¿Le dije Scorpius?
Slughorn pasó los próximo treinta y cinco minutos hablando de lo encantado que estaba con la noticia, después de todo le había dado clases a muchas generaciones de Weasleys y Malfoys y jamás los había visto llevarse bien. Según él, también le recordábamos a los abuelos paternos de Albus. Después de su cháchara, enterré mi cara en mis manos completamente sonrojada.
¿Algo podía ir peor?
Scorpius pov.
Si alguien me hubiese dicho que Rose Weasley aceptaría por fin salir conmigo, me hubiera reído. Pero ahora estaba... ¿Exultante? Si, exultante de que así fuera. ¡Iba a salir con ella! ¡Rose Weasley! No podía creerme mi suerte. Llevaba 3 años tratando de que se fijara en mí y ni la hora me daba. Lo cual es algo difícil pues su tía y su abuela me aman como un hijo y me paso las vacaciones metido en su casa.
Claro, algo más difícil de creer era que Slughorn se iba a poner así. ¿Habría perdido la cabeza ya? Digo... él mismo acaba de afirmar que lleva años (¡Y cuantos años!) de darle clases a generaciones y generaciones de Malfoys y Weasleys.
Miré a la pelirroja junto a mí, la cual tenía la cara enterrada en las manos y las orejas de un tono rojo brillante. ¿Estaba avergonzada? Fruncí el ceño tratando de adivinar que estaría pasando por su cabeza hasta que ella se destapó la cara, ya de su color natural, y me miró pensativa y con los ojos entrecerrados. Separó los labios para hablar justo cuando el timbre sonó. Le sonreí y ella suspiró.
Scorpius... - ¿Me ha llamado por el nombre? En definitiva, esta mujer me tiene mal. Vi como comenzaba a recoger sus cosas – Se me había olvidado... Que... bueno, me dijiste que querías que saliéramos la próxima salida a Hogsmeade, pero no me has dicho la hora ni nada.
Pensé que podríamos aclararla luego, falta mucho para el sábado – respondí tomando su bolso y los tres libros que tenia afuera. Ella sonrió levemente
Hoy es viernes – dijo mirándome divertida. Jamás la había visto tan hermosa... Ya va... ¡¿Qué?
¡¿QUE? – exclamé sorprendido – ¡NO! ¡Mañana no puede ser sábado!
¡Yo necesitaba más tiempo para mentalizarme la idea de que iba a salir con ella!
FannyLu pov.
Rose rió melodiosamente ante la cara de tragedia griega que el chico puso. Scorpius se quedó embobado viéndola y no notó que había comenzado a caminar hacia la salida. La siguió.
Entonces, ya que están ubicado en el espacio/tiempo – caminando junto a él, más cerca de lo que nunca había estado – ¿A qué hora quedamos?
Pasaré por ti a las diez de la mañana, quiero llevarte a un lugar que te gustará pero queda un poco lejos – contestó Scorpius con las mejillas levemente sonrosadas ante la cercanía de la chica, Rose lo hacía sentirse extraño. Como ninguna mujer lo había logrado hacer – Entonces quiero que sea relativamente temprano... pero sé que te gusta dormir hasta tarde, así que...
¿Cómo sabes eso? – inquirió un tanto asombrada la chica. Scorpius la miró parpadeando también perplejo, eso no debió haberlo dicho... – ¿Cómo lo sabes? – repitió Rose sin apartar sus ojos de los de él
Investigo todo lo que me interesa – comentó el rubio de forma sincera mientras se detenía frente al tapiz de la Sra. Gorda, la cual estaba acompañada de su amiga Violeta – Y... ser amigo de Albus tiene sus ventajas
Rose lo miraba embelesada. Jamás un chico le había dicho algo como eso. Scorpius le tendió el bolso y ella lo tomó. Se miraron durante unos instantes más antes de que el rubio se inclinara y posara suavemente sus labios en la mejilla de la chica Weasley.
Te recojo mañana a las diez y quince – dijo con una última sonrisa al apartarse – también se que te gusta pasar quince minutos mirando al techo antes de levantarte de la cama – le guiñó un ojo y dando media vuelva se encaminó a su sala común.
La chica se mordió el labio inferior, confundida e idiotizada ante las palabras y el acto del joven mago. Su mano viajó hasta su mejilla y se ruborizó hasta las ojeras.
Quizás, después de todo... no era mala idea darle una oportunidad.
R/S – R/S – R/S
