¡ATENCIÓN, FANRUBIUS ARMY! (See, ahora los llamaré así)
Este fic corresponde al especial San Valentín, ya tenía otro, pero no me gustaba y me aburría escribirlo. Así que, no planeaba subirlo porque iba a correr peligro de ser descontinuado, o que a ustedes les aburra, Y MI MISIÓN AQUÍ Y AHORA ES ENTRETENER A LA FANRUBIUS ARMY!
¿Subiré después el ``fic mierda de San Valentín´´?: ¡Sí! Pero eso se dará luego de finalizado Notice me Senpai, así que hay para rato... igual no es algo de otro mundo, es Negitoro (Es TERROR SHOW JAPONÉS, CARAJO)
Y sí, fueron 8 páginas de pura mierda y 5 mil palabras al pedo ._. y lo peor de todo es que me aburrí y tuve que empezar de cero, así que espero entretenerlos con este fic, que según mi equipo de FanRubius`s Entertainment, mi abuelita y mi mono capuchino alemán de diez cabezas ``Johnny´´ este fic es MUCHO, PERO MUUUCHO mejor que el anterior que había escrito.
Y ahora, las ADVERTENCIAS, porque sé que puedes traumarte con tanta subnormalidad junta
¡ADVERTENCIA, CUIDADO, WARNING, EEEEEPA! ESTE FIC ESTÁ CATALOGADO EN ``M´´ POR COSAS DE LA VIDA REAL Y BASTAAANTE DRAMA DE POR MEDIO, ASÍ QUE TRAE TUS CAJAS DE PAÑUELO Y VARIOS KILOS DE HELADO PORQUE VAS A LLORAR MÁS QUE TU HERMANA CUANDO LA RECHAZARON PARA BRAZZERS (chistes de WDFshow (?) okno ._.) si lloras te ganaste un beso en la frente y un helado,... yo que tú mentiría
Estás advertido...
Eran las seis y media de la tarde, una simple mirada al reloj de la sala bastó para hacer evidente su fastidio. Estaba bastante aturdida y nerviosa, estrujó levemente el mantel de aquella gigantesca mesa rectangular; se mordió el labio inferior y dirigió su vista de regreso a su plato de comida…
La misma rutina de siempre, de lunes a viernes ir a la escuela, los sábados a su psicóloga y los domingos,… la terrible tortura de tener que visitar a sus familiares en la casa de sus abuelos.
No es que tuviese algo en contra de ellos, es solo que eran muy escandalosos, sus primos eran un poco menores a ella y he de decir que son varios, y además para su tortura, de la misma edad.
Uno de sus primos, un chico de 8 años, peli rosado se dirigió hasta su tío, un hombre de pelo negro, una jovial sonrisa, un poco de barba poblando parte de su rostro. El chiquito peli rosado tironeó de la manga del tipo, atrayendo su atención
- Tío, tío… ¿Por qué Luka chan no habla? ¿Acaso es estúpida?- la madre del pequeño abrió los ojos con incredibilidad y tomó un pequeño mechón de pelo del menor
- ¡Yuma, eso no se dice! ¡Discúlpate en este instante!- el hombre morocho sonrió nervioso
- N-no le hagas eso, son niños y tienen sus preguntas- el peli rosado Yuma se encogió de hombros con inocencia y dirigió sus dorados ojos a la adolescente callada, que en este caso era su prima
- Solo quería saber por qué nunca habla- la madre del pequeño suspiró agotada y le ordenó terminar su plato de guiso, precisamente la comida que habían servido los abuelos en el almuerzo junto a su familia.
El hombre morocho regresó su mirada al frente para seguir hablando con su cuñado acerca de una especie de partido de fútbol, pero antes de abrir la boca para reanudar la conversación, sintió un tironeo en la manga de su camisa, era su hija
- ¿Ocurre algo, Luka chan?- dijo el mayor enseñándole a su hija una tierna sonrisa. La peli rosa dirigió su mirada al pasillo de la casa de sus abuelos, y el hombre inmediatamente comprendió –Ya veo, de acuerdo, tómate tu tiempo y ten cuidado al salir- La peli rosa Luka asintió y se levantó de su silla, y pidió permiso con un leve y casi inaudible ``Con permiso´´.
Su tío estuvo a punto mantenerla en la mesa con un interminable interrogatorio, pero fue frenado por su esposa, quien le dijo
- Deja en paz a la pobre niña introvertida.
Luka logró escucharlo, más lo ignoró y salió al patio de la gran casa de sus abuelos.
Por suerte era una finca bastante extensa, sí, su familia estaba muy bien acomodada. Cualquiera que la viera creería que es la ``típica niña rica´´ arrogante, que odia a los inferiores, pero no…
Ella no puede llevar una vida normal, ni siquiera tiene la valentía para afrontar al más mínimo de los desafíos. Y le dolían las palabras que decían de ella ``Pobre Niña Introvertida´´ ``La Rarita´´, ningún apodo que le pusieran, por más inofensivo que fuera, le gustaba.
Odiaba eso de ella misma, ser tan débil.
Metió sus manos en el interior de sus bolsillos buscando calor, era otoño y en los valles el frío era casi insoportable, por fortuna había venido preparada, unas botas negras, un pantalón de jean bastante abrigado color azul cobalto desgastado, una polera mangas largas blanca, una abrigada campera con capucha color aguacate, una bufanda gris combinando con un bonito beanie del mismo color.
Sacó su mano derecha de su bolsillo con un MP3, se colocó los auriculares y buscó en la lista de reproducción una de sus canciones favoritas.
Al fin la encontró y la seleccionó. Y se dejó llevar por la melodía acústica de la canción
Oh, Life is bigger
It's bigger than you
and you are not me
Su canción favorita le quitó todos sus problemas de su mente, ``Losing my Religion´´ era como una terapia fácil y rápida. Sin necesidad de esfuerzos.
Se dejó llevar por la música y lentamente caminó por el patio de la finca, explorando todas las plantaciones de viñedos que sus abuelos producían y comercializaban. Caminaba a paso lento para evitar caer al suelo, ya que estaba levemente poblado de blanquecina nieve…
That's me in the corner
that's me in the spotlight
losing my religion
Pasó su mano acariciando las uvas de las parras, sintiendo el frío contacto palpándose en su piel.
Y rápidamente recordó su escuela, el frío tacto que tenían sus compañeros con ella, le dolía… le hacía sentir un bicho raro entre toda una comunidad de seres normales.
But that was just a dream
that was just a dream
Luka echó un suspiro con pesadez, ya eran casi siete menos cuarto, y ya quería regresar a su casa y encerrarse a su habitación y dormir. Más que mal, quería hacer algo que le gustara antes de volver a clases.
- ¡Luka chan!- escuchó decir a su padre, tímidamente se dio la vuelta encarándolo –Es hora de volver, ¿Estás lista?- Luka asintió y ella y su padre fueron a despedirse de sus familiares e ingresaron al auto.
Luka sintió alivio al ver que ya estaban regresando a su casa, por fin podría descansar y escuchar algo de música. Su pasatiempo favorito.
- Vaya que ha sido una cena muy bizarra- su padre se rió de su chiste sin gracia, pero la peli rosa permaneció en silencio. Como el que ya su padre ya estaba acostumbrado.
El morocho condujo su auto por la carretera, llegando a la ciudad y por fin, estacionando al frente de una gran casa blanca, con techo azul cobalto y unas grandes rejas negras protegiendo la entrada de malhechores.
Luka se bajó del auto y abrió con sus llaves las rejas de la casa, dejándoselas abiertas para su padre, y a continuación entró a la casa. Una amplia, pero solitaria casa.
Subió las escaleras que dirigían directamente al piso de arriba, donde precisamente se hallaba el cuarto de su padre, el baño y por último, al final de pasillo, su solitaria habitación.
Ingresó por la puerta blanca y finalmente se encerró en su adorado mundo, deshaciéndose de sus preocupaciones.
Buscó entre su cajón de ropa su ``pijama´´, un sencillo pantalón jogging azul oscuro tirando a negro y una camisa holgada que antes le pertenecía a su padre de color blanca.
Puso en el MP3 algo para distraerse… quizás una buena canción alivie un poco su tenso cuerpo…
All the things I know right now
if I only knew back then
Muy bien, una canción movida, divertida… ¿Qué mejor que eso para olvidarse de sus problemas?
Su tren de pensamiento se perdió en la canción, algo que amaba, era la música. Por desgracia, era demasiado tímida para siquiera hablar con una persona, o al menos tener una conversación fluida con su padre. Nada. Era una total cobarde.
Wish I could spin my world into reverse
just to have you back again
Vaya que algún día desearía ser normal,… pero simplemente no podía.
Porque su maldita discapacidad se lo prohibía, y le vivía repitiendo cada segundo
`` ¡Tú no eres normal! Deja de intentar encajar en la sociedad, eres patética´´
Y nuevamente, el remordimiento interno que siempre sentía. Vaya, es simplemente terrible… pero inevitable.
- Maldita… sea…- susurró para sí misma, y cerró los ojos. Y se durmió…
El despertador sonó. Una mano aplastó el botón de apagado, haciéndolo callar.
Entre las sábanas emergió un gruñido molesto ¿Tan rápido había amanecido?
Con fastidio se dirigió al baño, a lavarse la cara con agua fría, para despertarse.
Al terminar de despertarse, se dirigió a la cocina, siendo recibida por su padre
- Buen día, princesa ¿Dormiste bien?- sin ser grosera, asintió a lo dicho por su padre y este expresó su aprobación –Me alegro. Ten, aquí te hice un desayuno delicioso solo para ti- Luka detectó la irónica broma de su padre, que ella recuerde, siempre estuvieron solos
- Gracias- susurró en señal de agradecimiento, era su padre, la persona que la crió cuando su madre murió después del parto. No podía despreciarlo por más que en algunos casos lo intentara, era tan bueno, servicial… que simplemente sin él no sería nadie.
- Apúrate y ponte la ropa de la escuela, recuerda que vendrán a buscarte- dijo su padre, Luka asintió. Terminó su desayuno y regresó a su habitación a cambiarse la ropa.
Finalmente estuvo lista, y esperó en la puerta, vestía su uniforme de gimnasia, con el permiso de la escuela, obviamente. Consistía en un pantalón jogging gris, un buzo del mismo color, zapatillas de gimnasia, una campera con capucha azul oscura y su inseparable beanie en su cabeza.
Se quedó esperando en las afueras de su casa. Jugó un poco nerviosa con sus manos cubiertas por unos guantes negros, como haciendo una pelea de pulgares con ella misma
- `` Vamos, apúrate… SeeU´´- pensó con nerviosismo, no le importaba llegar tarde, podían perdonárselo, más que mal era una alumna perfecta. Pero era una lástima que era muy callada, hasta sus profesores mencionaban que tenía un ``Crecimiento doloroso en el habla, lástima que no pudiese expresar con grandiosa fluidez´´, como si a ellos les doliera…
De repente sintió unos pasos acelerados aproximándosele, y advirtió de inmediato que se trataba de su mejor amiga SeeU
- ¡Lo siento, Luka chan! Me quede dormida…- se excusó una rubia de orejas felinas, vestía de la misma forma que Luka, pero sin un gorrito como el beanie en la cabeza.
- No importa- dijo en voz baja, para la rubia.
- En fin, será mejor ir recuerda que Meiko chan nos está esperando- Luka asintió y SeeU pasó un brazo por encima de los hombros de la peli rosa y exclamó con una sonrisa -¡Vámonos!-
Llegaron a la escuela rápidamente, ingresaron al salón correspondiente y rápidamente se acomodaron en sus respectivos asientos.
Luka observando la ventana y SeeU a su derecha. Con su amiga Meiko al frente. Meiko era una chica de diecisiete años, al igual que Luka y SeeU, pero con la diferencia que era portadora de una hermosa melena lacia y castaña, que le llegaba hasta mitad de los hombros, ojos color miel y un cuerpo esbelto, digno de una mujer de respeto.
El profesor aún no llegaba, y eso les permitió algo de charla entre ellas. Pero fue rápidamente interrumpida por la culpa de un grupo de chicos, todos los estudiantes dentro del salón dirigieron su vista a los tres tipos.
Un peli azul bastante atractivo, alto, de ojos del mismo color. Portaba el uniforme de gimnasia gris, una campera negra y su característica bufanda azul, su nombre… Kaito Shion, más conocido como ``el playboy de la escuela´´.
En la derecha estaba un rubio con el cabello atado a una coleta, mismo uniforme al del peli azul pero sin bufanda, ojos celestes y mirada encantadora, para más información, Len Kagamine.
Y por último, era una chica de contextura pequeña, dueña de una frondosa melena domada por dos coletas agua marinas, ojos de la misma tonalidad, y una voz perteneciente a los ángeles… lástima que ella… no era para nada un ángel
- ¡Megurine!- gritó la peliacua, llamando la atención de la nombrada -¿Qué tanto ves con esa cara de estúpida?... Ay no, espera… ya recordé, siempre eres estúpida…- el grupito de tres se echó a carcajadas frente a la peli rosa, atrayendo las risas de sus demás compañeros
SeeU gruñó enfadada ante los insultos que lanzaba la mocosa
- ¡Hatsune!- gritó el apellido de la engreída peliacua, quien le miró retadora a la rubia de orejas felinas
- ¿Qué quieres, Dan Hee?- la Hatsune se miró sus uñas pintadas de rosa con arrogancia
- Vuelve a insultar así a mi amiga, y créeme que las consecuencias no serán las mismas- la rubia de orejas felinas apretó sus manos en forma de puños con auténtica ira, blanqueando sus nudillos del enfado
- Uy sí, cuidado chicos… Estamos frente a una gatita mala- Kaito puso una mano sobre el hombro de la menor Hatsune
- Jajaja, tienes razón… y tú- dijo señalando esta vez a SeeU – te arrepentirás si le haces daño a mi chica- SeeU gruñó en señal de fastidio y se volteó a ver a su amiga Luka, quien la miraba impresionada, más Meiko solo tenía una mirada seria al pupitre de Luka
- Mierda,… esa Hatsune Miku es un asco de persona, maldita ``niña rica´´ y sus tontos noviecitos- murmuraba Meiko, Luka sobó su hombro para intentar calmarla. La peli rosa estaba muy nerviosa, siempre era lo mismo, levantarse, ponerse el uniforme, ir a la escuela y… enfrentar el bullying que le hacían
- Cierto, deberían expulsarla… o al menos que alguien la haga pagar, es inaudito y todo va dirigido a aquellos que son ``inferiores´´ a ella- dijo SeeU y Meiko interrumpió
- O querrás decir, a todos… Kaito y Len son solo sus perros, si alguien la molesta sus ``perros´´ serán los primeros en saltar a defenderla-
- Bueno…- habló Luka con su voz suave, apagada, silenciosa -… Supongo que el que le den una lección primero sería de buena manera,… es horrible ver primero las cosas por las malas…- la Megurine bajó la mirada a sus dedos, jugueteando con ellos bastante nerviosa
- Sí, lo sé… pero ya es agotador ¿No? Es horrible que se crea la gran cosa, imagínate si sufriera bullying-
- Yo no le deseo el bullying a nadie- interrumpió Luka a lo que SeeU se quedó callada bastante impresionada -… ni siquiera a mi peor enemigo, ni siquiera a Miku-
Meiko suspiró agotada y le dijo a las chicas que el profesor había llegado
- Buenos días, clase. Abran sus libros en la página diez…-
Y nuevamente,… otro día monótono…
- ¿Y cómo te sientes hoy, Luka?- dijo una rubia, con ropa bastante formal, su vista estaba dirigida a un cuaderno mientras garabateaba en él. La aludida se encogió de hombros -¿Podrías ser más específica?-
- Me siento… bien- respondió la menor peli rosa. La rubia anotó lo dicho por la joven y le regaló una sincera sonrisa
- Es bueno saber, ¿Has intentado hacer algo nuevo?-
- …- Luka meneó la cabeza en señal de negación
- Ya veo,… bien, por hoy terminamos, recuerda que el próximo sábado tienes sesión a las tres, no te olvides- dijo la rubia y Luka se paró del diván y se dirigió a la puerta –Trae a tu padre, necesito hablar con él-
Luka asintió obediente y giró la manija de la puerta y llamó a su padre con unas señas. El morocho se acercó hasta el umbral de la puerta blanca de la psicóloga
- Quédate aquí. No tardaré- su padre le regaló una tierna sonrisa, y Luka asintió.
La Megurine se sentó en uno de los asientos de espera. Puso sus codos sobre sus rodillas y reposó su cabeza en sus manos, mirando indiferente el blanco suelo del pasillo.
Ya estaba acostumbrada a estas cosas, esperar a su padre mientras que este hablaba con su psicóloga. Ya estaba acostumbrada a ser la paciente estrella de los psicólogos… ya hasta lo hacía sentir parte de su vida, pero es que así era.
Así era su vida…
Para su desgracia la espera tardó un poco más de la cuenta, eran las cuatro de la tarde, y había llegado a su sesión a las dos.
Pero Luka tenía desconocimiento sobre lo que hablaba su padre con su psicóloga…
- Fred, tienes que sacar a tu hija más seguida, tienes que incentivarla. ¿Qué es lo que a ella le apasiona?- el morocho despeinó su cabello alborotándolo de la presión
- Este,… a Luka chan le gusta mucho la música y…-
- ¡Es perfecto!- el padre de Luka ``Fred´´ dejó de rascarse la cabeza para ver a la psicóloga, Sweet Ann – Con ese incentivo es más que suficiente para que encuentre su camino, progresar y superar esta fobia. ¡Llévala ahora mismo al centro comercial!-
- ¿Al centro comercial? ¿No será un gran paso para Luka?-
- Siempre es bueno darle retos, además, es joven y es una adolescente. Los adolescentes odian que los traten como niños, y si Luka no es la excepción, es perfecto para superar sus males- expresó Sweet Ann con bastante alegría
- D-de acuerdo… lo intentaré-
- Perfecto entonces, recuerda venir el próximo sábado a las tres- Fred asintió y se despidió de la psicóloga.
El morocho se dirigió hasta su hija, y con un movimiento de cabeza le indicó que lo siguiera.
Luka sin chistar lo obedeció.
- Ne, Luka chan…- dijo Fred ingresando al auto rojo, estacionado al frente de una casa normal, donde atendía la psicóloga
- ¿Sí?- preguntó suavemente, sin elevar la voz
- Necesito hacer unas compras y… no podemos regresar a casa antes, así que… ¿Me acompañarías al centro comercial?-
Balde de agua fría.
Luka palideció ante la idea, pero la mirada expectante de su padre la hizo pensar.
No podía negarle, él siempre hacia lo que ella necesitaba. Jamás le privó de algo que le gustara, y sinceramente… le debía mucho, pero mucho a su padre.
Luka se mordió el labio inferior y dirigió su mirada a la ventana, y finalmente echó un suspiro
- Está… bien- dijo a secas.
Pero por más ruda que fue su respuesta, a su padre se le iluminaron los ojos con un extraño brillo de felicidad
- ¡Muchas gracias, cariño! ¡Te lo agradezco tanto! ¡Te compraré lo que quieras! ¡Muchas gracias!- Fred expresó su alegría con bastante euforia, cosa que hizo sacar en Luka una tímida sonrisa…
Fred estacionó el coche en la extensa playa de estacionamiento. Luka se bajó primero, Fred apagó el motor del auto y se bajó también.
Ambos se dirigieron lentamente hasta la entrada del centro comercial, puesto a que Luka dudaba a cada paso que daba, pero por fortuna su padre la esperaba paciente a que caminara.
- ``Mierda, esto será más difícil de lo que creí´´- pensó Luka.
Finalmente llegaron hasta la puerta automática del centro comercial, al atravesarla, Luka se asustó levemente. N había esperado tan repentina acción por parte de una puerta.
Su padre rió levemente. Pero eso no le importó a Luka, ya que dirigió su vista a una tienda de objetos musicales.
Fred advirtió eso y dibujó una suave sonrisa en su rostro
- ¿Allí quieres ir?- Luka lo miró unos segundos y asintió levemente –Genial- el mayor le entregó dinero a Luka y le dijo –Ten. Si necesitas más estaré en la tienda del frente- dijo señalando una tienda de indumentaria deportiva.
- Sí…- dijo en voz baja y fue a ver la vidriera del sitio.
Se hallaba maravillada, ukeleles, guitarras, baterías, instrumentos de viento hasta mesas de mesclas, o inclusive CDs eran cosas que estaban puestas en vidrieras.
Luka alzó la vista y notó a tres chicas atendiendo, una rubia alta de pelo largo, una chica más baja que la rubia ya mencionada pero de pelo verde y por último, una chica que cautivó la atención de Luka. Una rubia de pelo corto, quizás hasta los hombros, de contextura pequeña, que le sonreía a su cliente, que parecía tan natural más que la cortesía del trabajo. Sus manos estaban en su espalda y podía distinguir un pequeño sonrojo en sus pómulos ``Hermosa´´ pensó Luka.
Pero de un acto inesperado, la rubia dirigió su vista a Luka, la Megurine desvió su mirada a los instrumentos de la vidriera, fingiendo verlos interesada. Nerviosismo, presión, ansiedad… todo eso componía lo que hace rato era una sumisa adolescente de pelo rosa.
Luka inhaló aire suavemente y se adentró a la tienda rápidamente.
Ya dentro, dejó ir todo el aire que contenía en sus pulmones.
Y nuevamente, las miradas de la rubia y peli rosa, se cruzaron. Luka dirigió su mirada a los CDs fingiendo interés en comprarlos. Pero en su interior ya presentía que esa rubia de pelos cortos se dirigía hacia ella, con una tierna sonrisa, mejillas sonrosadas y un peculiar moño en su cabello
- Bienvenida a Crypton, ¿En qué puedo ayudarle?- dijo la rubia con cortesía. Luka quedó paralizada al escuchar su voz, suave, aniñada… le recordaba a alguien más… Luka dirigió una tímida mirada al pecho de la menor, debido a que en su uniforme, una sencilla camiseta azul marino y pantalones negros, se hallaba una credencial que decía el nombre de la chica:
Soy Rin, un gusto en ayudarte
La rubia, lejos de extrañarse de lo callada que estaba su clienta dirigió su vista a los CDs que Luka miraba
- ¿Te interesa comprar uno?- Luka sintió una bomba estallar en su cabeza, y rápidamente tomó un CD al azar y se lo entregó a la chica.
La rubia se exaltó al movimiento imprevisto por su clienta. Pero tomó el CD y le dijo a continuación
- Sígueme- le regaló una linda sonrisa a Luka, la rubia lucía un poco menor a ella, o quizás solo era bajita. Sea lo que sea, su rostro se le hacía familiar. La rubia le cobró el objeto, Luka le entregó tímidamente el dinero.
La rubia Rin le entregó el cambio junto a una bolsa pequeña del local con el Cd en su interior
- Gracias por su compra, que tenga buen día- Rin le regaló una tierna sonrisa a Luka y esta asintió. Aún callada.
Salió de la tienda abrazando la bolsa de Crypton, aún sentía sus dedos temblar de la emoción. Y fácilmente notó a su padre esperándola afuera de la tienda con una bolsa en mano, con lo que contenía algo parecido a vegetales y otros víveres.
El Megurine mayor sonrió totalmente incrédulo a lo que veía. Su hija por fin había hecho algo por sí sola. En un lugar repleto de extraños. Sin su ayuda. Y ni siquiera había tenido esos ataques de nervios de los que tanto temía.
Fred arremolinó con cariño las hebras rosadas de su hija menor con cariño
- ¿Conseguiste lo que querías?- pregunta obvia, debido a que la menor cargaba una pequeña bolsa entre sus brazos. Luka asintió –Perfecto, será mejor irnos-
Luka volvió a asentir y siguió a su padre.
Su mente se hallaba concentrada en la chica de los CDs, sin duda aquella belleza inocente la había cautivado.
Y su melodiosa voz,… ya querría volver a la tienda a admirar a la rubia en silencio, ya que era demasiado cobarde para iniciar una charla.
Luka ingresó al auto, y Fred imitó la acción. El morocho encendió el motor del auto, arrancó y se fueron del centro comercial.
El Megurine mayor no podía estar más que feliz, más su hija solo estaba hundida de pensamientos… ya quería volver para ver a Rin…
- ``Rin,… es lindo nombre´´- pensó Luka y al instante se ruborizó al instante…
El viaje fue ameno y bastante silencioso. Por fin llegaron a la residencia Megurine, y Luka fue inmediatamente a su habitación a dejar su nuevo CD en su cuarto.
Pero instantáneamente se le ocurrió una mejor idea,… buscó una vieja e inutilizada caja de zapatos y dejó el CD en su interior. A continuación lo deslizó por debajo de la cama, escondiéndolo de la vista de todos.
- Y dime, Luka chan ¿Cómo te sientes hoy?- empezó con la típica pregunta, su fiel y confiable psicóloga Sweet Ann.
Luka pareció meditar la respuesta silenciosamente, y tras unos segundos de espera dijo en un casi imperceptible susurro
- Estoy… feliz-
- Eso es perf-¿¡Qué!?- Luka se sobre saltó al escuchar a su psicóloga casi perdiendo la cabeza –E-es decir… ¿En serio? ¿Esto se deba a algo en especial?-
- Rin- no pareció meditarlo, la psicóloga rápidamente garabateó la respuesta de su paciente en su libreta. Quien quiera que sea Rin, de algún modo estaba ayudando bastante…
- ¿De dónde es Rin?-
- Centro comercial- nuevamente, volvió a responder sin titubeos o pensarlo dos veces
- Excelente… bien, Luka chan… ahora dime, ¿Desde cuándo viste a Rin?- la rubia dirigió su mirada a su paciente, quien hacia muecas intentando recordar
- Dos…-
- ¿Días?-
- Semanas… Dos semanas, dos días, los sábados…- fue suficiente para Sweet Ann como para descubrir que Luka estaba viendo a la tal Rin los sábados únicamente, por lo que se habrá visto dos veces
- Excelente, Luka chan… en fin, nuestra sesión termina temprano, debes estar agotada- Luka se encogió de hombros ante la pregunta de la mayor –Tomaré eso como un sí, por favor haz pasar a tu padre, ¿Sí?- Luka asintió y se levantó del diván, dirigiéndose primordialmente hasta la puerta, abriéndola.
Su padre le dirigió una mirada expectante, ya sabiendo lo que debía hacer.
Nuevamente entró a la habitación con la psicóloga, pero no sin antes decirle a su hija que espere.
Luka resopló su flequillo y acomodó su inseparable beanie gris, se sentó en una de las sillas de madera a esperar a su padre, paciente…
Mientras tanto, en la habitación de la doctora Sweet Ann. Ella y el morocho discutían un poco
- ¿Y cómo está Luka chan? ¿Algún progreso?- Fred metió sus manos en los bolsillos de su pantalón, intentando contener su nerviosismo, pero fue calmado por la respuesta de la psicóloga
- ¡Cómo no tienes idea!- Fred enarcó una ceja confundido ante lo recién dicho –Te lo explicaré, antes siempre le preguntaba cómo se sentía… pero su respuesta siempre fue un ``bien´´, pero ahora dijo estar feliz- El Megurine abrió los ojos incrédulo
- ¿Cómo?-
- Lo que escuchaste, y todo se debe a que en el centro comercial al parecer tiene una amiga nueva-
- ¿Amiga nueva? Pero si todas las que tiene son Meiko y SeeU-
- Exactamente, por eso la llevarás ahora mismo al centro comercial-
- ¿Es por eso que la sesión acabó tan rápido?- preguntó el morocho algo divertido
- ¡Sí! Llévala ahora mismo, no hay tiempo que perder- Sweet Ann estaba, prácticamente, echando al padre de su paciente.
- L-lo haré- sentenció Fred
En un auto bastante silencioso, un morocho conducía hasta el centro comercial con su hija, extrañamente feliz internamente…
Luka tenía su mente puesta en Rin, ahora estaba decidida a hablarle sea como sea. Después de todo, la chica lucía bastante inofensiva, no como otra a la que creyó igual…
- ``Ugh… deja de pensar en Miku y enfócate en el presente´´-
Luka sacudió su cabeza quitando de su mente a todo lo que tenía que ver con Miku.
Fred estacionó el auto y Luka se bajó rápidamente y corrió hasta el centro comercial.
Su padre iba a gritarle que lo esperara, pero luego recordó, que debía dejar de tratar a su hija como un bebé
- Tu pequeña niña está creciendo, Gemma- susurró Fred, haciendo alusión a que le hablaba a su difunta esposa.
Luka llegó rápidamente al centro comercial, eran las cuatro y media, y la tienda como siempre se hallaba abierta. La peli rosa regularizó su respiración y tomó valor suficiente para volver a ingresar. La misma rutina que estos dos últimos sábados. Ingresar, observar unos segundos a Rin, comprar un disco cualquiera y retirarse…
Parecía una rutina estúpida, pero bastaba para hacerla feliz.
Ingresó al local y vio con fingido interés los discos, solo las imágenes en realidad. Ni siquiera leía los títulos. Y nuevamente, la rubia de pelos cortos llegó para servirle
- Oh vaya, tú otra vez- Rin dejó escapar una pequeña risa cómplice –Se nota que te gusta la música, ¿Verdad?- Luka desvió la mirada de los hipnóticos ojos azules de Rin para mirar los CDs, pero para salvar la situación asintió levemente, y Rin al parecer, al instante entendió –Veo que eres tímida, no te preocupes, dime… ¿C-cómo te llamas?-
Luka levantó la mirada exaltada, ¡Le estaba preguntando su nombre cuando tendría que haber sido ella la que preguntara primero!
Momento, mientras pensó eso habrá quedado como una idiota que se habrá olvidado su nombre, ¡Responde rápido, maldita sea!
- L-Luka…- respondió en un susurro tímido -…Megurine Luka…- Rin se acarició la barbilla
- Megurine,… Luka, lindo nombre- la rubia le sonrió a la de pelo rosa. Pero Luka se sintió más confundida que halagada
- ¿No dirás que es nombre de chico?-
- Jajaja,… no te preocupes, de todos modos también tengo un nombre de chico…- sonrió apenada y se corrió un mechón de pelo detrás de la oreja
- ¿Cómo te llamas?-
- Te daré una pista- Rin dirigió su mirada al techo, silbando al mismo tiempo, mientras que con su mano derecha señalaba la credencial en su pecho
- Rin…- leyó en voz baja
- Rin Kagamine, a tus órdenes- la rubia le extendió la mano, pero Luka al parecer no le correspondió el gesto –Oh cielos,… veo que aún no entras en confianza conmigo- Rin guió a Luka hasta detrás del mostrador, entrando a una habitación iluminada.
Descendieron las escaleras y Luka se percató que se hallaba en una especie de mini sala con una pequeña cocina, una mesa de trabajos, donde estaban bolsas y papeles de colores esparcidos en medio y en la pared un tablero de post It con varios papelitos de colores con distintos recordatorios.
- ¿No te dirán nada si estoy aquí y no allá?- preguntó Luka tímidamente
- No te preocupes, de todos modos ahora estoy en el horario del almuerzo, así que es mi descanso,… además, estaba esperándote- Luka se sorprendió ante lo recién dicho
- ¿A mí?- inquirió la Megurine mientras se señalaba, Rin asintió
- Me pareciste bastante adorable, y quería conocerte…- respondió la Kagamine mientras extraía de su mochila un tupper y una botella de gaseosa -Si quieres come, son sándwiches y los hice yo misma- Rin abrió en tupper y en su contenido habían espléndidos sándwiches. Luka tomó uno con el permiso de Rin y le dio una primera mordida, y al instante demostró su aprobación
- Cocinas delicioso, estos sándwiches son deliciosos- Rin se rió del comentario de Luka
- En realidad, aprendí sola, mi tonto hermano mayor no paraba de armar desastres, ya sabes… no se puede combatir a un adolescente en la edad del pavo…- Luka soltó una risita que para nada podía contener. Asombrando a Rin –Vaya, tu voz es aún más linda cuando ríes. Y se te forman unos tiernos hoyuelos en las mejillas al sonreír- Rin apretó los hoyuelos de Luka mientras decía ``pop, pop, pop´´ al apretarlos. Luka ya se hallaba bastante sonrojada
- ¿Sabes? Tu cara se me hace familiar, si hasta el apellido coincide, ¿Eres la hermana de Kagamine Len?- Rin dejó de presionar los hoyuelos de Luka al escuchar su nombre, cosa que al instante la Megurine se reprochó
- Sí, en realidad… yo no me parezco a él, él es bastante histérico, molesto, gritón y mujeriego, sin duda un hombre idiota…- Rin se cruzó de hombros
- Vaya,… en verdad que son muy diferentes, la verdad es que tú eres más amable que él…- admitió Luka en voz baja, desviando la mirada clavada al piso
- Sí, hay tantas cosas en las que no sabes de mí- Rin bebió algo de gaseosa y le dijo –Te diré algunas cosas de mí. Mi nombre es Rin Kagamine, tengo 16 años, nací el 27 de diciembre, por poco no en navidad… me gustan los animales, mi fruta favorita es la naranja al igual que mi color favorito- Luka rió divertida ante la facilidad de Rin para expresarse ante una, prácticamente, desconocida -¿Y qué hay de ti?- Luka enarcó una ceja
- ¿De mí?-
- Sí, de ti… dime algo- Luka al instante se puso nerviosa
- No sé por dónde empezar…- a Rin se le ocurrió una idea
- ¿Cuál es tu nombre?- Luka enarcó una ceja incrédula
- Megurine… Luka-
- Fecha de nacimiento-
- 30 de enero-
- Color favorito-
- Verde
- ¿Edad?
- 17-
- Animal favorito-
- Gato-
- Genial, ahora sé más sobre ti- festejó Rin y se subió a la encimera de la cocina. Mientras mecía sus piernas feliz
- Espera, ¿Qué?- fue lo único que logró decir Luka bastante confundida…
- Jajaja, nada, nada Luka chan-
La Megurine sintió un calor indescriptible en su pecho al ser llamada así con tanta familiaridad por una extraña, o bueno, ahora no tan extraña.
Rin miró el reloj en la pared y frunció el ceño
- Rayos, mi horario de descanso acabó. Será mejor volver- Luka sintió sin chistar, y como la niña obediente que era subió las escaleras seguida por Rin.
Luka tomó un CD al azar y se dirigió a la caja. Rin le cobró el CD y le entregó la bolsita con el objeto dentro. La menor le regaló una sonrisa a la peli rosa y con ello, un papel doblado.
Luka salió de allí con una boba sonrisa. Desenvolvió el papel y leyó
Mi turno empieza a las una y acabo a las seis
Luka sonrió estúpidamente, denotándose nuevamente los hoyuelos en sus mejillas.
- Alguien está feliz- dijo una voz conocida
- Sí- susurró de regreso
- Es genial oír eso, será mejor volver a casa, Luka chan- finalizó Fred con una tierna sonrisa.
Acabó el fin de semana y volvieron las clases. Luka se levantó y se cambió. Y esperó a su amiga SeeU en la puerta de su casa, hacía más frío del normal.
SeeU apareció y Luka sonrió levemente.
Ambas se fueron a la escuela a recibir clases. Las cuales se dieron con normalidad, hasta la llegada del recreo…
- Vaya Megurine, ¿Jamás te vas a despegar de ese gorro feo?- dijo la típica bully, Hatsune Miku. Luka la miró analizándola, antes de responderle
- No- Meiko y SeeU estaban atentas a la conversación de ambas
- Qué rara eres- dijo Len.
E instantáneamente Luka recordó lo dicho por Rin. Su hermano era escandaloso, molesto y mujeriego, pobre Miku, estaba en manos de falsos príncipes azules
- Vaya Len, ¿Qué diría tu hermana si te viera?- Len abrió los ojos con sorpresa
- Ella no dirá nada, es una cobarde-
- No conoces a tu hermana, ¿Verdad? Ella es cien veces mejor que tú- Kaito interfirió la pelea
- ¿¡Y por qué metes a la hermana de Len, eh!? Pedazo de rara, estoy seguro que ni la conoces-
- Rin dijo que no era rara, además- esto último miró a Miku desafiante –Rin dijo que mi gorrito me quedaba bien tal y como estaba-
Al instante, Miku pareció sentir una punzada en su cuerpo. Pero no podía demostrar debilidad, o mucho menos celos
- Da igual, esa chiquilla acabará despedida de esa tienda, después de todo… mi padre es el jefe-
- Vaya,… perderán a una chica maravillosa, Rin es especial y a decir verdad es bastante dulce conmigo- los celos de Miku lentamente aumentaban, y todo a causa de esa chiquilla de pelo rubio
- Chist… de igual forma dudo que le caigas bien- chistó Miku con desaprobación y se dio vuelta como queriéndose retirar, y Luka le remató
- Eso crees tú, pero para mí Rin es única para mí- Miku abrió los ojos con sorpresa, una sorpresa que para nada le cayó bien…
Miku y sus ``perros´´ se retiraron afuera del salón. Dejando a una Luka bastante orgullosa y a sus amigas boquiabiertas de la impresión
- Guau, ¡Bien hecho, tigre!- SeeU golpeó levemente el hombro de la Megurine, la nombrada sonrió divertida, denotando sus hoyuelos
- Sin duda, fue increíble…- habló Meiko sin creer lo que acababa de pasar
- ¿Qué dices, Meiko? Mi niña está creciendo, la tía SeeU tenía razón, ¡Megurine Luka crecerá como un verdadero tigre!- Meiko rió ante lo dicho por la rubia y felicitó a Luka, quien se encogió en su asiento bastante ansiosa de tantos halagos.
Sábado, y Luka le contaba lo ocurrido el lunes a Rin, quien no paraba de reír.
Era la hora del almuerzo de Rin y se encontraban en la mini cocina.
La Kagamine no podía creer lo que escuchaba, por un lado le impresionaba que su hermano sea tan patán y por el otro, el que Luka sufriera de bullying continuo
- Eres bastante valiente, sin duda debes ser como el ídolo de las personas que sufren bullying por Hatsune…- Luka negó con la cabeza
- No estoy interesada en ser una ídola,… ni siquiera que me vean como alguien de temer, me gustaría más si todo sigue igual… aunque temo a que Miku se vengue o algo así-
- Si eso llega a pasar dímelo, y le haré ver unas cuantas lecciones- Eso alarmó a Luka
- ¡No puedes!- prácticamente gritó, ya que su voz era baja y casi nunca hablaba en voz alta
- ¿Por qué no?- preguntó Rin con extrañeza
- Su padre es el dueño de aquí, si le haces daño te despedirán… y la verdad que sería estúpido-
- ¿Estúpido?- replicó Rin indignada –Tú lo vales, si me despiden buscaré otro empleo. Pero jamás permitiré que te hagan daño- Luka sonrió complacida. Jamás alguien, que no sea de su círculo social, le habían dicho algo así.
- Gracias, Rin. En serio, en verdad eres especial- la nombrada se sonrojó levemente y negó con la cabeza
- No soy especial, hago esto porque eres mi amiga, y jamás se abandona a un amigo- Luka asintió sonrojada.
Rin dirigió su vista al reloj en la pared y nuevamente, gruñó fastidiada. Su descanso finalizó.
- Escucha…- habló Rin –Hoy es mi turno de cerrar la tienda, tengo un papeleo que hacer, ¿Puedes quedarte conmigo? No quiero que Len venga a buscarme- Luka asintió
- Genial, será mejor que se lo diga a mi padre- Luka le envió un mensaje a su padre. Y al instante recibió respuesta afirmativa.
Y así quedaron, Rin trabajaba lo último que quedaba de su horario y Luka esperaba a la menor mientras veía entrar a sus demás compañeras, y al parecer eran bastante abiertas. Primero conoció a la otra rubia, su nombre es Lily Masuda y al parecer estaba emparejada con la menor Gumi Megpoid, de 16 años, mientras que Lily tenía 18.
Formaban la pareja perfecta, según Luka.
Y finalmente, el horario de Rin acabó. Ambas se dirigieron a la puerta del local, Rin cerró con llave y seguro y nuevamente habló
- Oficialmente, es la primera vez que nos vemos fuera de la tienda- dijo Rin y se rió de su chiste -¿Entiendes? Porque literalmente estamos fuera de ella-
Luka rió a pesar de ser un chiste muy malo.
- En fin, mi jefe está a nada de llegar- murmuró Rin al ver su reloj de pulsera. Luka asintió.
Y sintieron pasos acercárseles, y entonces, cuando Luka y Rin se voltearon a encarar a la persona que caminaba hacia ellas, Luka profundamente deseó nunca haberlo hecho
- ¿¡Megurine!?- dijo una peliacua toda nerviosa. Rin la miró y al instante advirtió que se trataba de Miku, la engreída Hatsune.
- H-hola…- susurró Luka de regreso.
- Hatsune san, ¿Y tu padre?- interrumpió la Kagamine a las dos chicas, Miku salió de su trance y recordó por qué venía
- Este,… me dijo que te entregara esto- habló la menor y le dejó una carpeta con papeles importantes. Rin los tomó y le agradeció a la Hatsune
- Gracias, en fin. Será mejor que nos vayamos yendo, ¿No lo crees, Luka chan?- la Megurine miró a los ojos a Rin y dijo
- Sí, hasta luego Hatsune san- Luka se despidió de Miku y se fue caminando hasta la salida del centro comercial, sin esperar a Rin. No podía soportar la presión de ver que Hatsune ya sabía su secreto, o peor aún, no podía soportar el hecho de recordar todos esos flagelos que le decía en clases. Le dolía bastante permanecer allí…
Miku vio afligida como la mayor se retiraba sin siquiera esperar a la rubia, ya sabía que huía de ella misma. Era evidente, para la Megurine, Miku no era más que un monstruo, no era especial como Rin…
- ¿Y cómo te sientes, Luka chan?- la misma pregunta de siempre
- Intimidada- dijo sin titubeos, la psicóloga se alarmó al instante
- ¿Alguien te hace daño?- Luka asintió -¿Podrías decirme quién es?- Esperaba que no fuese Rin,…
- Hatsune,… Miku- La menor jugueteó con sus dedos muy nerviosa.
- Ya veo, por favor trae a tu padre, ¿Sí?-
Y Luka nuevamente obedeció
- ¿¡Alguien la intimida!?- exclamó el morocho a punto de tener un ataque de nervios
- Cálmate, Fred… no es Rin, es una compañera de clases, Hatsune Miku- Pero lejos de calmar al morocho, más lo alteró
- ¿D-dices que sufre bullying?- Sweet Ann acarició su hombro y respondió
- No lo sé, pero eso lo sabremos pronto. Ten paciencia-
Fred salió del consultorio preocupado, y sabía que ahora Luka quería ir al centro comercial. Pero le dio el gusto, solo porque sabía que eso hacia feliz a su callada hija.
- Vaya, Hatsune es alguien increíble…- murmuró Rin mientras le daba un mordisco a su muffin.
Había invitado a Luka a merendar en un Starbucks que habían puesto al frente de la plaza, el ciber café estaba lleno de gente, familiares y amigos se reunían para probar el café de allí.
Y Luka y Rin no eran la excepción.
- Es genial pasar tiempo contigo- confesó Luka mientras bebía algo de café.
- ¿Sí? Es raro, porque todo lo que digo es para que sonrías y dejes esa timidez de lado-
Siguieron disfrutando su merienda. Hasta que llegó la hora de irse, Rin dijo que en otro día la acompañaría a casa, pero ahora estaba bastante apurada como para permitirse unos lujos.
Por supuesto que Luka entendió y se dirigió a su casa.
Pero para ahorrar unas dos cuadras de camino, decidió atravesar la plaza, hacia tanto tiempo que no iba…
Y decidió darse una vuelta por los lugares con similitud a un bosque,… pero al cruzarse en un lugar donde curiosamente había una banca, se encontró a una persona bastante familiar llorando sin consuelo.
Al reconocer a dicha persona, no pudo evitar sentir un terrible dolor en su pecho.
Luka corrió hasta ella y pasó un brazo sobre su delicado cuerpo
- ¿Miku…?-
No podía creerlo,… Alguien le había hecho daño a la adolescente y ahora esta se hallaba sola en un área peligrosa del parque, a las siete de la tarde y a oscuras debido a que era otoño y los días solían ser más oscuros.
Sea como sea, estaba claro en algo…
No le gustaba ver a Miku llorar,…
Bueno, admito que este cap no tiene el DRAMA que se supone que tiene, así que ganaron esta ronda.
Pero les juro que el cap 2 me odiarán, me tendrán en el salón de la fama de Autores Inombrables, hasta el diablo me tendrá miedo...
¡Pero no me odien sin antes conocerme! Porque no se vale, me quitan las posibilidades de hacerme odiar ù.u
