Esto lo escribo en la madrugada del veinticinco, así que… ¡Feliz Navidad!

¡Hola!

Como se darán cuenta, hace más de una semana que estoy con esto así que… ¡Feliz 2007! (De paso)
Bueno, finalmente parece que esto será lo que publique. Digo finalmente porque también tengo empezados otros fics y me trabo antes de poder subir nada.

No sé quejen, que les di bastante de descanso.

Entonces, los personajes no me pertenecen y la canción tampoco (Sí, es un song fic) es de La Mancha de Rolando, grupo argentino.

Como quizás se enteran más adelante, estoy pasando por una etapa muy rock nacional. En fin.

El título ("La Mancha") viene a cuento porque se me ocurrió una segunda parte también song fic y también basada en una canción de este grupo. Así que… era bastante obvio y hasta podía hacerlo encajar con la trama.

¡Ay, olvídenlo! ¡Últimamente no sé ni lo que digo!

Ya los dejo con el fic y paro de decir estupideces.

La Mancha

El derramamiento

Se va tu estrella por el terraplén.

Bala certera, que no alcance a ver.

Quedó soltera, nunca fue mujer.

Pero alguien la espera,

Ella sabe bien.

Sabe bien.

Había vuelto a caer, era un estúpido, pensó una vez más Ron Weasley.

Avanzó unos metros más bajo el tibio sol de la mañana primaveral. Era un domingo pacífico y tranquilo, muy a su pesar.

¿Por qué el sol sigue brillando a pesar de que tu vida se derrumba?

Había alguien parado unos metros más allá. El muchacho se detuvo y entornó los ojos para ver mejor, ya que el otro estaba vestido con ropas claras y reflejaban la intensa luz solar.

No era otro. Era otra.

Era una mujer de unos veintitrés años, en un estado bastante avanzado de embarazo.

Siete u ocho meses, precisó el pelirrojo.

No, no era médico ni tenía buena vista.

Conocía a la mujer.

Se detuvieron a más de diez metros uno del otro. Mirándose como si no se hubieran visto en años y no como que hacía pocas horas la mujer se había marchado de su departamento silenciosamente y dejándolo dormido como un niño.

Entonces, todo ocurrió rápidamente.

Otro hombre salió de la nada y le apuntó a la mujer con un arma de fuego. Fríamente y a matar. Y lo que era aún peor, con puntería.

Todo sucedió tan repentinamente que tanto ella como Ron reaccionaron segundos después de consumado el ataque. Cuando él se dio cuenta, el sujeto ya había disparado y desaparecido. Cuando ella se dio cuenta sangraba a la altura del estómago y un poco más abajo del hombro izquierdo. Ni siquiera gritó ¿Para qué? No había sentido dolor. Sólo ahora comprendía que eso no estaba bien y que algo podría pasarle a su hijo.

Y se pone de pie.

No la mires.

Uniforme de la muerte,

Ya sabemos la ley.

No le vayas a pegar,

No abras fuego esta vez.

Que todavía esta sangrando su ser.

La chica cayó de rodillas un segundo y luego intentó levantarse. La bala le había quedado incrustada en estómago y era un suplicio siquiera respirar. Se puso de pie y contuvo un alarido, que le quitaba el aire. Camino un par de pasos y cayó de bruces. No tenía que morir. Era, iba a ser, madre. Las madres no mueren, se dijo tercamente. Como si no tuviera evidencias a la vista, como si su propia madre no hubiera muerto hacia más de dos años ya y si las madres de sus dos mejores amigos siguieran vivas. Sobre todo la de uno, que había muerto cuando era un bebé.

¿Pero ahora que se podía hacer? Ese mejor amigo estaba tan muerto como su madre y todas las madres que había conocido. Y ella había quedado allí. ¿Para qué? ¿Para causar más dolor?

Después de todo, parecía que todo a lo que estaba renunciado no servía de nada.

Me fue sincera,

Mintiéndome bien.

Su mano izquierda,

Sólo alcance a ver.

Ron corrió hacia a ella y la alzó en brazos. Aún con un embarazo tan avanzado seguía siendo más pequeña y liviana que él.

- Tranquila, vamos a San Mungo.-

- ¿Qué haces aquí, Ron?-

- ¡Eso que importa! Menos mal que estaba ¿no? Parece que ser la prometida de Malfoy tampoco te salvará de esta.-

Él estaba dispuesto a ayudarla. Estaba dispuesto a morir en su lugar, si hacía falta. Y sin embargo… sin embargo esas palabras, esos pensamientos seguían brotando desde lo más profundo y rencoroso de su ser… ¿Por qué? ¿Por qué si ella decía quererlo se iba a casar con Malfoy? ¿Por qué le negaba en la cara que aquella era su hija? ¿Acaso él no era también un sangre pura?

Cubrió mi pena

Con su desnudez.

Y es que alguien la espera,

Ella sabe bien.

Sabe bien.

- ¿Qué haces aquí?-

- ¿Puedo pasar? No vas a dejar a una embarazada de pie en el pasillo ¿o sí?-

El pelirrojo se hizo a un lado y la dejo entrar. Cerró la puerta tras ella y se ubicó en el rincón más alejado de ella que encontró.

- No te voy a morder.- dijo ella, divertida.

- Estaremos mejor así.- el ojiazul dio un paso hacia atrás.

- ¿Qué pasa, Ronnie? ¿Me tienes miedo?- Hermione sonrió maliciosamente y se puso de pie.

El muchacho retrocedió otro paso, tratando de alejarse. Ella lo siguió, acercándose con el mismo empeño.

- ¡No, no, no! ¡No me hagas esto de nuevo, Hermione! ¡Vas a casarte con Malfoy! ¡Draco Hurón Malfoy!- el muchacho se dio la espalda contra una pared y, aterrorizado, vio que no tenía salida. El pulso se le acelero y las rodillas empezaron a temblarle imperceptiblemente.

- Eso ya lo sé, Ron, por eso quiero aprovechar mis últimos tiempos de soltera.- se acercó a él todo lo que le permitía su embarazo y le rodeó el cuello con los brazos. Se puso en puntas de pie y lo besó.

El muchacho se dejo llevar por el beso y le correspondió con ganas. Cuando reaccionó, o hizo el último intento por reaccionar, ya la había agarrado por la cintura y tenía pocas intenciones de soltarla.

Hojas muertas en el mar,

Como cambia la piel.

Calabozo subterráneo para hacerla caer.

A la hora de votar te sonríe la ley.

Pero ahora mueres sola

Y nada puedes hacer.

- Nunca vas a decírmelo ¿cierto?- Ron se volteó boca arriba y miro el cielo raso del departamento. Después de todo, de nada serviría mirarla a la cara. Nunca iba a poder sacarle la verdad por los ojos, había aprendido hacia mucho. Desde que eran unos niños.

- Sí, soy muy egoísta. Hasta deseo que se parezca a mí. Lo que es tremendamente egocéntrico, ya que su padre tiene unos preciosos ojos claros.- la chica tomó un peine de su cartera y comenzó a recomponerse el peinado, apoyada contra la pared que servía de cabecera a la cama.

- Menuda indirecta.- replico sarcásticamente el hombre.- ¿No crees que tengo derecho a saberlo?-

- Quizás si, quizás no. Lo más probable es que quién sabe.- Hermione sacó la máscara de pestaña y comenzó a aplicársela. - El padre tiene derecho a saber, siempre pensé eso.-

Ron la miró en silencio y pensó unos minutos. Mientras tanto, la mujer guardo sus cosas en el bolso y se levantó, envolviéndose con la sábana y empezando a buscar su ropa.

Antes de que el muchacho hablará, lo interceptó.

- Has sido y siempre serás el único, Ron.-

- Entonces eso quiere decir que tú y Malfoy nunca… - argumentó esperanzado él.

- No.- lo corrigió ella.- Eso quiere decir que quizás no nos veamos nunca más, que me voy a casar con Malfoy y que voy a tener una hija con él. Pero siempre serás el único.-

- ¿Entonces ella es…?-

- Yo seré su esposa y ella su hija. Punto.- Se colgó la cartera al hombro y se dirigió a la puerta de la habitación. – Ha sido un gusto conocerte, Ronald.- le tendió la mano, pero el ojiazul no la tomó.- Entiendo.- retiró el brazo.- No te preocupes, conozco la salida.- lo dijo con naturalidad y sin mostrarse dolida. ¡Por supuesto que no! No tenía derecho a mostrarse dolida, después de todo.

Hojas muertas en el mar,

Como cambia la piel.

Calabozo subterráneo para hacerla caer.

A la hora de votar, te sonríe la ley.

Pero ahora mueres sola

Y nada puedes hacer.

¿Cómo podía ser tan egoísta y rencoroso de recordar eso ahora?

Permanecía estático al otro lado de un vidrio que lo separaba de una sala de partos. San Mungo ala Maternidad, Sala de Partos Especiales.

En sólo diez años su vida había trazado una recta decreciente: de despreocupado adolescente con complejo de inferioridad a luchador contra Voldemort y de allí a ser alguien que sobrevivía, por que eso no era vivir con todas las letras, merced a su genealogía pura. De creer que no tenía nada a realmente no tener nada. De pelearse con su mejor amiga por cosas pequeñas a ver como su mejor amiga luchaba, pequeña, por su vida.

Ella no lo miraba. No podía. Toda su fuerza se concentraba en salvar la vida que se le escapaba. Probablemente fuera mejor así. Porque él, sabía como si se pudiera ver desde fuera a él mismo, tenía la mirada demasiado indiferente y vidriosa. Demasiado ajeno a todo y a la vez tan dolido.

¿Dónde demonios estaría Malfoy? Ya alguien debía haberle avisado que Hermione estaba en trabajo de parto.

- Disculpe, señor.- una enfermera se acercó a él.- ¿Es usted el Sr. Horty? ¿Es el padre del bebé?-

"Pregúntele a ella." Estuvo tentando de decir Ron.

- ¿Señor? ¿Lo es o no?- insistió la mujer, mirándolo acusadoramente.

Donde demonios estaría ese idiota de Draco Malfoy cuando se lo necesitaba.

- ¡Por favor, señor! ¡Esto es sumamente importante! ¿Es usted el padre o no?- casi gritó la enfermera.

Y se pone de pie.

No la mires.

Uniforme de la muerte,

Ya sabemos la ley.

No le vayas a pegar,

No abras fuego esta vez.

Que todavía esta sangrando su sien.

Respira.

- Si, lo soy.-

La mujer suspiró y lo miró comprensivamente.

- Siento mucho tener que darle la noticia.- lo miró con tristeza.- Pero… -

- ¡Vamos! ¿Qué les pasa? ¿¿Qué tienen??- Ron se desconoció la voz, demasiado descontrolada, altisonante y desesperada para ser la de él.

- Su esposa tiene hemorragias internas muy graves y se le han complicado un poco las cosas a la niña… Los disparos fisuraron la bolsa y ella aún no estaba lista para nacer… Su esposa insiste pero… Es ella o el bebé, señor. Lo siento. Usted tendrá que decidir.-

- Yo no puedo hacer eso.- balbuceó Ron.

- Tendrá que hacerlo. Y tiene unos pocos minutos. Lo siento. Cuando este listo, llámenos. Habrá alguien esperando cerca del vidrio.-

La enfermera abrió la puerta y entro nuevamente a la sala de partos.

Ron se apoyó contra el vidrio, angustiado y sintiéndose más solo que nunca antes. Observó a Hermione, entubada prácticamente de pies a cabeza y suministrada de varias pociones calmantes y fortificantes. Parecía cada vez más lejana y perdida. Y sin embargo la veía pujar. La bala en su estómago debía de estarle doliendo mucho.

"Ella." Se dijo rápidamente. Luego podría tener más niños si quería. ¿Y qué haría él si ella se moría? Ella era lo único que le quedaba en el mundo. Una hija de muggles con papeles falsos era lo único que le quedaba, se repitió.

"La niña" dijo otra voz escalofriantemente parecida a la de Hermione. La niña era una vida inocente que no tenía la culpa de lo que habían hecho o dejado de hacer sus padres o el mundo en general. Además eso era lo que Hermione hubiera querido ¿O no?

Con más razón entonces… Si la niña era inocente ¿Por qué traerla a ese mundo a sufrir?

Además… ¿De qué servía hacer lo que Hermione querría? ¡Iba a morir!

De cualquier modo él la perdería: O moriría, o se iría con Malfoy o lo odiaría por el resto de su vida por haber dejado que su hija muriera…

¿Por qué él tenía que decidir? Ella siempre había sido la que mejor sabía salir de esas situaciones.

De repente, Hermione giró la cabeza y lo miró. Lo miro directamente a los ojos y asintió. Luego se dio vuelta y se enderezó levemente para mirarse el vientre. El estómago debió dolerle mucho más, porque volvió acostarse y ya no abrió los ojos y pareció no esforzarse más.

Ron golpeó el vidrio suavemente y una sanador salió a hablar con él.

Quédate despierta.

No me olvides.

Quédate despierta.

No me olvides.

- Una decisión difícil, señor… -

- Weasley.-

- … Weasley. No desearía estar en su lugar. Pero debo decirle que su decisión concordó totalmente con la de la madre.-

- Lo sé.-

- En este momento estamos efectuando una cesárea. Es probable que el bebé necesite permanecer unos días con cuidados especiales y en una poción suplantante. Verá: simula las condiciones del vientre materno…-

- Tenía un amigo sanador.-

- Bien, también contamos con grupos de apoyo para padres en su situación… Mire, tengo que volver a allí dentro, pero más tarde quisiera intercambiar una palabras con usted.-

- De acuerdo.-

Ron asintió fríamente y continuó mirando por el grueso cristal. El sanador movió la cabeza negativamente. (Ya había visto eso muchas veces, la negación ante lo inminente.) Dio media vuelta y entro de nuevo en la sala donde esta Hermione.

Y se pone de pie.

No la mires.

Uniforme de la muerte,

Ya sabemos la ley.

No le vayas a pegar,

No abras fuego esta vez.

Que todavía esta sangrando su sien.

Cuarenta y cinco tensos minutos después un llanto potente y desgarrador acalló los febriles sonidos de los médicos y enfermeros. Traspaso incluso el grueso vidrio que los aislaba y llegó a oídos de Ron. Unos minutos después se abrió una vez más la puerta y salió una medimaga especializada en niños con un bebé en brazos. Se detuvo un momento y permitió que Ron lo viera de lejos, aunque no dejo que se acercará.

- Es una niña. Esta mucho mejor de lo que esperábamos.-

- Es pelirroja.- fue lo único que atinó a decir Ron.

La mujer lo miró severamente, como si no concibiera frase más inapropiada para decir en semejante momento, y se la llevó.

Pasaron otros largos 45 minutos en los que hubo muchas corridas para estabilizar a Hermione y suturarle las heridas. Le extrajeron ambas balas y la vendaron. Le dieron una poción calmante y despejaron un poco el área.

- Quiere verlo.- una enfermera se había acercado al otro lado del vidrio. Ron asintió y tentó el pomo de la puerta. Le sorprendió que nadie quisiera ponerle guantes ni barbijo.

Tan mal estaba Hermione que ni valía la pena preocuparse por futuras infecciones.

Eso debió leerse en la cara del joven, porque un medimago asintió y le susurró:

- No podemos hacer nada. Estamos dándole calmantes para que sufra menos. Las hemorragias son muy grandes y no pueden detenerse. No sabemos cuanto tiempo darle… -

- Pero eran balas muggles… -

- Sí, pero estaban empapadas en una poción mortal: se extiende rápido y es letal. Además funciona como anticicatrizante. Esta basada en un tipo de veneno ofidio y es muy raro… es el segundo caso en… -

- Siete años.- completó Ron.

No dijo como lo puso. No dijo que su padre había estado a punto de morir por un veneno similar.

- Exacto.-

Ron lo dejo hablando solo y se acercó a la cama de la chica. Ella abrió los ojos y le sonrió.

- Gracias.-

- Me obligaste a mentir.- le tomó una mano.

- No. Nunca te haría eso.- ella cerró los ojos y continuó hablando muy pausado. – ¿Sabes? Hermione es el nombre de una de las protagonistas de "Sueño de una noche de verano" de Shakespeare, un escritor muggle. Mis padres se conocieron en la Universidad, mientras preparaban esa obra. Pero ese no es mi personaje favorito de Shakespeare… ¿Sabes cuál es?- apretó un poco más fuerte la mano que sostenía.

- Tú dime.-

- Emma. De "Otelo". Es uno de los pocos personajes femeninos que se atreve a enfrentar la autoridad de los hombres. Así quiero que se llame ella. Siempre odie mi nombre. Pero que ella se llame Emma.-

- ¿Emma que más?- muy a su pesar, Ron empezaba a llorar.

- No le pongas mi apellido. No quiero un apellido falso y no podrá usar el verdadero.- Hermione hizo una pausa y cerró los ojos. No quería verlo llorar y no quería ver tampoco su expresión cuando se lo dijera.- Ponle sólo el de su padre: Emma Ginny Weasley ¿Esta bien?-

- Así que finalmente si estabas siendo egoísta.- mitad sonrió y mitad le reprochó Ron.

- No. Nunca. Lo hacía por ella: ser una Malfoy era la protección perfecta. Y lo hacía por ti: nosotras solo seríamos una mancha en tu inmaculada genealogía.-

Ron no dijo nada. No supo que decir. Era demasiada injusticia y demasiado dolor. Y demasiada verdad: él ya era muy vigilado, casarse con Hermione y tener una hija con ella significaría una persecución apenas velada.

- Aún así, me hubiera gustado intentarlo.- se secó las lágrimas con la mano que aferraba la mano de Hermione. La notó fría. - ¿Herms? ¿¿Herms?? ¡¡Herms!!- la sacudió levemente, pero no obtuvo respuesta.

Alguien lo separo del cuerpo inerte y lo saco de la sala.

- Sígame, señor Weasley.-

Quédate despierta,

No me olvides.

Quédate despierta,

No me olvides.

Un medimago lo condujo por un pasillo iluminado por una luz blanca fría, cálida y distante. Familiar e impersonal. Esa luz lo envolvía y parecía sostenerlo mientras camina pero, a la vez, si él no estuviera, ella seguiría allí de todos modos. Una luz muy propia de un hospital.

Había muchas madres que mecían a sus niños dando cortos paseos por el ancho pasaje. Otra salía de un consultorio con un niño cuya nariz cambiaba de forma y tamaño constantemente.

Hermione nunca sería una de ellas, pensó Ron.

Entraron a un despacho al final de esa ala. El medimago se sentó tras el escritorio y saco un formulario. Le indicó la silla frente a él y se lo dio para llenar.

El muchacho no tomó la lapicera. Mejor dicho la tomó. La dejo. Leyó el formulario y se quedo pensando unos segundos. Lo dejo nuevamente sobre el escritorio y levantó la vista para ver al hombre frente a él.

- Mire… yo mentí… ella no era mi esposa.- dijo finalmente Ron.

- Pero es innegable que usted es el padre de la niña. ¿O no? No creo que el señor Malfoy lo sea.- afirmó el medimago.

- ¿Cómo supo…?-

Antes de que pudiera terminar, el hombre le puso la hoja de un diario bajo la nariz.

Era la edición vespertina del día.

Ron solo captó unas palabras y se sintió tremendamente mareado. "Brutal asesinato" "Último descendiente de los Malfoy" "comprometido con Jane Horty" "próximo a ser padre" "su prometida permanece desaparecida"

Malfoy muerto.

- Ahora usted y su hija sólo se tienen uno al otro.- afirmó el medimago.- Ahora, por favor, llene la forma.-

¿FIN?

Ustedes díganme si quieren arriesgarse a una segunda parte.

Sí, es un poco deprimente. Me parece que es mi ánimo de estos días.

Tanta grisura merece un par de explicaciones: Como se ve, hubo una guerra contra Voldemort donde murieron Harry y muchos de los personajes de los libros (incluido Neville, que el es amigo medimago que Ron menciona al pasar) (Sí, así de obsesionada soy) menos Ron, Hermione y Draco. Ron y Hermione en algún momento, es más que obvio, tuvieron una relación. Hasta que se interpone Malfoy y Hermione acepta casarse con él por conveniencia, tanto para ella como para su hijo y para Ron.

Ahora si me preguntan quién ganó esta guerra, la respuesta es muy complicada: si bien no la ganan los mortífagos, por distintas circunstancias el gobierno que se instaura después de finalizada la guerra instala una política de limpieza de sangre. Así Hermione vive con papeles falsos (Jane Horty, muerta durante la guerra y de sangre pura) y como ingresa a San Mungo con este nombre, la enfermera llama a Ron "señor Horty" y Ron es muy vigilado ya que los Weasley son conocidos, como la misma Rowling dice, por ser traidores a la sangre. En cambio, Malfoy, aunque tiene pasado de mortífago esta supuestamente a salvo. Aunque no es cierto porque finalmente lo terminan matando. A él y a Hermione así que… ¿Por qué creen que es?

Respecto del nombre Hermione es la explicación oficial de Rowling. (O a medias, nunca dice que los sres. Granger fueran actores) y el de Emma, existe en Otelo. Pero creo que con una sola eme.

Bueno, se me extendió más de lo previsto.

Una sola cosa más…

¡Dejen un Review!