Tenía miedo, podía sentirlo en cada palpitar, en cada respiración, en el sudor que me recorría la espalda. No sabía si era miedo por lo que iba a ocurrir, o por saber que no podía ir marcha atrás, pero había llegado hasta allí y tenía que demostrar que podía hacerlo, que no era la pequeña tonta llorona que se esconde tras la gente para que la proteja, que por primera vez iba a enfrentarse cara a cara a su sufrimiento y su mayor temor. Sasuke Uchiha.

Iba de camino a su encuentro, hacía meses que había abierto una investigación propia siguiendo su paso, sabiendo hacia donde se dirigía e intentando averiguar su objetivo.

Había descubierto que estaba acompañado de otras tres personas, dos hombres y una mujer, que iba buscando información escondida por Orochimaru, teniendo en cuenta que iba entrando una a una en las bases que este tenía repartidas por los distintos países, nunca estando más de tres días en alguna. Era impresionante, desde que decidí seguir todos sus pasos había logrado contar hasta 32 bases ocultas, y según creía, no eran todas las que había, puesto que su búsqueda no había cesado.

Este era el mejor momento para actuar, Tsunade me había enviado a una misión sencilla de recolección de hierbas medicinales en el país de la lluvia, y sabía que él se encontraba allí, por alguna razón llevaba una semana en aquel lugar, hospedado en una pensión bastante humilde, y gracias a los contactos que tuve que sobornar supe que todas las mañanas salía al bosque y no llegaba hasta que oscurecía, mientras su grupo se quedaba en la pensión o por la ciudad. Sabía que no podría encontrar una situación igual para encontrarse con él, y por eso ahora estaba esperando en la gran cascada en el centro del bosque, dónde lo vi el día anterior entrenar.

Tenía mi objetivo claro, él debía morir, el que un día fue o creí que era el amor de mi vida, el que tantas lágrimas me hizo derramar, y tantas noches de desvelo deseando que volviera pidiendo perdón y a ser el que recordaba sin odio en su interior, pero eso no paso jamás y me había dado cuenta de que aquello no solo provocó sufrimiento en mí, si no en todos aquellos que algún día lo consideraron un compañero, un amigo.

Recordaba la misión hace seis meses, dónde se hizo un escuadrón de 12 personas en su busca, para intentar hacerle recapacitar, sin embargo, nada salió como esperábamos, 8 de los 12 ninjas que íbamos en la misión salieron heridos, algunos de gravedad, como Neji, Kiba, o el propio Naruto, el cual con una gran sonrisa en la cara me dijo:

Tranquila Saku-chan, te prometo que cumpliré la promesa que te hice y lo traeré de vuelta, así me cueste la vida en conseguirlo.

En ese preciso instante me di cuenta que esto no podía seguir así, yo había creado una carga en todos mis amigos para traerlo de vuelta, me había pasado tres años llorando y eso se había acabado, yo me haría cargo de la situación, y mi meta, era su muerte.