Hola somos Gaby y Elie y pues esta es nuestro primer Fic juntas, fue un verdadero reto ya que vivimos en diferentes países pero daremos lo mejor de nosotras para que esta historia sea una de sus favoritas, esperamos que cada palabra les lleve dentro del relato y puedan vivir las experiencias y disfrutar de las situaciones a las que someteremos a los personajes, en verdad queremos que gocen de la historia que es con mucho cariño y surgió de una idea loca que se nos ocurrió un día y la convertimos en una realidad, en fin no los entretendremos más, a leer se ha dicho gente nos leemos abajo :D
Pero antes recuerden que:
Ni Bleach ni sus personajes nos pertenecen (si lo hicieran habria muchas escenas IchiRuki no muy inocentes que digamos XD) son Propiedad de nuestro trolleador favorito Tite Kubo
Capitulo 1:
Ichigo…. Ichigo…. Ichigo
Escuchaba esos susurros reproducirse en su cabeza, estaba oscuro, solitario y podía sentir claramente las húmedas gotas de lluvia deslizarse por su cuerpo, llevaba su ropa de Shinigami y a Zangetsu empuñada en la mano, lo único que podía ver era que se encontraba en una especie de… ¿colina? con algunos árboles en el sendero, pero la pregunta principal ante el escenario que observaba era ¿Dónde Diablos estaba? Y ¿Quién rayos lo estaba llamando? Una recóndita parte de su cerebro parecía saber qué lugar era y de quien eran los débiles sonidos que pronunciaban su nombre, sintiéndose cada vez más cercanos y fuertes lo que resultaba perturbadoramente aterrante, siguió caminando mientras ignoraba todos los instintos primarios de conservación que le obligaban a regresar, había algo que lo llamaba a seguir adelante, no podía acobardarse nunca lo había hecho y aquella no sería la primera vez.
Logro subir hasta la cima y ahí frente al barranco al fin estaba la persona que lo llamaba, reconocería ese cabello corto, postura arrogante y pequeña estatura donde fuera, aunque estuviera de espaldas a él.
-Gracias a Dios. –Suspiro aliviado, encontrar a la enana ahí lo hacía irónicamente y en contra a todo su orgullo sentirse más seguro, el panorama no era muy alentador que digamos, sin mencionar el hecho de que no tenía ni la más remota idea de cómo llego ahí y francamente no sabía ni que hacía o tenía que hacer, pero si ella estaba ahí todo saldría bien ¿verdad?
-¡Oi, enana! ¡¿Qué haces aquí?! –Gritó esperando la rápida sarta de insultos acostumbrados cuando él la llamaba con ese apodo, cosa que en la situación actual le resultaría reconfortante tener una situación normal.
Pero solo había silencio, total, desesperante, frustrante y terriblemente tétrico silencio se instalo entre ellos, y ni siquiera un movimiento se produjo de la pequeña morena.
-¿Rukia? –Susurro preocupado ¿Qué era aquel sentimiento en su alma? ¿Por qué no respondió? La mujer estaba totalmente quieta ni siquiera podía notar el movimiento causado por la respiración, rígida, completamente estática y ajena a todo lo que la rodeaba, horriblemente imperturbable.
El shinigami sustituto comenzó a dar pasos lentos para tratar de llegar hasta ella, sentía la necesidad casi dolorosa de estar cerca, como si ella corriera un peligro inminente y debiera protegerla, y la protegería como siempre había hecho, aunque no entendiera nada de lo que ocurría en ese universo cambiante de aquel instante, derramaría hasta la última gota de su sangre por aquella persona que lo había cambiado todo, que había parado la lluvia a la que su mundo interior había sido sometido desde que su madre había muerto, por la que su destino se había hecho claro y el motor de su vida se había hecho presente.
Con creciente determinación, alejo el miedo y la incertidumbre de su alma para concentrarse totalmente en el momento, lentamente logro situarse detrás de la morena estiro la mano para alcanzarla, el deseo de tocarla era asfixiante.
Sin embargo el intento de llegar a ella de repente se vio interrumpido por una larga risa procedente de la chica, una que lo helo hasta los huesos e hizo que un largo escalofrío le recorriera la espina dorsal, gutural, tétrica, ronca y completamente espeluznante.
-¡Joder Rukia! ¿Qué carajo te pasa? –Exclamo totalmente Irritado, se había hartado, mierda estaba preocupado y a la enana se le ocurría reírse como psicópata en ese momento, si su objetivo era matarlo de un infarto, pues ya lo estaba logrando y si la maldita se estaba burlando o gastándole una broma, le haría pagar, rompería todos y cada uno de los deformes conejos que tenia, sus horrorosos dibujos y…
De pronto todo pensamiento se perdió mientras veía a la heredera Kuchiki girarse de golpe y ahí fue cuando su mundo se colapso totalmente, no podía, esa no podía ser la Rukia que él conocía, era una visión en total discordancia con la realidad, cabello enmarañado y quemado, piel grisácea, arrugada, envejecida, y los ojos esos que eran la admiración de todos y de él mismo aunque nunca lo reconocería, ahora eran negros un enorme iris que cubría todo, ajenos, sin vida, no podía leer ningún sentimiento o pensamiento en ellos, ni siquiera podía reflejarse como había hecho durante todo el tiempo que habían estado juntos, todo brillo y chispa que un día tuvieran se había extinguido.
Rukia dirigió su mirada vacía hacia él y una sonrisa macabra se dibujo en aquel rostro transfigurado, los sucesos siguientes fueron tan rápidos que casi ni se registraron en su conciencia, de un momento a otro la joven había saltado hacia él y había escuchado algo que sonaba como un: "Lo siento Ichigo".
Su respiración era irregular, el latido del corazón doloroso, arrítmico y fuerte, sentía su ropa mojada pero esta vez no era la lluvia era algo completamente diferente, espeso y caliente. Sangre una gran cantidad de ella, no sentía ningún dolor entonces de ¿quién era? le tomo solo un segundo para que las piezas encajaran completamente, Rukia estaba sobre él, si… Ichigo Kurosaki el shinigami sustituto, el salvador de dos mundos, el héroe, el que había jurado proteger a todos, pero sobre todo el que juro con sangre no volver a perder lo más importante para él nunca más, ese mismo Ichigo Kurosaki había clavado su zampakuto en el corazón de mejor amiga.
El sudor cubría completamente su cuerpo y se encontraba desconcertado, tratando de alguna manera asimilar la situación, estaba sentado en su cama con la ropa de dormir puesta, y la realidad lo golpeo, había sido una pesadilla, una espantosa y horrible pesadilla, agradeció mentalmente al mismo tiempo que se estremecía ante el hecho de que no sea real que él haya hecho semejante atrocidad, no se imaginaria nunca haciéndole eso a ella, jamás preferiría cortarse las mano antes de ponerle un dedo encima a Rukia, Solo rogaba que nunca se encontrara en una situación así de desesperante que lo orillara a pelear contra la joven, su respiración acelerada se escuchaba claramente debido al silencio que la madrugada proveía a la casa Kurosaki, y el reafirmarse la promesa de cuidar hasta la muerte a aquella pequeña Shinigami, le enfrió lo suficiente la cabeza para volver a la realidad.
Ahora lo recordaba todo, cada uno de los sucesos que se venían suscitando desde hace un tiempo, la ida a Hueco Mundo para ayudar a Nell, separarse de Chad, Orihime y Urahara-san, la invasión a la Sociedad de Almas, la muerte del Viejo Yamamoto, encontrar a Rukia y Renji casi muertos, el pedido de Byakuya, la precaria platica y pelea con el líder de los Quincys, su bankai roto, la perdida de Zanguetsu, la llegada del escuadrón cero , su corta visita a Kukaku-san, el paso por las aguas termales curativas de Kiriden, el ejem… melocotón de Rukia recuerdo que le saco un gran sonrojo y le dio algo de paz a su mente revuelta, la guerra de comida en Gatonden con Renji, el creador de las zampakutos, la desastrosa pelea con los asauchis finalizando con la expulsión de la sociedad de almas, finalmente su regreso a la tierra y la reveladora conversación que tuvo con su padre misma que por cierto por poco lo deja traumado y que el pervertido del viejo había dejado a la mitad con la patética excusa de que debería descansar y procesar la información con la promesa de retomarla y concluirla mañana, pero debía reconocer que esa platica le había subido bastante el ánimo, con todos los hechos ocurridos sentía que todo su mundo, lo que conocía estaba en la cuerda floja, necesitaba seguridad y es exactamente lo que le había dado además que resulto reconfortante conocer más cosas con su madre, ya que no le gustaba hablar de ella, su corazón todavía dolía por las circunstancias de su muerte, aunque la llega de de Rukia lo había calmado, no significaba que no ansiaba conocer sobre el pasado de ella.
La mayor sorpresa fue descubrir que ella era una Quincy y se preguntaba si ese era un factor influyente en lo que había mencionado el creador de las Zampakutos, pero eso era algo que pensaría luego. La verdad no le había sentado nada bien el hecho de que estuviera comprometida con el padre de Ishida, ¿Él lo sabría? Mejor dicho ¿sabría todo lo que estaba pasando?, ese era otro asunto que tendría que zanjar cuando amaneciera, aunque estaba seguro de que él no estaba involucrado. Lo que si resulto una novedad fue lo que su papá era el Capitán del Decimo Escuadrón, por un momento se pregunto ¿cómo es que Toshiro lo aguanto durante tanto tiempo sin volverse loco?, el joven capitán no era conocido exactamente por su paciencia y sabia que el viejo resultaba de lo más desesperante cuando se lo proponía, aunque ahora todo tenía sentido, las coincidencias que había notado él y sus amigos ahora si tenían su fundamento, de hecho su parecido con Kaien Shiba del que siempre había escuchado rumorear por fin tenía su razón de ser.
Ahora que lo pensaba lo que si le preocupaba era como Rukia tomaría el hecho de que él también era parte del clan Shiba siendo su padre el Tío de Kukaku, Ganju y Kaien el ex teniente del escuadrón al cual ella pertenecía, ¿le afectaría el hecho de que fueran familia? No estaba muy seguro de su reacción, si solo ellos hubieran tenido una relación superior y subordinada la situación sería simple, pero la intrincada historia que había detrás de esta daba una perspectiva bastante diferente de la cual cualquiera que no la supiera esperaría.
Se levanto de la cama para acercarse al armario que funcionaba de habitación para la amante de los conejos recordando todos los momentos, batallas, aventuras y todas las locuras que hicieron juntos, pero en definitiva lo que lo alejo de la amargura de su pesadilla fue la punzada de celos que sintió al pensar en Rukia y Kaien Shiba en el mismo lugar, aunque fuera ridículo, además… ¿cómo alguien podría estar celoso de alguien muerto?, aparte él solo era un amigo para ella no tenía derecho, aunque hubiera escuchado de la propia boca de la joven que no tenia sentimientos románticos hacia su ahora ¿primo?, sin mencionar que el tipo era casado, era simplemente inevitable, resultaba lo que siempre y sin importar que le hacía hervir la sangre ya sea Renji o Byakuya, era imposible no querer encerrar a la shinigami en el mismo armario que tenía enfrente y no dejarla salir de ahí ¡jamás!
Suspiro con Frustración, ¡Genial! justo ahora que tenía la cabeza llena de preguntas por los últimos acontecimientos tenía que sacar a relucir los deseos que estaba reprimiendo desde que tenía 15 años, lo mejor era no pensar en eso, por lo menos no en este momento, era demasiado peligroso sacar conclusiones concisas de lo que en realidad quería y sentía por ella, volteo a ver el reloj ya eran las cuatro de la mañana, lo más conveniente sería dormir un poco más antes de que su padre intentara matarlo con sus estúpidas patadas voladoras y empezara el día tan terrible que se avecinaba, volteo a ver hacia la ventana y vio que la luz de la blanca luna llena que había aquella noche era consumida por nubes negras, suspiro resignado mientras se recostaba seguramente mañana llovería.
Mientras el sol se habría paso con la promesa de un nuevo día por delante, una antigua puerta se abría en lo alto del cielo de Karakura, solamente visible para aquellos pocos humanos con la capacidad de ver lo que había más allá, ese grupo selecto que tenía alguna idea de lo que en realidad los asechaba día a día, y sobre todo que conocían y compartieron alguna vez con los famosos Shinigamis.
-Taicho ¿está seguro que no podemos pasar solo un pequeño momento por alguna tienda? –Se quejo la exuberante teniente del decimo escuadrón. –Le juro que no tardare
-¡Matsumoto!, si te dejo libre en algún lugar de esos sé que no saldrías de ahí nunca. –Exclamo cansinamente el joven capitán. –Además nuestras órdenes fueron muy claras.
-Pero hace tanto tiempo que no vengo por aquí. –La joven suspiro resignada, no conseguiría nada pidiéndole permiso, desde lo ocurrido en el Sereitei todos estaban nerviosos y aunque les picaran los orgullos llenos de tristeza y en otros casos hasta pánico, la caída del Capitán Comandante no era un hecho aislado y era algo bastante desastroso para el Gotei 13, ella misma estaba afectada, aunque ya tenían el remplazo para el gran líder el golpe de haberlo perdido no era menos, todos los shinigamis estaban perdidos y confusos las emociones eran muy diversas, el nivel fuerza de los Quincy era monstruoso, la batalla definitivamente seria dura y la duda de si esta vez pudieran salir victoriosos les seguía carcomiendo el alma.
-No tenemos tiempo, además recuerda que nos necesitan en el Sereitei –Sabía que lo mejor habría sido venir solo, ¡pero no! su holgazana teniente tenía que seguirlo, desde que salieron del escuadrón le había estado molestando con que la dejara dar una vuelta antes de volver, pero era bueno para variar ver a alguien con algo de alegría, le hacía pensar que todavía podían recoger los pedazos que quedaron de lo que antes fue su mundo, ahora era el momento de darlo todo tenían que vencer por todos los que murieron por defender la sociedad de almas, escondiendo exitosamente una pequeña sonrisa al ver a la mujer en silencioso berrinche siguió avanzando hacia su objetivo.
La luz de un sol opacada por grises nubes que pronosticaban una intensa tormenta se filtraban a través de la delgada cortina que cubría la ventana del cuarto perteneciente al joven Kurosaki, decir que durmió y recupero fuerzas seria una total y completa mentira, se la había pasado dando vueltas en la cama recordando una y otra vez la sangre y el cuerpo inerte de Rukia sobre él, atormentándose por ser él quien la había matado, no importaba que fuera un sueño la desesperación era real y ese nudo en el estomago se hacía cada vez más persistente, ¿sería esto una especie de presentimiento? Estaba seguro de que la pelinegra se encontraba en Kiriden recuperándose, ¿estaría corriendo alguna clase de peligro? O solo estaba paranoico y con la cabeza llena de todos los acontecimientos y estaba exagerando ante un aparentemente mal sueño, lo mejor era levantarse, y dar comienzo al día que se le avecinaba, arrodillándose en la cama abrió la ventana encontrándose con un cielo totalmente oscuro, eso no ayudaría en nada para levantarle el ánimo.
Mientras se daba la vuelta para salir de su cama algo muy pesado le cayó encima – ¿PERO QUE CARAJO? –Estaba tumbado boca abajo con una linda teniente sobre su espalda, si definitivamente ese día iba cada vez mejor, nótese el sarcasmo.
-¡Ah! hola Ichigo ¿como estas? –Exclamo divertida la mujer.
-Bien. –Contesto a duras penas el pelinaranja tenia sentada a Rangiku en la espalda y prácticamente estaba con la cabeza clavada en el colchón. –Pero… no se… si no te molesta. –Jadeo casi asfixiándose. – ¡QUISIERAS QUITARTE DE AHI! –Grito levantándose lo que provoco que la teniente terminara en la cama y él resbalara cayéndose de cara contra el piso, haciendo crecer miles de veces más la venita exaltada en su sien.
-Matsumoto ¿qué te acabo de decir de entrar en silencio y por la puerta? –Un peliblanco y joven capitán entro ágilmente por la ventana y cayó sobre el "piso". –Oh, Buenos días Kurosaki. – que no era nada más que la cabeza del shinigami sustituto, pero antes de que pudiera mandar a todos al demonio como esperaba y ansiaba, el joven escucho el sonido de pisadas pesadas y rápidas que conocía muy bien subir por la escalera y se le helo totalmente la sangre, curiosamente y a pesar de todo el escándalo los tres se quedaron quietos y sin moverse de las posiciones que se encontraban, Ichigo por obvias razones, pero tanto capitán como teniente se quedaron fríos al sentir el conocido reatsu acercarse.
-¡GOOD MORNING ICHIGO! –Hizo acto de presencia el jefe de la familia Kurosaki con su conocida y más que patentada "patada de buenos días" pero no fue la cara de su hijo en la que calvo su pie, sino en la de un sorprendido Capitán Hitsugaya que salía volando por la ventana.
-¿Shi… Shi… Shiba Taicho? –Tartamudeo una más que sorprendida Rangiku, captando la atención de un conmocionado Isshin ¿Podría ser? Después de tantos años ¿era ese su holgazán capitán?
-¿Rangiku? –un sonriente Isshin se acerco a su ex teniente ante la mirada de Ichigo todavía en el piso.
Si era él, estaba más maduro, había envejecido seguramente por encontrarse en un gigai y su estancia en el mundo de los humanos, se lo veía hasta más serio, pero definitivamente ese era su capitán. –Vaya Rangiku a pasado tiempo. –Siguió acercándose y observándola hasta que su mirada se quedo fija en cierto lugar. -Oye ¿te creció el pecho? – ¿Había dicho serio y maduro? se pregunto mientras de un puñetazo mandaba a su ex capitán contra la pared.
-¡¿QUÉ DIABLOS LE PASA?! ¿CÓMO SIQUIERA SE LE OCURRE PREGUNTAR ALGO ASÍ? ¡DEFINITIVAMENTE NO A CAMBIADO NADA! –Gritaba totalmente histérica la shinigami mientras seguía golpeándolo.
-Hay personas que no cambian, sean cuales sean las circunstancias a las que se enfrenten a lo largo de su vida. –Comento el peliblanco entrando nuevamente en la ventana con la nariz magullada y roja.
-¡TOSHIRO! –Salió volando hacia él un proyectil Isshin dejando de lado a la sádica golpeadora, para después levantar en brazos y mecer a un anonadado y asustado capitán Hitsugaya. –¡Sabia que serias el Capitán después de mi!, no lo puedo creer me han encontrado y han venido a saludar a su adorado ex capitán. –Exclamo con cascadas en los ojos. –Me siento tan conmovido.
-¡De eso nada! –Enfatizo Rangiku golpeándolo en la cabeza. –Vinimos a buscar a Ichi… espera un segundo ¿qué rayos hace aquí usted?
-Lastimosamente… él es mi padre. –Respondió un hasta el momento ajeno Ichigo, que ante tanto alboroto había preferido quedarse al margen de la situación, principalmente por salud física y moral.
-¿Tu padre él? –Pregunto el actual capitán del escuadrón 10 recibiendo un asentimiento por parte de Ichigo
-¿Por qué no se dejan de tonterías? y el viejo y yo les explicamos cómo va el asunto. –Se rasco la cabeza de manera exasperada, lo que le faltaba la mañana de los reencuentros y las revelaciones, si empezaba con la historia desde el principio así jamás el viejo pervertido le contaría el final.
Si en definitiva esa no era la idea que tenia de la charla con su padre, había pasado una maldita hora y el viejo se la había pasado soltando una estupidez tras otra, ¿Cómo carajo llego a ser capitán? ¿Tan desesperados habían estado en esa época para no encontrar a alguien un poco más centrado?, francamente aun no podía entender ¿cómo demonios había conquistado a su madre?, de hecho algunas imágenes sobre ese tema quería reprimirlas lo más posible para evitar que terminaran de perturbarlo, a este paso jamás se iba a enterar en que acababa la famosa historia de sus orígenes, que era según lo que el raro creador de las Zampakuto le había dicho importante para recuperar a Zanguetsu o eso fue lo que le entendió.
Mientras Rangiku seguía golpeando a su padre seguro por alguna perversión que habría dicho, un pensamiento paso rápidamente por su cabeza.
–Oye viejo ¿Dónde están Yuzu y Karin?
-En… La… agrr tien….da de Ura…hara. –Medio pronuncio Isshin mientras La teniente del decimo escuadrón intentaba ahorcarlo.
-Y ¿eso? –Pregunto el Kurosaki menor.
-Pues necesitaba hablar contigo. –Contesto rápidamente luego de soltarse del agarre de la shinigami y adoptando una actitud seria muy rara en él. –No es muy conveniente hablar con ellas en este momento, son demasiadas cosas que debo explicarles y por lo que me he enterado tú necesitas conocer tus raíces lo antes posible y más aun con lo que se avecina, además ahí estarán a salvo, mejor comencemos.
Por fin se había puesto serio, ahora si entendería el por qué de tantos sucesos, pero la vida no era muy justa se dijo mentalmente Ichigo mientras veían una mariposa del infierno entrar por la ventana y posarse en el dedo de Matsumoto y esta recibía el mensaje, la tención en la habitación se sentía claramente pequeños espasmos eléctricos eran la prueba irrefutable, y no ayudaba la expectativa que generaba en los tres hombres verla abrir aquellos ojos que se llenaban de sorpresa, temor y angustia, todo al mismo tiempo, algo le decía que definitivamente los Quincys no serian el mayor problema, Matsumoto los miro y pronuncio las palabras que cambiarían el destino de todos.
-El prisionero Sosuke Aizen ha escapado.
-A todos los shinigamis en condiciones de pelear, diríjanse a las instalaciones del primer escuadrón, el prisionero Sosuke Aizen, ha escapado, son órdenes del nuevo Capitán Comandante. –
La frase se repetía en toda la Sociedad de Almas poniéndoles los pelos de punta a todos los Shinigamis, una teniente pelinegra corría desde las instalaciones del treceavo escuadrón hacia el sitio de concentración, la devastadora noticia le había pillado en medio de una conversación con el Capitán Ukitake, que le informaba todo lo que había ocurrido luego de que se la llevaran a ella, a su Nii-sama y a Renji totalmente heridos e inconscientes los miembros del escuadrón cero, ella se había recuperado totalmente hace unas horas en esas aguas termales, y de paso había golpeado a muchos al despertarse en semejantes condiciones, ¿como el imbécil de Ichigo la había dejado totalmente desnuda entre tanto desconocido?, cuando se solucionaran los problema le haría recordar lo que podía pasarle si la hacía enojar y ahora estaba completamente furiosa.
Pero la misma imagen del shinigami sustituto tubo otro efecto aparte del enojo, una dolorosa punzada en el corazón, en el instante en que se vistió y encaro al líder de Kiriden se entero de todos los detalles de su llegada hasta ahí, de lo que le harían a su Nii-sama para recuperar y restaurar sus poderes, pero sobre todo el viaje de Ichigo y Renji, le habían dicho que podía seguir al siguiente lugar ya que se encontraba totalmente bien pero no podía abandonar a Byakuya, debía permanecer con él hasta que mejorara también, o ese era el plan hasta que Kon literalmente había caído del cielo con un mensaje de su amigo pelirrojo, Ichigo había sido expulsado del Sereitei, los detalles no los conocía pero daba igual no los necesitaba, lo que quería era verlo sabia que estaría devastado, sea cual fuere la situación y no lo abandonaría lo peor que podía pasarle a su amigo era que le impidieran proteger a los que amaba, lo quería demasiado y aunque le resultara tan difícil reconocerlo en voz alta hace mucho tiempo que ya lo había aceptado, había aceptado que estaba enamorada del Shinigami sustituto de cabello anaranjado, lo quería más que cualquier cosa, por eso con la determinación y fuerza que la caracterizaba no le importo que el mensaje de Renji también dijera que la esperaría donde el se encontraba, no le importo que fuera una de los mínimos elegidos para estar en ese lugar, no le importo dejar a su hermano ahí, pero sobre todo no le importo lo que pudiera pasar y si era una orden del Rey Espiritual que permaneciera ahí, él estaba mal y ella estaría ahí como siempre lo había hecho y pasaría sobre cualquiera para llegar a donde él se encontrara.
Y así lo hizo, ni siquiera recordaba bien como logro llegar a su escuadrón, la adrenalina y el deseo le nublaron tanto la conciencia que solo hasta que vio los ojos de su preocupado capitán al verla en aquel estado fue que reacciono, lo que le conto Ukitake Taicho no la había calmado en absoluto, fue una sorpresa que el capitán Kyoraku ahora era el capitán comandante, pero lo más importante era que habían mandado al capitán Hitsugaya y a Rangiku-san a buscar a Ichigo, según el capitán no podía darle los datos completos de lo que iban hacer para ayudarlo, pero le aseguro que conseguirían que el Shinigami sustituto recuperara todo lo perdido, esos hombres juntos eran muy inteligentes y sabían hacer las cosas, justo cuando ella iba a pedir que la dejaran ir también a Karakura la noticia había llegado, ¡Pero qué mal momento! Necesitaba varias respuestas no entendía que demonios pasaba y su intuición le dijo que Ichigo podía aclararle todas sus dudas, pero había algo más desde que se despertó de su letargo tenía un raro sentimiento que le decía que el tiempo corría y debía hacer todo lo que tenía pendiente, no tenía ni la menor idea de lo que significaba y no sabía por qué lo primero en su lista de prioridades había sido verlo a él, a pesar del momento que estaban viviendo no podía reprimir una sincera y nostálgica sonrisa tantas personas que la ayudaron a lo largo de su existencia y lo único que calmaba la tormenta en su alma era solo él, tenía que verlo a como dé lugar, pero todo pensamiento se evaporo mientras paraba en seco su carrera.
Ese reatsu, ese asqueroso y maldito reatsu se sentía tan cerca y le erizaba los delicados vellos de la nuca, el impulso de correr era inevitable pero se mantuvo firme, no iba escapar, además no tenia sentido se sentía acorralada y si iba a desaparecer lo haría peleando, sintió agiles pisadas detrás de ella, el maldito lugar donde se encontraba estaba totalmente desolado, todos estaban lejos y así todo cobro sentido, desde que salió de su escuadrón había estado inmersa en sus pensamientos y no se había fijado, mierda la había guiado a ese lugar, la estaba buscando a ella, maldita sea se sentía un pobre conejo al que habían llevado a una trampa y como una idiota había caído, pero ¿para que la quería a ella? Atraer a Ichigo a una emboscada era lo más lógico que se le vino a la cabeza, pero no permitiría que le hicieran daño a él por su culpa, sujeto firmemente a Sode No Shirayuki mientras lentamente se daba la vuelta y ahí enfrente de ella estaba el sujeto mas desgraciado y perturbado de todo el universo.
-Hola pequeña princesa Kuchiki. –Solo pudo escuchar aquel cínico y despectivo saludo, después todo se volvió negro.
-Matsumoto debemos regresar ahora mismo. –Hitsugaya se puso de pie seguido de su teniente, la tención y reciente noticia habían desaparecido los sentimientos y preguntas no contestadas, eso debía esperar tenían que actuar ahora antes de que sea tarde.
-Ichigo nuestra misión era venir por ti y llevarte urgentemente a la Sociedad de Almas. –Explico la teniente. –El Capitán Comandante y Ukitake Taicho, mencionaron alguna forma que te ayudaría.
-Pero eso fue antes de esto. –Interrumpió el capitán. –Ichigo no te encuentras en condiciones de pelear. –Soltó de golpe. –Lo mejor será que permanezcas en este lugar hasta….
-Otra vez no les sirvo de nada ¿verdad? –Comento irónicamente Ichigo cortando la explicación del capitán, debía imaginarse que esto pasaría, solo lo utilizaban como una máquina de pelea, que les importaba a ellos el dilema en su interior y lo que sentía al no poder hacer absolutamente nada, solo querían ayudarlo porque resultaba beneficioso para ellos, sino lo necesitaran para las peleas contra los Quincys lo dejarían de lado.
-De hecho esto es por tu propio bien. –Contradijo el capitán. –El Capitán Comandante y varios de los capitanes, estamos de acuerdo en que necesitas tus poderes para que protejas a quien desees. –El shinigami sustituto estaba sorprendido, eso no se lo esperaba. –Escucha esto bien porque no pienso volverlo a repetir. –Exclamo mientras se giraba. –Antes sí, no lo niego la mayoría te hubieran visto como solo un instrumento en beneficio de la Sociedad de Almas. –Kurosaki entorno los ojos y en ellos se reflejaba rabia contenida. –Pero como te dijimos aquella vez cuando se te devolvieron tus poderes. –Suspiro ante la situación ¿porque le había tocado decir eso justo a él? –Tu llegada cambio completamente nuestro mundo, y muchos incluyéndome siempre estaremos agradecidos de lo que has hecho. –Se volteo hacia la ventana, con la intención de salir. –Y debemos devolverte el favor. –Ocultando su cara detrás de su cabello continúo. –Capitán fue bueno verlo y espero que pueda volver para oír el resto de la historia.
-Adiós Shiba ex Taicho, cuidate Ichigo –Canturreo Matsumoto mientras seguía a su Taicho rumbo a salir por la ventana, recibiendo un asentimiento seguido de una sonrisa de Isshin.
-Toshiro, Rangiku-san. –Exclamo el pelinaranja haciendo que todos se giraran a verlo.-No me voy a quedar con los brazos cruzados aquí. –Definitivamente Ichigo jamás dejaría ser él. –Así que apúrense y vámonos. –Soltó rudamente, si nunca dejaría de ser el mismo. –Solo me transformare en shinigami. –Eso hubiera sido rápido, si tuviera a Kon o a su insignia, pero después de literalmente destrozar su cuarto se dio cuenta que la había perdido, rayos ¿dónde la había dejado?
Al ver la desesperación de su hijo, el rostro burlón de Rangiku y el deseo por irse del pequeño capitán, Isshin soltó una risa debía actuar antes de que su virginal hijo acabara arrancándose los anaranjados cabellos, así que mientras buscaba bajo la cama toco su hombro para que lo volteara ver, dándole un fuerte golpe en la cara, como era de esperarse el shinigami sustituto se levanto enseguida y mientras zarandeaba a su padre este señalo a su cuerpo, entonces fue cuando Ichigo se dio cuenta tenia puesto su traje de Shinigami, impresionado soltó a su padre mirando su propio cuerpo tirado a un costado de la cama.
Su padre al ver la mirada confundida simplemente mostro un anillo en su dedo índice con el mismo símbolo de aquel guante que poseía Rukia y el bastón de Urahara, sonrió incrédulo el viejo sí que tenía sus mañas.
-Está bien, vámonos. –Ni crea que se lo iba a agradecer, pudo hacerlo tranquilamente sin el innecesario puñetazo. –Oye papá ¿vienes?
-No esta vez, estúpido hijo. –Al notar la mirada expectante de todos prosiguió. –Con Urahara en hueco mundo debo ayudar aquí y sobre todo proteger a tus hermanas. –Recibió una mirada de comprensión y un asentimiento de su hijo y vio como este saltaba por la ventana con los integrantes del escuadrón diez. –ICHIGO. –Grito desde la ventana. –Vuelve entero quieres, debo contarte lo que falta. –Ichigo solo alzo la mano como despedida. –Además necesito nietos y mi tercera hija no va a estar esperándote toda la vida. –Alcanzo a ver como el joven agitaba la cabeza exasperado para después junto a los otros desaparecer con Shumpo.
Bueno que no haya gritado alguna blasfemia acerca del asunto era un progreso, ese muchacho debería dejar de ser tan terco y aceptar sus propios sentimientos, y él estaba más que seguro que los de Rukia-chan eran exactamente los mismos, su hijo era tan tímido e idiota para esos asuntos y tan fuerte y valiente para defender y pelear por los que quería, Isshin dirigió una orgullosa mirada al cielo antes de salir del cuarto de su hijo y dirigirse a la salida, una vez estando fuera miro hacia su casa, tantas cosas que habían pasado desde que había llegado este lugar, recuerdos, sentimientos, risas, lagrimas y una sonrisa nostálgica se dibujo en sus labios. –Masaki por favor cuida de nuestros hijos y Rukia-chan, seguramente el muchacho también te tiene orgullosa a ti ¿verdad? –Abrió sus ojos y continuo su camino él también debía prepararse
-¡KYORAKU-SAN! –Entro gritando Ichigo alertando al capitán comandante y a los capitanes que se encontraban reunidos.
-Bien, por fin has llegado. –Respondió, algo tenso el nuevo comandante.
-Capitán comandante, estábamos cumpliendo la misión que nos ordeno cuando recibimos la noticia ¿qué paso? –Cuestiono Toshiro mientras se incorpora a la reunión.
-Como habrán escuchado Aizen ha escapado, el ¿cómo? no estamos exactamente seguros, como todos saben se encontraba recluido en una celda especial debajo del primer escuadrón, recibimos informes de que el rey Quincy accedió a ese lugar y hablo con él ofreciéndole unirse a sus filas, objetivo que creíamos no consiguió. –Suspiro cansadamente y continúo – Él mismo recalcó que había sido su decisión no unírseles, sus motivos son desconocidos pero asumimos que fue por su deseo de conquista solitaria. –Su mirada y voz se tornaron tristes de pronto. –Mientras yo me encontraba supervisando la reconstrucción de el Gotei 13, es que ocurrió el escape de Aizen con el que me encontré no era el mismo al parecer su habilidad especial en lugar de desaparecer a crecido en niveles bastante altos, encontramos un cuerpo en donde se encontraba, aun así sabemos que se encuentra lo suficientemente débil como para no atacar ni abandonar los cuarteles. –El comandante miro las caras sorprendidas y escucho claramente algunos jadeos incrédulos. –Aun no sabemos que era esa cosa que estaba en su lugar, tal parece que aprovecho la distracción provocada por los invasores para hacer el intercambio con algo, los testimonios aseguran que era un demonio con forma de hombre, ojos rojos y reatsu negro claramente visible se desprendía de su cuerpo, sin contar una fuerza increíble, existen varios heridos inclusive mi teniente Nanao que se encuentra muy grave, el capitán de la doceava división ya está en eso, es por eso que no nos acompaña.
-Si no tenemos idea de donde esta, ni sentimos su energía espiritual como esperas que hagamos algo. –Interrumpió Soi Fong desesperada
-¡Cálmate! –Reprendió Hirako. –Lo menos que debemos hacer ahora es desesperarnos. –Recalco.- Ichigo no has recuperado tu Zampakuto ¿verdad? -Hizo la observación el capitán al constatar la ausencia de Zanguetsu en la espalda del joven.
-No, pero estoy en eso. –Contesto desviando la mirada, lo que le faltaba como si no tuvieran suficientes problemas, maldito Aizen, bueno Byakuya, Renji y sobre todo Rukia estaban bastante lejos y ese tipo estaba débil según lo que entendió, así que no tendría como llegar hasta ellos, ni hacer nada por lo pronto, no podía creer a que grado había aumentado el problema, Aizen y los Quincys, esto no iba a ser nada fácil, ni siquiera tenía como enfrentarse a ellos, todo estaba realmente jodido además que podía notar los puestos vacios entre los capitanes y noto claramente a los faltantes tanto del onceavo como cuarto escuadrón pero luego se enteraría de lo que había pasado con ellos.
-Si me disculpan debo retirarme. –Exclamo el capitán Ukitake. –No es justo que le deje todo el trabajo del escuadrón a Rukia considerando su reciente recuperación y las noticias actuales.
La noticia fue un balde de agua fría, que mierda hacia Rukia aquí.
–Ukitake-san ¿Esta Rukia aquí? –Pregunto totalmente shokeado, si la enana estaba aquí porque no sintió su energía espiritual, sabía que era malo con eso pero el reatsu de ella era tan parecido al suyo y lo sentía siempre.
-Volvió esta misma tarde, está totalmente recuperada así que no…–Un silencio se instalo en la sala evitando que continuara, era como la calma antes de la tormenta, fue perfectamente claro para todos, y eso era exactamente lo que ocurriría, la prueba fue un poderoso reatsu que azoto a todos, desconocido para muchos pero para otros era uno demasiado familiar pero algo distorsionado.
-Mierda. –Fue lo único que se oyó del shinigami sustituto antes de desaparecer con su shumpo, Maldita sea ese era el reatsu de su Rukia.
¿Donde estas?, ¿Dónde estás?, ¿Donde carajo estas? Era lo único que rondaba su cabeza, la onda expansiva de la explosión del reatsu estaba presente en todas partes dificultándole hallar el centro, decir que solo estaba preocupado seria una estúpida mentira, estaba totalmente aterrado, ¿por qué mierda Rukia había regresado? se suponía que debería estar donde la dejo, pero no, tenía que hacer lo que le venía en gana, ¿por qué no podía ser una mujer predecible por una vez en su vida?, se paro sobre uno de los techos de los escuadrones a pensar un poco, cada segundo que pasaba podía ser decisivo para el destino de la enana y ya había pasado una maldita hora desde el suceso, pero no podía seguir corriendo a lo loco por todo el Seretei, maldición la desesperación no lo dejaba razonar correctamente.
Se encontraba solo de eso estaba seguro, francamente no creía que los capitanes fueran por Rukia a menos claro de que la consideraran una amenaza, pero no podía tachar a todos, había unos que si ayudarían a la enana y se preocuparían por ella, pero la prioridad era Aizen, apretó los puños y sus dientes rechinaron por la furia, si el desgraciado le había puesto un dedo encima encontraría la forma de borrar hasta el polvo que quedara luego de hacerlo pedazos. ¡Maldita sea! tanta rabia no hacía más que aflorar sus instintos más destructivos, deseaba acabar y exterminar todo a su paso, necesitaba calmarse por el bien de ella, pero como podía hacerlo si no tenía ni siquiera con que pelear o defenderla. Otra vez, otra maldita vez como en aquellos diecisiete meses era un estorbo inútil, ni el viejo había ido con él aunque era lo mejor dadas las circunstancias, no era muy conveniente además debía cuidar a sus hermanas y que no tenían idea de lo que Aizen tenía planeado hacer.
-Kurosaki ahí parado no vas a lograr nada ¿sabes? –Esa voz y ese irónico cometario los reconocería donde fuera, Ishida Uryu estaba parado justo en frente de él, ¿cómo es que estaba ahí? –Se que quieres una explicación, por lo de los Quincys. –Su mirada se torno avergonzada. –Pero yo no tengo nada que ver, además tampoco se mucho.
-Ishida, no seas imbécil como un costurero andante como tú va ser capaz de ayudar a preparar semejante conspiración. –Lo interrumpió mientras un persistente tic se hizo presente en uno de los ojos del joven Quincy, pero este se obligo a calmarse, sabía que aquella era la manera que alguien tan bruto como Ichigo le dijera que le creía y confiaba en él. –Estas al tanto de lo que pasa ahora verdad. –El tono del shinigami sustituto se torno repentinamente serio, pero era completamente entendible se dijo Ishida, la situación que estaban viviendo no era en nada semejante a las anteriores batallas que habían tenido, esta vez eran dos enemigos demasiado poderosos e impredecibles que los atacaban por diferentes flancos, además uno de ellos que conocía tan afondo a la Sociedad de Almas, aquel que les había costado sangre, lagrimas y muerte estaba otra vez en libertad, con lo que podría apreciar su poder era incomparable la duda estaba presente y palpitante en el ambiente ¿Qué estaba tramando esta vez Aizen?
-He escuchado algunas cosas y tengo varias teorías en lo que a los Quincys se refiere, aunque no es nada en concreto. –Una pequeña sonrisa socarrona quiso aparecer en las comisuras del joven Kurosaki, la capacidad analítica de su compañero era inigualable, seguramente ni bien había oído algo de los hechos ya se habría puesto a maquinar una lógica explicación y si tenía tiempo hasta una posible solución. –Sobre Aizen probablemente sé un par de cosas más que tu. –Ante la mirada interrogativa frente a él decido que debía explicarse. –Llegue aquí más o menos unos cinco minutos luego de que salieras como un demente sin sentido de la reunión de capitanes y escuche algunas cosas que ese Capitán de la doceava división había descubierto en el cuerpo que dejo Aizen. –Suspiro pesadamente, para él los últimos días tampoco habían sido fáciles y haber tenido que hablar con el desquiciado capitán del área de investigación no era en demasía relajante. –Según ese tipo lo que se encontró allí, era un shinigami normal que se trataba de su mismo compañero de escuadrón, que luego de la revisión lentamente había recuperado su apariencia normal.
Ichigo proceso un poco la información no era de sorprenderse tanto, pero debido a las características que habían presenciado en el "convertido" el presentimiento de problemas era bastante pronunciado. –Sé lo que te preguntas Kurosaki y según el informe posiblemente era el efecto de la larga estancia en la celda y la acumulación de poder, algo así tu cuando recuperaste tus poderes. –Sí definitivamente no era un asunto que tomarse a la ligera y el palpitante dolor en su cabeza estaba aumentando. –Hubo un desencadenante para liberar una especie de poder escondido y según mi teoría la presencia de esa persona en su celda y el reatsu que poseía fueron exactamente lo que necesitaba para liberarlo y varios trucos nuevos que se esperan se desvanezcan en lo que su reatsu vuelve a estabilizarse y fluir de manera constante por su alma. –Veía como se agrandaban los ojos de Kurosaki, desde que llego a la Sociedad de Almas había aprovechado al máximo para enterarse absolutamente de todo lo que pasaba y sacar sus propias conclusiones. –Y en lo que se refiere al aumento drástico en el poder de la cosa que dejo, es algo así como una especie de infección que saca todo el poder del shinigami dándole una increíble fuerza aunque las consecuencias son drásticas. –Su rostro se ensombreció un poco. –El reatsu se va agotando como en el caso de un poso puede parecer interminable pero va a llegar a un punto en el cual quedara totalmente seco en este caso provocando la muerte. –Uryu sabía que la mente del Kurosaki poco a poco iría atando los cabos.
-Pero no se supondría que solo perdería sus poderes como Shinigami. –pregunto Ichigo cada vez más preocupado, sabia o intuía lo que seguía.
-En este caso no, según los testimonios no lograron someter al infectado hasta que poco a poco se fue quedando sin nada de poder y estaba muriendo, mientras agonizaba al parecer recupero la conciencia y fue capaz de decir rápidamente quien era y lo que pasa, obviamente no le creyeron y optaron por matarlo. -Hizo una pausa sabiendo que el tema que tocaría era un golpe demasiado doloroso para el chico. –Pero ahora al igual que tú me preocupa las condiciones en que se encuentre Kuchiki-san. –Observo como el pelinaranja escondía su mirada detrás de su cabello. –Y está totalmente confirmado que el reatsu que sentiste es de ella y se parece enormemente al del Shinigami muerto.
El estomago le dio un fuerte tirón y tubo que evitar con todos sus fuerzas caer al piso ya que sus piernas temblaban y no resistían su peso, sentía una enorme necesidad de gritar, tenía que encontrarla y buscar una manera de ayudarla, no iba a permitir que nada le pasara no tenía idea de lo que tramaba ese maldito infeliz al atacarla a ella, pero si tenía que ver en algo contra él, jamás se perdonaría el hecho de que Rukia sufriera algún daño por culpa suya.
-Ichigo. –El joven levanto la cabeza y fijaba su mirada perdida y destrozada en él, no recordaba si alguna vez Ishida lo habría llamado por su nombre. –Se que no tienes idea de lo que está pasando ni siquiera yo lo termino de comprender, pero no pierdas el objetivo en este instante Kuchiki-san nos necesita, Te necesita. –Vio que poco a poco crecía la determinación en su amigo. –Y sobre todo se que no estás en condiciones de pelear y por eso es que estoy aquí vine a ayudarte.
-Bueno, si ya han acabado con el momento romántico nenazas hay una chica que ayudar ¿recuerdan?
-¿Yoruhichi-san? –Ok ahora sí que ya se perdió totalmente. -¿Qué haces aquí?
-Por Dios Ichigo si Rukia viera la cara depresiva que tienes ahora te golpearía mucho. –Comento burlonamente la mujer mientras se acercaba a los jóvenes. –Y como que ¿qué hago aquí? ¿Quién crees que trajo a Ishida? –Sonrió despreocupada. –Eres bastante lento a veces.
-¡Y YO QUÉ CARAJO IBA A SABER! –Grito exasperado lo que le faltaba, no necesitaba a esa mujer loca burlándose de él en estos momentos.
-Mira Ichigo sabemos en las condiciones en las que te encuentras. –Exclamo mientras cortaba el berrinche del sustituto. –De hecho Urahara está terminando todos los asuntos en hueco mundo para venir ayudar. –definitivamente el sombrerero loco ayudaría muchísimo en semejante situación. –Como dijo Ishida sé que estas bastante confundido y que estamos metidos en un enorme enredo pero hay que encontrar a Rukia y nosotros podremos ayudarte. –Se acerco lentamente a Ichigo mientras el joven retrocedía asustado pero ¿Qué pretendía hacer esa loca? Una vez que estaba a centímetros de la cara de un sonrojado pelinaranja le dio un golpe en la nariz. –No seas idiota Ichigo se supone que para eso estamos para ayudarte cuando nos necesites, así que quita la cara de imbécil que tienes y pongámonos en marcha.
Definitivamente y aunque no lo diría en voz alta había encontrado a muy buenos amigos a lo largo de estos últimos años, su vida había cambiado completamente aquella vez que vio entrar una oscura mariposa por la ventana y a una curiosa enana atravesar la pared, vio a Yoruhichi e incluso a Ishida contener una risa al verlo sobarse la nariz magullada, no estaba solo, nunca lo estaba ya sea por el apoyo de esos que siempre se lo habrían brindado pero sobre todo por la luna que ilumino completamente lo que la oscuridad que la lluvia había dejado a su paso.
-Ya es suficiente. –Mustio que le estuvieran ayudando no era pretexto para sus burlas. –Acepto sugerencias desde que no tengo ni idea de dónde buscar. –El reatsu descomunal que había sentido y del cual por la onda expansiva era más que imposible encontrar su epicentro ya se había difuminado completamente.
Antes de que alguien pudiera decir algo, una nueva onda de aquella energía espiritual los golpeo pero a diferencia de la anterior esta no tenía ningún rastro del poder de Rukia era muy diferente, los tres se quedaron congelados no era solo uno eran varios individuos y se acercaban a toda velocidad a donde ellos se encontraban.
Era muy distinto oír testimonios e informes de otras personas que vivir en carne propia dicha experiencia, enfrente de ellos había seis ¿Shinigamis? Con todas las características mencionadas antes ojos rojos que se asemejaban bastante al fuego, piel grisácea, caras sin rastro de cordura o vida en ellas, músculos tensos, sonrisas sádicas que presagiaban una muerte y tortura inimaginable pero sobre todo una gran cantidad de energía espiritual visiblemente negra rodeándolos como llamaradas oscuras, su poder era verdaderamente imponente y al parecer tendrían que pelear para salir de ahí, pero antes de que alguien hiciera cualquier clase de movimiento una nueva energía se hizo presente más clara y constante ahora y perfectamente ubicable esa si era Rukia.
-Kurosaki lo sientes verdad. –Ishida obtuvo un gran asentimiento por parte de Ichigo.
-No creo que tengan intensiones de dejarnos pasar. –Suspiro Yoruhichi, no eran enemigos ordinarios de eso estaba segura, sus niveles energéticos eran superiores al de un capitán y con Ichigo sin su espada pelear contra seis especímenes de esos era prácticamente suicidio.
-Siempre tienes muy buena suerte Ichigo, al parecer eres un imán para los enemigos fuertes. –Una voz brusca y burlona desde arriba de sus cabezas los hizo voltear y francamente no podía creer lo que veía, Ikkaku, Matsumoto, Hinamori, Yachiru, Kiyone y Sentaro estaban flotando sobre ellos.
-Minna, pero por…–Quiso hablar el shinigami sustituto pero fue cortado inmediatamente por la teniente de la decima división.
-¿Qué hacemos aquí? –Pregunto irónicamente. –Ichigo, Rukia no es solo tu amiga. –Sonrió. –Bueno para ti más que amiga. –Murmuro rápidamente continuando antes de que el Kurosaki dijera algo. –En fin si te hubieras quedado un poco más te habrías enterado de la orden del Capitán Comandante. –Alzo el tono de voz citando exactamente las palabras. –"Ayudar al Shinigami Sustituto Ichigo Kurosaki a rescatar a la Teniente Rukia Kuchiki a como dé lugar"
-Esa es la orden principal. –Interrumpió Ikkaku. –Los capitanes se encargaran de Aizen en cuanto aparezca. –Argumento. –No vamos a abandonar a una compañera
-Tú y Rukia-chan han hecho demasiado por el Seretei, y también es nuestra necesidad ayudarla no podemos dejarla sola. –Exclamo Hinamori.
-Vamos Ichi ve por ella nosotros detendremos a estos tipos feos. –La pequeña Yachiru sonrió con algo de tristeza dibujada en sus ojos.
-EL DECIMOTERCER ESCUADRÓN NO SE PERDONARÍA NO AYUDAR A NUESTRA TENIENTE. –Exclamaron al mismo tiempo Kiyone y sentaro mientras se mataban con las miradas por pillarse hablando al mismo tiempo.
-Vamos Ichigo no te preocupes por nosotros estos tipos no son nada, ve por Rukia y más te vale traerte de vuelta. –Ordeno Yoruhichi mientras colocaba su mano en el hombro del joven. –Rukia tiene esa extraña habilidad de marcar a todas las personas que se topan con ella, les proporciona un poco de esa luz que a ti siempre ha sabido darte plenamente, así que no te muestres tan sorprendido de que todos nosotros queramos ayudar. –Después de darle una palmada se encamino hacia los otros Shinigami que ya estaban sobre el techo en guardia y listos para lo que se les avecinara. –Recuerda que ni tú ni ella están solos, Ishida ve con Ichigo nosotros los cubriremos. –Fue lo último que dijo antes de unirse a los demás y comenzar la pelea.
-Enserio, gracias. –Con eso no espero más y junto con Uryu salto del techo y fue a donde Rukia se encontraba, no importaba que no tuviera su espada con él, solo muerto permitiría que le hicieran algo a chica y estaba totalmente listo y preparado para morir por ella en el caso de que fuera necesario.
Su ceño se frunció todavía más, al ver el lugar en donde se encontraba, estaban a los pies de una colina que el recordaba claramente, era la misma donde estaban sepultados los amigos la infancia de Rukia y donde la encontró aquella vez en que esos hermanos se la llevaron y ella no lo recordaba, fue uno de los momentos más difíciles de su existencia el escuchar de la boca de ella que no lo conocía lo había prácticamente fulminado por dentro, una experiencia frustrante y desesperante que no quería volver a repetir jamás, pero no sabía porque sentía algo con respecto a ese lugar que todavía no lograba entender o explicar.
-Kurosaki. –Llamo el joven Quincy sacándolo de sus pensamientos. –Recuerda para que estoy aquí, así que espero que no te hagas el digno ni el ofendido cuando tenga que pelear en tu lugar.
-¡Shit! como si me iba a quedar con los brazos cruzados mientras tú juegas con tu arquito. –Reprocho mientras ambos comenzaban a subir, sentía la energía espiritual de Rukia distorsionada con ese extraño poder en la cima.
-Estas consiente con lo que podemos encontrarnos ahí ¿verdad? –Ichigo solo asintió, pero no, no estaba preparado para ver a una Rukia en ese estado sentía extraños y escalofriantes hormigueos de tan solo pensarlo.
-Ishida, creo que no hace falta decirte que la vida de ella es más importante que nada, Rukia es intocable. –Dijo mientras pasaba a su lado y empezaba a subir, habían decidido hacerlo lentamente para abordar a la Kuchiki mas calmadamente no les serviría de nada desatar una pelea que no eran capaces de responder no por el poder sino por los sentimientos que tenían hacia ella el uno obviamente de una amiga muy apreciada y el otro lazos que en el momento actual y debido a la posibilidad de perderla estaban tomando forma y estos distaban muchísimo de una simple amistad y no serian capaces de lastimarla.
-No tienes ni que mencionarlo. –Ishida se coloco a su lado, asintieron juntos con decisión y sin más se encaminaron a lo que sería uno de los restos más difíciles de toda su existencia.
Oscuridad, profunda soledad, no había nadie a su alrededor, la oscuridad la devoraba poco a poco no podía hacer nada, quería huir pero no lo lograba, sentía el suelo frio donde su cuerpo estaba tirado, sus extremidades perdieron la movilidad hace mucho, solo podía aferrarse al recuerdo de esa persona que era su sol.
Dolor, era insoportable la rodeaba y empezaba ahogarla pronto perdería todo rastro de conciencia.
Impotencia, se recriminaría siempre el haber caído tan fácilmente ni siquiera había podido pelear por su vida.
Tristeza, saladas lagrimas salían de sus ojos no sabía dónde estaba, era una especie de umbral entre el sueño y la conciencia nadie podía ayudarla estaba perdida.
Miedo, sabía que nunca volvería a ver a sus seres queridos se iría sin decirle lo que los amaba, se iría sin decirle a Ichigo lo que se había guardado desde hace tanto tiempo.
Terror, de no volver a ver sus ojos, su cara, de no sentir nunca más el calor de su cuerpo y bondad envolviéndola, no le dieron ni la posibilidad de perderse entre sus ojos por última vez.
Muerte, sabía lo que se avecinaba no podía pararlo, no había forma, cerro sus ojos mientras se entregaba a ella viendo de tras de sus parpados unos ámbar que se difuminaban y desaparecían, mientras la oscuridad terminaba de tragarla, pasara lo que pasara con ella por lo menos su corazón seguiría en la luz todo gracias a Ichigo.
Ichigo y Uryu caminaron lentamente entre las tumbas que se encontraban en la cima, habían llegado listos y en guardia pero encontraron el lugar vacio y sin rastros de aquella presión espiritual, Ichigo camino lentamente hasta colocarse en el risco que se formaba, tenía una excelente vista del Seretei aunque el cielo estuviera gris, esa vez que vino por ella debido a la preocupación no lo había notado y no era que ahora no lo estaba, de hecho destrozado por dentro lo definiría mejor.
-Kurosaki, no hay rastros de su presión espiritual. –Ishida se coloco junto a él, mientras esperaba la decisión del segador antes de continuar buscando.
-Vámonos, tenemos que seguir busca… ARGGGG. –Un dolor espantoso en el pecho no lo dejo continuar ¿qué rayos había sido eso? Se pregunto un momento más tarde cuando el dolor disminuyo, logro abrir los ojos y noto que estaba en el suelo varios metros lejos de donde se encontraba y con Ishida a su costado, intento pararse o voltearse para ver mejor a su compañero pero le era prácticamente imposible tenia los músculos entumecidos y noto la gran cantidad de sangre escurriéndose en su traje, ¿Los habían atacado? ¿Pero cuándo? Ni siquiera habían podido ver qué los había golpeado pero al parecer sus extremidades se negaban a cooperar seguramente estaría ahí tirado un buen rato antes de recuperar la movilidad, pero no podía aunque fuera un dolor de los mil demonios debía estar alerta. El Quincy no se encontraba mejor, tenía un corte bastante profundo y sentía su sangre caliente empapar su ropa cada vez más, observo a Ichigo intentar moverse y jadear ante el dolor y vaya que le entendía el mismo estaba demasiado aturdido como para pensar en que sucedió, sentía como le quemaba esa herida imposibilitándole el movimiento, pero necesitaba ponerse en pie sea lo que fuere eso de seguro no se conformaría con un simple ataque.
Ichigo por fin logro arrodillarse, no se dejaría vencer por esto una vez que se estabilizo enfoco su vista en aquel lugar, viendo a una pequeña figura de espaldas a él, fue entonces cuando una sensación de Deja vu lo golpeo, era casi exacto a su sueño, ahora sabia por que la colina se le hizo rara era ese mismo sitio el que lo había estado atormentando junto con la visión de una Rukia sangrante en su regazo, maldita sea y la enana estaba en la misma posición donde la horrible pesadilla comenzó, y si esto era igual debía ponerse de pie no permitiría que se convirtiera en realidad lo que llevaba tratando de evitar desde que la conoció, a ella no podía pasarle nada.
-¡! RUKIA! -Grito intentando que ella volteara a verlo pero no consiguió nada ella estaba quieta en el mismo borde sin hacer movimiento alguno.
-No siento el reatsu de Kuchiki-san ni siquiera de la manera distorsionada en la que se estaba presenciando, es como si no estuviera aquí. –Uryu a duras penas había logrado ponerse de pie y se había impresionado de igual manera al ver a la heredera noble parada ahí.
Puede ser que Ichigo hubiera asimilado su pesadilla y que el miedo de verla así lo dejara listo para cualquier cosa, pero nada pudo haberlo preparado para ver a una Rukia totalmente transformada exacta a su sueño, escucho el jadeo del hombre a su lado pero se obligo a no quitar la vista de ella, la misma maldita imagen perturbadora que lo había aterrorizado esa noche se reproducía frente a sus ojos y la impotencia lo estaba matando, su instinto le había dicho que estaba en peligro, todo lo que sentía por ella le estaba gritando que estaba en riesgo y aun así había llegado tarde, bajo la cabeza y la mirada triste al suelo no podía, simplemente no podía verla así ¿Dónde había quedado su Rukia? ¿Qué mierda le había hecho el desgraciado de Aizen?
-KUROSAKI CUIDADO. –Escucho el grito y esquivo por una fracción de segundo el ataque dirigido hacia él, cuando recuperaron el equilibro ambos tenían a Rukia a un paso de distancia y el escalofrío le recorrió una vez más, el no era un cobarde pero verla así con la luz alejada de sus facciones y aquella sonrisa macabra no lo dejaba moverse ni pensar en cómo ayudarla, estaba paralizado.
-Reacciona de una vez. –le dijo el Quincy. –Si sigues así, nos matara a ambos antes de que podamos ayudarla. –La joven desapareció de su vista mientras Uryu sacaba a relucir su arco, Rukia volvió aparecer sobre ellos y una vez más lograron esquivarla con dificultad. –Kurosaki, no estás en condiciones de pelear, peor aún defenderte es mejor que te hagas a un lado. –Sugirió. –Yo te cubriré, mientras tú puedes pensar en una forma de salir de esta, los tres de preferencia en una pieza. –Ishida no espero más y se lanzo a la batalla, el interior de Ichigo gritaba que no permitiera que le pusieran un dedo encima, menos que Uryu la atacara con sus flechas , pero noto que su amigo solo trataba de detenerla dándole tiempo para pensar y aclarar sus ideas, ¿desde cuando él tenía que quedarse a un lado?, ¡maldición! maldita la hora en que se quedo sin Zanguetsu la necesitaba más que nunca, tal vez si hacia lo mismo que aquella vez cuando ella se había fusionado con el hollow y los hermanos, pero no tenía nada, estaba como un maldito cordero asustado y acorralado y ese no era él, le daba asco sentirse así.
Escucho a la lejanía como Uryu le gritaba algo pero no le prestó atención y alcanzo a detener con bastante esfuerzo una espada antes de que esta le traspasara el pecho, tenía en frente a Rukia tan cerca como para tocarla pero también para ver su estado, en verdad parecía un demonio desatado, sediento de sangre y desquiciado con una sonrisa tan macabra como la de su propio hollow no era como la otra vez que la habían poseído era muy diferente, sintió el escozor de las heridas en sus manos, había tomado la zampakuto de Rukia por el frente lastimándose en el proceso, un minuto, ¿Esa era Sode no Shirayuki? La verdad no estaba seguro ¿qué había pasado con la Zampakuto del blanco más puro y la más hermosa de toda la Sociedad de Almas? Ahora solo observaba un largo fierro negro y oxidado con la empuñadura carcomida y cayéndose a pedazos pero en lugar de de deprimirse su rabia afloro, descuartizaría al infeliz por hacerle todo eso a ella, pero primero debía salvarla, sintió su determinación fluyendo a través de su cuerpo, lamentándose de la situación no conseguiría nada, era hora de actuar, con renovada fuerza se deshizo del ataque preparado como sea para hacer algo, miro a Ishida rogando por que le entendiera y al parecer si lo hizo, por que permaneció alejado mientras él se preparaba para soltar lo que fuera con tal de tratar de traerla de vuelta, cuando se predisponía a decir algo la shinigami se soltó rápidamente y trato de clavar nuevamente su espada en él, pero esta vez se dirigió directamente hacia su cuello, como era de esperarse el Quincy arrojo una flecha que la detuvo no la lastimo demasiado pero fue suficiente para que la joven soltara el arma y vociferara llena de furia, cuando se disponía a lanzar otra flecha, fue y ante la mirada atónita de Ichigo mandado a volar contra una pared de roca dejando mal herido e inconsciente al joven, antes de ir a ver como se encontraba sintió una presencia espiritual y vio como Rukia retrocedía, en frente de él se presento Aizen en persona.
-Buenas tardes, Kurosaki Ichigo. –Estaba frente suyo el maldito infeliz, estaba allí como si nada, mientras Rukia se acercaba a él poniéndose enfrente defendiéndolo, rechino los dientes y cerro los puños fuerte hasta que finas gotas de sangre escurrían de sus manos la rabia que sentía en ese momento era incomparable, volteo rápidamente a ver y vio a Uryu en la misma posición en la que había caído, podía sentir su energía espiritual, suspiro con alivio no estaba muerto solo inconsciente.
-Desgraciado, que le hiciste a Rukia. –Vociferó, intentando encontrar algo con lo que pelear.
-Directo al punto como siempre. -Aizen coloco un brazo alrededor del cuello de Rukia mientras sonreía burlonamente. –Solo poner en práctica un pequeño talento que he estado entrenando, deberías estar orgulloso que la pequeña heredera Kuchiki fuera una de los pocos privilegiados. –La verdad, no podía ser más repulsivo, deseaba destrozar el brazo que tenía rodeada a Rukia, pero lo que más le enfurecía es que ella no hacia ningún movimiento para liberarse, parecía un simple títere a las órdenes...
-¡ALÉJATE DE ELLA! –Kami como deseaba estar empuñando su Zampakuto, hace mucho que le hubiera cortado la cabeza y la habría pisoteado, pero que podía hacer no tenía nada.
-La idea original era controlarte a ti. –El tipo obtuvo la atención del pelinaranja de inmediato. –Pero debido a lo inútil que me resultas sin tu Zampakuto, tuve que utilizar un recurso diferente en este caso la princesita Kuchiki. –Sonrió ladinamente mientras acariciaba el negro cabello de la shinigami. –Y cambiar mi plan original de utilízate al de destruirte. –Hizo a Rukia a un lado mientras se acercaba al sustituto. –Según parece los Quincy encuentran en ti lo que ellos denominan "Potencial de Guerra" no puedo permitir que ellos saquen algún provecho de ti, cuando yo no puedo. –Antes de llegar a donde se encontraba, algo maligno brillo en sus como si alguna nueva atrocidad se le hubiera ocurrido. –Aunque si vienes conmigo puede que encuentre la forma de obtener algún beneficio, lo que llevas en los genes es tan inusual que sería una pena desperdiciarlo, al parecer tus padres no pudieron hacer mejor cosa que engendrarte. –Soltó una cínica carcajada mientras volvía a posicionarse detrás de Rukia. –El Joven mitad Quincy mitad Shinigami, Dos polos en continua guerra que se han combinado en ti. –Ichigo abrió de golpe los ojos, cuando su papá le había dicho lo de su madre no se había puesto a analizar el asunto pero era verdad eso era él. –En fin morir o venir conmigo, ¿qué camino elijes?
-Jamás me aliaria con alguien como tú. –Dijo con completa determinación misma que flaqueó al ver que rodeaba el cuello de Rukia en claro signo de amenaza.
-Una verdadera lástima, aunque parece que necesitas un poco de motivación. –Repentinamente estrujo el pequeño cuello mientras la Shinigami intentaba llevar algo de aire a sus pulmones. –Yo no me movería si fuera tú. –Sugirió burlonamente, viendo las intenciones del joven. –Elije Ichigo Kurosaki, vienes con migo, me entregas tu fuerza y suelto a la jovencita dejándola libre de regreso a la normalidad, o te niegas, los mato a todos y te hago observar como destrozo poco a poco a Kuchiki tú decides. -Lo observo esperando una respuesta totalmente listo para retomar la tortura de asfixiar a una Rukia que ahora no intentaba ni siquiera pelear por su propia vida, Ichigo no aguanto más, no le importaba morir, se lanzaría contra el bastardo aunque llevaba las de perder no permitiría que mataran a Rukia en frente de él jamás volvería a perder a un ser tan querido como ya lo había hecho por culpa de él, porque estaba más que seguro que solo la había atacado a ella para orillarlo aquella situación, ¿por qué otra razón seria? Así que no espero ni un segundo más y empezó avanzar hacia él.
-¡KUROSAKI!. –escucho el grito de Ishida, que detuvo su avance, llamado la atención de los presentes, lentamente logro ponerse en una rodilla mientras mostraba la Cruz de Quincy colgando de su mano, para luego lanzársela a Ichigo que la atrapo en el aire y lo miraba con ojos confundidos luego de esto cayó en la absoluta inconsciencia estaba demasiado grave para hacer algo , Aizen vio esto no podía permitirlo si el Shinigami llegaba activarla… sin miramientos empujo a Rukia que cayó al suelo en un golpe seco mientras se dirigía hacia el sustituto, su poder no estaba restablecido totalmente, y que él obtuviera algo con que defenderse sería demasiado perjudicial para él por no decir fatal.
Ichigo Kurosaki había dependido de sus instintos toda su vida y aunque no tuviera ni la menor idea de lo que estaba haciendo se dejaría llevar una vez más por ellos, después de todo Aizen tenía razón una parte de él era Quincy y en teoría podía utilizar esto, se concentro y dejo que el destino hiciera el resto, de un momento a otro Aizen se encontraba frente a él con la intención de matarlo con lo que no contaba es que ahora el Shinigami sustituto tenía en las manos un enorme arco del color negro con pequeños picos negros en el contorno, era del mismo color de su bankai, el sustituto no espero más y mientras el traidor más grande del seretei se le venía encima apareció una flecha y se la disparo, dando un certero golpe en el hombro, al recibir el impacto Aizen gruño de dolor.
El encierro e infectar a los shinigamis no habían sido una buena combinación, debía alejarse y recuperarse hasta que estuviera listo, vio como Kurosaki preparaba una nueva flecha mientras él se encontraba en el suelo, la mirada que el joven le mostraba era de alguien que pensaba que había ganado, soltó una risa sorprendiendo a quien le apuntaba.
–Necesitas más que eso para desacerté de mi Kurosaki Ichigo, créeme nos volveremos a ver tarde o temprano y por fin cumpliré mi objetivo.
Ichigo no dio importancia al comentario, el tipo estaba débil no iría a ninguna parte, y el aprovecharía esta nueva habilidad justamente para acabar con él, pero jamás se imagino a Rukia saltando sobre él impidiendo matarlo. –Al parecer olvidaste a mi fiel esclava, no te preocupes ella te mantendrá entretenido. –Aizen se irguió para ver como el joven trataba de repeler los ataques de su compañera procurando hacerle el menor daño posible. –Dime que se siente el esperar la muerte de las manos de esta shinigami. –Continúo al no recibir respuesta. –Matar o ser asesinado Kurosaki Ichigo la decisión es tuya. –Sin más desapareció mientras Ichigo miraba el lugar con odio e impotencia, lo había dejado escapar y además tenía sobre el tratando con todas sus fuerzas de matarlo a la mujer que amaba, porque si la amaba, Bonito momento para darse cuenta y reconocerlo, se dijo así mismo.
La Shinigami no le daba tregua, como decían los informes tenía una fuerza muy superior a la normal en ella, los golpes de la joven era certeros causando graves daños en el cuerpo del sustituto mientras el trataba con todas sus fuerzas que las flechas negras que le lanzaba sola la mantuvieran a distancia, soltó una maldición mientras esquivaba un ataque frontal, Mierda como había llegado a semejante situación, no tenía ni tiempo para idear un plan e Ishida se encontraba inconsciente como para ayudarlo, siguió esquivando cada vez con mayor dificultad, los cortes eran cada vez más profundos, no podía anticiparse a sus movimientos ya que la enana no peleaba como solía hacerlo, poseía una técnica que lo estaba aniquilando de a poco, a este paso acabaría con él si no se defendía como era debido, pero eso era imposible y él lo sabia no podía siquiera intentar hacerle daño, encima era nuevo con el arco, tenia buena puntería pero ni de lejos era tan bueno como Ishida, la única opción que le quedaba era intentar hacerle entrar en razón, estaba totalmente agotado y ella no parecía ni siquiera fatigada, nada perdería con intentarlo.
-¡Rukia!, escúchame vuelve en ti. –Soltó de golpe Ichigo cuando la pelinegra estaba intentando traspasar su pecho, dando varios golpes que al mismo tiempo eran repelidos por el joven. –Recuerda quien eres. –Los ataques no paraban, ella no parecía escucharle, de repente sucedió el sustituto perdió la concentración no pudo alejarse a tiempo, cerró los ojos ante el dolor de sentir su estomago ser traspasado brutalmente, pero ella ni siquiera se inmuto al verlo tirado en el suelo, siguió realizando corte tras corte a su cuerpo, no se detenía, evitaba darle golpes mortales porque al parecer disfrutaba más torturarlo, el pelinaranja en un impulso soltó una flecha que fue directo al hombro de la joven, y se irguió sangrante mientras observaba a Rukia retroceder colérica y solo veía muerte en sus ojos, tenía que hacer que volviera su conciencia sino uno de los dos acabaría muerto y él no tenía la intención de que fuera Rukia la afectada, probo hablar de nuevo con ella.
-¡RUKIA!, TIENES QUE VOLVER, COMO PUEDES DEJARTE VENCER POR ESTO. –Esta vez algo pareció moverse en sus ojos que para Ichigo fue un pequeño foco de esperanza.
-¿NO DECÍAS QUE ERA UN NIÑATO TONTO Y COBARDE?, ¿CÓMO LE LLAMAS A ESTO? ¡ESTAS DEJANDO QUE TE CONTROLEN COMO UNA MARIONETA! – la voz del sustituto llegaba a lo más profundo de ella.
-¿QUÉ HAY DEL ORGULLO KUCHIKI? ¿COMO CREES QUE REACCIONARIA TU ADORADO HERMANO SI TE VIERA ASI?. – La imagen de un hombre de piel blanca cabello negro y mirada severa que se suavizaba un poco al verla.
Ichigo la vio flaquear lo estaba logrando debía continuar gritándole para hacerla entrar en razón.
-¿Y RENJI?, ¿QUE DIRÍA AL VER QUE TE HAS VUELTO UN SIMPLE TITERE? – Recordaba los niños huyendo, una sonrisa sincera, un largo cabello rojo, un amigo incondicional.
-¡UKITAKE-SAN Y TODO EL ESCUADRÓN TRECE!, ¡VAYA VICE CAPITÁN MÁS INÚTIL SE HAN CONSEGUIDO! – Sus compañeros y su un bondadoso capitán que siempre estaban dispuestos ayudarla, lo habían demostrado al romper las reglas para tratar de salvarla.
-¡ORIHIME TE ADMIRA!, ¡IMAGINA SI TE VIERA ASÍ! – La figura de la chica rondo por su cabeza, su sonrisa infantil, sus grandes ojos grises, como preparaba sus comidas extrañas, como fue convirtiéndose en una verdadera amiga.
No importaba lo duro que pudiese ser las cosas que él le estaba gritando en ese momento, le rogaría perdón de rodillas luego cuando estuviera de nuevo entre sus brazos.
-¡CHAD E ISHIDA!, TE CREÍAN FUERTE, VALIENTE, ¡ERAS SU AMIGA! VAS A DEJAR QUE PIENSEN QUE SE EQUIVOCARON. – El recuerdo de dos hombres llego a ella, uno callado pero amable, el otro inteligente e irónico, eran dos grandes amigos.
-¡MIS HERMANAS Y MI PADRE! ¿CÓMO REACCIONARÍAN ANTE TI AHORA? NO ME DIGAS QUE DEJARAS QUE MI PADRE SEPA QUE SU TERCERA HIJA ES UNA COBARDE –Risas llegaron a ella, gritos alegres, declaraciones vergonzosas, las peleas cómicas, la bondad, los sonrojos, la locura, una inigualable familia.
La garganta le ardía y la herida le quemaba su vista estaba tornándose oscura pero necesitaba seguir y precisaba fuerzas para lo que diría luego.
-¿QUE ME DICES DE KAIEN SHIBA?, ¡QUE DECEPCIÓN SE LLEVARÍA! – Recordó una mirada sincera, un trato amable, un hombre bueno, y la manera en la que él la trataba como a todos, por una vez era parte de algo.
La vio agarrarse la cabeza y gritar de dolor al parecer sus piernas no soportaron y cayó de rodillas al piso, casi lo lograba solo necesitaba un empujoncito más, empezó a caminar hacia ella totalmente decidido, no fallaría, con esto no.
-¡TODAS ESAS PERSONAS TE NECESITAN!, y me ayudaron a encontrarte y están peleando por ti ahora no puedes abandonarlas. –Tomo aun más coraje necesitaba decirle esto y esta vez ninguna vergüenza infantil se lo impediría era ahora o nunca. -¡PERO YO TE NECESITO MÁS!, ¡VUELVE A MI RUKIA NO TE ATREVAS A DEJARME SOLO!, tu paraste la lluvia en mi interior es tu maldita obligación no dejar que vuelva a llover. –su voz se escuchaba ronca, se quedaba sin fuerzas, sus pasos eran lentos pero no se detendría. – ¡CARAJO ENANA DEL DEMONIO REACCIONA MALDITA SEA! –Un grito agonizante, luego un silencio desesperante al final un murmullo que paro el corazón de Ichigo Kurosaki.
-I… Ichi… go…
-Rukia. –sus ojos se abrieron y sonrió como tonto, a la mierda el dolor y las heridas, ella había pronunciado su nombre, se la había pasado todo ese tiempo si oír su voz o ver sus ojos no esperaría más para sacarla de ahí y no dejarla despegarse de él jamás.
-No... te… acerques. –Quedo estático en el lugar, se suponía que estaba bien, si hasta le había llamado por su nombre, ¿qué estaba mal ahora? –No… pongas… esa… cara… de idiota. –La joven lentamente se puso de pie. –Ichigo, necesito que me escuches con atención.
-De eso nada, hay que salir de aquí y llevarte al cuarto escuadrón. –El pelinaranja hizo ademan de volver avanzar pero no llego muy lejos.
-¡QUE TE QUEDES DONDE ESTAS IMBECIL! –La joven lo detuvo totalmente con ese grito. –Ichigo, no iré a ninguna parte… esta vez no. –Levanto su cabeza, irguiéndose completamente conectando una triste mirada violácea, con una confundida mirada ámbar. –No me queda mucho tiempo… –Suspiro, le dolía como nunca antes la cabeza y estaba aturdida, aunque se le partiera el corazón por la cara que se cargaba el muchacho frente a ella no podía hacer nada, de hecho había sido un esfuerzo prácticamente imposible volver a tener el control de sí misma, aunque los gritos del shinigami sustituto le habían devuelto la vida y la voluntad por unos pocos minutos.
-¿Qué ocurre Rukia?, ¿Como que no puedes venir conmigo?, ya estás bien déjate de estupideces y vámonos, Ishida también necesita curarse. –Ya se estaba cansando que le pasaba, estaba comenzando a preocuparse y un hueco se hizo presente en su estomago.
-Quieres callarte de una buena vez. –No era fácil, se sentía una basura, lo mejor no era decirle nada seguramente intentaría detenerla, y terminaría haciéndole daño a él, había visto la mirada llena de emoción y esperanza que tenia Ichigo, pero hacia esto por él, gruesas lagrimas brotaron de sus ojos, ojala tuviera más tiempo había tantas cosas que decir y hacer, pero no podría, volvió a escuchar el grito ya exasperado de su amigo incondicional, pero no podía dejar que él se le acercara probablemente desfallecería y se lanzaría hacia él, le había costado mucho reunir la fuerza de voluntad en esos pocos segundos, tal vez era la adrenalina o su desconcierto, pero estaba segura de ello, no quería hacerle daño a Ichigo y sabia que volvería a caer es ese estado muy pronto, lo sentía, le daba tanta tristeza no haber visto a todas las personas que el sustituto había mencionado, hubiera querido decirles por lo menos un pequeño adiós, odiaba no poder ver a Ichigo convertirse en un hombre hecho y derecho mientras ella estaba a su lado, y por un segundo ardió en celos imaginando alguna mujer se le acercara, pero no podía ser egoísta, ella ya no estaría para él, pero él tenía derecho a encontrar a alguien con quien hacer su vida, su amigo tarde o temprano saldría adelante, todos lo harían, y deseaba de todo corazón que siempre tuvieran un recuerdo de ella y aunque sea uno pequeño, estaba lista, tenía que hacerlo.
Ichigo no entendía nada, pero el verla llorar lo mataba por dentro, y el estomago se le revolvía al tener un mal presentimiento, veía la tristeza en sus ojos, la preocupación y el desconcierto, al diablo como le había dicho hace tiempo sus opiniones le valían una mierda, correría y los sacaría a los tres de ese lugar.
No importaba lo que deseaban ambos, ni que sus corazones estuvieran entrelazados el destino estaba marcado y aquel día no todos volverían a casa, las decisiones estaban tomadas y nada podría cambiar lo que estaba a punto de suceder, con terror Ichigo vio a su compañera totalmente destrozada levantar su espada mientras sus ojos volvían a oscurecerse en una enorme pupila poco a poco, ¡No!, fue el grito de su mente, no podía permitir que otra vez se le fuera de las manos, de un Shumpo se encontró frente a ella pero la tragedia fue inevitable ambos pares de ojos estaban abiertos de par en par, sin poder creer lo que pasaba, la Zampakuto estaba clavada en un pecho destrozando el corazón y traspasando completamente el cuerpo.
"No me llames Shinigami... mi nombre es Kuchiki Rukia"
Podía ver la Sangre.
"No tengo forma de entrar en tu corazón sin ensuciarlo... si en alguna ocasión quieres hablar, si crees que eso está bien, habla conmigo, hasta entonces… Esperaré."
Mucha sangre
"Ichigo, si te puedes levantar huye, tienes que correr Ichigo."
La Sangre Caliente y fresca
Es mi culpa, fue por mi culpa que el destino de Ichigo cambiara se volteara de cabeza y terminara terriblemente herido.
La Sangre que solo Empapaba su cuerpo
"¿QUÉEEEEEEEEEEEE? ¿QUÉ ESTÁS DICIENDO? CREES QUE VAS A VENIR TÚ A ORDENARME AQUÍ, ¡UN RESCATADOR NO DEBE IGNORAR A SU RESCATADA!"
Allí estaba El Miedo, lo que más amabas se desvanecía entre tus brazos.
"No pienso darte las gracias ¡Tonto!"
El frio que le calaba los huesos al presenciar la escena más dolorosa
"Si tienes miedo a perder, hazte más fuerte. SI tienes miedo de no ser capaz de proteger a tus amigos, hazte más fuerte y júrales que los protegerás. Si le tienes miedo a tu hollow interior, hazte cada vez más fuerte hasta que puedas derrotarlo. Si no puedes confiar en nadie más, ponte de pie y grita. Ese es el Ichigo que guardo en mi corazón."
La vida se escaba eran los últimos momentos que podrían verse
"Idiota, no digas eso ¡Tu no me estorbas, si estas en dificultades yo te ayudare, si no te puedes mover, yo luchare en tu lugar, si estas sufriendo ye te reconfortare! SOMOS AMIGOS."
Lo habían perdido todo no había remedio, ya estaba hecho
"¿Qué? No pongas esa cara tan triste. Aunque tú no puedas verme, yo aún así seguiré observándote."
La lluvia caía sobre ambos cuerpos, taladrándoles en la piel.
"¡Ichigo! ¡Estos idiotas no entienden... que algo así no es suficiente para desesperarte! ¡No saben el nivel de desesperación que has llegado a soportar! ¡Muéstraselo, Ichigo! ¡Que la desesperación jamás soñaría con detenerte!"
La desesperación era desgarrarte y las lagrimas incontrolables, el sentimiento de Impotencia le quemaba el cuerpo.
-¡RUKIA! –El grito retumbo por todo el lugar. –NO... NO… NO ENANA TONTA... ¿QUE HICISTE?... MIERDA QUE HICISTE. –Ichigo Kurosaki mando todo al diablo y dejo que las lágrimas y el dolor fluyeran, en sus brazos tenia a Rukia traspasada con su propia Zampakuto, no le había dado tiempo de nada apenas él se situó frente a ella, la joven tomo la empuñadura y se la clavo en el pecho, el sustituto no podía creerlo, necesitaba hacer algo urgentemente, Rukia estaba de vuelta a la normalidad, pero perdía mucha sangre y se estaba poniendo cada vez más fría y pálida. -¿POR QUÉ? ¿Por qué lo hiciste? –Pregunto, mientras cuidadosamente tomaba la Katana y la saco de su pecho arrojanbola a un lado, se aferro al cuerpo moribundo y soltó toda su amargura.
-Debía hacerlo. –Susurro débilmente Rukia mientras con un gran esfuerzo acariciaba la mejilla del joven llevándose algunas de las lágrimas. –Eso estaba volviendo a dominarme, no podría controlarme por más tiempo. –Hundió la cabeza en el varonil pecho mientras las lágrimas también abandonaban sus ojos. –Yo jamás podría hacerte daño.
-Eso no importaba, pudimos encontrar otra salida. –La movió para ver sus ojos, estos iban perdiendo la luz. –Aguanta por favor te llevare a que te curen, te pondrás bien. –Dios no podían quitársela era su pilar, él la amaba demasiado, debía haber algo que pudiera hacer.
-Ichigo no hay nada que hacer, yo misma selle mi destino. –su voz era cada vez más débil, la energía se le escapaba, solo quería dejarse llevar y cerrar sus ojos, pero no podía quería aprovechar todo el tiempo que pudiera verlo a él. –No llores, ese no eres tú, todo va es estar bien, prométeme que saldrá adelante Ichigo, yo siempre estaré cuidándote, jamás estarás solo.
-¡No voy a prometerte nada Rukia!, ¡maldita sea!... no puedes dejarme así. –la rabia lo inundo, maldita sea la hora en que la había dejado sola, el horror se hizo presente en su ser al ver como Rukia empezaba hacerse traslucida, y las pequeñas partículas espirituales empezaban a dispersarse. – Maldición tú no te puedes morir, no tienes ese derecho ¡MIERDA RUKIA! –Observo sus ojos violetas, extrañamente había dejado de llorar y sonreía, esa mirada reflejaba adoración tristeza y sobre todo amor. –¡TE AMO MALDICIÓN! ¡NO TE VAYAS RUKIA! ¡NO ME DEJES! ¡NO DEJES QUE VUELVA A LLOVER!, YO... NO… LO SOPORTARIA. –De nuevo se aferro a ella apretándola contra él jadeante y herido terriblemente.
-Yo… también te amo... Ichigo yo siempre estaré con... –No pudo concluir, Ichigo había callado sus labios con un beso, el primero y él ultimo, un roce inocente y necesario para ambos, jamás podrían encontrar palabras que reflejaran claramente sus sentimientos, así que lo haría con sus actos, solo duro unos segundos, nada pasional, al contrario era un derroche de sentimientos contradictorios, cuando abrió sus ojos vio una cariñosa sonrisa proveniente de la morena sintió una nueva caricia en su mejilla mientras la veía desaparecer completamente, se quedo ahí sin poder creer lo que había pasado, mientras era bañado por la heladas gotas de lluvia, la había perdido, no pudo hacer nada, otra vez había perdido lo que amaba y otra vez era su culpa, estaba solo, grito lleno de dolor y frustración hasta quedarse sin voz, mientras el diluvio más grande de toda su vida iba formándose en su corazón, Rukia Kuchiki había muerto y con ella el alma de Ichigo Kurosaki
-Continuara-
¿Qué tal les pareció? Esperamos que este primer capítulo los inspire a esperar y seguir con los siguientes, prometemos no tardarnos mucho así que no desesperen, recuerden que aquí abajito tienen un lindo lugar para dejar sus comentarios, dudadas, sugerencias lo que deseen! En verdad queremos leer su opinión acerca de esta historia.
A y si quieren un lugar donde entretenerse y donde haya IchiRuki a montón visiten nuestra página en Facebook "El Ichiruki es la pareja con mas Fans en todo el anime" tal vez haya gente por aquí que nos conozca somos Gaby: La creadora de la pag y Eleonora Kurosaki: La loca Administradora, en fin si quieren saber de nosotras muy pronto encontraran mucha información en nuestro perfil de Fanfiction si llegaste hasta aquí muchas gracias te esperamos en la próxima entrega de "Mas Allá Del Tiempo" Adiós!
Por todos los que volaron y volaran junto a nosotras
Gaby y Elie
