Holaa n.n! Gracias por entrar a este fic. Espero que les guste.
Ni Vocaloid ni sus personajes me pertenecen a mi, sino a Yamaha Corporation. Yo solo utilizo sus personajes sin fines de lucro, solo por divertirme.
No Necesito Permiso
Capítulo 1
Levanto mi mano para bloquear aquellos rayos de sol que caen en mis párpados, hace un calor terrible. Abro solo un ojo, emitiendo un chasquido de mala gana con mi boca. Qué fastidio. Ya me quiero graduar de bachiller para largarme de aquí.
Me siento en la cama, colocándome con pereza las pantuflas colocadas al lado. Contemplo mi reflejo en el espejo que está posado al frente mío. Es increíble cómo mis ojos se hayan más claros de lo normal al recién despertarme.
Bajo la cabeza y suspiro.
Tengo que levantarme para asistir a clases.
Sorprendentemente esa frase, unos años atrás, era mi peor pesadilla.
Después de tomar una energizante ducha, arreglo mi cabello en sus típicas y rutinarias coletas, una a cada lado. Sin mucho preámbulo, bajo a la cocina, donde me preparo una tostada con mantequilla y un batido de chocolate. Cuando paso por el refrigerador, veo un dibujo de mi familia, el cual hicimos mi hermano y yo cuando éramos pequeños. Sonrío. Mis padres son gente de negocios y se la pasan siempre de viaje en viaje, y mi hermano está cursando la universidad en otra ciudad. A veces los extraño, pero luego recuerdo que la casa es solo de esta personita que está aquí -osea, yo- y se me pasa. Considero que para ser una chica de 16 años, tengo suficiente libertad, y eso lo aprecio.
Me tomo el chocolate y salgo de una vez al maldito colegio.
Hoy me tocan las materias que más odio: Química, Física, Matemáticas y... Comercio. Sí, la última es la que más se parece a la carrera de mis padres, pero yo la odio. Eso de los libros mayores y menores, activos, pasivos... ¡Agh, qué desastre! Tal vez la razón sea que la he visto desde que soy una bebé.
Llego tarde al colegio, por ende, entré a clases cuando ya había empezado.
Me vale un comino.
Entro al aula pasando por el centro de la clase sin pronunciar palabra. Busco mi asiento en la esquina del fondo del salón, ahí veo a mi amiga, alguien a quien aprecio desde siempre, Neru Akita.
Pero, alguien me detiene, la profesora.
–¡Miku Hatsune! –me regaña aquella mujer detestable, la de química-. ¿Se puede saber por qué llegaste tan tarde, eh?
– Porque puedo –le digo en tono conformista-. ¿Quería que llegara temprano hoy? Mándeme un mensaje la próxima vez, señora profesora.
En el salón se oyeron risas.
–¡¿Pero como te atreves a refutarme así?! ¡Si lo vuelves a hacer mandare a que...!
–¿... me citen al representante? ¡Pff! –bromeo con mi boca y ruedo los ojos-. Como si fueran a venir ¡Ja, Ja! Deberían citarla a usted; está empezando a sonar como mi madre, profe.
Eso fue suficiente para que la profesora colapsara.
–Ahora -sigo-, ¿puedo sentarme?
Sonrío maliciosa. La profesora pudo muy bien echarme de la clase, hubiera sido un "Aleluya" en mi interior, pero no lo hizo. Maldita. ¿Como sabe que lo que quiero es que me eche? Ojala se la coma un perro.
Neru me ve con ojos picarones y me dice en susurros: "Bien hecho" Esa rubia sí que me cae bien.
–¡Pfff! Por favor, eso no es nada, rubia –le digo a Neru mientras me siento en mi puesto.
Por el otro lado del salón estaban algunos de mis compañeros de clase. Akaito Shion y Nero Akita -hermano de Neru-, también está Len Kagamine… ¡Agh! ¡Es el típico chico bonito del cual todas están enamoradas de él! Los BFF del salón. Akaito me agradaa un montón, es un Gamer. Y Nero un chico Hipster que es algo odioso la verdad, es más, casi nunca le dirige la palabra a nadie, ni siquiera a su hermana.
También estaban las chicas, de las cuales solo recuerdo los nombres de dos de ellas. Luka Megurine, la chica que tiene un excelente físico y la que todos quieren en su cama, o, algo así, porque ya la tuvieron. Y Pink, o algo así, creo que se llama Rin… ella es la chica nerd a la cual le hacen bullyng.
Akaito me susurra desde su puesto, el cual está al otro extremo del salón: "¿Estás loca?" Yo le respondo con mi boca: "Loquísima". Akaito es extremadamente simpático.
¡Ugh! ¿Es que esa profesora no tiene la capacidad en su cerebro de callarse?
–Diooosss... voy a morir –gruño yo en voz alta, recostándome de largo en mí asiento-. Neru...
Volteo a ver a la rubia y me doy cuenta que carga el celular en la mano, escondiéndose de la profe. Simplemente, ella es inseparable de su celular.
–¡Psss! –le chito con mis labios para q me preste atención-. ¡Miraa! ... ¿Cuánto falta para que se acabe la hora?
Neru quito la mirada del chat de whatsapp y la levanto a la barrita de información del sistema del celular.
–Diez minutos –respondió para luego volver a prestar atención al chat.
Yo arrugo un labio notando mi fastidio, vuelvo mi mirada al frente y percibo que Akaito, como también sus dos amigos, tienen el celular afuera.
Dios, sí que soy fácil de influenciar.
Saco mi celular y lo coloco dentro de mi bolso, justo en la tabla de mi escritorio para poder revisar los mensajes que me han llegado sin problema alguno.
Reviso las notificaciones de mis redes sociales, todas insignificantes y lo demás; dos mensajes.
Ninguno de mis padres…
Abro el primer mensaje, era Mikuo; lo típico, cómo estoy y cómo me siento. Es el típico reporte del día, pero lo aprecio inmensamente. Lo respondo agria "Normal", fue lo único que contesté, no me gusta mostrarme tierna ante mis familiares, ni ante nadie.
El segundo mensaje fue inesperado. Len Kagamine. Él es… Dios… ¿Por qué a mí?
"Fiesta hoy a las ocho en mi casa"
Otro mensaje seguido a ese.
"No faltes, preciosa"
Emito una risa sátira, la cual Neru oyó.
–No me digas que también te invitó –sin mucho esfuerzo, ella cerró los ojos pesadamente, como si le resultara exhausto-. Qué perro –aborreció en el aire-. No vayamos.
Suspiro y guardo el celular en mi bolsillo. No quiero ir, es más, no debería ir. Sé muy bien cómo acaban las fiestas de Len Kagamine. No es que me dé miedo ir, para nada, puedo encajar perfectamente con ese tipo de gente. Pero… el problema es que…
–Al parecer todavía no entiende que eres su exnovia –expresó la rubia que tengo al lado.
En definitiva, soy su exnovia. Y me arrepiento de haber tenido una relación con él.
–¡Bahh, pamplinas! ¿Tú crees? No me digas… –formulo con sarcasmo mientras levanto mi labio con desdén, sosteniendo con las dos manos mis mejillas, viendo al frente sin prestar atención a la clase. Esta posición es muy cómoda.
Alguien ajeno a la conversación interrumpe.
–Miku Hatsune.
Esa voz la tengo proyectada en la mente como si de una metralleta se hablase. Unas risitas se oyen en el salón. El simple hecho de que la maldita profesora pronuncie mi nombre da risa.
–¿Sí? –pregunto sin alterar mi posición de conformidad.
–Además de llegar tarde, usted se dispone a hablar en mi clase.
Ruedo los ojos. En serio, de todos los alumnos que estaban hablando, ¿me tiene que ver a mí? Hablando de miradas, el rubio que se cree Hot me dedica una ojeada, y noto que sonríe, burlándose.
Gruño.
La profesora, gracias a lo más sagrado, me dejó en paz, solo dijo eso y siguió dando su muy interesante clase.
Definitivamente, no iré a esa fiesta. Me declararía loca si voy.
El timbre sonó, uno de los sonidos que yo más adoro. Tomo mi bolso y lo acomodo en mi hombro, ya dispuesta a salir, cuando de nuevo, la profesora me llama.
–Hatsune –de nuevo esa voz.
"El huevo" susurro en mi mente con frialdad y maldad. Volteo lentamente mi cuerpo hacia la anciana.
–¿Qué? –pregunto secamente.
La bruja me ve a través de sus lentes.
–Si no me equivoco, usted es la semanera –me entrega la carpeta de asistencia-. Tenga.
¿Normaal? ¡Verdad que soy la semanera, se me había olvidado!
–Cierto –tomo la carpeta negra de mi salón y me doy la vuelta, dirigiéndome hacia la puerta.
–Hatsune.
Demonios. ¿Le encanta mi apellido? ¡Vamos! ¡Dígalo fuerte! ¡Repita conmigo: Hat-su-ne!
–¿Qué? –digo igual de seca.
–Le cité al representante.
¡¿Qué?! ¿En serio? ¡Pfff!
–¡Wow! Mire cómo tiemblo. ¡Aaayy! –dejo mi actuación y me pongo seria-. No vendrán, nunca lo hacen.
Sigo mi camino hacia la salida del salón. Hermoso, fui la última en salir. La ironía es que llegue tarde a mi siguiente clase porque ésa señora me retuvo en el salón. Camino por el pasillo solitario, ¿por qué? Porque ya todos están en sus salones. O eso creía yo.
Mientras caminaba, alguien sale de una columna y me ataja en el camino, sosteniéndome los hombros con sus manos.
–Hola, Miku.
No me faltó verle, con solo oír su voz ya sabía quién era.
–Len –digo en un solo segundo, cortante.
–No faltes esta noches, preciosa. Te lo agradecería… un montón –bajó sus manos por mis brazos, acariciándome.
–No voy a ir –me zafo de su agarre-. Déjame ya. Me tienes harta. Me repugnas. Sáciate con otra zorra por ahí.
–Estás clara que lo que estás diciendo es un disfraz –me ve con su cara de altanero-. Quieres volver conmigo, lo deseas.
Me le quedo viendo unos instantes, alrededor de cuatro segundos en silencio.
–Cómprate una puta –le sonrío, de una manera demasiado cariñosa para lo que le dije.
Fue una sonrisa muy cálida e inocente, que en pocas palabras le decía "jódete". Eso solo hizo que su sonrisa se ampliara.
–Ya me cansé de ellas, amor –da dos pasos hacia mí-. Quiero algo más profesional y… –toma unos de mis mechones turquesa y lo huele-… mío.
Ojalá no me hubiera lavado el cabello hoy, para no darle el gusto.
–Quítate –le empujo con mi mano desocupada, ya que en la otra llevo la carpeta. El se tambalea hacia atrás. Logré notar una sonrisa de gloria, esas típicas de un mujeriego.
Lo miro de arriba abajo con repudio y con mucha odiosidad. Desvío mi mirada y me voy de ahí.
Llego a la clase a tiempo, aunque en verdad no me importa. Neru me busca con la mirada y me preguntó con un gesto de la ceja, a lo cual yo entendí como "¿Qué pasó?". Yo solo levanto las dos cejas viendo al vacío, respondiendo en el acto: "Para qué te digo". A continuación, Len entra con las manos metidas en los bolsillos, dejando suspiros románticos de las chicas del salón, una de ellas era la nerd, Rin Kagamine. Ahí fue donde Neru entendió todo.
Me pregunta con la cabeza si es lo que ella está pensando. Yo simplemente ruedo los ojos, suficiente respuesta por mi parte.
Después de terminar las clases y de tener que aguantarme la mirada del cretino Len Kagamine sobre mí, me arreglo en mi casa para salir un rato a divertirme. Termino de comerme la pizza que dejé ayer en la noche y subo para ducharme otra vez. Me coloco una camisa a cuadros roja, unos pantalones pitillo negros, mis converse del mismo color, un gorro de lana gris para que medio aguante a mi cabello, y, lo que nunca puede faltar, mis audífonos. Quedé con Neru en reunirnos, como siempre.
Tomo mis llaves y miro adentro del apartamento para revisar que todo esté en orden. Veo la foto familiar. Sin más, cierro la puerta detrás de mí y bajo por el ascensor.
Estoy dentro de un centro comercial, sentada en una banca de piedritas, de esas que sirven para rodear las plantas, tomándome una soda mientras oigo una canción de Black Veil Brides y espero a Neru. Cierro los ojos bebiendo y gustando mi soda, mientras me dejo llevar por la música. Estos momentos son excelentes.
Noto que Neru llegó al lugar. Se acerca a mí y le miro, apenas abriendo un ojo.
–Te tardaste, rubia.
–Había mucho tráfico en la avenida –dijo tranquila.
–Para compensármelo tendrás que llevarme a casa en tu auto –digo yo quitándome los cascos y haciéndolos descansar en mi cuello.
Neru se sienta al lado de mí y me ve fijamente. Eso me incomoda.
–¿En qué estás pensando, rubia? –pregunto, levantando una ceja.
–¿Sabes la fiesta de Len? –me habla como si fuera un punto de referencia.
Yo arrugo el rostro.
–No voy a ir. Es más, ¿por qué sacas el tema?
–Podría ser interesante… solo piénsalo –habló con malicia.
–No, no será interesante –me resigno totalmente-. No lo voy a pensar…
–Sería el momento excelente para demostrarle de una vez a Len que no eres suya nunca más.
Eso me tomó desprevenida. Le prestó más atención que antes.
–Continúa –sin darme cuenta mordí el pitillo/popote de la soda.
–Sería genial hacerle algo sátiro… en su propia fiesta –sonrió con picardía y astucia.
Cuadre todas las piezas del rompecabezas.
–Entonces… me iré radiante a su fiesta –sigo-, le doy alas para volar y luego…
–Lo aplastas contra el piso –hundió su dedo en la palma de su mano.
Nos miramos las dos.
–Por eso es que eres mi mejor amiga –le digo sonriendo.
Adoro a ésa rubia.
Cambié mi vestimenta a una un poco más de fiesta. Me dejé la misma camisa de cuadros, coloqué un short negro muy brillante y me coloqué un chaleco manga larga negro, junto con unos botas de tacón negras. En cuanto al peinado me lo dejé suelto. En cuanto al maquillaje, rímel, polvo y un poco de color para mis labios y mejillas. Ahora me pregunto yo, ¿para qué tanto jaleo?
Necesito apurarme, Neru me está esperando abajo en el estacionamiento del edificio. Cojo mi bolso de mano, el cual almacenaba mi celular, algo de dinero y… cosas de chicas.
Me subo a su auto y cierro la puerta. Veo a Neru. Un pantalón y franela negra, con su cabello recogido a un lado. Básica.
–Nada mal –le digo yo a ella, asintiendo.
–Me gusta tu atuendo –responde ella-. Pero te hace falta algo –saca de su bolso una pinza-. El detalle. Quédatela.
Me veo en el espejo retrovisor, tenía una mano en esqueleto. Quedaba espectacular.
Sin más rodeos, nos fuimos a la fiesta de Kagamine.
Espero que les haya gustado! Apenas es el primer cap, pero...
¡SI DEJAN REVIEWS LES PUBLICARE EL SEGUNDO!
Byeee :*
