Disclaimer todos los personajes son de Meyer, la historia me pertenece...

Ese hombre

Angielizz


Caminé sin saber exactamente qué era lo correcto, él llamo para citarnos en el bar, al que solíamos frecuentar cuando éramos jóvenes, había vuelto, mi mejor amigo había vuelto de nuevo.

Me acerqué a él una vez que lo vislumbré sentado en la barra del bar, estaba tomando una copa, no había cambiado demasiado, su cabello negro estaba corto y se veía más alto que antes, sus músculos seguían intacto sino es que aumentaron.

- Hola – lo salude, nos chocamos las manos, como hace tiempo.

- Cuánto tiempo ha pasado – asentí.

- No sabes lo difícil que ha sido todo este tiempo…

- No mientas –le dije.

- He cometido tantos errores… empezando por haberla abandonado a ella.

- ¿Qué tal te fue en florida? –intenté hablar de otro tema.

- Bien, el inicio iba bien, la verdad es que el sentimiento de estar lejos de ella era… -lo mire alzándole una ceja– de acuerdo, no la recordaba con frecuencia. En realidad evitaba recordar algo referente a ella, me sentía tan culpable, la había lastimado y aun podía ver en mis recuerdos sus lagrimas cuando terminé con ella.

Fui a casa de Bella después de su llamada, sonaba herida, desecha diría yo.

La puerta estaba abierta por lo que entré sin más, subí las escaleras al no encontrar rastro de ella en el resto de la casa, la encontré en su habitación acostada con la cabeza en sus almohadas, quizás estaba dormida, había pensado, pero supe que no era así cuando escuche su llanto.

- Bella – la llamé, levantó la cara y corrió a mí, la abracé y la acerqué lo mas que pude a mi cuerpo

- Me dejo, terminó conmigo – no supe que decirle, no podía creer que en verdad lo hubiera hecho…

- ¿Qué ha pasado?

- Encontró a una chica hermosa, rubia, sofisticada… y se irán a Florida a estudiar juntos la universidad, dijo que al final lo nuestro no era para tanto…

- ¿Bromeas?

- Eso ha dicho.

- No puedo creer que haya sido capaz.

Después de haberme quitado del medio para que ellos fueran felices, después de haber fantaseado con un ella y yo que nunca se daría y despertar sabiendo que ella le pertenecía a mi mejor amigo el cual la había presumido en mis narices, besado frente a mí y me había dado la sorpresa de su formal noviazgo, el cual tuve que aceptar con la mejor sonrisa que pude y no fue difícil al saber que ella lo amaba tanto como él a ella, y mientras fueran felices no importaba nada mas… ni siquiera mis sentimientos.

- Pues lo hizo, me dejó, me dejó y no sé qué haré… – la abracé mas fuerte queriendo que supiera que yo estaba ahí para ella, siempre lo estuve y esperaba estar como el siempre amigo fiel a su lado.

- La lastimaste demasiado, cuando dijiste que te gustaba Tanya… bueno, no creí que fuera para tanto…

- La verdad es que me equivoque me deje envolver en la chica que quería ver en ella… pero al final era peor que una bruja.

Guardé silencio mientras el camarero dejaba una botella de cerveza frente a mí.

- Y ahora después de tanto vuelvo con la esperanza de que ella…

- Está con alguien – le digo intentando no quebrar mi voz – y la ama…

- He vuelto por ella… –dejó caer su cabeza y negó con ella muchas veces, no me gustaba verlo en ese estado, pero quien mejor que yo para decírselo.

- La verdad es que la ayudo, estuvo ahí cuando ella lo necesito.

- No será para siempre

- Ahora él tiene su lugar, y no parece que vaya a irse de su lado

- Vamos Bella tienes que comer – le pedí tomando su mano intentando que se levantara, me miró con esa cara llena de aburrimiento, de monotonía y enfado que quise irme de ahí.

- No quiero.

- Hazlo por mi.

- No…

- Por favor.

- Que no, largo de aquí - esta vez si tuvo las fuerzas de estirar su brazo y señalar su puerta.

- Bella…

- Vete, quiero estar sola… - me levanté de la cama y salí de su habitación, herido, como siempre que estaba con ella, a ella le rompieron el corazón, lo entendía pero ella me lo rompía a mi segundo a segundo…

Supongo que después de todo, se llega a extremos por amor… ¿no?

Estaba enfadandome de esto, ¿Que esperaba ganar realmente?, ¿Que un día dijera que me amaba?

Me gustase o no, ella estaba colada aun por él y eso no parecía que fuera a cambiar en ningún momento. Tal vez su enamoramiento era más que eso. Tal vez mi enamoramiento por ella era aun más fuerte de lo que quería creer.

Limpié la lágrima que había salido de mi ojo y bajé las escaleras, salí de ahí sin esperar nada de su parte, no podía esperar nada, quizás en algún tiempo podría verla, sonreírle, podría escucharla hablar de él y no dolería porque tendría a alguien para mi… pero no hoy y tampoco mañana.

Quizás iba a tardarme un tiempo en fijarme en alguna chica, tal vez hasta que Bella dejara de estar siempre en mi cabeza, cuando lograra sacarla de verdad de mi vida. Podría volver a intentarlo con alguien más.

Mientras tanto lo mejor era tomar distancia.

Iba a subir a mi carro cuando la vi salir de su casa y correr hacia mí, me detuvé. Sabiendo que una vez que lo hiciera no podría avanzar.

- No te vayas… no tú – me rogó con sus esos gigantes ojos chocolates.

- Bella, no sé que estoy esperando… no se qué hago aquí… a quien quieres aquí ahora, es a él no a mí y no puedo soportarlo más.

- Te necesito a ti, por favor – no se qué es lo que mas me convencía si su mirada rogando por mí o sus ojos llorosos, tampoco sabía si tenía algo que ver que fuese a chica que me gustara.

- Bella...

- Te necesito - ¿Tomar distancia? Sí, de mi auto. Asentí

Bien, quizás más al rato podría tomar pegamento y pegar los pedazos de mi corazón, por ahora ella me necesitaba, la vi sonreír como hace semanas no hacía y correr hacia mi

- Gracias - ¿por no saber decirle que no? Por tener ganas de terminar de nuevo con mi corazón deshecho por ella. ¿De nada?

- Cometí mil errores, pero yo sé que ella puede perdonarme. Lo que teníamos es más grande que mis estupideces.

¿Lo era?

-Lo mejor será que lo dejes

-¿Sabes que nada en mi vida ha funcionado desde entonces?

Claro que lo sabía, gracias a ambos me rompieron el corazón y llegué al extremo de dar como un plan bastante ingenioso olvidarla, para siempre...

- Ella fue quien me pidio que viniera aquí. Yo no quería hacerlo.

Llegue a su apartamento, y toqué la puerta, me recibió con su sonrisa peculiar, una que yo no pude corresponder probablemente se enojaría, lloraría o quizás… correría a sus brazos otra vez.

Era un riesgo, ¿no?

- Ha vuelto

Tardó unos segundos en comprenderlo. Supe que había entendido a que me refería cuando tanto sus ojos como su boca se abrieron de sorpresa.

- ¿Él volvió? –asentí

- Me veré con él en unas horas, me ha llamado… probablemente pregunté por ti…

- ¿Lo verás?

- No ha sido mi idea. Parece que lo está pasando mal.

- ¿Qué hace aquí?- me encogí de hombros incomodo. ¿Qué más haría? Venía tras ella a donde sea que hubiesen dejado esa relación pasada.

-Supongo que es obvio. Ha venido a buscarte y quiere el consejo de un viejo amigo.

-¿Consejo?

-Imagino que tiene intenciones de buscarte, no ha parado de hablar sobre ti.

-Se que puedes convencerla – me pidió mi amigo tomando una de mis manos, sus ojos me lo pedían, negué con mi cabeza.

- No lo puedo hacer – él la había herido y debía cargar con las consecuencias

-Convéncela – negué con mi cabeza.

- Ella me pidio que te dijera algo.

-¿Ella sabe que estoy aquí?

- Dile que así es mejor y dile que hay alguien ahora – le sonreí convencido de que así era, me hizo una seña con su cabeza para que entrara, me hizo sentarme en el sofá y me miro con sus ojos brillantes.

- Está saliendo con alguien más y es feliz.

-¿Feliz? ¿Como podría ser feliz? ¿Sabes cuantas veces llamó a mi casa en la madrugada? - ¿Ella había hecho qué?

-¿De verdad?

-No paraba de perdonarme y pedir perdón por no ser lo suficientemente buena, y si yo hubiera tenido el cerebro en su sitio habría ido trás ella.

-Ella se encuentra cambiada, desde entonces no es la misma, ya no es la misma persona que te llamaba o se dejaba morir de hambre por días en su habitación.

-Él no puede ser suficiente para ella.

- Se nota que él la quiere.

Mire las cientos de rosas que había en su apartamento

- ¿Un admirador eh? – le alce una de mis cejas, ella rio tontamente mientras se acercaba a mí y golpeaba mi hombro

- No… no exactamente

- ¿Un acosador? – dije con cara de asco.

- Mi novio, me las ha enviado

- Terminaras teniendo abejas en tu apartamento.

- Deberé comentárselo a él – me reí.

- Tú lo sabes y por eso te duele- Jacob negó con su cabeza y me miro fijamente, negación, pura y absoluta negación

- ¿Lo conoces? Permite que nos encontremos, yo podría hacerle entender que lo nuestro es verdadero y que sólo está con el por dolor.

Un plato de segunda o un juguete para olvidarse de Jacob, ¿Qué opción era?, eso le había preguntado segundos atrás a Bella

- Ninguna, tu sabes bien lo que siento Edward, así que deja de meter a… Jacob en todo esto, por favor… - me pidió, era la primera vez en siglos que decía su nombre en voz alta

- Bien…

- Estoy enamorada, ¿acaso es tan difícil de entender? – se me encogió el corazón mientras negaba con mi cabeza y bajaba la mirada, ella tomo mi cara entre sus manos y me sonrió.

- Ya no te engañes ella lo quiere.

- Si tienes que hablarle de mí, dile que soy feliz ahora, hazle entender que no hay cabida para él en mi corazón -tomó mi mano y acercándose a mí, sabía que no mentía, estuve con ella todo este tiempo y no podía desconfiar en sus palabras ni en sus sentimientos

- ¿Cómo pudo cambiar? – preguntó en apenas un murmullo

- Se ha cansado de ti.

-¿Eso es todo lo que quieres que le diga? -pregunté tocando su mentón para que mirara a los ojos.

-Si es necesario hacerlo, diselo pero sino no le hables de mi. -besé su nariz intentando por una vez decirle lo mucho que la quería y siempre haría… pero seguro de que ya lo sabía.

- ¿Quien es él?

- Jacob, no tiene caso.

- Algo malo debe de tener, algo que él no tenga a mi me sobra, seguramente es un pobre muerto de hambre, podría encontrar detalles o secretos, quizas la engaña o...

- La quiero -lo interrumpí.

- ¿La que?

- Bella y yo estamos saliendo.