El hilo rojo
Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca se romperá…
El sol caía con fuerza en la ciudad de Kyoto, Japón. Ya faltaba poco para que terminara ese verano y venga el Otoño. A lo lejos en un pequeño parque se podía ver a dos personas conversando tranquilamente en un banquito que daba una laguna pequeña. Los pájaros pasaban volando y cantando como si ese silencio que se sentía en ese momento no terminara.
-Yo se que no me perdonaras, por lo que te hice a ti y a ella…-me miró con esos ojos negros que tanto me gustaba, su mirada estaba apagada.-En realidad no se que hacer, Te amo a ti, pero tambien la amo a ella, Esto es tan confuso.
Solo baje mi mirada y suspiré.
-Todos cometemos errores, tu te equivocaste-lo mire y sonreí.-Es común que los hombres siempre hagan sus tonterías o sus pendejadas. Pensabas que quizás nunca nos íbamos a enterar.-suspire y desvié mi mirada.- Yo te entregue todo lo que tenía guardado para esa persona que quizás sea el amor de mi vida…
-Lo siento…-agacho su mirada y comenzó a derramar lágrimas.-Le falle a ella, la engañe, pero es que contigo me siento otra persona, contigo puedo ser yo, no fingir algo que no soy. Si tan solo me pudieras perdonar el error que cometí.
-No hay nada que perdonar, no seré como ella que me odia a muerte y dice cosas para poder herirme, o te dice cosas a ti tan crueles.-me levanté del banco en donde estaba sentada y le di la espalda- Te amo demasiado como para hacerte daño.-Sentí su mirada penetrante observandome.-Solo te dire algo, piensa bien las cosas y toma una decisión que quizás llegue a cambiar tu vida.
Me di la vuelta y le sonreí. El solo me miro y se levantó, pensé que se iba a acercar a mi y acariciarme la mejilla como siempre lo había hecho cuando nos conocimos. Pero solo agarro su mochila y me miró con tristeza.
-Ya tomé mi decisión.-suspiro y camino hacia mi, pensé que me había elegido a mi, pero paso por mi costado y se alejó.
Solo supe que desde ese día, ese gatito negro que me encantaba, iba a ser la última vez que lo volvería a ver y que todo mi vida iba a dar una vuelta de 360 grados.
Tres años Después…
-¡Buenos días!-Sonreí al entrar a mi área de trabajo y salude a mi compañero.
-Buenos Días Conejita-Me saludo un chico de cabello castaño y ojos negros.-¿Ya vienes a tu hora de aburrimiento, pequeña?
-No.-le dije riéndome a su pregunta.-Tu sabes que no es aburrido Chouji, amo este trabajo aunque no tenga nada que ver con mi carrera que termine y con la que recién estoy empezando.
-Aun no puedo creer que trabajes en una Florería y no en un Hotel de 5 estrellas.-me dijo dándome un golpe en mi frente con sus dedos.
-Ouch eso dolio Chouji, pero me gusta este trabajo porque los clientes son muy amables y…
-Acosadores.- termino mi respuesta a lo que hice un puchero.-Bueno esta bien lo siento-se rió mientras dejaba mi bolso en el vestidor y me empezaba a cambiar-Coneja me tengo que ir ya, todo está en orden para que puedas empezar el día, ya nos vemos mañana.-Lo escuche a lo lejos mientras salía del vestidor. Hmp! se fue y me abandono.
Suspire y comencé a ordenar mi tienda ya que me siempre me gusto este lugar cuando entre. En ese mismo instante sentí mi celular vibrar y lo saque antes de que un cliente venga o mi jefa. Cuando entre al mensaje de inbox del Facebook me sorprendí quien era. Hace tiempo que no volví a saber del gatito negro y el me había hablado de nuevo.
Hola! Podemos vernos hoy día, necesito hablar contigo, porfavor Sakura.
Desde ese día que el me escribio, todo cambiaria más en mi vida…
Una historia llena de maltratos psicológicos, físicos y de amor…
Basado en Hechos Reales…
