NA: ¿Qué tal, otra vez? Ahora les traigo nuevamente un fic de Grand Chase... no, no se trata de "La Gran Búsqueda", aunque ya tengo un avance con eso. Esto se trata de otra cosa, de una adaptación. Quizá algunos lo reconozcan, pues hablamos del ganador de aquél concurso de historietas que organizaron en Brasil para darle una conclusión a la trama del juego tras el anuncio de su cierre definitivo.
Al igual que con "No Digas Nada", este fic no será muy largo y tendrá un tono angst, aunque con un final definitivamente mucho más alentador que el otro. Nuevamente, quienes hayan leído el cómic seguramente tendrán una idea de lo que se viene: sangre, muerte y destrucción, a los que les añadiré conflictos emocionales.
Haciendo los disclaimers respectivos (KOG, esto es tuyo, muy a nuestro pesar), y atribuyéndole la autoría de la trama original a Alexander Alves, es hora de darle comienzo a esta nueva función.
La Caída
Una serie de ficción por DragShot.
Adaptación de "Grand Chase: Para Siempre", de Alexander Alves.
Caer, caer y caer. Un vacío oscuro que no parece tener fin. La salvadora cae como un ave herida a la que le acababan de meter un balazo en pleno vuelo, con varias gotas escarlata quedándose suspendidas en la oscuridad, formando un rastro apenas visible en el ambiente. Su ropa está hecha harapos y ensangrentada, sus manos están casi destrozadas, de su capa apenas quedan unas piezas, y en su rostro se apreciaría un corte sangrante, de haber mejor iluminación.
Y sus ojos, esos ojos rojos como rubíes, por primera vez derramaban lágrimas. Las derramaban sin cesar, pero a la vez, de forma silenciosa. No es como que la pelirroja pudiese decir mucho en este momento, ya su voz la había perdido al clamar sin cesar los nombres de sus camaradas caídos, en vano.
Están muertos, sí, todos están muertos.
Aernas está destruida, en ruinas.
Y ella no pudo hacer nada para salvarlos.
Elesis ha fracasado miserablemente.
Ahora le espera sin duda algo peor que la muerte: el olvido. Caer sin cesar por el resto de la eternidad en medio de la nada presente entre los universos. Aquél ha de ser su castigo, y ella ve razones más que suficientes para ello. Les había fallado a todos, por última vez.
La tristeza y la decepción se mezclan con el resentimiento, en un cáliz amargo que envuelve totalmente lo poco que le queda de sus sentidos. En su mente, sin embargo, hay mayor actividad. Sus gritos todavía pueden escucharse, a la distancia, clamando por ayuda y gritando de la más pura y agobiante agonía. Una carga pesada que finalmente la ha quebrado.
¿Cómo pudo permitir que esto sucediera? Si tan solo hubiese sabido del final que les aguardaba tras esa puerta.
Aquella torre, aquella maldita torre, portadora de corrupción, dolor y desgracia; todo cortesía de su más despiadada archirrival, a quien hasta entonces habían dado por muerta. Esa torre había marcado el final del camino para ellos, y el armagedón definitivo de la ya inestable línea de tiempo de Aernas.
La profecía se había cumplido, pero al final de nada sirvió.
Ni siquiera el que en algún momento juró destruirlos había podido impedir que le arrebataran ese gusto, teniendo en su lugar que perecer junto a ellos. Todo, desde el comienzo, no había sido más que una trampa, un sucio ardid. El más cruel engaño. Luchar por algo y creer tener la posibilidad de salir triunfante cuando no es así, darte cuenta de que aún tus victorias no fueron más que otro paso hacia tu inevitable final, tan solo parte del único camino tejido por el macabro destino que siempre manejó tu vida. Toda la gloria de batallas pasadas arrebatada cruelmente en tan solo minutos. Tantas vidas extinguidas, tanta sangre derramada. Sueños que se perdieron en el tiempo, amores que nunca podrán ser. Historias que desaparecen para siempre frente a tus ojos.
Y siendo ella la última portadora de esos cuentos, ahora moriría junto con ellos. En soledad.
Quizá este sea un buen momento para revivir el último de ellos. La crónica de la destrucción, en la Torre de la Extinción.
NA: De acuerdo, hasta aquí esta suerte de prólogo. El verdadero relato comenzará en la siguiente parte, donde veremos cómo un rutinario día en el que podrías morir se convierte en ese fatídico día en el que tú y todos los que amas se van a morir.
Gracias por leer.
