Heelloo! bueno, pues aquí os dejo lo que os prometí. Esto ya es la historia que pienso seguir, vamos, lo que quería hacer y no lo anterior jajaja. Es la continuación de "Comienzo", y espero que os parezca mas animada y entretenida. Pretendo que poco a poco y con el tiempo sea una historia divertida, a ver ke tal se me da jaja.

La historia (ésta) empieza dos años después de que Esme haya sido convertida, y los personajes principales son Carlisle, Esme y nuessssstro Edward querido y amado

Ah! el titulo "Galloway" hace referencia a un pueblo de Escocia :)

Bueno, espero que os guste mas que la anterior, y si no ya sabeis, tomatazos y lechugazos que me hago una ensaladita encantada!

Saluuuuudoooos! nos leemooos!

El dia estaba lluvioso cosa que hacía que las calles estuvieran semi desiertas

El día estaba lluvioso cosa que hacía que las calles estuvieran prácticamente desiertas.

Galloway parecía un pueblo bastante tranquilo, lo que alegró a los Cullen.

- ¿Los Cullen? – preguntó Edward levantando una ceja.

- Sí… yo creo que es un apellido con mucha clase – contestó Carlisle levantando la cabeza en señal de orgullo.

- A mi no me parece un mal nombre, pero eso no va a hacer que tengas mas importancia que nosotros – añadió Esme con los ojos entrecerrados.

- Está bien, pero en la próxima ciudad cambiamos el apellido – contestó Edward aún no muy convencido.

Los tres cogieron sus mochilas y comenzaron a andar por el pueblo en busca de la casa de la cual Carlisle había estado hablando con un tal "Jonny", que debía ser el interesado en venderla.

- Ha dicho que estaría aquí a las 12:00 – dijo Carlisle mirando el reloj.

- Igual ha tenido que retrasarse por algo – contestó Esme.

Un ruido de frenos algo desgastados y poco fiables terminó con la conversación que estaban manteniendo. Los tres se giraron esperando ver a "Jonny" pero en lugar de ello se encontraron con algo que les sorprendió enormemente.

- Una… ¿vaca? – preguntó Edward con los ojos muy abiertos.

- Eh… sí, eso parece – contestó Carlisle sin entender que hacía una vaca allí frente a ellos.

- Hola… tu debes ser Jonny – dijo Edward con tono burlón acercándose al animal que les miraba con aspecto cansado.

- No, ella es Mary, creo que Jonny soy yo.

De pronto los tres se giraron rápidamente ya que la voz les había pillado por sorpresa. Al hacerlo pudieron ver al verdadero Jonny; se trataba de un hombre de unos sesenta años, de pelo blanco, estatura pequeña, bigote poblado y grandes medidas. Llevaba unos vaqueros llenos de arena, cosa que les hizo pensar que su oficio se encontraría en el campo.

- ¿Sois los Cullen? – preguntó Jonny extendiéndole la mano a Carlisle.

Edward carraspeó mostrando su desagrado con la decisión de adoptar ese apellido haciendo que el hombre lo mirara sin entender.

- Sí, somos nosotros. Él es mi hijo Edward, y ella es…

Carlisle miró a Esme esperando una respuesta. No habían decidido del todo si serían al fin un matrimonio.

- Su hermana, soy su hermana – contestó ella dándole la mano.

- Está bien… y por lo que me has dicho por teléfono, pensáis comprar la casa, ¿no?

- Sí, sí, si aun esta en venta queremos quedarnos con ella.

El hombre miró la casa con aire nostálgico y de pronto se rozó los ojos con la manga ya que una pequeña lágrima se disponía a salir en breve.

- ¿Está usted bien? – preguntó Esme con preocupación.

- Sí, sí… no es nada. Es la emoción. He vivido muchos buenos y bonitos momentos en esta casa… - aclaró Jonny sonriendo.

- Con su mujer supongo, ¿no? – preguntó Edward acercándose al hombre.

- ¡No, no! Yo nunca me he casado, con Mary – contestó acariciando el lomo de la vaca.

De pronto, un incómodo silencio se apoderó del lugar. Aquella última frase les había dejado sin habla, y lo único que se les pasaba por la cabeza era la relación que podrían haber mantenido la vaca Mary y el tal Jonny.

- Bueno, esto… la casa. Hemos traído todos los papeles y demás que me pediste por teléfono, y si los vemos y empezamos con el papeleo… mejor – dijo Carlisle a gran velocidad.

- Sí, será mejor que empecemos – contestó el hombre.

Para comenzar con todos los trámites de la venta de la casa decidieron entrar dentro de ella ya que allí podrían sentarse, y así aprovechaban y la conocían.

- ¿Y como es que habéis aceptado a quedaros con la casa si ni siquiera la habíais visto? – preguntó Jonny intrigado.

Los tres se miraron sin saber bien que contestar. Ese tema no lo habían tratado, y si lo pensaban fríamente era algo difícil de creer que una familia quisiera comprar una casa que no habían visto.

De pronto, los tres contestaron a la vez haciendo que Jonny se hiciera un lío.

- Nos habían dicho que Galloway es precioso – dijo Esme.

- Me convenciste a los cinco minutos, tienes un don para hacer negocios – contestó Carlisle.

- Nos gusta el riesgo y la aventura – comentó Edward sin saber si quiera por qué lo decía.

Jonny los miró sin entender porqué todos hablaban a la vez y porqué ninguno había coincidido con las respuestas.

- Bueno, veo que teníais diferentes razones…

- Sí, bueno… como ves nos encanta este sitio. ¿Firmáis ya? – preguntó Edward algo nervioso por la situación.

- Bueno chico, estas cosas no van tan rápido… ahora me llevaré todos estos papelajos y dentro de dos días creo que ya podréis vivir aquí.

Después de hablar largo y tendido con Jonny decidieron que era hora de buscar un hotel donde vivir esos dos o tres días mientras se legalizaban los trámites de la casa. Jonny les comentó que tenía muchas ganas de vender la casa, y que al tenerlo todo preparado las cosas irían más deprisa.

- Creo que nos va a ir muy bien aquí – opinó Carlisle sonriendo.

- La gente parece muy agradable – contestó Esme.

- ¡Y hay vacas! – añadió Edward soltando una carcajada.

Todos comenzaron a reír haciendo que la gente que pasaba por su alrededor mirase con curiosidad.

- Sí, creo que esto va a estar bien – dijo Edward antes de mostrar de nuevo sus perfectos dientes en una sonrisa pícara.