Disclaimer: Naruto, ni sus personajes me pertenecen, sino a, Masashi Kishimoto, este fic lo hago sin fin de lucro.
Claim: Naruto/Hinata
Drabble: εsτзlα
Sumary: La luz que siempre me guía. La luz que renueva mis fuerzas.
N/A: …!
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MishiaLU
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εsτзlα
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El cansancio poco a poco consumía su cuerpo, que se encontraba sumido debajo de heridas cortas pero profundas, sentía que le dolía hasta el profundo de su alma, y ya el dolor físico pasaba a segundo plano, pues su fuerza de voluntad, se encontraba al límite.
Volteó su rostro hacia un lado, viendo como Akamaru gemía lastimosamente al lado del cuerpo de su dueño. Kiba cerraba sus ojos tratando de no darse cuenta de cuan herido estaba, haciendo gala de su terquedad, se levantaba con dificultad, mientras Shino sólo a un costado de la cueva, y con medicina casera trataba de curar su brazo totalmente desgarrado.
— ¿Có-como saldremos de aquí? —preguntó quedando la respuesta en el aire entre los integrantes de su equipo, quería comprobar como era su situación, rápidamente hizo varios sellos de manos y pronunció con fuerza—. ¡Byakugan!
Shino, fijó su vista en donde se encontraba Hinata, ya a todos le quedaban poco chakra, debían reservar un poco, sí es que esta vez podrían volver a casa.
Kiba se recostó de una de las grandes rocas de la cueva, con la ayuda de Akamaru que no se aparataba de él en ningún momento, Shino a pesar de estar herido del brazo era el que más chakra poseía, así que se encargaba de vigilar la entrada de su escondite.
Hinata soltó un pequeño gemido de dolor, su herida ya empezaba a escocer un poco, y por lo que su Byakugan le había permitido ver, estaban acorralados por cientos de trampas.
Sus ojos lilas poco a poco se cristalizaban al no ver la manera de cómo salir del peligro.
De repente como si fugazmente un recuerdo cruzara por su mente, un pequeño rayo de luz dorada atravesaba una de las tantas ranuras de la cueva, una pequeña sonrisa escapó de sus labios.
«Igual al brillo de sus ojos». Pensó.
Presionó un poco su herida, dándose cuenta que ya se había detenido la hemorragia, podría aguantar hasta llegar a casa.
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Tenía que volver, sentía como sus fuerzas eran renovadas, y su ánimo cambiaba.
Después de todo…alguien le esperaba en casa.
Él en donde quiera que ella estuviese…Renovaba sus fuerzas.
