Uncertain
Buscando en el apartado de empleos, se encontró con un llamado para cualquier persona que estuviese dispuesto a soportar a Lucy, una diseñadora de moda y nuevos y extravagantes estilos que desafiaban a la sociedad, la cultura y los cánones de belleza, look, y por supuesto, sexualidad del país del sol naciente.
─ ¡Tsk! Lucy… se burló natsu quien, apoyado sobre la protección del balcón, no se daba por vencido para encontrar el empleo perfecto, el cual simplemente no existe.
─ Deberías tomarlo─ aconsejó su fiel amigo gray, un peli negro de hermosa sonrisa que le ofreció una taza de café.
─ ¡¿Ah?! ¿Por qué?─ refunfuñó con fatiga apretando las hojas del periódico entre sus manos.
─ Porque a partir de mañana, seré el fotógrafo de Lucyrespondió sonriéndole cual minino, haciendo un especial énfasis en la letra L de la afamada modista.
Su amigo, de una (extraña) cabellera peli rosa y de una intensa mirada jade, le miró estupefacto. ¿Acaso gray había desperdiciado todos estos años en la universidad de Artes de Japón para terminar como súbdito de una egocéntrica?
─ ¿Qué? Es un buen comienzo─ alegó gray sin deshacer su sonrisa─. Anda, pide el empleo y no estarás solo~─ canturreó en un intento de convencerlo.
─ No, jamás─ alegó tomando la taza bebiendo un poco─. Además, ¿qué se supone que haría?
─ No sé, serás su asistente personal…─ respondió tomando el periódico de la mano de natsu─. Mira, es ella.
Natsu estiró su cuello para conocerla, pues solo sabía que se trataba de una rebelde diseñadora, mas no conocía su rostro y mucho menos su trabajo.
─ ¿E-es…es ella…?─ tartamudeo al percatarse de lo atractiva que era; sus cabellos color dorado caían con gracia sobre sus pequeños hombros luciendo suaves y brillantes. Sus ojos, chocolate, hipnotisantes. Sus labios de un volumen perfecto, ideal. »Lucy Heartfilia , o mejor conocida como lucy, hace estallar el mundo de la moda con su última colección blue Passion« leyó debajo de la fotografía donde la sensual diseñadora posaba junto a sus principales modelos. Una de ellos, de mirada lasciva, cabellos color escarlata, le abrazaba por la cintura; el otro, sonriendo seductoramente, dueño de un tatuaje bastante peculiar, atrapaba a Lucy por su otro flanco. Y entre estos dos modelos aparecía el deseo de besarse. Se podía leer fácilmente en sus ojos que se miraban fijamente. Mientras que Lucy se dedicaba a exhibir su lengua a la cámara señalándola con su mano en pos del rock.
─ Si, aquí está erza y ese de ahí es jellal─ señaló percibiendo que estaba por convencerlo. Puesto que natsu no despegaba sus ojos de la protagonista en la fotografía.
─ Bien, bien─ resopló esquivando la anhelante mirada de gray.
─ ¿Si?─ exclamó contento─. Eso es un sí, natsu-chan?
El aludido suspiró reprimiéndose una y otra vez el que se dejara vencer por una cara linda. Sin embargo, no había más que discutir, simplemente quería conseguir el empleo y poder disfrutar del, seguramente caro, perfume de Lucy.
─ Si, vamos─ musitó al dar media vuelta y entrar a pasos perezosos a su departamento.
─ Te diré que ponerte─ dijo andando detrás de él─, serás el elegido, te lo aseguro.
Dentro de la habitación de natsu había caos. Ropa por aquí, envases de comida instantánea por allá, la cama sin hacer, las almohadas presumían de ser una acolchonada y suave alfombra. Las cortinas cerradas hacían creer que era la celda de victimas en secuestro. Aterrador.
─ Bueno, déjamelo a mí─ sentenció gray al abrir el armario de golpe. Ahí tampoco se conocía la palabra orden. Pero el peli negro no se sorprendía. Conocía a natsu mucho tiempo atrás, y tratar de corregirle le era imposible.
Natsu se recostó con las manos apoyadas detrás de su cabeza. ¿Cómo sería en persona? ¿Cómo sonará su voz? ¿Será chillona? ¿Suave? Lucia de baja estatura, ¿Cuánto medirá? rio ante sus tontos y púberos pensamientos. Pero, eso había sido como amor a primera vista. Si, como una adolescente con sus ídolos.
─ ¡Ponte esto, rápido, rápido!─ le dijo gray al momento de hacer su elección y percatarse de la hora.
─ gray─ le llamó al erguirse y observar con detenimiento lo que debía vestir─, ¿esto estaba en mi armario?
─ Eso no importa, chimeneacontestó a punto de salir de la habitación─. Llamaré a Levy…
─ ¿Levy?─ inquirió algo confundido.
─ Levy McGarden, la representante de Lucy… aclaró con obviedad─ ¡Apresúrate!─ le gritó después de cerrar la puerta.
Natsu suspiró. Se quitó la sudadera azul rey que vestía, sustituyéndola por la playera blanca que le propuso gray. Superponiendo la chaqueta color camel. Completando con los pantalones de mezclilla, cinturón níveo, y botas negras.
─ Oye─ llamó natsu apenas salió de la recamara─, esto está muy ajustado… ¿no lo crees?
Gray le observó desde el sofá dejando su taza de café en la mesita de centro.
─ Uhm…da media vuelta…─ sugirió al girar su dedo.
natsu le hizo caso. Y, ahí estaba. Lo que le aseguraría el empleo: su trasero.
─ ¡Estás perfecto!─ agregó riendo por lo bajo─. Y será mejor que nos vallamos.─ gray se levantó y reacomodó sus ropas, las cuales, a comparación de las que vestía natsu, eran bastante casuales y cómodas.
El lugar donde Lucy diseñaba, donde tomaba las fotografías e incluso donde festejaba pasarelas y demás, era el mismo sitio: la Torre Diamond. La cual, gozaba de uso único por Lucy y sus empleados.
─ Baja esa luz─ indicó la diseñadora en medio de donde sería la próxima sesión de fotos; el set, contaba con 3 muros blancos, en el suelo, había un futon negro desordenado. Había almohadones azules y verdes repartidos por la zona. Incluía un jarrón antiguo rebosante de sake y comida servida a la manera tradicional que lucía deliciosa.
─ ¡lu-chan!
─ Ya conseguiste algo, Levy-chan?─ respondió mientras se encargaba de reubicar un par de almohadas.
─ gray llamó, parece que tiene al indicado.
Lucy giró sobre sus talones con una perversa sonrisa en su rostro.
─ Se que gray no nos defraudará─ continuo peinándose sus cabellos dorados─. Pareció haberlo entendido.─ se alzó de hombros cruzando sus brazos.
─ ¿Le presentaste a los demás?─ cuestionó la diseñadora con un deje de perversión.
─ Por supuesto.
─ Estás contratado dictaminó Levy al terminar de escuchar a gray, quien le había contado toda su experiencia con la cámara, incluyendo estudios y otros trabajos independientes.
─ ¡¿Honto?! exclamó poniéndose de pie de un salto, juntando sus manos y sonreírle angelicalmente.
─ Oh basta… rogaba Levy cubriendo sus mejillas sonrojadas. Gray le había dejado encantada.
─ Muchas gracias Levy-sama. agregó haciendo una reverencia.
Levy se mordió los labios, pensativa. Aun le restaba encontrar al asistente de Lucy… ¿gray conocería a alguien?
─ gray-kun llamó levantándole el rostro con su dedo índice, estás dentro del equipo, y como miembro, te pido un favor.
─ L-lo que sea… contestó abriendo más sus ojos, advirtiendo la cercanía de McGarden, quien olía bastante bien. Sin mencionar aquellos ojos oscuros y brillantes; sus labios delgados y breves. Toda una joya!
─ Necesitamos a alguien más, alguien que acompañe a Lucy. musitó casi sobre los labios del peli negro. no sé… ¿conoces a alguien que le interese?
─ T-te-te-tengo a…a-a un… suspiró amigo…
─ Excelente respondió retrocediendo lentamente. Ah, por cierto, hay una condición.
─ ¿Cuál? se apresuró a decir; luchando por tomar nuevamente el control de sus nervios, y temblores ocasionados por el ronroneo y coquetería de McGarden.
─ Lucy quiere un buen trasero… sin mencionar un buen físico declaró reclinándose sobre la silla giratoria.
Gray ladeo su cabeza. »¿Un buen trasero…?« se cuestionaba un poco confundido de que fuese lo único que exigiera…se imaginaba que Lucy sería más especial en cuanto a experiencia, no en físico.
─ ¿Y? ¿ Pensaste en alguien?
Gray asintió enérgico.
─ Así me gusta, sonrió vanidosa ven, te presentaré a los demás.
Gray le siguió hasta los amplios camerinos que la torre Diamond resguardaba una planta más arriba de donde se hallaba la oficina de Levy.
Caminaron a través de un ancho pasillo, entre luces, cuadros renacentistas, y uno que otro jarrón antiguo de vivos colores; se detuvieron ante una puerta doble de madera sólida. Dentro, se escuchaba mucho bullicio, como si de una fiesta se tratase.
─ Con permiso. avisó Levy sutilmente mientras tomaba el pomo dorado y lo giraba.
Gray no podía creer lo que escondían aquellas cuatro paredes: era todo un festival de lujosas y extravagantes prendas. Un carnaval de hermosos y andróginos rostros. El regocijo de la elegancia y la perfección. La juerga de los aromas más dulces y atrevidos. La antítesis de lo masculino y lo femenino.
─ No los mires por largo tiempo le aconsejó McGarden, pueden ser muy impredecibles.
─ Levy-san, que sorpresa le dijo una de ellas, de las modelos, quien lucía trazos en su piel de terciopelo.
─ ¡juvia! le llamó al saludarla con besos en ambas mejillas.
─ No hagas eso~ rezongó arrugando su nariz un tanto apenada. Y, de pronto, posó su peligrosa mirada en el peli negro, sentenciándole un largo y perseverante acoso. Hola, hola.
─ Ho-ho…¿hola…? musitó naturalmente nervioso.
Juvia, como se le lanza un fiero caimán a su presa, se le acercó rodeándole los hombros con ambos brazos. Pero esto solo había sido una distracción, pues al acercar su rostro al contrario, este no se percataba de que la modelo había superpuesto su mano en la retaguardia del pelinegro.
─ M-ma…matte… susurró gray, totalmente sonrojado pero sin moverse ni un centímetro.
─ ¿Estás diciendo que gray es un chico fácil?─ interrumpió Lucy con un sonrisa ladina.
─ Quizá…─ contestó─. En fin, debe estar por llegar, así que mejor cállate y vuelve a lo tuyo─. Agregó dando media vuelta.
─ Esas son mis líneas, Levy-chan─ corrigió acomodándose sus cabellos sin usar ni un solo dedo, bastó un sensual movimiento de su cuello para que la perfección con la que lucía, aumentase más…si es que eso era posible.
