Mina-san, sé que no debería seguir publicando fics.. pero las ideas me vienen y pues.. no quiero ser egoísta guardandolas en mi mente y no compartirlas con los amantes del IchiHime, esto lo hago por todos ustedes para que nuestra pareja favorita siga creciendo al igual que sus fans amantes de Bleach n.n Y prometo que será el último fic que publique.. por lo menos hasta acabar "Admito estar enamorado" sii? Tienen mi palabra ^^
Prólogo
- Dime la verdad - insistió disfrazando su dolor con el ceño lebemente fruncido.
- No.. - murmuró mientras sentía sus propios latidos del corazón golpear fuertemente su pecho.
- ¿En verdad lo amas?
Ella quedó en silencio mientras Ichigo la miraba detenidamente a la espera de algún indicio negativo. El pelinaranja la tenía acorralada contra la pared mas no era la primera vez. Sin embargo, ahora la distancia entre sus labios era mínima ya que jamás habían sentido la respiración del otro con tanta claridad.
Al no recibir respuesta, él se alejó despacio no sin antes susurrarle algo en el oído.
- Recuerda que somos amigos.
- Lo sé - bajó la mirada resignada.
Él la tomó del mentón y lebantó su rostro con delicadeza.
- Descuida, Orihime, todo estará bien.
Sabes que nada estará bien mientras seamos amigos pero esta fue tu decisión y yo sólo espero que me perdones..
Maldita Amistad
Capítulo 1: Las apariencias engañan
Otro día nuevo en la Universidad. Las materias cada día más meticulosas castigaban a los estudiantes de medicina sin piedad; sin embargo, ella parecía ajena a la frustración. Siempre fue la mejor alumna tanto en primaria como en secundaria y ninguna adversidad podría detenerla ahora.
Su nombre era Inoue Orihime, 19 años, estudiante en segundo siclo de la carrera de medicina. Amada por todos, envidiada por muchas. Una chica tranquila, pacífica y carismática, siempre viendo por los demás, ayudando a los necesitados, socorriendo a los desafortunados y haciendo justicia por donde quiera que vaya.
- Orihime, ¿vamos a la heladería después de clases? - propuso su mejor amiga mientras caminaban hacia el salón de Bologia.
- Etto.. Lo siento Tatsuki-chan, hoy.. tengo muchos deberes en casa.. será otro día - se excusó rascándose la cabeza mostrando una sonrisa finjida que no pasó desapercibida por la peli-azúl.
- Umm.. ¿segura? - la miró con sospecha - Nunca tienes tiempo después de clases..
- Mejor nos apuramos, vamos a llegar tarde - intentó cambiar de tema, suspirando de alivio internamente.
Cuando llegaron al salón notaron que el profesor estaba a punto de comenzar su clase y la mayoria de alumnos ya estaban listos para aprender. La oji-gris visualizó rápidamente a cierto muchacho de mirada relajada y arrugó la frente lebemente al interlasar su mirada con la de ella.
- Ichigo - mencionó su nombre mentalmente con desdén.
Ichigo Kurosaki, 20 años recién cumplidos, hijo del director de la clínica más prestigiosa de Japón. Un joven relajado, desinteresado en todos los aspectos, siempre tenía admiradoras por pertenecer a distintos equipos deportivos y ser el mejor en cada uno de ellos. Pretendientes no le faltaban y mucho menos acosadoras. Era difícil ser el más popular de toda la Universidad, pero estaba acostumbrado. Nada de ello perjudicaba sus calificaciones pues al igual que Orihime, mantenía un perfecto promedio y se declaraba el principal rival de la oji-gris.
Para su buena suerte, ella se sentaba justo delante de él. No lo soportaba en lo absoluto. Odiaba su arrogancia, su fachada de chico rico y deseado. ¿Por qué tenía que estar en su clase y sobre todo tan cerca?
- Hace un lindo día - comentó el pelinaranja cuando ella se sentó en su pupitre.
- Está nevando - dijo ella con indiferencia.
- Pues a mi me gusta la nieve.
- Bien por ti.
¿Cuánto más tendría que escuchar su voz? Esa voz varonil que para la mayoría era irresistible y derretía a cualquiera. A ella no le agradaba ni su voz, ni su forma de ser, ni nada.
El horario de clases transcurrió con la normalidad de siempre: Ignorándolo olímpicamente.
Al finalizar, Orihime tomó sus cosas y se despidió de Tatsuki para ir supuestamente a hacer sus deberes en casa, no obstante, alguien la observaba desde las sombras.
- Kurosaki
- Ishida.. - reaccionó malhumorado.
- Si no te cae bien ¿Por qué tanto interés en ella? - le preguntó acomodándose las gafas.
- Esto no se llama interés - fue la corta respuesta que éste le dio retirándose del lugar.
Orihime caminaba por la acera mientras diminutos copos de nieve empezaban a caer desde las alturas para rozas sus heladas mejillas pálidas. Se detuvó para apreciar el hermoso panorama e inhalar hondo antes de llegar a su destino.
- ¡Bienvenida Orihime-chan! - saludó Rangiku, una mujer rubia, 25 años de edad, jefe del lugar y con una personalidad bastante divertida.
- Enseguida me alisto - dijo la pelinaranja llendo a la parte trasera de la tienda para encontrarse con las demás Maids.
Así es, este era un Café, Maid'Tea. Lugar predilecto para la mayoría de ciudadanos. Siempre tenían buena clientela pues la diversidad de sus comidas y aperitivos era deliciosa para todos los paladares. Orihime trabaja ahí todos los días después de clases pues los gastos siempre habían sido el mayor problema en su vida. Ser una Maid y atender a las personas, era sumamente sencillo y agradable ya que su personalidad parecía ser perfecta para ese trabajo.
- ¿Que tal la Universidad, Inoue? - preguntó Rukia, amiga más cercana del lugar.
- Nada nuevo, Kuchiki-san - respondió ajustando su delantal blanco encima del corto vestido negro.
- Aún no se lo dices ¿no es así? - preguntó Nel mirandola con atención.
- Es mi mejor amiga, se lo diré pero.. aún no.
- No sé por qué tanto misterio, trabajar en un café no es nada extravagante - comentó Senna arqueando una ceja.
Orihime dejó caer una gotita de sudor por la nuca y le restó importancia al comentario.
- Chicas dense prisa, el Café está rebosante de clientes.
- Ya vamos, Rangiku-san - aseguró Orihime con una sonrisa.
Atender pedidos y anotarlos en una libreta rosa, ese era el trabajo de Orihime. Cumplir los deseos de todo aquel que atravesase la puerta mostrando cálidas sonrisas, llevando los pedidos y diciendo "Vuelva Pronto"; sin duda era algo simple, sencillo y muy agotador.
La noche se apoderó del lugar y ella terminó de atender a su último cliente.
- Estoy exhausta - se manifestó al entrar a la cocina.
- Eso es todo, Orihime-chan, ya te puedes ir a casa - dijo su jefa sonriendo de oreja a oreja - Estoy segura que te esperan.. - dijo lo último en tono misterioso.
- Yo me quedo para ayudarte a cerrar - propuso Nel tan servicial como siempre.
- Bueno.. yo sí me voy, estoy muerta - Senna se quitó el delantal para tomar sus cosas.
- Lo olvidaba.. tengo que sacar unas cosas de mi locker - recordó Orihime llevando su dedo indica al mentón.
La pelinaranja se dirigió a la parte trasera de la tienda de nuevo. Se quitó el delantal y lo acomodó ahí dentro. Se cambió de ropa, algo simple, y alistó su maleta. De pronto se da un brusco golpe en la frente molesta consigo misma.
- Mi abrigo - dijo mirando al techo - No lo traje.
Era una noche gélida, como todas en este Invierno crudo. Vestía inapropiadamente si pretendia llegar a su hogar en esas condiciones, pero era necia y su razonamiento le impidió pensar en las posibilidades.
Salió de la tienda por la puerta trasera, apreció el cielo nocturno y pudo ver su propio aliento.
- Está helando y pronto volverá a nevar - susurró con resignación.
- Pues a mí me gusta la nieve.
Dejavu...
- No puede ser.. - tragó fuerte y giró sobre su eje despacio, rogando internamente que haya sido una ilusión.
- Orihime - Y ahí estaba de nuevo esa sonrisa apenas notoria y que según ella estaba llena de arrogancia.
- No puede ser.. No puede ser.. No puede ser.. - se repetía cerrando los ojos y parpadeó un par de veces para combrobar la realidad.
- Relájate, este será nuestro secreto.
- ¿Por qué a mi? - se preguntó mirando a las alturas como si la respuesta fuese a llegar.
- ¿Por qué me odias tanto? - fue la pregunta que la descompuso derepente.
- No tengo por qué responder a eso.
- Estas tiritando - ignoró sus palabras al percatarse de su estado - Ten - le ofreció su bufanda.
Ella la tomó mecanicamente y se la quedó viendo unos segundos.
- Anda pontela - insistió Ichigo humildamente.
¿Había oído bien? Ese muchacho la estaba ayudando. No era un sueño, nada de esto era un sueño. Entonces reconoció que existía aunque sea un poco de amabilidad en ese ser humano que tanto despreciaba y había caído como un ángel guardían en esa noche helada.
- Gracias - Orihime no pudo evitar sentir sus mejillas arder al momento que se la puso ardedor del cuello.
- De nada - sonrió mirandola a los ojos.
- Y con respecto a tu pregunta..
- Sabes.. no me interesa saber la razón por la cual me odias, sólo me importa saber si existe alguna forma de arreglarlo.
- Es complicado - Orihime se abrazó a sí misma a causa del frío.
- Para mi no hay imposibles, sólo quiero ser tu amigo - admitió con una mirada transparente.
Ella abrió los ojos de par en par y giró el rostro violentamente para verlo estupefacta.
- ¡No!
Ichigo la miró extrañado tratando de recapitular su respuesta. ¿Le había dicho NO a Ichigo Kurosaki? Sin duda alguna esa no se la esperó y trató de enmendar su error.
- ¿Perdón? - ¡UPS! No usó el tono adecuado.
- ¿Estás siendo arrogante o en verdad te estás disculpando? A veces es dificil decifrar tus palabras.
- Lo lamento.. pero te ofresco mi amistad y ¿tú la rechazas?
- No la rechazo, es sólo que no la debo aceptar.
- ¿Puedo saber el motivo?
- Es una larga historia - aclaró rodando los ojos.
- Tengo tiempo.
Si llegaste hasta aquí, ¡espero que te haya gustado! Es sólo el primer capi, como una introducción para todo el plot, y falta añadir un monton de personajes claro esta xD Similar a Kaicho WaMaid Sama pero de hecho habran modificaciones.. Gracias por leer y depende de ustedes si quieren conti, lo hago por los amantes de Bleach y de esta hermosa pareja.
