- ¿Podemos ir, Gil?
- Claro Keith.
Gilbert & Keith fueron a la feria, el adolescente británico estaba muy emocionado, jalaba de la mano a Gilbert cada que miraba algo que le gustara.
- ¿Qué es eso Gil?- preguntó Keith con un brillo en los ojos, mirando una bola esponjada de color rosa.
- Es un algodón de azúcar , ¿quieres uno?
- Wow ! sí-el brillo de sus amarillos ojos no se quitó ni por un momento, a Gilbert le causaba tanta ternura verlo así.
Gilbert le compró uno...tras otro...,tras otro. Tras otro...hasta que de repente Keith vio un juego que le pareció interesante. Ambos se subieron,
no era nada más ni nada menos que los carritos chocones.
De repente...- Oye gil...el volante no sirve!
Gilbert había hecho quién sabe qué para "salvar" a Keith, cosa que logró. Aunque el pobre
fue a dar a un puesto de peluches, aunque claro está...él no cayó en los peluches.
Keith fue a verlo, le causó un poco de gracia pero igual se preocupó, minutos después
llegó una ambulancia, Keith se fue con ellos. Gilbert se había roto una pierna, un brazo &
tenía varios moretones & demás golpes, además se había torcido horrible el cuello.
Unas horas después, Keith fue a su habitación del hospital.
- Lo siento Gil, te emh...traje esto -el británico dejó ver un pequeño ramo de flores.
- A mí? -preguntó sorprendido.
Keith afirmó con la cabeza un poco agachada, se acercó & le dio un pequeño
beso en la mejilla, mientras le susurraba que descansara, & se fue.
Gilbert no podía ser más feliz, sí, se rompió dos extremidades, quedó
con varios golpes, pero el "chico de sus sueños" le había llevado flores &
¡LE BESÓ LA MEJILLA! Esos huesos rotos valieron la pena, según él. De su rostro
no se borraba aquella sonrisa tonta, ni el sonrojo.
Pasaron algunas horas, & cuando salió del hospital una enfermera lo llamó
diciéndole que Keith no dejaba de vomitar. Tantos algodones de azúcar lo
habían enfermado, Gilbert fue a verlo, & se quedó con él...
