¡Hola! Bueno este fic lo empecé a crear en mi mente desde hace un tiempo. Llevo como una semana sin escribir así que entretenerme escribiendo un poco me hará muy bien.
El presente fic tiene rasgos bastante diferentes a los que ustedes normalmente han leído, no sé que tan Gore, o si incluso Lemon, puede llegar a ser, así que ustedes toman su propio riesgo.
Este fic se ambienta en un mundo diferente, semejante a la época medieval de este mundo, pero en este mundo existen criaturas fantásticas, existe el bien, así como también el mal, los cuales se disputan en dominio del mundo, la magia, los guerreros, los arqueros, maquinaria de asedio, todo es factible para logran el cometido, pero, ¿El amor también puede ser un arma?
Poco antes del inicio de esta historia, las fuerzas del bien estaban arrasando unas colonias de las fuerzas del mal. Pero, el mal, conspirándose con oscuros seres los han invocado, y el paladín de la bondad y justicia: Shaoran, deberá enfrentarse a sus poderes.
Fic: "Las diferencias de Nuestras Almas"
Capítulo I: "La Especulación."
Miles de capuchas; rojas, azules y negras, todas reunidas alrededor de una gran pira. Bailaban los propietarios de esas capuchas, alegremente alrededor de la gran fogata. Un, dos, tres, un, dos, tres, todo era un baile armonioso, risas, tambores, y una gran columna de humo era lo que más se veía.
En eso, luego de horas de baile, un encapuchado azul, otro rojo y finalmente uno negro se acercaron peligrosamente al fuego. Casi en contacto con las llamas que bailaban juguetonamente alrededor de ellos como los otros encapuchados alrededor de la pira. Estos tres seres extendieron sus manos internándolas a las abrazantes llamas del fogón.
Un silencio sepulcral siguió a esa acción. Los tambores se silenciaron y todos estuvieron expectantes a los representantes de cada uno de esos colores. La crepitación del combustible y el humo moviéndose al son del viento era el único sonido que escuchaban los presentes.
Luego de un rato. Los tres retiraron sus manos de la pira, cada uno con algo en sus manos, estaba totalmente quemado, pero la expectación en el ambiente le dio un carácter casi de sagrado. Los encapuchados se dieron la vuelta y uno por uno empezaron a gritar uno tras otro:
-Señor mío, aquí está tu inteligencia.
Era el encapuchado azul, que en su mano tenía un cerebro aparentemente humano muy chamuscado que tras decir esas palabras lo engulló hasta casi perder el aliento.
-Señor mío, aquí está tu pasión.
Era el encapuchado rojo, que entre sus manos sujetaba un corazón que era humano, que tras decir esas palabras lo devoró hasta casi atragantarse.
-Señor mío, aquí está tu maldad.
Era el encapuchado negro, que enredado entre sus dedos de la mano tenía varios huesos humanos rotos con una calavera como corona, tras decir esto mordió y masticó los huesos hasta pulverizarlos y tragar las punzantes astillas.
Tras esto el silencio reinó, los tres encapuchados de manera muy ceremoniosa entraron lentamente en el fuego. Cuando el último pedazo de tela de sus túnicas entró, la pira se apagó dejando ver que dentro de esta habían muchos y variados cuerpos calcinados, los de los encapuchados no se veían en ningún lado.
Más silencio sepulcral, los nervios de los participantes ya eran desmesurados, ¿Habrá funcionado? Pensaban mientras mordían nerviosamente sus uñas. Y sus plegarias se cumplieron. De entre los cuerpo calcinados una mano solitaria surgió empuñada y el silencio fue quebrantado por vítores y gritos de triunfo.
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-Shaoran – dijo una cansada voz desde un trono.
-¿Sí, mi señor? – dijo dándose la vuelta y haciendo una reverencia al rey.
-Nuestro pueblo vecino lleva ya mucho tiempo presionándonos que les demos territorio, temo que si no acceso entraríamos en una guerra, ¿Qué crees que debo hacer?
Shaoran se mantuvo arrodillado haciendo la reverencia. Usó un poco el silencio para planificar alguna respuesta para su rey. Tras terminado ese pequeño período de pensamiento se levantó, y miró fijamente a los ojos del rey mostrando su valentía, juventud y templanza. Segundos pasaron y Shaoran finalmente abrió la boca para decir:
-Mi rey, ¿Cómo un soldado como yo puede darle instrucciones al elegido por Dios para gobernarnos?
El rey se rió un poco, pero fue interrumpido por una carraspera muy fuerte, ya estaba viejo y apenas podía hacer lo que tiempo atrás gozaba, era un anciano, encontraba que ya era hora de entrenar a alguien para que fuese rey, pero aún viejo y decrépito seguía siendo increíblemente sabio e inteligente, pero a la vez muy tierno y considerado con los demás. Él sabía el porqué de su pregunta, así que no dudó en explicarle a su joven aprendiz:
-No cuestiones a tú rey, querido hijo – tosió un poco –, pronto ya no seguiré vivo para continuar gobernando...
-¡Por favor no diga eso...! – dijo Shaoran interrumpiendo al rey.
-¡No me interrumpas mientras hablo! – regañó en rey –, Hay que aceptar lo que ha de venir, y necesitaré a alguien que se haga cargo de mi deber cuando muera. Yo creo que tú serías el indicado, pero primero deseo ver que tan bien te desarrollas tomando decisiones.
Shaoran respondió con un movimiento afirmativo con la cabeza, ahora sólo quedaba terminar de escuchar al rey:
-Bueno, retomando el tema, ¿Qué harías tú? ¿Atacarías, accederías o buscarías otra manera?
Shaoran mantenía sus ojos fijos en los del rey, le costaba mantener la mirada, él sentía que miraba dentro de él y ya sabía su respuesta.
-Yo creo mi rey... – titubeó unos segundo para luego terminar con convicción – ...que la solución más viable es atacarlos sin previo aviso...
El rey se arrellanó, tal vez Shaoran estaba un poco nervioso, pero el rey sabía que cuando se le preguntaba algo el siempre tenía alguna clase de argumentos para defenderse.
-Y bien, joven Shaoran, ¿Por qué crees que esa es la mejor idea?
-Mi rey, ese poblado hace algunos años fue nuestro, yo aún era muy joven para luchar pero supe todo lo ocurrido en esa batalla, hubieron errores, pero creo que se puede organizar un ataque efectivo sacando del mapa a ese poblado enemigo para volverlo a hacer de los nuestros. Además – agregó –, ese pueblo añora volver a tener nuestra bandera flameando en ella, los impuestos y las humillaciones que han sufrido serían una buena arma para hacer que se revelaran.
El rey calló por unos minutos, sentía la sabiduría y el sentido táctico en sus palabras, ni él mismo recordaba que antes ese pueblo tuvo la misma bandera que ellos, este joven tenía buena memoria, además era una pequeña ciudadela, fácil de desconectar con el resto del reino enemigo y capturar. No sería tan difícil, sólo necesitaba a alguien que llevara sus ejércitos a la batalla, él mismo ya había perdido agilidad tras tantas campañas.
-Joven Shaoran, veo sabiduría en tus palabras, pero ¿Quién podría llevar nuestras tropas a la victoria?
-Mi rey, hay muchos estrategas de confianza que no dudo que fallen en una tarea tan fácil.
-Muy bien, ya tengo un elegido. Si tú dices que es una tarea sencilla la utilizaré para probar si eres bueno para la tarea, tú mismo llevarás las tropas hasta la victoria.
Shaoran se asombró en demasía, se sentía aturdido pero a la vez muy feliz, no supo que decir, pero luego de un corto tartamudeo pudo decir:
-¿Está seguro...?
-Muy seguro – dijo con una gran sonrisa en el rostro –, pero no te preocupes, llevarás compañía.
-Muy bien mi rey – dijo haciendo una reverencia, para luego abandonar la habitación del trono.
El rey suspiró y se arrellanó aún más en su trono, se sentía satisfecho, en eso entró en el cuarto un barbudo y arcano anciano. Con ojos chispeantes, pero con todo el resto de su cuerpo cansado, arrugado y viejo.
-Archimago, por fin llegaste...
El Archimago lo miró de reojo viendo como en la lejanía se iba el joven Shaoran, sintió algo en su mirada, por eso se aventuró a preguntar:
-¿Acaso no confiáis en el pequeño?
-No es eso amigo mío – suspiró –, él es fuerte y capaz, pero dudo que lo logre solo, creo que necesitará alguno de tus pupilos.
El Archimago lo viró directo a la cara.
-Será un gusto que uno de mis pupilos sirva a vuestro hijo.
-No debes ser diplomático. Yo creo que con sólo uno de ellos será más que suficiente.
-Muy bien, mañana se verán.
-Muy bien, ahora debo meditar.
-Entonces me retiro, mi rey.
El Archimago hizo un sutil gesto de despedida y se volvió a sus aposentos.
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-Ayudarás a Shaoran...
-¿Yo? ¿Por qué? ¿Para qué?
-Sí, tú, Eriol, esta es tu mejor oportunidad para mostrarme lo bien que has aprendido, si no lo logras dejaré de enseñarte la magia arcana que te suelo enseñar.
Eriol se sentía confundido. No es que no le gustaba la idea de ir con Shaoran, es más era amigos desde la infancia y tenían la misma edad, pero, arriesgar su futuro no le parecía un prometedor.
-Está bien maestro, espero no decepcionarlo.
-Eso espero, eso espero – terminó de decir el Archimago retirándose del cuarto.
Hubo unos instantes de silencio, Eriol se arrodilló en el suelo y rogó que todo funcionara, en eso entró una mujer a la habitación y le preguntó:
-¿Estás bien Eriol?
Eriol la miró con una sonrisa en el rostro, y respondió:
-Sí, estoy bien...
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Hola de nuevo, bueno este es el fin del primer capítulo de mi fic solo en "Los Susurros de la Musa", espero que les haya agradado. Y que esperen con ansias el próximo capítulo que desenvolverá más problemas y dudas sobre los personajes. Espero que les guste.
Este fic está dedicado a los que me apoyan, como CieloCriss (Que estuvo de cumpleaños, jejejeje, mientras conversábamos cumplió años, o eso entendí ^__^U), también a danielita, que me cae bien y me deja reviews en "El frío de mi Alma", jejejeje, también una especial dedicación a todo "Los Susurros de la Musa", o sea Iori Jestez, Cerezo Astorya, Tiff y Kass Kassandra LK. Y finalmente a samurai con ajo y a Timon que nunca leerán este fic :P.
Sin mucho más que decir...
Se despide
Master, the Gambler
"La nieve que tenía Shaoran en el rostro se desparramó dejándole ver su cara de pánico. Sus ojos desorbitados, sus constantes convulsiones en el aire, que le quitaban toda la nieve que tenía sobre su cuerpo. Sus ojos en blanco, sus mejillas y rostro pálido y lleno de dolor, Eriol no pudo hacer nada, sólo quedarse estático frente a su amigo que poco antes había sido un mártir."
Escenas de "La Bestia que vive en Mi" capítulo VI
Y Sí, a la publicidad innecesaria!!!
