Wilde

And open soul. An open mic.

El nacimiento de una creencia.

Prólogo

¿Qué estamos haciendo? Dime, ¿qué estamos haciendo aquí? Tu y yo aquí, en esta sala obscura llena de extraños que no se imaginan nuestras vidas, que viven sus vidas a como plazca y jamás han dedicado un solo pensamiento, por mas mínimo, en nosotros.
Tu y yo, solos aquí, en una sala llena de extraños.

Las luces son segadoras pero no imposibles, si extiendo mis manos lo suficiente creo que soy capaz de sentirlas con las puntas de los dedos. Que más he deseado yo que estar justo donde estoy.
Sus ojos, todas esas miradas, depredadoras, ardientes, anhelantes e hirientes. Todas dedicadas a mí en ese preciso momento. Adicto a la atención, a la adrenalina, a la necesidad; porque eso era, eso soy y eso seré por mucho tiempo.

Hace años atrás preguntabas como llegue a ser lo que soy, cómo soy lo que ves ahora, pero dime con sinceridad cariño, ¿qué es lo que tus ojos ven ahora? ¿Crees que soy yo? ¿Crees que se trata del yo verdadero o de una simple imitación, una copia simple y barata, vil y ruin de lo que en verdad puedo llegar a ser?

Sé que estás allí. Aun con los ojos cerrado puedo dar conciencia cierta de que estas allí, justo allí afuera a tan solo metros hundido, nadando en un profundo mar de gente, de consciencias que quieren una sola cosa, ellos desean los mismo que tu. ¿Y qué es lo que deseas ahora? ¿Es a mí, no es cierto? ¿Soy yo a quien estas buscando?
Si es así, entonces dime, ¿qué versión de mi estas buscando? ¿

Eres lo suficientemente valiente como para cavar tu propia tumba por tus solos deseos, por conceder un último e impuro, carnal y avasallador deseo?

Ven. Ven a mí, ven a mí y escúchame. Escucha mi canto. Ellos lo tildan de hermoso pero yo quiero saber lo que estas pensando. ¿Qué estás pensando en ese preciso momento donde nuestras miradas de cruzan? Dime, háblame y no mientas.
¿Qué estabas pensando al momento en que decidiste cruzar caminos conmigo, con alguien como yo?

¿Y quién soy yo?

Eso es algo que solo tú puedes describir por ti mismo. Yo no puedo solo decirte. No puedo solo dejarme ver ante ti.
No soy una escultura que ha sido trabajada con dedicación, lágrimas o sudor; no soy una pintura escondida bajo cada pincelada y suspiro, no lo soy y jamás lo llegaré a ser.

Pero soy quien soy, soy lo que soy y eres tú quien ha decidió adentrarse en las tinieblas de la curiosidad para descubrirlo.

Si pudieras leer mi mente, ¿me dirías lo que ves?
Dime, háblame con la verdad.
¿Soy lo que de verdad estabas buscando? ¿Es a mí a quien estabas buscando?