Buenas, pues vengo con otro fanfic Naruino, espero que así cada vez vaya habiendo más lectores.
Este sí se sitúa en el universo de Naruto, no es un Au.
Es un pequeño prologo, no dice mucho pero lo suficiente para ir hilando la estructura.
Espero sus comentarios y sugerencias. Espero que vaya bien para seguir con ello, la idea me gusta.
Dos copas de más y nueve meses
Se movía de un lado a otro, como un león enjaulado, no sabía cuantas vueltas había dado en círculos desde que la enfermera se fue con los resultados.
El corazón le palpitaba tan fuerte que podría contar con seguridad sus latidos, las manos le sudaban tanto que cada dos por tres las frotaba contra su falda o las refregaba contra su lacio cabello que comenzaba a ponerse graso.
¿Cómo podían haber sido tan idiotas? Lo mejor era que apenas recordaba con claridad aquella noche, todo eran lagunas y pequeños puntos de claridad, solo recordaba haber despertado a su lado y repetirse ambos que todo había sido un error garrafal, un puñetero error en mayúsculas.
Y ahora ella estaba allí asustada y con el corazón en un puño, esperando lo que quizás fuera la mejor o la peor noticia de su vida, no tenía claro que haría si su peor pesadilla resultara ser cierta.
Escuchó los pasos acercarse y se quedó inmóvil, esperando que la puerta del consultorio se abriera, y cuando lo hizo tuvo que sujetarse a si misma para no caer, aquella mujer portaba una gran sonrisa y eso solo podía significar…
-¡Enhorabuena señorita Yamanaka esta embarazada!
-Debe, debe haber un error. Esto, esto no puede ser correcto.
Habló nerviosa, con palabras atropelladas, mientras zarandeaba los papeles de la enfermera. Intentando que por algún lado pusiera "negativo"
-Estas cosas fallan ¿verdad? ¿verdad?
Dijo al borde de un ataque de nervios bajo la incrédula mirada de la señora.
-Tranquilícese.- Dijo acercándola a una silla.- ¿Usted no buscaba este bebe?
-No…-Murmuró en un fino hilo de voz mientras sus ojos se empapaban por el manto salado.
-Siempre tiene otras opciones, puede abortar o darlo en adopción.
-Yo, yo tengo que, que hablar con su, su padre.
Dijo mientras se llevaba la mano al abdomen por inercia, la mujer abandonó la sala y la dejó sola, por fin se dejó llorar en paz.
Allí estaba, delante del edificio más importante de Konoha con un sentimiento que no podía describir, no sabía si era miedo o vergüenza, quizás temía las palabras que él podría decir, pero sacó esa idea de su cabeza, Naruto ya era lo suficientemente mayor como para abordar un tema como ese con madurez. Había cambiado demasiado en siete años, ya no era un muchachillo molesto y ruidoso, podrían sacar algo en claro cuando todo estuviera zanjado.
Pensó en irse y no decirle ni una palabra, acabar ella con todo, pero no sabía que hacer y tampoco es que todo el asunto fuera su culpa, él había puesto su granito de arena.
Caminó segura de si misma por los pasillos, saludando a amigos y compañeros, aún sin quitar esa mascara de felicidad imperturbable que ya estaba quebrada.
-Buenos días Ino.
-Shizune. Buenos días.
-¿Vas a ver al Hokage?
-Si.
-Tiene una reunión con los ancianos así que…
-Me importa un mierda su reunión.
Atravesó la puerta sin pedir permiso, mostrando una falta al comportamiento ejemplar que se requería cuando debía presentarse ante el Hokage y el consejo, pasó de las desdeñosas miradas de los viejos y se centró en la de Naruto. No la esperaba allí, quizás no la esperaba nunca. Aunque su mirada azul se mantenía en calma, supo que aquella entrada tampoco había sido recibida alegremente por él.
-Unos modales muy ejemplares para una ninja de alto rango.
Aquella irónica indirecta no la molestó en absoluto. Ella tenía claro su objetivo.
-Hokage-sama necesito hablar urgentemente con usted, ahora.- Dijo mientras su afilada mirada se clavaba en los consejeros.- La misión requiere de su intromisión.
Naruto asintió sin mediar palabra.
-Retírense por favor.
Los ancianos aceptaron la orden a regañadientes, cinco minutos de quejas incesantes que ni Naruto ni Ino se molestaron en contestar, cuando la puerta se cerró Ino Yamanaka por primera vez en su vida tuvo miedo de lo que pasaría.
-¿Crees que puedes actuar así? Una kunoichi de tu talante que venga exigiendo al Hokage sin ninguna consideración.
-Estoy embarazada.
Todo el discurso que Naruto tenía en mente se evaporó tan rápido como Ino había dicho aquellas palabras, su cabeza se sumió en un remolino que no le dejaba pensar con claridad, recordó los fragmentos de aquella noche, recordó las palabras que se dijeron "Esto es un error" y se habían equivocado, el verdadero error de sus vidas había llegado ahora.
y bien... ¿Qué os ha parecido?
Después de una noche loca (que pronto se sabrán más detalles) Naruto e Ino tienen un "pequeño" problema.
¿Qué decisión tomaran? ¿Qué dirá Naruto?
SALUDOS Y BESOS.
