Disclaimer: Magi: The Labyrinth of Magic no me pertenecen, son propiedad de Ohtaka Shinobu.

Drabble


Vida

Abrió los ojos con pesadez y cansancio permitiendo que la luz del sol iluminará su iris azul. Tan azul como el cielo que se ceñía sobre él, con una o dos tímidas nubes blancas paseándose a su antojo desde su visión. ¿Dónde estaba? ¿Cómo había llegado hasta allí? Apenas recordaba nada del viaje, solo la entrada por una enorme puerta que Ugo le había indicado. ¿Había salido del Palacio, al fin? No podía ser verdad. Movió un poco las manos sobre el lugar donde se encontraba tumbado, primero con el reverso, sintiéndose extraño. Y luego las giro para que su palma se embriagara de aquel tacto y pudiera con suerte adivinar donde estaba. Aunque aquello resultara mucho más difícil dado a los pocos conocimientos que tenía hacia las sensaciones.

Era rasposo pero suave. Podía sentir como algunos de aquellos finos objetos se partían entre sus dedos mientras lo acariciaba. Pestañeo con lentitud aturdido aún por lo que había ocurrido.

"Despierta. Tienes que levantarte Aladdin"

Era la voz de Ugo. Sí, era su voz. La escuchaba. Pero eso no era posible, ya no estaba en el Palacio, ya no estaba con él. ¿Por qué podía escucharlo? Volvió a pedir que se levantará, lo estaba escuchando claramente, en su cabeza. Era él. Con lentitud y como si un extraño peso empujará de él para que siguiera allí tumbado, se sentó sobre aquel suelo. Menudo sueño. O menudo viaje. No sabía cómo clasificar aquello, pero había llegado, estaba allí. En la tierra a la que Ugo le había mandado para buscar lo que pedía. Poco a poco su cuerpo empezaba a despertar de aquella pesadumbre y su cabeza despejaba la enorme bruma que tenía encima. Deduciendo donde se encontraba. Era un campo, un prado más bien. Tan hermoso como había visto en los libros de Palacio. Incluso más, diría él.

Los colores brillaban en sus pupilas mientras la curiosidad, la admiración y la alegría estallaban en su corazón. Embargándolo de sensaciones que por primera vez disfrutaba de sentir en vivo. No estaba tocando aquel paisaje en la hoja de un libro, lo estaba viviendo. Y era maravillo. El cielo azul y el verde de la hierba. Los colores de las flores y el viento agitando sus pétalos y arrancando sus hojas, dispuestos a llevarlos a la siguiente aventura de su vida. ¿Aventura? Fue en ese momento cuando se percató de la flauta que colgaba de su cuello. Ugo. Ugo estaba allí con él, en aquella flauta. No sabía cómo podía escucharle pero eso era algo que ya descubriría. Ahora tenía que levantarse y ponerse en marcha.

A por lo que le había pedido Ugo frente a un mundo entero por descubrir. Viento, flores, cielo azul y prado verde. Ese solo era el comenzó de las infinidad de emociones y sensaciones que le quedaban por descubrir y experimentar. Ese solo era el comienzo de su vida. Y de todo lo que le esperaba allí. Apretó la flauta entre sus manos y sonrió. Una gran sonrisa nacida desde el fondo más inocente de su corazón. Como si la vida le hubiera concedido el deseo de nacer de nuevo.

"He llegado, Ugo-kun"

Fin


Nota de la autora: ¿Como fue la salida de Aladdin al mundo exterior del Palacio sagrado? Pues esto es un pequeño sentimiento que me albergo en pos de ese pequeñín cuando leí el primer tomo del manga, y por tanto esta basado en el manga porque en el anime no se ve lo que dicen en la historia -anime y sus adaptaciones-, que hace referencia al primer propósito de Ugo al mandarle al mundo. Es imposible no adorar a este niño, que se ha ganado mi corazón con este anime/manga.

Así que espero que os guste y gracias por leer :)