El tercer Hokage discutía animadamente el clima de aquel día con su nieto desde la ventana de su oficina. Era soleado y con una brisa refrescante proveniente del sureste. Esencialmente perfecto.
-Abuelo, ¿ya viste cuantas aves tan hermosas?
El Hokage miraba detenidamente el parvada de criaturas que haciendo un tremendo escándalo, rompían con la harmonía perfecta de ese día.
-Es muy extraño, cada una es diferente… no son de la misma especie, ¿verdad abuelo?
-Muy cierto, Konohamaru, fuiste muy observador.
Konohamaru se admiró aún más cuando esas aves se posaron en los alféizares de las ventanas de la oficina semicircular del Hokage. Piando sin parar.
Las dudas del anciano se disiparon de inmediato, y supo lo que sucedía, con certeza.
Mandó un escuadrón de la ANBU inmediatamente a la lejana población de Enoki, al noroeste de Konoha. Pues el hermoso espectáculo que ahora presenciaban era, para sorpresa de su nieto, un desesperado llamado de auxilio.
La villa era más bien pequeña, sin muchos habitantes, pero era un invernadero natural para casi todo tipo de plantas. Y astutamente se usó por mucho tiempo como recurso para las constantes dosis de plantas medicinales que eran esenciales. Esa pequeña villa abastecía a prácticamente todo el país. Es completamente natural pensar que de ahí procedían la mayor parte de ninjas médicos de Konoha.
La aldea estaba a unas seis horas de distancia. Y sucedió que, cuando el escuadrón estaba a medio kilómetro de llegar, se encontraron con otro soldado de la ANBU que regresaba de una misión de rango S. Y cargaba con, un ser humano, aparentemente inconciente.
-Pueden ahorrarse el viaje a Enoki, esta en ruinas- resumió este con una voz relajada que delató su identidad a sus camaradas. Por lo que no se requirió ninguna presentación. Posó a la mujer que llevaba en su espalda en el suelo frente a él.
-¿Cómo es eso posible? - exclamó sorprendido uno de ellos entre jadeos, aún cansados por la larga carrera hasta ahí.
-¿Esta viva?- preguntó una kunoichi señalando a la mujer inconciente a los pies del ninja.
-Así es- contestó calmadamente bajando la vista hacia ella -Parece ser que será la única sobreviviente de su aldea. Es muy probable que nos pueda dar algo de información al respecto de lo que sucedió. Sospecho que fueron emboscados, a juzgar por el entorno, no parecían estar preparados para tal ataque-
-Y aunque lo estuvieran, esta aldea cuenta con una milicia que no estaba capacitada para algo así- contestó la kunoichi que ya estaba arrodillada junto a la chica, y le revisaba las heridas. -Esta chica tiene que ir a un hospital. No puedo darle más que primeros auxilios. Además parece que luchó con todo lo que tenía, ya no le queda más chakra. Estará inconsciente un par de días al menos.-
-Bien- contestó el ninja -Entonces debemos irnos cuanto antes-
Y dicho esto, partieron tan pronto la kunoichi terminó dando los primeros auxilios, hacia Konoha.
