Prólogo: Un Comienzo…

Damos la bienvenida a nuestro primer fic de la anónima autora Ágata la Pingüina. No le hagan caso porque está loquita ¡Ahí viene! ¡Llamen al 133 o a cualquier número de Latinoamérica que traiga a la policiaaaaaaaaaa!

¡Maniacos! Lamento la exageración, es que mis locutores son tan tontos, y bueno… Me presento yo misma. ¡Hola! Soy Ágata la Pingüina para entretenerlos en sus ratos libres. Hace mucho que me dedico a leer fics y a escribir algunos. Tengo el plan de publicar muchos más. Ahora a leer…

Garganta ¡Canta!

Fanfiction de Phineas y Ferb creado por Ágata la Pingüina, yo, solo yo y nadie más ¡Y nadie puede negarlo!

Introducción: Aclaración o Sea lo que Sea…

Este fic está inspirado en un episodio falso que un intruso difundió hace un tiempo en la Internet. ¡No lo hice yo! Pero debo admitir que el que inventó el revuelo es un genio de los mejores. Un buen Two-Shot para leer de golpe en dos partes.

Discleimer: Phineas y Ferb y sus personajes no me pertenecen. Fueron creados por Daniel "Dan" K. Povenmire y Jefferey "Jeff 'Swampy'" Marsh (Los nombres de pila siempre son importantes ¡Jajá! Fueron descubiertos). El fic en sí está inspirado en el episodio falso Canta: Imposible. El nombre es solo una adaptación ¡Suena mejor!

Capítulo I: Canta. Imposible

Phineas y Ferb se encontraban como de costumbre descansando debajo de su árbol en el patio trasero de su casa.

- ¡Hola muchachos! –saludó su mejor amiga Isabella –Y… ¿Qué están haciendo?

- Pues… Nada –respondió Phineas –Hemos decidido descansar, o sea… No podemos estar haciendo algo todos los días. ¡Hay que disfrutar de la naturaleza!

- ¿Puedo estar con ustedes?

- No veo por qué no. ¡Siéntate!

La morocha, alagada por tanta compañía, se sentó junto a Phineas, de quien hace mucho se había enamorado.

- Hace demasiado calor –opinó Isa –Daría por nadar en una piscina ¿Por qué no vamos para mi casa?

- ¡Buena idea!

Los tres caminaron a la casa de la morocha, no sin antes que Phineas y Ferb fueran a buscar sus respectivos trajes de baño. En eso se encontraron con Candace.

- Y bien… ¿Qué están tramando? –dijo la pelirroja con esa voz amargada a la cual siempre se dirigía a sus hermanos.

- Vamos a nadar a la piscina de Isabella –contestó siempre sonriente Phineas -¿Tú que harás?

- Bueno, planeaba invitar a una cita a Jeremy, pero… No estoy tan segura. Estamos recién comenzando nuestro noviazgo (Desde el episodio "Tuyo el Verano es" son novios) ¿Y si no quiere?

- Candace, Candace hermanita. Si Jeremy te ama de verdad, de seguro aceptará. Además ¿Es mejor descubrir eso ahora o mucho más después cuando te lamentes haber desperdiciado tu vida? Sin ofender…

- ¡Tienes razón! Muchas gracias Phineas ¿Desde cuándo sabes dar tan buenos consejos?

- Desde siempre, pero no te habías dado cuenta hasta ahora ¡Adiós!

Phineas salió de la casa, pero Ferb se quedó para decirle algo a Candace.

- La diversión a veces se encuentra en tu patio trasero y la alegría está en el trayecto –dijo el peliverde y se retiró de allí para salir al encuentro con su hermano y su mejor amiga.

- Estos niños siempre me dejan sorprendida –se dijo Candace.

De pronto tocaron la puerta.

- ¡Jeremy! –gritó asustada la pelirroja al percatarse que era su novio.

- ¡Hola Candace! ¿Acaso no puedo ver a mi novia? –le argumentó el adolescente de cabello rubio besando a Candace.

- Claro, entra y te serviré algo. Tengo que hablar algo contigo.

- ¡De lujo!

Candace fue a la cocina para llevarle a su novio alguna bebida. No sabía si elegir entre una limonada, un refresco o un té. La limonada era muy infantil, pero significaba algo muy importante para ella: El primer día en que se conocieron tomaron juntos una. El refresco era muy tradicional y el té… Romántico pero con la calor que hacía… Así que luego de cinco minutos, por puro arrebato tomó un par de vasos de limonada y se allegó junto a su novio.

- ¡Limonada! –exclamó Jeremy.

- ¿Qué? ¿Acaso no te gusta? –se apenó Candace.

- Para nada. Seguro pensaste en el día de cuando nos vimos por primera vez.

- ¡Ah! Sí, claro.

"Creo que ya es hora que lo invite" –pensó la pelirroja.

"Le voy a decir ahora mismo" –se decía mentalmente Jeremy.

- ¡Candace!

- ¡Jeremy! –dijeron ambos los nombres del uno al otro al unísono. Entonces los dos se sonrojaron.

- Dilo tú primero –le dijo el rubio.

- Aquí voy –y suspirando le habló… -Jeremy ¿Quieres salir ahora mismo?

- ¿En serio? ¡Eso mismo te iba a decir yo!

- ¿De veras?

- ¡Pues claro! ¿No puedo invitar a una cita a mi novia?

- Sí. Tienes razón ¡Entonces qué esperamos! ¡Salgamos ahora mismo!

Y tomados de la mano se retiraron de la sala y salieron de la casa a pasarla bien. ¿Acaso no es normal de una chica invite a su novio?

¡Por supuesto que no nos olvidaremos de Phineas, Ferb e Isabella!

Los tres amigos estaban cruzando la calle cuando un hombre adulto se acercó a los chicos.

- ¡Hola! ¿Acaso no me reconocen? –dijo el desconocido.

Los niños ni siquiera pestañearon.

- Soy Ben.

No respondieron.

- Ben Baxter.

Tampoco.

- Del concierto de Phineas y los Ferb-Tones.

- ¡Oh! –se acordaron los amigos.

- ¡El psíquico! –dijo Phineas.

- ¡Sí! Como sea. Les vengo a ofrecer una oportunidad.

- ¿Cómo cuál? Ya estamos retirados. No hay nada más que hacer.

- Después de lo que les diga, no rechazarán. ¿Ustedes saben que mañana será el 20° Festival de Danville?

- Sí –respondió Ferb –No dejan de hablar de eso en las noticias.

- El Festival necesita a una banda musical más, y de los mejores éxitos que ha tenido está tranquila y aburrida ciudad son ustedes. Un regreso ¿Qué les parece?

- Ammm… No lo sé –dudaban los niños.

- Recuerden que es para beneficencia.

- De acuerdo –dijo Phineas.

- ¡Muy bien! Los agregaré a la lista. Serán el gran final del Festival luego de Lindana, Max-Módem y vienen ustedes ¿Está bien?

- Muchas gracias.

- ¡Phineas y los Ferb-Tones vuelven al escenario!

- Pero sin tretas para hacernos entrar a la industria de la música y el comercio –le dijo Isabella.

- Claro, lo que ustedes digan.

Luego de estrecharse las manos para cerrar el trato, el hombre se fue, y los niños retornaron a su plan: Ir a nadar a la piscina de Isa.

- Bueno. Nos organizaremos así. Como siempre, Ferb será el tecladista –armaba el grupo Phineas, Ferb levantaba el pulgar en señal de acuerdo -, Isabella guiará al coro y las bailarinas. Después llamamos a las exploradoras…

- ¡Y tú serás es vocalista! –le habló Isabella.

- Tenemos todo organizado y solo nos queda practicar un poco. Pero antes nadaremos ¿Qué tal?

- Hay que descansar antes. Luego trabajamos.

Iban a entrar a la casa de Isabella para cambiarse, pero de pronto Phineas tropezó con una piedra cercana, lo que hizo que perdiera el equilibrio y cayera a la piscina.

- ¡Phineas! –gritó desesperada Isabella y se echó a la piscina para salvar a su amigo. Lo sacó sin problemas.

- Isabella –le dijo el pelirrojo, ya estando afuera.

- ¿Sí?

- ¿Sabes que puedo nadar o no?

La morocha se sonrojó, de la pura vergüenza.

- Lo… Siento mucho –se disculpó.

- Para nada. Gracias por salvarme –decía mientras se estrujaba el cabello y la polera, pero de pronto le vinieron violentamente unos estornudos de esos que se chupan todo el aire.

- Hermano ¿Te sientes bien? –le preguntó Ferb.

- Qué pregunta más rara ¡Por supuesto que estoy bien! –y seguía estornudando y tosiendo.

- Será mejor que vayas a casa. Me estás preocupando –le decía Isabella, con ojos suplicantes. Entonces colocó su mano contra su frente -¡Estás hirviendo! Ándate a tu casa.

Resignado, Phineas le hizo caso Isabella. Más porque le daba pena verla preocupada.

- Yo lo cuidaré. No te alarmes Isa –la calmó Ferb.

- No Ferb. Iré con ustedes.

Phineas estaba en su cama de bote, muy debilitado, mientras Ferb, Isabella y Linda esperaban ansiosos el diagnóstico del doctor, porque por la cara se veía que las cosas… No eran para nada buenas.

- Ajammm… Esto está muy mal –susurraba el doctor, mientras le tomaba la temperatura al chico pelirrojo.

- ¿Qué tiene mi hijo? –preguntó intranquila Linda.

- El chico tiene gripe. Para ser un niño que pasa al aire libre tanto tiempo es bastante extraño.

- ¿Cómo sabe que es gripe? –le dijo Isabella, incrédula que siendo Phineas un niño que siempre se conocía por tener una salud fuerte (Aparte de las frutillas, pero eso lo veremos en otro fic).

- Es bastante simple. Primero y lo básico le da fiebre…

A Phineas se notaba que tenía muchísima calor. Hasta se revolcaba en las sábanas para buscar un poco de comodidad y frescor. Pero nada.

- Segundo, el afectado toma esa tez pálida que tiene Phineas…

El pelirrojo estaba tan blanco como la mismísima muerte, o al menos del color de una sábana fantasmal.

- Tercero, le dan ataques de tos y alergia…

Al chico le daba por rascarse el cuello y tosía pesadamente, aparte de estornudar.

- Cuarto y lo último… Pierde la voz.

- ¡Eso es ridículo! –dijo Phineas irónico –Yo no he perdido la… -y no pudo continuar la frase, porque hasta ahí nomás quedó.

- ¡Phineas! ¿Qué te pasa? –se agitaba Isabella.

- Perdió la voz –se lamentó Ferb.

- ¡Doctor! ¿Y por cuánto tiempo estará así? -dijo Linda.

- Si le dan jugo de limón continuamente, de seguro en unas… -y observando el reloj para sacar un periodo –Exactamente… Unas 48 horas.

- ¡48 horas! –exclamaron los presentes -¡Es demasiado!

- Pero es lo mínimo, porque si no guarda cama podría ser permanente la pérdida.

Todos bajaron tristemente la cabeza, inclusive Phineas.

- Me tengo que ir. Hay demasiados pacientes que me esperan –dijo el doctor.

- Yo lo despacho a la salida –le habló Linda.

Linda y el doctor se fueron del dormitorio.

- Y ahora… ¿Qué haremos? –dijo Isa –No podremos ir al Festival sin un vocalista. Tendré que llamar a Baxter y decirle que cancelamos el regreso.

Isabella iba a tomar el teléfono que estaba al lado de la cama, cuando Phineas la detuvo del vuelo de su vestido.

- ¿Qué quieres Phineas? ¡Estás enfermo! Además no puedes cantar. No hay nada que hacer.

El pelirrojo le dedicó una de esas miradas suplicantes, que a veces enseñaba para convencer a las personas.

- No sigas. No puedes cantar.

Phineas hizo unos ademanes y gestos, como para decir "No tengo que ser necesariamente yo".

- ¿Entonces quién?

El muchacho dirigió disimuladamente su mirada a su hermano. Isabella entendió y lo hizo también.

- ¡Oh no! Yo no. ¡No sé cantar! –se negaba Ferb.

- Por favor Ferb. ¿Y cuándo cantaste en la playa del patio?

- Es distinto. Pero no lo haré por nada en el mundo.

- Ferb. Hazlo por nosotros… Por tu hermano ¿Sí?

Los dos le suplicaron con las manos cruzadas. Al peliverde se le hizo imposible rechazar.

- ¡Ah! ¡Está bien! Pero recuerden que lo hice por ustedes dos, especialmente por ti Phineas… Luego no me repliques que no he hecho nada por ti. Además el dinero recaudado será para beneficencia.

Phineas abrazó a su hermano, como diciendo "¡Gracias! ¡Gracias hermanito!".

- ¡Ya déjate de sentimentalismos y suéltame! Vamos Isabella.

La morocha no lo siguió.

- ¿Isabella?

- Perdóname Ferb, pero Phineas necesita a quién le haga compañía por estos días. ¡Cuando está solo se vuelve loco!

- ¡No tenemos vocalista y ahora tampoco coreógrafa! ¿Acaso el mundo se volvió demente?

Isabella y Phineas se rieron, apenas al pelirrojo se le escuchaba una risa.

- ¡Ya has hablado bastante! Guarda tu voz para cantar. Dile a Gretchen que le doy el cargo y que practiquen sin mí. Los veremos por la televisión mañana ¡Los apoyamos!

Ferb se retiró apresurado de la habitación. Phineas miró para ambos lados, como buscando algo.

- ¿Qué te pasa? –le preguntó Isabella.

Trataba de decirle algo, pero ella no le entendía.

- Intenta. A lo mejor te comprenda un poco mejor.

Molesto y fastidiado, tomó una libreta cercana y un lápiz escribió algo.

- ¡Ah! –entendió Isa. La hoja decía "¿Y Perry?"

Casi me olvido de la sub-trama Doof/Perry. Ahora va…

Perry iba a su rutina típica de trabajo: Detener a Heinz Doofenshmirtz.

Primero pasó por el pasillo camino a la habitación de sus dueños. Para no contagiarse, de nuevo sacó una mascarilla (Recuerden "Fuga Cerebral") y corriendo salió de allí para entrar en una de sus tantas guaridas: En el horno de la cocina.

- ¿Agente P? –se preguntaba Monograma, el jefe de Perry -¡Carl! ¿Dónde está el agente P?

- Debe venir en camino, señor –le respondió el adolescente interno.

- ¡Oh! Claro sí.

De pronto cayó del techo Perry. Un poco chamuscado por la calor pero listo para su misión.

- Lamento las instalaciones, pero ya no nos quedaban más ideas para lugares de entrada –se disculpaba Monograma -¡Como sea! Doofenshmirtz ha comprado una entrada para ingresar al 20° Festival de Danville. De seguro no trama nada bueno, ya que es el evento más concurrido de toda la ciudad. Ahora ve y detenlo.

Perry, haciendo su saludo militar se retiró de la guarida en su pequeño deslizador.

- Buena suerte agente P ¿Cómo salió Carl?

- Muy bien.

- Me tengo que ir. Debo comprar dos entradas para ir al Festival.

- ¿Puedo ir, señor?

- ¡No! Tu no.

El ornitorrinco iba en su deslizador, hasta llegar a su destino: El edificio de Doofenshmirtz Malvados y Asociados.

- Vaya, Vaya ¡Sí no es Perry el Ornitorrinco! Tu puntualidad es perfecta, y por perfecta quiero decir… ¡Totalmente imperfecta! Llegas muy tarde ¿Crees que tengo tiempo para todo?

Perry bajó la cabeza.

- No importa. Pero no te salvará esto de… ¡Tu fin!

Y sacando un control con un botón rojo hizo que apareciera una caja de cartón y lo encerrara en ella. Al momento en ornitorrinco ya estaba afuera de esta.

- Ya ni sé cómo crear más trampas así que… ¡Plan B!

Pulsando otro botón de color verde atrapó a Perry en una trampa de palmera, tomándolo del tobillo.

- Ah, las viejas trampas confiables son las mejores. ¿Tú que crees?

Perry castañeó los dientes.

- Sí… Es la pura verdad. Te diré todo mi plan... Hace 19 años, cuando era joven me vine a vivir a Danville, más o menos en esta misma fecha. Entonces me enamoré de una linda chica; se llamaba Francine y como era francesa, yo de Druelselstein, extranjeros ambos nos hicimos buenos amigos. Siempre nos escogíamos para bailes, citas y cenas, porque nos sentíamos extraños en un país ajeno. A medida que pasaba el tiempo le pedí que fuera mi novia, en pleno Festival de Danville, pero me rechazó. Desde entonces guardo rencor contra el Festival y hacia todos los enamorados que vayan. Luego de mucha investigación descubrí que la música era lo que estimulaba el amor ¡Entonces ahí nació el Desmusicalizador!

Y apartando de un artefacto una funda blanca, apareció el aparato. Perry lo observó con cierta curiosidad: Este era una especie de antena media futurista.

- ¡Admira! ¡Admira! –decía Doof con los brazos alzados -¡Admira y…! ¡Corte! ¿Terminaste de admirar? Pues ya es tarde.

De pronto recibió una patada por parte de Perry.

- ¿Cómo saliste de tu trampa, Perry el Ornitorrinco?

Eso siempre es un misterio…

Ferb había reunido en el garaje a la tropa de exploradoras. A la cabecilla remplazaba a Isabella la pequeña Gretchen como ya se había dicho antes.

- ¡Muy bien, señoritas… y Ferb! –decía Gretchen –Como ustedes saben, Phineas está agripado e Isabella lo cuida…

- Claro. Lo está cuidando… -murmuró Milly en sarcasmo. La tropa entera se rió.

- ¡Más respeto con nuestra jefa! Gracias. Empezaremos la rutina de Wichi Wichi Ki en baile y luego en canto. ¿Se han olvidado de los pasos?

Todos negaron.

- ¡Perfecto! Ferb, tú nos guiarás en la música.

El peliverde se aganó dónde estaba el teclado y comenzó a dar los ritmos de la canción.

Ya se estaba haciendo de noche.

- ¡Ay Jeremy! Tu siempre me sabes hacer reír –carcajeaba Candace, quien volvía de su cita.

- No es para tanto. ¡Solo me atraganté con espagueti!

- Sí, pero otra cosa es que se te salga por la nariz.

Los dos novios rieron con ganas, recordando lo que había pasado hace un rato en un restaurante.

- Bien Jeremy, aquí es mi casa.

- ¿Por qué lo dices? Yo ya sabía… ¿Otra cita mañana?

- No veo por qué no.

- Entonces hasta mañana, amor.

Y despidiéndose con un beso en la mejilla, Candace entró a su casa.

- ¿Stacy? –hablaba por celular –No vas a creer lo que pasó ¡Jeremy y yo salimos a una cita! ¡Fue fabuloso! –pero al instante oyó una música que venía desde el garaje –Un momento Stacy, debo atrapar a dos cosas.

Candace, poniendo esa cara de toro enfurecido se dirigió al garaje.

- ¿Qué están tramando ocio…? –no siguió más porque se sorprendió de ver que Ferb estaba solo con las exploradoras, sin su hermano -¿Y Phineas?

- Enfermo –respondió lacónicamente, como siempre lo hacía.

- ¿Enfermo? –se impresionó la pelirroja -¿No que en la mañana estaba tan bien?

- Se cayó a la piscina de Isabella y se le pegó la gripe.

Entonces Candace analizó todo en su mente. Era obvio que tarde o temprano le pasaría algo. Había pasado tanto tiempo haciendo cosas peligrosas (Según ella) que tendría que pasarle alguna cosa.

- ¿Y dónde está?

- Guardando cama. Isabella lo cuida.

Se dio cuenta de otra cosa. La morocha se estaba aprovechando de la situación (Según ella, porque Isabella tampoco sería tan oportunista).

Candace subió las escaleras de la casa hasta llegar al segundo piso, de frente a la habitación de sus hermanos.

Primero tocó la puerta, y como nadie habría lo hizo por su cuenta.

Se enterneció con la escena. Isabella estaba dormida en una silla al lado de Phineas, quien también estaba dormido en su cama. Había que ser muy amiga de alguien para quedarse a cuidar a su amigo y estar bien enamorada como para quedarse dormida junto a él para cuidarlo en sueños. Meditando entendió todo: El amor todo lo puede, incluso hacer que no te contagies si estás al lado de alguien que está enfermo.

- Mejor los dejo solos –se murmuró la pelirroja y cerró la puerta.

Perry una vez más le había dado una paliza a Doofenshmirtz y estaba a punto de apretar el botón de autodestrucción de la máquina.

- ¡No Perry el Ornitorrinco! ¡No lo hagas!

Pero mala suerte para el científico malvado, porque el ornitorrinco ya había destruido el aparato.

- ¡Te odio Perry el Ornitorrinco! –se oyó en toda el Área Limítrofe.

Continuará…

Yo: ¿Qué pasará con Ferb? ¿Cantará? Descúbranlo en el segundo y último capítulo de este Two-Shot Garganta ¡Canta!...

Isabella: Damos saludos a Crazy2025 y esperamos a que vuelvas a Fanfiction y sigas con "Un Cambio… Radical (En todos los Sentidos)". Y a BrunoProg64, Sensei de La Pingüina en los fanfics.

Yo: Y veremos si Phineas recobra el habla. Pero con lo que le voy a hacer no querrá hablar nunca más… (Río como maniaca)

Isabella: (Furiosa) ¡No le vas a tocar ni un solo cabello! ¡Sobre mi cadáver!

Yo: (Apenada) Bueno me callo… Pero no le haré nada (Susurro)… Físicamente ¡Je je!

Isabella: (Molesta) Más te vale DX…

Yo: Saludos a los chilenos que lean esto, especialmente a los que vayan al Festival de Viña del Mar, que inspira mi fic. Animamos a Eli/Amy-Rose la Eriza a continuar sus fics, y que gane (Es lo que yo opino, no se molesten) por favor "La Grieta", porque quiero saber de quién es la sangre que está en el suelo de la casa Flynn-Fletcher.

Isabella: (Se pone a llorar)

Yo: (Confundida) ¿Qué te pasa?

Isabella: (Triste) ¿Y si tal vez la sangre es de…?

Yo: (Molesta) ¡Cállate! Ni siquiera estamos seguras. Antes que la bocona de Isa de con sus pesimismos, se acabó la trasmisión ¡Adiós y hola al mundo del mañana! Lo siento, pero es que no lo pude evitar XP. Actualización: La próxima semana a lo máximo. (Apago el computador)