¡Wow!¡Al fin un prologo decente para esta historia!
¡Hola! ¡Volví después de tanto tiempo de inactividad (subir los capítulos que hace MESES escribí de "Te Quiero" no cuenta como actividad. Simplemente es algo que tenía que hacer ya que dejar tan atrasada la historia en esta plataforma es algo... violento) con algo nuevo!
Si, me gustó el último juego de la saga (hasta por ahí) aunque concuerdo con algunas criticas negativas que recibió; siendo realistas, no todo es un 10/10... Salvo el poderoso remake del primer juego. ¡Ah, eso si era algo legendario!. Ahorre desde que se anunció en el E3 del año pasado y cuando pude comprarlo en preventa no lo dudé ni un minuto. Lo probé algunas partidas para encontrar que hay ciertos errores que no son muy graves, pero que irritan a la hora de jugar.
¡Spoiler a continuación! Saltar el breve párrafo siguiente si no se terminó (de alguna manera) el RE7
Que algunas texturas tarden en cargar sus condiciones optimas en algunas escenas es frustrante... O peor aún, la escena de la decisión fue extrañamente fea, dejándonos con dos finales muy parecidos salvo por el tono triste de Ethan dependiendo de a quien elijas salvar.
Aunque el muchacho Ethan sea bastante aburrido como personaje (No concuerdo con la afirmación de que Clancy es el mejor personaje. Ni siquiera me atrae esa idea y/o me gusta) me agrada muchísimo. Al fin alguien sin esteroides para repartir (mentira Chris, yo te amo desde el momento en que tenías veinticinco años y tenías músculos normales) y AL FIN UN JUEGO QUE NO ES EL RE6 oh Jesus no de nuevo...
Dejemos el apartado extraño y probablemente innecesario por allá arriba... Y volvamos a lo que nos interesa que por cierto es más que extraño. Volví. Con algo en primera persona. De Ethan. SI ÉL ESTÁ DIVORCIADO DE MÍA Y LA ODIO MUCHÍSIMO. TAMBIÉN ESTÁ COMPROMETIDO EN UNA RELACIÓN CON MI HERMOSA OC (la cual planeo cambiarle muchos detalles de su historia de una vez, ya que me maduró un poco la cabeza y algunos detalles de su historia actual me parecen muy poco atractivos) Y NO ME IMPORTA NADA MÁS.
Sin más que agregar antes de que sufra un nuevo brote de psicosis, les dejo el corto.
Disfruten
"La rendición no es una opción, en todo caso es una necesidad de supervivencia"
Antonio Cabado
El dolor de espalda agotador después de una caída de alrededor de doce metros cedió acorde al paso de las horas, pero el dolor de las articulaciones como también el de cabeza seguía tan presente como en el minuto cero. Seguía dándole vueltas al asunto de que debería tener al menos una vértebra rota al igual que la capacidad de caminar completamente destruida, pero allí estaba: en una pieza. ¿Era raro? Creía que la respuesta acertada era "extremadamente raro" aunque sentía que sería quedarse corto. Una mujer vestida con un traje de riesgo biológico le tomó muestras de saliva con un hisopo para después almacenarlo en un tubo de plástico pequeño, que sería acomodado en un maletín de seguridad y que, según la voz clara de la mujer, tardaría alrededor de seis horas en decirle lo que tenía con exactitud.
Lo que tengo es que soy un tipo de treinta anormal, pero es mejor escuchar algo complicado que la honestidad…
Los científicos como también los expertos en virología creían que continuaba con la infección provocada por la dichosa Evelyn, la cual esperaba que ardiera en el infierno, pero en un estado superior al de las infecciones primarias como la que le ocurrió a Mía. La vio marcharse de su habitación especial como también segura contra un probable impacto de fuego, (del estilo de un lanzamisiles) creyendo que aquellas personas lo veían más como una cobaya que como el ser humano que era.
Se recostó contra una pared metálica fría la cual le provocó escalofríos al contacto, mirando en derredor con un aburrimiento mortal. ¿Dónde estaba Mía? Según le comunicaron se encontraba en otra habitación siendo examinada por otro grupo de expertos, y no se podían mantener en contacto por razones desconocidas para él; le parecía algo ridículo pero no podía quejarse demasiado, ya que probablemente lo tratarían peor de lo que lo trataban sin emitir palabra.
¡Como ansiaba verle el rostro! Fue algo por demás excepcional verla viva en aquella celda de mala muerte, no obstante saber que podrían retomar todo donde lo dejaron era algo que su corazón gritaba más que cuando quería acabar la universidad.
Al fin y al cabo la lloró durante tres años.
Sus amigos no estarían muy felices por la vuelta de la morena, aunque le importaba bastante poco. Lo mejor de todo era que Mía (su Mía) estaba con vida. No había nada más bello que la sensación de estar completo como la que estaba experimentando; si realmente eran sus amigos deberían estar felices por él y no molestarse como cuando ambos se casaron.
Parpadeó un par de veces para reafirmar mejor sus pensamientos: no todos se molestaron con él por la decisión de casarse, ya que Franklin siempre estuvo ahí aunque no estuviese de acuerdo con muchas cosas respecto al enlace.
Pobre Frank, lo dejé con la duda de si me iba a pasar algo después de comunicarse conmigo por celular, pensó al tiempo que se daba cuenta que le debía una llamada inmediatamente. La pregunta era si los sujetos que lo mantenían encerrado en aquella jaula estéril le concederían una llamada, si tenían un poco de humanidad o de bondad le tenderían un teléfono descartable.
El foco de su atención cambió y se quedó mirando una mesita con ruedas de acero con algunas jeringas, como también una bolsa de solución vacía la cual hacía poco que se la quitaron mientras iba pensando en que su vida no sería la misma después del incidente en Luisiana; ¿Cuáles eran las probabilidades de vivir como antes? Nulas, ya que su cuerpo no era el mismo que cuando se subió al coche y dejó atrás Taylor. Sin contar con que no estaría muy bien de la cabeza después de una noche terrible donde la adrenalina corrió por su torrente sanguíneo a todo momento, como tampoco por el hecho de que cuando cerraba los ojos podía ver nuevamente las abominaciones que casi le cuestan el pellejo. Se cruzó de brazos al tiempo que se mordía el labio inferior con pena por el antiguo Ethan.
El cual consideraba bastante ingenuo, para ser honesto consigo mismo.
Su mirada se desplazó nuevamente, prestándole atención a unas maquinas que le controlaban el pulso sanguíneo como también algunos factores que eran ajenos a su conocimiento, considerando también la posibilidad de tener que vivir constantemente bajo monitoreo de personas vestidas como astronautas que serían muy cautos a la hora de hablar con él.
Le pasaban tantas cosas por la cabeza que no podía fijar su pensamiento en exclusivo en uno solo en particular.
Pasaron las horas donde se quedó dormido de forma profunda en la camilla de comodidad decente, al igual que le llevaron comida de hospital con poco sabor. El puré de calabaza estaba poco sazonado y también un poco frio; jugueteó con sus pulgares un rato y después de eso se quedó pensando cual era el mejor álbum que su banda favorita llamada Coldplay había lanzado… Otra vez. Estaba por llegar a un veredicto entre el segundo y tercer disco cuando escuchó que a través de la puerta, de apariencia blindada, hablaban un grupo de personas de forma bastante audible, donde sobresalía la voz de una mujer entre todas las demás. Apenas si podía escuchar el tópico de la conversación, pero hablaban sobre él de seguro; en ese momento se sintió como una súper estrella por los motivos equivocados, provocándole una revuelta en su estomago.
De un momento a otro hubo un silencio casi espectral al otro lado, el cual fue interrumpido cuando la puerta se abrió y un grupo de cinco personas con trajes blancos de riesgo biológico ingresó con un orden casi militar. Por las formas del cuerpo pudo concluir que eran tres hombres y dos mujeres los que se encontraban frente a él con tablillas holográficas repletas de información.
¡Vaya! Me encantaría tener una de esas porquerías para matar el tiempo aquí dentro.
Una figura pequeña se adelantó a las demás, pudiendo ver por la abertura del casco una piel aceitunada, cabello oscuro junto con ojos negros. Tenía una sonrisa bastante amigable comparada a las que "vio" entre los demás que le visitaron en el tiempo que llevaba allí, por lo que le cayó casi instantáneamente bien.
— ¿Señor Winters? —inquirió la mujer de gafas; asintió de forma automática—. Encantada, soy René Simmons y soy la ayudante de la doctora Emily Vickers en esta seccional del país. Le informo que será trasladado en cuestión de días hacia Washington ya que encontramos una posible solución a su "problema".
—Antes de mandarme a cualquier lado, ¿les molestaría decirme que tengo? —replicó con un deje de sarcasmo; René le devolvió una mirada seria—. Ya saben, para saber a lo que me enfrento.
—Por lo que se descubrió en los exámenes de laboratorio tiene una forma agresiva de la bacteria que le infectó producto del espécimen llamado... ¿Evelyn? —la mujer hizo una mueca de incredulidad ante el nombre para el público que tuvo el experimento—. Bueno, que a usted le está provocando diversos síntomas en su cuerpo como también el aceleramiento del estado de infección que adquirió cuando entró en contacto con otros infectados.
Fantástico, simplemente lo mejor que me pasó en la puta vida, pensó con enojo.
— ¿Y con mi mujer? ¿La llevaran también?
—Sí, la doctora quería verlos a ambos para tratarlos por igual. ¿Alguna pregunta que quiera hacerme antes de marcharme?
— ¿Puedo llamar a uno de mis amigos? Así puedo avisar a los míos en mi pueblo sobre que estoy bien y para decirles también que mi esposa está con vida.
La mujer miró al resto de la comitiva que se encontraba en silencio, la cual comenzó a dialogar formando un murmullo para después asentirle a quien servía de intermediario con el infectado.
—No veo el problema —decidió con tono práctico—. En minutos le traerán un teléfono.
—Gracias.
Una vez que le dijeron todo lo que debían comunicarle se marcharon uno a uno de la habitación estéril como también blindada donde se encontraba, y para alivio de Ethan ya tenían algo en claro lo que le sucedía. Le molestaba profundamente estar infectado con una forma más agresiva de lo que fue Evelyn, pero se sentía confiado de que en Washington la doctora esa le podría tratar.
Ni hablar de su querida esposa, la cual recibiría la misma atención y juntos podrían volver a ser "normales" de nuevo. Unos quince minutos después le trajeron un teléfono desechable de color negro con el cual habló con Frank; el muchacho se mostró exultante de saber que estaba a salvo y algo nervioso con la idea de que lo llevaran a otro estado, prometió que le diría a sus padres y amigos y le deseaba que todo terminara pronto así poder festejar todos juntos el nuevo "cumpleaños" del rubio.
Para eso había tiempo aunque le bastaba saber que correría la voz al resto de sus seres queridos diciéndole que no le habían arrancado la vida… Solamente una mano y la pierna izquierda que luego se volvió a pegar con la ayuda de esa "cosa".
Un científico volvió para llevarse el dispositivo a incinerar aunque también le pidió que descansara ya que al día siguiente iniciarían el traslado por aire, absteniéndose a viajar con dos infectados por suelo al igual que con la posibilidad de que alguna compañía de deseos no tan humanos decidiese llevárselos para experimentar. Vio al "astronauta blanco" (decidió decirles de aquella manera por mero entretenimiento suyo) marcharse con paso rápido y pensó que era una mierda ser un infectado de lo que fuera, donde todos te trataban cual peligro pese a que retuvieras la capacidad de razonamiento intacta.
Espero que mi puto futuro me depare algo mejor. No espero para volver a casa y esperar a ver que resulta…, se dijo al tiempo que se recostaba sobre su hombro derecho dándole rostro a la pared para después cerrar los ojos, concentrándose en respirar y dormirse.
