Advertencias: Mini-crossover con Naruto. Insinuaciones de parejas. ¿Triángulo amoroso?

-Y este es uno de los mangas más populares de mi país-comentó Japón.

-Um… ¿es Yahoi?-preguntó Hungría.

-No exactamente, pero la imaginación de los fans no tiene límites-el asiático dijo eso último en un susurro.

-No sé si me interesará…

-Lea los primeros tomos, Hungría-san, de verdad se lo recomiendo.

La húngara suspiró. Nadie podía resistirse a Japón cuando hablaba de esa forma tan educada.

-Muchas gracias. Los leeré. –agradeció con una sonrisa. El asiático hizo una reverencia y se retiró.

La castaña bajó la mirada hacia el manga que tenía en su mano. El título rezaba "Naruto".

Esa misma noche, comenzó a leer algunos capítulos. Y se dio cuenta de una cosa. Miró un portarretratos en el que había una foto de ella y Austria, cuando estaban casados. Y también, dirigió la mirada por la ventana, en dirección a la casa de Prusia.

Sí, había descubierto algo interesante.

-…Hungría… esto no es algo que me interese leer-comentó Austria mirando con cierta superioridad el manga que ella sostenía entre las manos.

-Léalo, señor Austria. Verá que encontrará muchas similitudes con la vida real. El austríaco suspiró, y tomó el objeto que le tendía la húngara.

-El grandioso yo no leerá esas cosas de niñitos-comentó Prusia.

Hungría sujetó con fuerza su sartén. No se gastaría en usar palabras amables con Gilbert. Lo golpearía hasta que aceptara leer.

Dicho y hecho.

-¡De acuerdo, de acuerdo! Espero que te sientas culpable de que el gran Ore-sama desperdicie su tiempo leyendo estupideces. Esto no es para nada awesome…

Austria y Prusia comenzaron a leer el manga que Japón le había regalado a Hungría. Mientras, la húngara observaba alguna muestra de reconocimiento por parte de los otros dos. Roderich simplemente se empeñaba en no morir de aburrimiento. Y Prusia fruncía el ceño, ya que tampoco le gustaban mucho esas cosas.

Pasaron un buen rato así. Hasta que Elizabeta suspiró.

-Bien, ¿se han dado cuenta? –Los dos hombres negaron con la cabeza -¿No se sienten identificados con algo?-volvieron a negar con la cabeza.

Hungría rodó los ojos.

-Nosotros nos parecemos a los tres protagonistas-dijo la chica, feliz.

-El grandioso yo es demasiado awesome para parecerse a cualquiera de ellos.

-No veo muchas similitudes, Hungría-comentó Austria –aunque, la capacidad intelectual de Naruto es bastante similar a la de Prusia.

-¿Me estás llamando idiota?-refunfuñó Gilbert. La húngara sonrió, y asintió con la cabeza. Eso era un paso.

-¿Y no se siente identificado usted con algún personaje, Austria-san?

-Pues… tal vez… ¿con Sasuke? –Hungría soltó un gritito de emoción y aplaudió feliz.

-Entonces, Hungría es tan marimacha como Saku…-Prusia no pudo terminar, ya que la chica lo había golpeado con su sartén.

-¿Lo ven? ¡Nosotros nos parecemos a los tres personajes principales!-comentó emocionada.

-Em… eso suena interesante, Hungría, pero, ¿porqué tan emocionada?

-¿Es qué no se dan cuenta del triángulo amoroso?

Un silencio sepulcral inundó la sala.

Y Gilbert estalló en carcajadas.

-¿Triángulo amoroso?-exclamó, con lágrimas en los ojos a causa de la risa -¿Qué clase de estupidez es esa? –y siguió riendo, al menos hasta que la húngara comenzó a golpearlo nuevamente.

Austria, por su parte, tragó saliva. Lo del triángulo amoroso le traía una cierta sensación de deja vú.

-¿Y saben qué es lo mejor de todo esto?-comentó la chica, queriendo llegar a lo que quiso decir todo el día.

-¿Qué?-preguntaron los otros dos a coro.

-Qué seguramente Naruto y Sasuke terminarán juntos.

Un silencio mil veces más sepulcral que el otro volvió a inundar la sala.

-¡Maldita seas, Hungría!-exclamó completamente rojo el prusiano.