NUDGE AND I
ENLACE AL FIC ORIGINAL: w-w-w-.-f-a-n-f-i-c-t-i-o-n-.-n-e-t-/s/10213104/1/Nudge-and-I
AUTOR: 13DMHGStarlight-Mist
TRADUCCIÓN: Meliza Malfoy
BETA: Bellatrix_2009
DISCLAIMER: Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a JK Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright con este trabajo, la trama pertenece única y exclusivamente a 13DMHGStarlight-Mist, sólo la traducción es de nuestro grupo.
RESUMEN: ¿Qué sucede cuando pones a un Draco enmascarado como un Golden Retriever al cuidado de una desprevenida Hermione Granger? ¿Y qué pasa si Hermione Granger está sobrecargada de trabajo? Añádele una novela romántica a la mezcla y, ¿qué obtienes? ¡Sigue leyendo para averiguarlo!
Estoy corriendo. Es un hermoso día y el sol brilla sobre mí. Los narcisos se mecen suavemente con el viento y los pájaros cantan. Mi falda azul está subiéndose por mis rodillas, pero no me importa. Todo lo que quiero hacer es alejarme del hombre que me persigue. —Hermione, amor, Hermione — él me llama —Hermione, lo siento. Dejo de correr y me doy la vuelta para enfrentar al hombre. — ¿Qué es lo que sientes? — Escupo — ¿Besar a la chica Brown? Guárdate tus disculpas, Ronald, estuve ahí. Te vi besándola bajo el muérdago en Navidad. Lo descarté como la maldición del muérdago. Te vi besarla en Año Nuevo, pero te justifiqué porque era el beso tradicional de Año Nuevo. Vi como la besabas el Día de San Valentín, pero creía que era ella la que te besaba. Pero ahora, no hay ninguna excusa. Es un día de trabajo normal y la puerta de tu oficina estaba cerrada, y sólo la cierras cuando no deseas que alguien te moleste. He terminado contigo, Ronald, eres libre para besar y salir con quien se te antoje, simplemente no vengas arrastrándote a mí. Con esas palabras, doy la vuelta y corro. —Hermione— él me llama —Hermione, despierta.
Me alcé rápidamente, mirando alrededor de la habitación en que estoy, la identifico como mi oficina. Maldición; Me quedé dormida en el trabajo.
— Otro sueño acerca de la ruptura — una voz me pregunta.
Me doy vuelta y veo a mi secretaria, Sanjea.
—Eso es una señal de que está trabajando demasiado. Realmente debe levantarse de su escritorio y salir a la calle. Ha resuelto más casos que nadie en una semana.
—No estoy trabajando demasiado — le digo mientras ahogo un bostezo.
—Ya ve — Sanjea me dice, tomando mi bostezo como una oportunidad para probar su punto. — Está excediéndose con el trabajo y si sigue teniendo sueños acerca de su ruptura con Ro… me refiero a él, entonces está sobrecargada de trabajo.
Suspiro. Nadie me cree cuando les digo que no estoy excediéndome en mi trabajo. Harry ha llegado a mi oficina para tratar de sacarme unas tres veces ya; sin contar a Ginny, y la señora Weasley. Sanjea probablemente ha tratado más de un centenar de veces y hasta mi jefe, Roger, ha tratado de sacarme de aquí.
Sanjea suspiró antes de salir. Regreso a mi papeleo, rellenándolo metódicamente y escribiendo en los formularios. Coloco la hoja en la parte superior de la pila de trabajo que ya he terminado.
La pila se ve tan suave y acogedora, insistiéndome en que me tome una siesta. Tal vez sólo un minuto, susurraba una voz en el fondo de mi mente. La otra parte de mi mente argumenta en contra. ¿Cómo esperas mantener tu puesto de trabajo si te encuentran durmiendo de nuevo?
Suspiro y sigo llenando los formularios, abriéndome paso a través de la enorme pila en frente de mí.
La puerta de mi despacho se abre y Sanjea y el jefe de toda la empresa entra en mi oficina. Antes de que pueda recibirlos, Sanjea empieza a hablar.
— ¡La ve! ¡Mírela! ¡Realmente se está excediendo en el trabajo! Está pálida como una hoja y delgada como un palo. Por favor, se lo ruego; Sáquela de la oficina.
Me pongo de pie.
— ¡En serio, Sanjea! No era necesario traer al señor Malfoy, estoy perfectamente bien.
Sanjea despotricó contra mi escritorio y agarró la pila de trabajo terminado.
—Mire esto — gritó mi secretaria mientras agitaba la pila de papeles en la cara de Lucius. — ¡Terminó esto en un día, lo que es mucho más de lo que la mayoría de la gente termina en una semana!
El señor Malfoy frunció el ceño.
—Señorita Granger, ¿es cierto que usted terminó esto en un día?
—Sí, sé que habría podido hacer más, pero voy a esforzarme — le digo con firmeza.
De repente, el señor Malfoy señaló la puerta.
—Necesita un descanso — dijo. Maldigo a Sanjea.
—Por favor — se lo ruego — ¿Puedo terminar unos pocos casos más?
—No le haga caso — Sanjea le dice —En su mundo, unos pocos, significan unos diez o más.
Lucius suspiró.
—Señorita Granger, como Jefe de la empresa, la puedo despedir, y lo haré si no se toma unas vacaciones este fin de semana. Quiero que pase el resto de su viernes sin trabajar, en absoluto, para mi empresa y hará lo mismo el sábado y el domingo.
—Muy bien — le digo sin ninguna intención de hacerlo.
—Quiero hacer un Juramento Inquebrantable por esto — demanda con una sonrisa, sabiendo que me ha atrapado.
—Muy bien — suspiré.
Hacemos el voto y Lucius empieza a caminar para salir de mi oficina, pero se detiene y se da vuelta.
—Estaré fuera de la ciudad este fin de semana, así que no lo intente y póngase en contacto conmigo acerca de sus problemas de no-más-de trabajo — me dice. Me resisto a la tentación de sacarle la lengua. Se vuelve y me deja mirando el montón de trabajo que no voy a poder tocar hasta el lunes.
—Lo siento Hermione, pero realmente necesitas un descanso — me dice Sanjea.
Suspiro mientras dejo mi oficina, agarrando mi abrigo ligero.
Resulta que mi abrigo no es necesario en absoluto. Es un día perfecto de marzo, con una ligera brisa y un cielo hermoso. Me aparezco en casa y toco con mi dedo la puerta, que lo analiza para demostrar que realmente soy yo.
Cuando la puerta se abre, ingreso a mi piso, cuelgo mi abrigo y entró en la cocina, decidida a hacer pastel de carne. Tomo los ingredientes y empiezo a trabajar.
Después de poner el pastel de carne en el horno, me voy a mi habitación y recojo algo de ropa para poder tomar una ducha.
Mientras estoy secando mi cabello, me doy cuenta de que Sanjea estaba en lo correcto. Necesito tener un poco de diversión de vez en cuando; no todos los días, pero sí de vez en cuando.
Tal vez mañana vaya al parque.
Cuelgo mi toalla y vuelvo a la cocina, retiro el pastel del horno. Me siento y como una cuarta parte del mismo, guardando el resto para mañana.
Me cepillo los dientes y trenzo mi cabello antes de regresar a mi dormitorio
Recojo una novela romántica, The Call of the Night, que he encontrado recientemente, me deslizó bajo las mantas, y empiezo a leer.
—Ashley, Ashley — él llamó, pero yo estaba demasiado lejos para que él me encontrara. —Ashely, ese hombre no es un buen pretendiente para ti — mi padre habló, con la esperanza de que saliera a defender a Frederick. Mi padre paseó, llamándome durante mucho tiempo, casi me encontró dos veces. —Si no te revelas, voy a meter a ese vago arrastrado a la cárcel — dijo, amenazando a Frederick. Finalmente se rindió, caminó por el sendero directo a nuestra mansión. Di un suspiro de alivio y me levanté de mi escondite en los arbustos de lavanda, sacando las diminutas flores de mi pelo. Salí del jardín y escapé hacia la casa de Frederick. Cuando llegué a su casa, llamé tres veces a la puerta, rogando que se abriera mientras las lágrimas caían como cascada por mi rostro. Por fin, la puerta se abrió, y volé a los brazos de Frederick. —Mi padre dijo que no — sollozó—hay que huir o van a meterte a la cárcel. Frederick me miró alarmado. —Mi querida Ashley, ¿cómo me encargaré de mi abuelo y la abuela, si tenemos que huir de forma inmediata? — Me iré entonces; oculta a tus abuelos en el ferry a Greenveile y espérame, voy a estar cantando la canción del ruiseñor. Frederick me sostiene en sus brazos y presiona un beso en mi frente, la nariz y la parte superior de mi cabeza. —Si no puedes llegar a mí, recuerda, siempre te amaré y siempre tendrás un espacio en mi corazón — me dice. Me paro sobre la punta de mis dedos y lo beso en los labios antes de volver a correr de regreso a la mansión de mi padre. Mientras corro, sólo puedo pensar en una sola frase. Te amo Frederick.
Cierro el libro y me acurruco en la cama, esperando que el sueño me agarre. Sé que hay un Frederick esperándome por ahí.
Solo me pregunto cuánto tiempo tomará para que lo encuentre realmente.
Me siento en la oficina de mi padre, esperando su opinión.
Finalmente, se da la vuelta para mirarme.
—Draco, ¿estás seguro de querer mancillar el linaje de los Malfoy con su sangre?
—Padre, nunca dije que tenía el matrimonio en mente, acabo de decir que quiero una oportunidad para cortejarla — digo casualmente, aunque quiero darle un puñetazo por insinuar que su sangre es diferente a la nuestra.
Mi padre se sienta.
—Si quieres salir con ella, está bien, pero si te quieres casar con ella, puede ser que necesite desheredarte.
Me pongo de pie.
— Padre, no te entiendo. Si me desheredas, no habrá más Malfoy. Si me detienes, será el final de los Malfoy sangre pura. ¿No te das cuenta de que en realidad ya nadie se preocupa por la sangre? Pansy recientemente se casó con un muggle. Blaise le tiene echado el ojo a la chica Lovegood. Realmente nadie le presta atención. Mientras que con Vol…
Padre me miró. Había tomado una aversión al nombre de Voldemort desde que el hombre mencionado, o debería decir la mutación, maldijera a mi madre. Madre estuvo a punto de morir, pero fue mantenida viva por el lado de la Luz. Después de que sanara, decidió que se los debía y se unió al lado de la Luz. Pronto nosotros seguimos sus pasos.
Ruedo los ojos.
—Desde que tú-sabes-quién se fue para siempre, los prejuicios están desapareciendo. El lado de la Luz nunca se queda mirando nuestros antebrazos en busca de la Marca Tenebrosa. Se ha ido, al igual que el tiempo de los prejuicios de la sangre del Oscuro Señor. Los del lado de la luz y los del lado oscuro ahora son amigos. ¿Sabía que Blaise ahora es amigo de Potter y que Pansy y la chica Weasley son amigas?
Detengo mi discurso y me siento de nuevo.
Padre suspira.
—Tienes razón. Debo superar estos prejuicios. No va a ser fácil, hijo, pero lo intentaré.
De repente, se escucha un golpe en la puerta.
—Adelante — dice mi padre con un suspiro.
La secretaria de Hermione entra rápidamente. No puedo recordar su nombre. ¿Es Sochea o Shataia?
—Hola Draco — dice antes de girarse a donde mi padre.
—Por favor, ¿puede hacer que Hermione salga de su oficina? ¡Se ha vuelto adicta al trabajo! He tratado ciento veintitrés veces ya, y sí, ese es el número exacto. Por favor, se lo ruego —suplica.
Padre suspira.
—Ya voy, Sanjea.
¡Eso era! Sanjea.
Sanjea saca a mi padre de su oficina, dejándome sentado y mirando a la nada. Cinco minutos más tarde, mi padre regresa, llevando una pila de papeles que tiene unos siete centímetros de grosor.
Él la deja caer sobre la mesa con un golpe fuerte.
Se vuelve hacia mí.
—Le has echado el ojo a una verdadera adicta al trabajo. La chica terminó esta pila en un día. Sanjea dice que eso es mucho más de lo que la mayoría de la gente hace en una semana. La chica es realmente buena para la empresa. Tuve que amenazarla con despedirla para poder sacarla de la oficina. Cuando vi los engranajes de su mente trabajando para buscar las maneras de salir de su promesa, tuve que obligarla a hacer un Juramento Inquebrantable.
Lo miro fijamente, totalmente desconcertado.
—Ella siempre hacia sus trabajos antes, si no en el tiempo. Su mano era siempre la primera en levantarse, algo que realmente molesta a Snape — le digo a Padre.
Padre se ríe.
—Ciertamente es una molestosa sabihonda con pelo enmarañado que tenía respuesta para todo haciendo que tu padrino despotricara contra ella, aunque ahora no está tan enmarañado.
—Eso suena bien. Snape solía estar histérico por lo molesta que era, pero al final, siempre decía que nunca había visto a otro estudiante que fuera tan dedicado a su trabajo.
Padre se ríe.
—Debes haber aprendido algo de ella, porque tuviste un buen argumento acerca de la línea de sangre de los Malfoy. Conseguí que ella se tome tres días de vacaciones, por lo que ésta es tu oportunidad.
Con un gesto de la mano, me despide.
Dejo su oficina y me aparezco en mi casa, que está justo al lado de la Mansión Malfoy. Coloco mi dedo en la puerta y entro en mi casa.
Un elfo doméstico vestido de púrpura se aparece delante de mí.
—Draco está en casa — dice ella, —Dilly y Quazzy hicieron el plato favorito del Amo; sopa de pollo.
—Gracias Razzy — le digo mientras cuelgo mi capa y sigo a Razzy a la cocina. Rara vez como en el comedor, salvo que tenga invitados.
Cuando entro en la cocina, otros dos elfos domésticos se inclinan ante mí.
Yo frunzo el ceño.
— ¿Cuántas veces tengo que decirles que no es necesario que se inclinen ante mí? Soy su amigo, no su Amo.
—Pero Dilly y Quazzy están acostumbrados a ello — Dilly dice con una sonrisa.
Sonrío cuando me siento a comer, saboreando la sopa de Dilly y Quazzy.
La Campaña SPEW de Granger ha calado en mí. Dilly, Quazzy y Razzy son elfos libres, les pago dos galeones a cada uno por semana, y todos llevan ropa.
Después de terminar de comer, subo las escaleras a mi habitación y tomo una ducha. Cojo un libro al que me he aficionado y empiezo a leer.
Estoy tan cerca del final del libro, pero quiero disfrutarlo, así que cada noche, leo casi una página más o menos, sin importar cuán llena esté la página realmente.
—Mi querida Ashley, ¿cómo me encargare de mi abuelo y la abuela, si tenemos que huir de forma inmediata? — Me iré entonces; oculta a tus abuelos en el ferry a Greenveile y espérame, voy a estar cantando la canción del ruiseñor. Frederick me sostiene en sus brazos y presiona un beso en mi frente, la nariz y la parte superior de mi cabeza. —Si no puedes llegar a mí, recuerda, siempre te amaré y siempre tendrás un espacio en mi corazón — me dice. Me paro sobre la punta de mis dedos y lo beso en los labios antes de volver a correr de regreso a la mansión de mi padre. Mientras corro, sólo puedo pensar en una sola frase. Te amo Frederick.
Puse el libro a un lado y empecé a planificar cómo llamaría la atención de Hermione. Y entonces lo tengo. Con una sonrisa en mi cara, dejo que Morfeo me lleve, soñando con Hermione.
