Melodía al alma

Me detuve a pocos centímetros de la gran puerta de roble como lo hacía todos los días. Poco a poco fui relajando cada uno de mis músculos. Para mí, no había nada mejor que poder escuchar esa hermosa canción.

Podía saber sin necesidad de ver, la agilidad y gracia con la cual entonaban la pieza, con sólo escuchar las suaves y dulces notas bastaba. Eso era lo que día a día me hipnotizaba, lo que hacía que me quedara parada apreciando la canción. Lo que hacía que quisiera escuchar más.

Sabía perfectamente quién se encontraba en la sala tocando el piano. Por eso nunca me he atrevido a acercarme más, aunque quisiera no podía. No es que fuese miedosa, ni nada por el estilo, es sólo que no me gusta ser tratada con desprecio, y más si venía de él. Irónico es que nunca le he hecho nada, todo se debe a que soy una Vessalius.

Me permití cerrar los ojos un momento, sintiendo la mente en blanco y el cuerpo muy relajado, esa era definitivamente una melodía que llegaba al alma. Ese entre otros, era el efecto que causaba en mí la canción que todos los días Elliot Nightray, junto con su amigo Leo entonaban en el salón de música.

No sé en qué momento pasó, pero la pieza dejó de sonar. Eso sólo significaba que iban a salir de la estancia. No podía dejar que me vieran ahí parada. Tomé mis cosas y me fui corriendo lo más rápido que pude.

Soñaba con el día en el que pudiera acercarme más a la sala, incluso entrar y poder sentarme a observar cómo tocaban, pero eso no pasaría nunca, sólo en mis más añoradas fantasías.


Muchas gracias por leer, espero les haya gustado y no duden en hacerme saber su opinión.