Swan Song

Disclaimer: Todo pertenece a Suzanne Collins. El cuento original es El Lago de los Cisnes. Este fic participa en en el Reto: "Truco o Trato… Andersen, Grimm", del foro "Hasta el Final de la Pradera".

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Era una cosa de cada noche. Desde que tenía memoria algo o alguien no le dejaba dormir.

Su curiosidad de niño pequeño le había hecho hacer una serie de investigaciones.

Es tu imaginación, no hay siquiera un animal con plumas cerca de aquí.

Pero tendría que haberlo: todas las mañanas despertaba y veía la misma pluma al pie de su cama.

Podría ser una broma; una muy mala broma de alguien extremadamente paciente.

Intentó olvidarse del asunto, tal vez así se acabaría.

No lo hizo.

Odiaba dormir solo: la sensación de alguien observándolo era insoportable.

Ya con veintiséis años las pesadillas no se iban. Era normal verle con bolsas negras bajo los ojos. Nadie preguntaba que le sucedía; él era el loco de la familia.

Posó su cabeza contra la fina almohada y cerró los ojos. Se relajó, disfrutando de unos minutos de paz, minutos que se convirtieron en horas. Sonrió entre sueños, finalmente todo había terminado.

El piso de madera de aquella habitación comenzó a chirriar. Se sentó inmediatamente, observando cada detalle.

Nada.

—Así que he quitado el sueño un par de años, ¿eh? — su mirada fue directamente al umbral de su puerta. Una mujer estaba ahí recostada, como si tuviesen la confianza necesaria para hacer tales cosas aunque su voz fuese más como tímida.

Su cabello era castaño oscuro rizado recogido en una cola de caballo. Llevaba un vestido blanco ligero, con pequeñas plumas en la parte baja de la espalda. Lo que más le llamó la atención fueron sus ojos; no le molestaría para nada perderse en ellos.

—¿Tú quién eres? — fue lo primero que salió de su boca. Ella parecía sorprendida aunque no sabía exactamente si por la pregunta o porque no había gritado pidiendo ayuda.

—Mi nombre es Katniss.

—¿Qué haces aquí? —preguntó él.

—¿No me vas a decir tu nombre?

—Como si no lo supieras ya. —Katniss sonrió, asintiendo. —¿Qué haces aquí?

—Solo lo necesario para terminar con todos tus problemas.

No había estado consiente de su proximidad hasta que tomó su brazo, a pesar de los forcejeos. Arrancó una de las plumas de su espalda y marcó lo que parecía una letra s invisible en su mano.

—¿Qué diablos haces? —su voz parecía un chirrido.

—Dulces sueños.

Cayó en un profundo sueño en cuestión de segundos.

Fue ese último día, en donde después de su encuentro con Katniss pudo dormir tranquilamente por un par de horas. Luego, como si fuese un truco para quitarle el sentimiento de alivio escuchó un arpa.

Silenciosamente Katniss de acercó a él, mientras el sonido se escuchaba más fuerte.

Y luego todo se volvió negro ante sus ojos.