RU; rated T por lenguaje un tanto vulgar. (¡Tengo cierta afición a maldecir y escribir palabrotas!)
BASADO EN: "AS IF IT'S YOUR LAST", de BLACKPINK.
PRIMERA PARTE
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"DAÑAS MI EGO"
Las razones por las que Princess se metía con ella, eran solamente por lo ocurrido cuando tenían cinco años. Doce años han pasado, están en su último año de escuela, y Princess sigue tratando de hacer la vida imposible de las tres Powerpuff Girls.
Dos de ellas no la tomaban en cuenta, tenían sus propios asuntos que atender; solo una era la que se disputaba con ella.
La razón es simple: Princess se atrevió a decir que era más popular y hermosa que Bubbles, y a esta última no le hizo ni una pisca de gracia esa afirmación –la cual catalogó como lo más absurdo y estúpido que ha podido decir la hija del magnate de Townsville.
Bubbles siempre ha gozado de la atención de todos en la escuela, sin discriminar entre sexos, y todo a causa de su gran amabilidad y de una belleza que se complementaba muy bien con la apariencia inocente que tenía la chica. No sabría decir, ella misma, que es la más linda de la escuela, ya que era de aquellas personas que creía que todos tenían su propia belleza, sin embargo, lo de Princess desató su lado egocéntrico y vanidoso, ese que se mantenía oculto y solo sus hermanas conocían –y detestaban, por cierto.
Y es que no toleraba lo presumida que podía ser la chica, mucho menos que presumiera y se jactara de algo que no era cierto. El sentir que su "título" de ser la PPG más linda y también de ser la más linda de la escuela, estaba siendo desmentido por aquella chica con la que no ha podido llevarse para nada de bien desde el jardín de niños, la sacaba de sus casillas y terminaban por quebrar la amabilidad y humildad que tenía Bubbles.
No, no iba a soportar que Princess dijera eso… ¡Que lo dijera cualquier otra persona! Pero no ella.
Sin embargo, la declaración que hizo ahora, terminó por derrumbar a Bubbles, a tal punto, que se encerró en la habitación, que seguía manteniendo conjunta a sus hermanas, por más de dos horas. Sí, dos horas en las que Blossom ni Buttercup pudieron entrar, y tuvieron que pasarse por las ventanas para recoger sus apuntes, laptops, lo que fuese necesario para hacer sus deberes.
Princess declaró que ella era la más bonita de la escuela porque, al menos, ha tenido novio.
Ustedes podrán preguntarse que qué importa aquello con ser la más bonita, que eso no le debía afectar en lo absoluto. La respuesta es que a Bubbles solo le ha interesado un chico en toda su vida. Cuando eran niños, lo entendía solo como un enamoramiento infantil, ya cuando fue creciendo, se dio cuenta de que no sentía nada más que asco y rechazo hacia él, situación que a medida que fue madurando, y a eso de los diez años, se hicieron muy amigos… Pero hace dos años, fue que se dio cuenta de que aquel chico le gustaba, y le gustaba en serio.
Ese chico, como podrán imaginar, era Boomer, el Rowdyruff Boy azul, y se dio cuenta de sus sentimientos, al momento de verlo besarse con su amiga Robin, quien seguía siendo su vecina.
Robin era muy cercana a las Powerpuff Girls, desde que llegó a la ciudad y se mudó junto a la casa de ellas. Desde ahí, se hicieron muy unidas, desde pijamadas hasta ir a los bailes de la escuela juntas y que sus padres se turnaran por ir a buscarlas. Crecieron como si fueran hermanas, sin embargo, desde que Robin, en una pijamada, confesó que le gustaba Boomer, Bubbles lo tomó con humor, porque en verdad no dimensionó que ella estaba sintiendo lo mismo que su amiga, por el mismo chico; el enterarse de la relación de ambos, no solo la hizo darse cuenta de sus sentimientos, también fue sentenciando un alejamiento entre ellos dos, sin saber por qué, pero tanto Boomer como Bubbles dejaron de hablarse.
Robin y Boomer estuvieron saliendo por un año, un poco menos, pero cuando tuvieron quince años. Desde ese entonces, Bubbles sufría en silencio, sin hacérselo a saber a nadie a su alrededor, porque no quería que se generase cierta tensión entre ella y Robin, lo último que quisiese hacer, es arruinar su amistad con aquella chica.
No, no, no y no.
"Los chicos van y vienen, las amigas son para siempre", en eso pensaba Bubbles.
Y si bien, ahora, Boomer y Robin ya no andaban, tenían una buena relación de amistad.
Bubbles, que seguía apoyada en la puerta de la habitación, evitando que sus hermanas volviesen a entrar –además de tenerlas bajo la amenaza de darles con su grito sónico–, mordisqueaba su labio, maldiciendo por lo bajo y muy a su estilo: tratando de "poco pensantes" a Princess y sus amiguitas.
Se decidió a salir de la habitación, portando su celular. Sus hermanas la miraron bajar, y fue Buttercup quien lanzó el primer comentario, seguida de Blossom.
–¡Alteza! ¡Ha salido de sus aposentos!
–¿Gusta una taza de té con anís, majestad?
Pero Bubbles no las tomó en cuenta y se fue al patio trasero, mientras las dos chicas reían y seguían con sus deberes y bebían de su té con anís.
Tomó asientos en las sillas de la terraza, sacó su celular y, entre sus contactos, buscaba y veía siempre el de Boomer.
Tenía una foto de él, sacando la lengua, con una especie de sonrisa, pero hacía más parecido con que se estuviese burlando de alguien, para ese entonces, estaba con un gorro de lana negro, parte de su cabello rubio se dejaba ver por su frente y tenía un parche en el puente de la nariz. Esa foto era reciente, porque nada más hace dos días que Boomer tuvo el choque cuando jugaba baloncesto en clases de gimnasia –estrelló su cara con la reja que rodeaba la cancha que se utilizaba cuando el gimnasio era ocupado por algún partido de voleibol, y al parecer el golpe fue tan fuerte que le dejó una herida en la nariz, además de los codos y parte de sus rodillas–.
Dios, Bubbles se la pasaba viendo las fotos de Boomer, siempre teniendo cuidado de no tocar donde no debe y así evitar exponerse. Si no hablaba con el chico hace ya dos años, y de repente le llega una notificación de una "llamada", sería bastante incómodo, de seguro probaría volar lo más que pueda, hasta llegar a la luna si era necesario y rehacer su vida en solitario… Claro, ella y los alienígenas.
Además de ver la foto, le gustaba revisar el estado que solía tener, o bien, la ahora llamada "información", en donde siempre ponía parte de una canción, como solía hacerlo todo el mundo.
Revisar aquello, le hacía recordar la época en que, por todo un año, Robin y él ponían los mismos fragmentos de canciones, cerrando con la inicial del otro entre corchetes y el emoji de un corazón.
Actualmente, solo tenía, y cito:
"How many times is it gonna take 'til someone around you hears what you say"; lo que en español se traduce como: "Cuánto tiempo se tardará hasta que alguien a tu alrededor escuche lo que dices". Formaba parte de una canción de la banda favorita de Boomer, "The Offspring".
Se quejó y bloqueó la pantalla de su celular, recostándose sobre la mesa, luego golpeteó, con sus talones, la misma mesa, buscando liberar parte de su frustración.
–Código de amigas, código de amigas… Maldito código de amigas.
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–¿Piensas seguir con eso? –le preguntó Butch, bebiendo de su cartón de jugo de piña–. Ya sabes que hasta cuentas con el apoyo de Robin.
–No importa cuántas veces se lo diga –suspiró la chica recién mencionada–, pero sigue pensando que sería una falta al código de amistad.
–¡Es que lo es, Robin!
El trío estaba ubicado en las mesas afuera de la cafetería, distrayéndose lo más que podían del caos que se generaba siempre a la hora del almuerzo los días jueves, donde la comida especial hacía su aparición. Por comida especial, se entendía más variedad, desde ensalada hasta hamburguesa con queso cheddar –la favorita de Butch, por cierto, la cual ahora comía gustoso–. Robin y Bubbles estaban con la ensalada de espinacas y el sándwich de queso y jamón que Butch les obligó a comprar, argumentando que no viven de ensalada, citando una serie animada.
–Escucha –Robin dejó el tenedor de plástico a un lado de su bandeja, echó su largo y castaño cabello hacia atrás y de paso peinó un poco su flequillo–, mi relación con Boomer fue hace un año, ya está más que superado, y recuerdo haberte dicho, desde el momento en que me confesaste que te gustaba, que debías hacer lo que dictaminara tu corazón y eso era tratar de acercarte a Boomer. Entendí que querías esperar, y no puedo mentirte que eso me dio cierto alivio, porque con eso me volviste a demostrar que te preocupaste por no pasarme a llevar ni a él tampoco, y respetaste nuestros sentimientos. Sin embargo, él y yo nos llevamos bien, somos amigos y todo… Y si te digo que tienes que acercarte a él, es por algo –señaló a Butch–. Hasta el más idiota de sus hermanos lo hace.
–Eso no fue nada amable, Robin –reclamó Butch–. Bueno, pero ella tiene razón –le dijo a Bubbles–, hasta yo estoy intentando juntarte con él, porque conozco…
–¡No tiene que ser forzado, Butch! ¡Así no funcionan las cosas conmigo! –dijo Bubbles, cubriendo su rostro con ambas manos.
–Eres muy complicada –afirmó Butch.
El Rowdyruff Boy verde había dejado su cabello considerablemente más largo que antes, y ahora mismo lo llevaba suelto, debido a que acababa de terminar la clase de gimnasia y había tomado una ducha, por lo que debía esperar a que se secara para poder amarrarlo en una especie de bollo o coleta pequeña… Peinados que le encantaba hacerle Bubbles.
–No soy complicada –se defendió Bubbles.
En aquel momento, se escuchó un revuelo proveniente de la cafetería. Butch se puso de pie, para poder ver mejor por la ventana, ya que estaba siendo cubierto por ambas chicas, y distinguió de inmediato lo que sucedía.
–Otra declaración para Princess –dijo, chasqueando la lengua.
–¿De quién? –preguntó Bubbles.
–Mitch, de nuevo –respondió Robin, volviendo a tomar asiento–. Nada nuevo, en lo que lleva del año, se le ha declarado siete veces.
–Claro, y a mí no se me declara nadie –reclamó Bubbles, llevándose un bocado a la boca.
–Y aunque lo hicieran –reclamó Butch, frunciendo el ceño–, solo los rechazarías porque quieres que un idiota en particular se te declare.
–Shhh –pidió Bubbles–, te puede escuchar.
–¡Pero si Boomer…!
Bubbles se puso de pie y le tapó la boca a Butch, reacción que también tuvo Robin, ya que el susodicho estaba pasando junto a ellos.
Boomer miraba su celular, luego lo guardaba en el bolsillo de su pantalón, con su mochila en los hombros, el mismo gorro de la foto lo traía dando vueltas en una de sus manos, seguía teniendo la curita en la nariz y una expresión totalmente seria en el rostro. Los miró de reojo e hizo un gesto con la cabeza, como modo de saludo.
Sin embargo, no miró a Bubbles, solo a Butch y Robin en específico, y siguió con su camino tranquilamente.
–¿Ven? Es como si no existiera –se quejaba Bubbles.
–¡Te falta tomar la maldita iniciativa, bebita llorona! –exclamó Butch.
–Pero él no muestra interés –intentaba defenderse Bubbles.
–¡Qué con eso! Si ese idiota no quiere entender por las buenas, o no quiere darse cuenta, haré que se dé cuenta a golpes.
–Darse cuenta de qué –espetó Robin–, y no apliques violencia, recuerda que tú y tus hermanos están siendo constantemente vigilados, bandido.
–De que Bubbles está interesada en él, tengo motivos suficientes como para hacerlo entrar en razón.
–Si ese es el caso, permíteme ayudarte –dijo Robin–, creo que conocemos los mismos motivos.
–Oigan, sigo aquí –señaló Bubbles–, y como les dije, quiero que sea de forma natural, no quiero parecer invasiva.
–Lo dice la que solía irrumpir en nuestra casa junto a sus hermanas cada vez que recibía una llamada del alcalde –reclamó Butch.
–Deja eso de lado, ¿quieres? –Bubbles volvió a tomar un bocado de su ensalada.
–Si quieres que todo se dé con naturalidad –dijo Butch, tomando su cartón de jugo, sonriendo con cierta malicia, ganándose una mirada de desconfianza por parte de las dos chicas–, entonces eso sucederá. Tranquila, azulita, ya veremos lo que surge…
Esta también es una historia de tres partes; me encuentro preparando de las otras parejas, como dije una vez, cuando hago de una, tengo la necesidad de hacer de todas. Bueno, si me dejan su impresión en un review les estaré agradecida. Cabe añadir que este capítulo, al ser el primero, es más introductorio al conflicto, además de ser el más corto, los otros capítulos son más largos, para desarrollar bien la trama, ya saben.
Muchas gracias por leer, xx.- Hasta la próxima.
