Esta es una historia Yaoi (relación hombre-hombre)
Está escrita hasta el capítulo 9 ya, pero lo voy a ir subiendo de a poco :)
Espero sus reviews!
Esta subida también a amor-yaoi o asianfanfics, les digo por si la encuentran ahí, es mía :)
A light in the dark.
Capitulo 1.
Desde muy chico me gustó cantar. Siempre que podía, lo hacía. Fue por eso que mis padres me pagaron clases de canto, para así poder desarrollar mi talento.
A los trece años gané el primer lugar en un concurso, recibiendo así un trofeo y una beca para una escuela secundaria con orientación musical.
Todavía recuerdo lo felices que estaban mis padres y mi hermana. Mi mamá me abrazó con fuerza y me dijo: "Mi querido Baek Hyun, estoy tan orgullosa. Tenés mucho talento, vas a ver que vas a llegar muy lejos"
Después de eso, todo iba muy bien. Yo progresaba y mi hermana se había convertido en una gran guitarrista con sólo doce años. Nos encantaba sentarnos en el living después de cenar y componer.
Pero poco tiempo después de cumplir los catorce años, mi hermana y mis padres murieron en un accidente, llevándose con ellos todos mis sueños y esperanzas.
Desde entonces tuve que aprender a arreglarmelas sólo; estudiando, gracias a la beca, y trabajando, dejando de lado las clases extra de canto.
Debido a la fuerte depresión que tuve después del accidente, perdí a todos mis amigos, entendiendo entonces que mi amistad no significaba nada para ellos.
Me encerré cada vez más en mi mismo, escondiendo todo tras una sonrisa.
Viví en una pensión hasta hace poco, que terminé el secundario y finalmente me pude mudar a un departamento, teniendo un trabajo bastante estable en un restaurante veinticuatro horas.
Llegué a mi casa alrededor de las tres de la mañana, había sido un día agotador. No me gustaba el turno noche, pero era el único puesto libre y como quedaba cerca de mi casa, lo tomé sin dudarlo.
Abrí la heladera para buscar algo que comer, pero la cerré decepcionado al ver que no había nada y era muy tarde para ir a comprar. Sin otra cosa que hacer, me tiré en mi cama y mirando al techo, dejé que mi mente divagara.
Me pregunté porqué. Porqué nadie me quería, porqué no tenía amigos y porqué nadie me apoyaba. Estaba acostumbrado a esto, ya casi que lo aceptaba.
- Baby don't cry, tonight... -canté en voz baja una parte de la canción que mi hermana y yo nunca llegamos a terminar. La parte que siempre le cantaba cuando venía llorando a la noche a buscarme porque tenía miedo, entonces se metía en mi cama y yo la abrazaba cantandole esas líneas hasta que se calmara y pudiera dormir.
Giré sobre la cama hasta quedar boca abajo, extrañandolos más que nunca. Grité sobre la almohada con dolor, un sonido gutural que probablemente me dejaría un poco afónico, y lloré. Lloré por todo eso y mucho más.
Finalmente, con lágrimas aún en mis mejillas, me dormí esperando un mañana mejor.
Me desperté al otro día, casi al anochecer debido al dolor de estómago que sentía por no haber cenado la noche anterior. Agradecido de no tener que trabajar ese día, me dirigí al baño y me miré al espejo: tenía la cara hinchada de tanto llorar.
Después de ducharme y cambiarme, salí a la calle en busca de comida.
Estaba distraído y algo lento de reacciones porque hacía muchas horas que no comía, por lo que no ví que estaba caminando directo a una pared. Me choqué con ella muy fuerte y caí al suelo adolorido. Me senté como pude, el golpe había sido tan fuerte que me impidió ver con claridad por unos momentos, sentía que me escocían los ojos del dolor. Genial. Ahora me duele la panza y la cabeza. Cuando recuperé la vista vi a un chico acuclillado mirándome preocupado. Miré alrededor mío. La gente pasaba de mí como siempre, pero ese chico se había detenido.
- Ey, ¿estas bien?- me habló con una voz profunda.
- Si...-respondí aún un poco mareado.
- Ese golpe no se ve muy bien- agregó señalándome la frente.
Justo en ese momento sentí una cosquilla recorrer esa zona y me toqué para evaluar los daños: al retirar la mano, tenía sangre en ella. Empezó a doler aún más, como si sólo por saber que era una herida abierta hubiera aumentado el dolor.
-No es nada- repliqué intentando pararme, pero el mareo me jugó en contra y, de no haber sido por el desconocido, hubiera caido al suelo de nuevo.
- Wow, no te caigas. Mirá, yo vivo ahí- señaló un edificio -podés pasar, si querés y te ayudo a curarte, enserio no se ve bien ese corte- noté que quiso evitar decir que mi aspecto en general no era saludable.
De haberme querido negar, no hubiera podido. No sólo porque no tenía muchas fuerzas, sino tambien porque hacía tanto que alguien no se preocupaba por mi, que no pude evitar sentir un calor en el pecho al ver que él si lo hacía. Aunque fuera un desconocido. Suspiré.
- Está bien- respondí mirándolo, pude notar que tenía el pelo lacio, castaño, medio largo y con flequillo al costado.
Se paró satisfecho y estiró una mano para ayudarme a pararme.
- Soy ChanYeol por cierto- dijo sonriendo.
Cuando estuve de pie me dí cuenta de su altura, me sacaba casi diez centímetros.
- BaekHyun- le devolví la sonrisa. Su ceño se frunció, fue algo tan fugaz que, de no haber estado prestando tanta atención a su rostro no lo hubiera notado. Volvió a sonreir y me guió hasta su casa.
Era un departamento muy lindo, amplio y se notaba que de día era muy luminoso.
- Sentate si querés, yo voy a buscar el botiquin- salió disparado por un pasillo, volviendo a los pocos segundos con un pequeño maletín blanco.
Se sentó a mi lado y empezó a limpiar la herida.
- ¡Ay!- me quejé haciendo que él sonriera y yo me sonrojara.
- Y... ¿cuantos años tenés?- dijo como tratando de cortar el incómodo silencio creado por la cercanía. Agradecí eso, su leve respiración estaba creando estragos en mi interior.
- Diecisiete, casi dieciocho... ¿vos?- dije mirando como mojaba un algodón en alcohol.
- ¿Enserio? ¡Yo tambien!- dijo con una enorme sonrisa. Me dió ternura que algo tan simple como eso lo haya puesto tan contento- pero... ¿cuando cumplís años?
- Seis de mayo, ¿y vos?- fruncí el ceño al sentir un ardor en la frente.
Él me miró e inclinó levemente la cabeza.
- Entonces debo llamarte Hyung, yo cumplo el veintisiete de noviembre- respondió volviendo a mi frente. Mi mente, inconscientemente quiso guardar ese dato para no olvidarlo, a pesar de que lo más propable era que no lo volvería a ver después de ese día.
- No hace falta ChanYeol, podés decirme BaekHyun simplemente si querés.
- Bueno- dijo un poco avergonzado- Ya está, esta vendado y todo- agregó sonriendo.
- Muchas gracias- me paré -ya me siento mucho mejor...- no continué hablando porque un sonido, cual rugido de león salió retumbando de mi estómago. Miré la hora. Mierda. Se me había pasado el tiempo y los mercados ya estaban cerrados.
ChanYeol se había quedado con una expresión de sorpresa, y cuando reaccionó, empezó a reirse tan fuerte que me hizo sonrojar de nuevo.
- ¿Hace cuanto no comés?- preguntó más calmado.
- mmm, no importa, ya me tengo que ir, gracias por todo- le respondi sonriendo.
- No seas tonto, comé algo antes, parece que no vas a poder llegar a tu casa sino- me devolvió la sonrisa.
Terminé accediendo a comer con él. Era un chico tan amable que me daban ganas de estar siempre con él, de ser su amigo.
Después de cenar lo ayudé a limpiar. Salimos de la cocina, charlando y vi algo que antes no había visto.
- ¿Tocás la guitarra?
- Si, también el bajo y la batería. Pero la guitarra es mi fuerte- finalizó sonriendo.
Le sonreí. Había sonreido mucho ese día, y no había tenido que fingir ni una de mis sonrisas.
- Te importaría... ¿te importaría tocar algo?- pregunté tímidamente.
- Claro que no- dijo agarrando el instrumento y sentándose.
Empezó con algo sencillo y fue tocando cosas cada vez más complejas. Estaba serio, concentrado. Noté que era un chico atractivo. El corte de cara, ojos grandes y la curvatura de sus labios, siendo el inferior un poco más grueso.
Me sorprendí de mis pensamientos, nunca había tenido novia, ni me había gustado nadie en serio. Pero estaba bastante seguro que me gustaban las chicas, sólo que ninguna me había llamado la atención hasta ahora. Pero este chico aparecía de pronto y estaba totalmente cautivado.
Preferí dejar ese tema de lado, y disfrutar de la música que ChanYeol tocaba. Reconocí la canción y empecé a cantar bajito, él me miró y sonrió alentándome a seguir.
Entonces canté. Canté de verdad, no como esas pequeñas líneas que cantaba para consolarme por las noches. Canté como lo hacía con mi hermana. Canté enserio después de tantos años escondiendo mi voz de mi mismo.
Él me miraba sorpendido y, sin dejar de tocar, acompañó mi canto con un impecable rap.
Cuando la canción terminó, me senté en el piso, sorprendido también, y me llevé una mano al pecho. Sentía alivio. Como si un gran peso se hubiera ido de golpe.
- WOW. Deberías ser profesional- comentó dejando la guitarra.
- Es lo que quería hacer de mi vida, pero una serie de hechos hizo que terminara trabajando en un restaurante por las noches.
- Nada que haya pasado en tu vida tendría que impedir que cumplas tus sueños. Por más malo que fuera, siempre hay algo bueno esperándote en el futuro. Y no podés negarle al mundo esa voz. Sería un pecado.
Lo miré azorado y con un nudo en la garganta. Cómo deseaba que alguien me hubiera dicho eso unos años atrás.
- Gracias ChanYeol.
- De nada BaekHyun Hyung- volvió a sonreir.
- Sólo decime BaekHyun... o Baek, sólo nos llevamos unos meses- le pedí sonriendo de nuevo.
- Esta bien... Baek...- se rascó el hombro y me miró.
De golpe me sentí atraido por esa mirada. Nos miramos intensamente a los ojos por unos segundos. Y me di cuenta de que me había acercado mucho a él. Di un respingo y él rió levemente.
- Me tengo que ir ya. Muchas gracias por todo de nuevo. Espero no haber molestado- hice una inclinación.
Se acercó a mí, que ya estaba en la puerta y me acomodó la venda de la frente.
- Si necesitas algo llamame- dijo mientras me extendía una mano para que le de mi celular y asi poder anotarlo. Se lo di y en segundos estaba agendado. El primer contacto que no era ni mi jefe ni mis compañeros de trabajo.
Le sonreí y empezamos a caminar por el pasillo hacia el ascensor.
Al llegar a mi casa, me acosté en mi cama dispuesto a dormir. Esta vez, no me asaltaron recuerdos desgarradores que me hacían llorar. Sino recuerdos muy recientes que me hacían sonreir. Canté un poco la misma canción que había cantado con ChanYeol y, sorprendido, reconocí el sentimiento que me llenaba el corazón. Era esperanza.
Por primera vez en mucho tiempo, me dormi con una sonrisa en el rostro.
Xie Xie por leer! :]
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