Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen.
-Bla bla - Diálogo.
-Bla bla - Pensamientos.
~oO:: Más allá ::Oo~
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Capítulo I
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Apoyó los codos sobre sus rodillas para poder descansar su cabeza en ambas manos y, asimismo, ocultar sus facciones para que ella no notara el torbellino de nunca acabar que dolía cada vez más y que, pese a no querer, se reflejaba igualmente en su rostro.
No estaba bien, nada de lo que pasaba estaba bien… no podía ser así. NADA de eso podía estar pasando.
-Neji…
Hizo caso omiso a su melodiosa y hermosa voz, cerrando sus ojos con fuerza y rogando a Kami que todo se acabara pronto. ¿Por qué tenía que acecharlo? ¿Por qué le encantaba atormentar su aflicción? ¡¿Por qué?!
-Neji, por favor… mírame.
No lo hizo y tampoco lo iba a hacer. No quería continuar con lo abstracto de su corazón y mente.
-No me hagas esto…
Mordió su labio inferior, tratando de retener la rabia que sentía, tratando de detener aquel sentimiento que le estaba carcomiendo el alma de manera tan tortuosa, que se sentía morir.
Se estaba desgarrando, su pecho se estaba desgarrando de tal modo, que incluso se le hacía difícil respirar.
-Yo te amo…
Al escuchar el quiebre en aquella delicada voz que le derretía las entrañas, no le quedó de otra más que descubrir su rostro y fijar su mirada perlada en ella. Al final, siempre ella lograba que él hiciera cualquier cosa. Siempre sería su victima… y siempre se dejaría engañar.
¿Y por qué? Porque él también lo permitía. Él mismo se dejaba envenenar por el placer, por los hormigueos deliciosos que sólo ella era capaz de provocar.
Dejándose, a cada segundo que pasaba, encarcelado en la ilusión, no permitiéndose libertad.
-Ino… esto no… - logró articular luego de una pausa extraviada en el azul profundo de su destrucción. –Tenemos que…
-Shh… - lo interrumpió, acercándose y arrodillándose frente a él. –No me digas que no me amas porque sé que no es así. – Susurró con suavidad.
Neji observó las pupilas dilatadas de la rubia, confirmando que en realidad era así, sus palabras eran ciertas. Ciertamente él la amaba, y mucho. La quería con tanta fuerza, con tal magnitud, que incluso llegaba a sentir que lo lastimaba.
Cada palpitar en su pecho, cada respiración entrecortada, cada mirada en aquel cielo azul, era un respaldo a lo que verdaderamente sentía.
Sin embargo, y aún así, no podía hacerlo. Aquello no podía ser… no podía simplemente aferrarse a lo que sentía.
-No puedo, Ino.
Ella bajó su mirada y sollozó. Acto seguido, se abrazó a sí misma, ocultando la desnudez de la cual el prodigio del clan Hyuuga era espectador.
-Yo te amo… - hipó, ocultando su rostro entre las finas y sedosas hebras que caían elegante por su rostro. –Todo lo hago por ti…
-Ino, esto no puede ser. Es imposible.
-Pero… - se quedó unos segundos en silencio para elegir adecuadamente las palabras. –Todo lo que siento, cada vez que…
-No, Ino. –La interrumpió levantándose de la cama y agachándose frente a ella. –Simplemente… No.
-Con lo que siento debería ser suficiente – replicó ella, irritada. -¡No necesitas más!
-¡NO tienes idea de qué necesito, Ino! – le gritó, provocando que ella cerrara sus ojos y comenzara a temblar.
Enseguida se arrepintió por haber utilizado tan alto e imperante tono de voz. Quizá debió ser más cuidadoso.
–Lo siento… yo…
La rubia platinada fijó su mirada azulina en él, dedicándole una sonrisa torcida.
-Está bien… - pronunció limpiando las lágrimas que habían humedecido su bello rostro. –Yo sólo… - y sin decir nada más, abrazó al Hyuuga, contactando su cuerpo con el de él que estaba desnudo al igual que ella.
Cuando ella se aferró a su pecho, no pudo sino corresponder el gesto.
El delicioso olor a flores se coló por sus vías nasales, embriagándole los sentidos una vez más, tal cual como las incontables veces en que sucedía lo mismo, era un ciclo sin fin.
-Te amo… - susurró en el oído de la Yamanaka. –Pero esto no está bien… Nada de esto es correcto, Ino.
Ella se apegó más a al cuerpo fibroso –si es que eso fuese posible- que la rodeaba para poder así sentir los fuertes e irregulares latidos que resonaban en su pecho.
Pronto, llevó sus labios al sudoroso cuello del Hyuuga para depositar un tierno beso. Prolongó el contacto hasta que sintió la piel de él erizarse.
Inmediatamente, al sentir aquel signo de debilidad, se separó de Neji.
-¿Quieres que me vaya, no es así? – preguntó dubitativa, no queriendo en el fondo realizar aquella infame interrogante.
-Ino, yo…
-¿Dudas? –. Lo interrumpió.
Él tomó con ambas manos el rostro de la rubia, sintiendo el contacto suave y vivo que tanto amaba y ansiaba mantener para sí.
-No – besó los labios de Ino. –No tengo dudas, es sólo que…
-Esto no puede ser – ella terminó su frase.
Antes de que pudiera asentir, la Yamanaka invadió su boca.
Pudo sentir el dulce sabor colarse por sus papilas, tan adictivo como siempre, suave. Tan delicioso como hace momentos antes en donde ella jadeaba pesadamente en su oído, estremeciéndolo. Tal cual como la primera vez en que ella fue suya, en donde su piel se sofocaba de tal manera, que la embestía salvajemente para calmar la excitación que lo gobernaba y que sólo ella era capaz de provocar.
Casi se volvió demente.
La suavidad de su lengua, los gemidos desquiciados y las caricias deshonestas, eran tan placenteras, tan fidedignas, tan… reales, que ni siquiera podía juzgar las dudas.
¡Maldición!
Abruptamente se separó de ella.
Aún con la respiración irregular, logró articular la respuesta que Ino hábilmente quería persuadir.
-¿Qué pasa, Neji? –. Lo miró confundida.
-Vete – murmuró desviando su mirada.
-Lo haré si me lo dices a los ojos.
En ese momento se incorporó y caminó hacia la ventana de su habitación. No quería hacerlo, no quería. Apenas a veces podía mirarla a los ojos, pues la mayoría de las veces el temor y la desesperación de no volver a verla más, lo atormentaban.
-Neji…
-Vete, Ino. –Repitió contemplando el paisaje tras los cristales, conteniéndose de alzar la voz. –No te quiero aquí.
-Pero, Neji… tú
Ya no podía seguir aguantando, era insoportable.
-¡VETE! ¡NO TE QUIERO AQUÍ! – estalló su ira, en un sonido que expresaba la pérdida de la fe.
Ino suspiró con miedo, mas prontamente se levantó, a duras penas, del piso.
Se desplazó con suavidad hacia él.
-Mírame a los ojos y dímelo – susurró posando una mano en la espalda del ojiperla.
-¡VETE!
-¡Mírame primero!
-¡VETE, MALDITA SEA! ¡VETE, INO! –. No pudiendo controlarse más, se volteó para hacerle frente a su rubia amante. -¡VETE! – le gritó una vez más, tomándola por los hombros y sacudiéndola sin cuidado alguno.
Ino lloró, sintiendo tan estúpida, tan utilizada, tan… vulnerable.
-¡VETE, INO! –.Y la sacudió una última vez, con tal fuerza, que ella cayó al suelo como un insignificante trapo en una resonancia sorda.
Viéndose tendida ahí en el suelo, reunió las mínimas cuotas de dignidad para levantarse y poder irse de aquel lugar.
No lloró más, no se quejó más, ni dijo nada más. Sólo guardó silencio. Era lo mejor que podía hacer.
-Ino, no debí…
Ignorándolo, recogió sus ropas que se hallaban regadas por el piso.
Pese a que quiso gritar y descargar toda la furia y tormento que tenía en su alma rota, no lo hizo.
Lentamente acomodó sus vestimentas, mas él en un acto inesperado, la abrazó, interrumpiendo su tarea.
-No debí hacerlo… perdóname, Ino.
-Me voy – susurró, quebrándose de a poco. –S-Suéltame.
Él lo hizo de inmediato.
No prestándole atención, Ino continuó vistiéndose, diciéndose a sí misma una y otra vez en un eco orgulloso que lo dejara. Sin embargo, ese eco no estaba conjugado ni con la mitad de lo que sentía. Era sólo un destello de ira que prefería obviar.
Ya no más…
Neji se mantuvo en silencio, observándola sin pestañar, mientras Ino hacía caso omiso de él, le rompía el alma que lo hiciera. Le hacía mal, ella le hacía mal.
Cuando la ojiazul se dirigió a la puerta del cuarto para irse, se detuvo unos instantes antes de hacer girar la perilla.
Dándole la espalda, le dijo:
-Me amas, deberías estar conmigo, no con ella.
Y sin más dejó la habitación, dejándolo solo, dejándolo con la maldita yaga de la culpabilidad. Dejándolo sufrir por la maldita existencia, por el maldito destino que arruinó lo que creía llamar vida.
-¡Mierda! – sólo por rabia golpeó con su puño la pared. -¿Por qué… por qué me haces esto, Ino…? – susurró sintiendo como en sus ojos se surcaban las lágrimas del desconcierto y del daño ensordecedor.
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Se sentó bajo un árbol, apoyando su espalda en la corteza de éste y cerrando sus ojos.
Suspiró con suavidad, reprimiéndose las ganas de gritar y de expresar a viva voz todos esos estúpidos y dolorosos sentimientos que la estaban destrozando.
-Shika…
Una brisa fresca y con olor a tierra estimuló su olfato. Lánguidamente volteó su rostro para mirar al moreno que se había sentado a su lado.
-Estuviste con él ¿no? – le preguntó el Nara mientras fijaba sus ojos canela en las pomposas nubes que decoraban el inmenso mar azul.
-Sí… - respondió sin siquiera pensarlo.
-No debías hacerlo. No puedes hacerlo, Ino.
-Lo amo… - se sintió culpable. –No puedo dejar de hacerlo.
-Él tiene su vida, Ino.
-Lo sé, pero no puedo dejar de amarlo. No puedo dejar de estar con él… - desvió su mirada hacia el cielo.
-Lo estás arruinando.
Se sintió horrible cuando Shikamaru le dijo eso. ¿De verdad estaba arruinando a Neji? ¡Pero Kami! Ella lo amaba… era sólo que…
-No seas egoísta, ya tuviste tu tiempo.
-No me sermonees.
-¡Deja de ser tan, maldita sea, problemática y abre los ojos! – le gritó clavando su vista en ella.
¡Maldita sea! Lo exasperaba la terquedad de la rubia.
-No… no puedo, Shika…
La abrazó al instante y ella se aferró a él, llorando desconsolada en sus brazos, desahogando todo el dolor que la estaba despedazando.
Shikamaru rodeó la estrecha cintura de Ino, acercándola más a él. En ese momento, le susurró palabras lindas al oído, palabras de aliento y de confort para que contara con él, para que lo notara y se diera cuenta, de una vez por todas, que él estaba para ella, y siempre lo estaría, no importaba cuanto tiempo demorara.
La eternidad era un efímero segundo si se trataba de esperar Ino.
-Te amo, Ino… - confesó en su mente, con la ensoñación de que podría hacerlo en voz alta, sin embargo, faltaba tiempo y razón para vocalizarlo con sinceridad.
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TO BE CONTINUED…
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¡Hola de nuevo! Sí, aquí con otro fic. ^^
Ojalá les guste. Nos vemos pronto. ¡Besos!
