Ohayo!
Estoy muy emocionada, este es mi primer fic GaaMatsu, aunque en dos de los que ya tengo ya había puesto a esta linda pareja, esta es la primera vez que escribo uno de ellos dos solitos.
Es un fic de comedia romance, y les advierto que los personajes contienen un poco de Ooc, pero igual, espero que les guste ^^
aquí va el primero capitulo.
Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto, y bla bla bla etc.
PD: Planeaba subirlo el día 19, pero por problemas de tiempo mejor lo he puesto hoy.
…
Capitulo 1: Un comienzo inesperado
Aunque no lo crean mi sueño siempre ha sido ser una exitosa publicista. Creo que tengo ideas bastante innovadoras, y aunque mis padres soñaban con que estudiara medicina o derecho, al final decidí seguir mi sueño. Estudié lo que en verdad me apasionaba. Después de graduarme busqué trabajo enseguida, nunca tuve gran tiempo para el amor, ni los amigos, ni nada. Siempre he sido muy recatada y no salgo a fiestas pero... realmente deseo un novio.
Mi nombre es Matsuri y tengo 24 años. Trabajo en una exitosa agencia de publicidad en Sunagakure, pero aunque tengo mi titulo de publicista, no soy más que una simple asistente de presidencia.
Mi sueño se ha visto truncado muchas veces, nunca me han dado la oportunidad de demostrar lo que en verdad se hacer. Y aún teniendo 24 años sigo siendo virgen ¿Por que? Porque absolutamente todos los hombres con los que he salido me dejan después de la tercera cita.
-Eh, Matsuri – Dijo una joven de cabello rubio, tomado en cuatro coletas y que tenía los ojos azules. Llevaba puesto un traje de ejecutiva de color beige, que consistía en una falda amoldada, una blusa de color blanco y un abrigo que hacía juego.
La recién nombrada la miró. Era una joven de mediana estatura, de cabello castaño claro y ojos negros. Usaba una falda ajustada color gris, una blusa blanca y sobre ella un abrigo del mismo color que la falda.
Ella es Temari, la publicista estrella y una de las tres dueñas de la empresa Sabaku. Es mi mejor y única amiga, y siempre me ayuda y aconseja en todo.
-¿Que sucede Temari? - Le preguntó Matsuri. Estaba un poco distraída y no prestaba demasiada atención a las cosas.
-¿Hoy es la cita? - Al oír la palabra "cita" el cuerpo de Matsuri se tensó por completo. Tenía hoy su tercera cita con un guapo empresario, y siempre que eso sucedía se ponía muy nerviosa.
-Si, es hoy, estoy nerviosa Temari ¿Que pasa si todo sale igual? - Decía con un fondo negro a su espalda, deprimida. Temari le puso ambas manos en los hombros, destruyendo el aura de depresión.
-Ten optimismo Matsuri, seguro que esta si resulta – Le sonrió – Y luego de la cita te abrazará, te besará, te llevará a tu departamento y ahí... tendrán sexo desenfrenado.
-¿Sexo desenfrenado? - La castaña se puso roja hasta la raíz de los cabellos. Su amiga siempre era demasiado directa. A ella le daba mucha vergüenza hablar de esos temas, pero Temari siempre lo sacaba a relucir – N-no me digas esas cosas, tú sabes que me muero de la pena.
-Pero Matsuri, es normal hablar de eso ¿O no?
-Ay, que tú y tu novio se la pasen haciéndolo no es razón para que me hables de sexo cada cinco minutos – La chica tomó unos papeles que estaban sobre el escritorio y levantándose de su asiento comenzó a caminar.
-¿A donde vas?
-A dejarle esto a tu hermano, luego me voy a mi cita – Guiñándole un ojo – Deséame suerte.
-¡Suerte Matsuri! - Gritó la rubia.
Matsuri golpeó una puerta que tenía unas letras escritas "Presidencia".
-Adelante – Se oyó una voz masculina desde el interior.
-Disculpe señor Sabaku – Dijo Matsuri al entrar – aquí tiene lo que me pidió, las estadísticas y encuestas, además hace rato llamaron de Energy y dijeron que la campaña estaba increíble.
-Bien – El hombre peli castaño, alto y de ojos cafés se levantó de su silla y recibió las carpetas que le entregaba Matsuri – Puedes ir a almorzar.
-Gracias señor – La chica hizo una leve reverencia y salió de la oficina.
Él es mi jefe el señor Kankuro. Es el presidente de la agencia y el hermano mayor de Temari. Desde que trabajo en la agencia hace un año y medio, él me ha apoyado mucho, pero jamás ha escuchado mis propuestas, al igual que los otros publicistas. Y aunque Temari sea una de las dueñas no me atrevo a pedírselo a ella, ya que no quiero que piense que sólo es mi amiga por conveniencia. Se que ella lo haría sólo porque es amable, pero de verdad no quiero deberle favores a nadie, quiero salir adelante por mi misma aunque me cueste mucho.
Es bien sabido entre los empleados que son tres hermanos Sabaku, pero dicen que el menor de los tres, quien es dueño de la mayor parte de la agencia, no es muy aficionado al trabajo. Por lo que se está viviendo en otra ciudad y dejó a su hermano el señor Kankuro a cargo de sus negocios. Dicen que es la típica oveja negra de la familia, un rebelde que prefiere ser un vividor que trabajar. Cuando yo llegué a trabajar a la empresa él ya se había ido hace meses, pero eso no se ni su nombre, y la verdad es que no me interesa demasiado.
-Oye Matsuri, ya son las 12:50 – Le avisó Temari al verla salir.
-Ya voy, nos vemos – Matsuri se despidió de su amiga con un beso en la mejilla y tomó rápidamente su cartera, comenzando a correr hacia el ascensor.
Tenía una cita con un guapísimo hombre de 25 años, quien era un exitoso empresario independiente. Lo había conocido hace unas semanas en una de esas importantes reuniones ejecutivas de su jefe y al verlo por primera vez sintió algo especial. De alguna manera, Matsuri sentía que esto si iba a funcionar. Ya habían tenido dos citas maravillosas, y sólo esperaba que esta tercera terminara como sugirió su amiga, aunque le daba mucha vergüenza pensar en eso.
Se bajó de un taxi y llegó al restaurante. Lo encontró rápidamente en una de las mesas, un chico de cabello castaño y ojos azules. Él se levantó y la recibió con una sonrisa.
-¿Que tal Matsuri?
-Bien ¿Y tú Shiro? - Preguntó la chica dibujando su sonrisa, mientras se sentaba a la mesa.
-Estoy bien – Respondió él, pero se veía algo diferente a las otras veces, lo que inquietó un poco a Matsuri.
-¿Que ibas a decirme? Dijiste que era algo importante.
-Y lo es, pero primero comamos algo – Dijo Shiro volviendo a sonreír. Ese gesto la tranquilizó.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
La luz se colaba entre las cortinas de tela verde agua de un departamento, directamente hacia unos ojos que lentamente se abrían, dejando ver su color aguamarina. Unos cabellos rojos caían sobre la frente del hombre que descansaba en aquella cama, y en ella podía verse una especie de tatuaje que decía en Kanji "amor". La mano de alguien se posó sobre su pecho, y luego una chica de cabello rubio se posicionó sobre él.
-¿Como dormiste guapo? - Preguntó la sensual chica mientras comenzaba a besar su cuello. Él simplemente la apartó - ¿Que pasa Gaara?
-Ya son más de la una, me voy a levantar Ino – Respondió con fastidio en su voz. Desde hace unas semanas estaba saliendo con esa chica, pero ella parecía querer vivir en la cama con él, y eso francamente ya lo estaba aburriendo.
A veces se ponía a pensar en que quería conocer a alguien diferente, una chica de la cual se pudiera enamorar y no esas típicas mujeres que sólo le servían para pasar el rato.
-¿A donde vas? - Le preguntó Ino sentándose y cubriéndose el pecho desnudo con las sábanas de la cama, mientras Gaara se ponía los pantalones.
-Ya te dije, son más de la una, voy a salir a caminar un rato, nos vemos luego – Dijo al terminar de abotonar su camisa blanca. Luego de eso salió por la puerta.
Gaara era un hombre de pocos amigos, aparentaba ser bastante serio a ojos de cualquiera que lo viera por primera vez, pero la verdad era todo lo contrario, un tipo relajado, que gustaba disfrutar de los placeres de la vida, o como dicen; las tres tentaciones del hombre: dinero, alcohol, y mujeres. (Sobre todo la última xD)
Era alguien a quien no le gustaba mucho trabajar, y prefería despilfarrar el dinero que tenía gracias a la herencia de sus padres. Hace unos dos años que estaba viviendo en Konoha y dejó todos los negocios familiares en manos de sus hermanos. Pero de pronto se cansaba de aquel estilo de vida tan vacío, y sentía deseos de regresar a su hogar.
Estaba en la azotea de su edificio fumando un cigarrillo apoyando su espalda en la reja.
-Tal vez sea hora de regresar, después de todo ya estoy harto – Se dijo mientras echaba un vistazo a las nubes en el cielo.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
El corazón de Matsuri latía casi sin control, Shiro estaba dando su último bocado a la comida. Cuando eso pasase la cita habría terminado, y sería el momento definitivo.
-La comida estuvo deliciosa – Dijo el castaño. Luego tomó un poco de vino para pasar el último bocado.
-Eh, si – Dijo Matsuri nerviosa – Estaba riquísimo, gracias por la invitación – Secándose los labios con la servilleta.
-Matsuri, tenemos que hablar – Dijo adoptando una pose seria, la que hizo que la pobre Matsuri se pusiera aún más nerviosa.
-Aquí viene ¿Que me dirá? ¿Me bateará o no? - Pensaba sudando frío, hecha un manojo de nervios.
-Matsuri yo... conocí a alguien la otra noche y bueno... ella me gusta mucho.
-¿Al... alguien? - Preguntó la castaña entre sorprendida y triste. Ya lo veía venir, sabía que esto pasaría. Trató de que no se le notara lo mal que se sentía y sonrió - ¿De verdad?
-Si, y se que tú y yo estábamos saliendo pero...
-No, no me expliques nada – Lo interrumpió Matsuri – Te felicito, ella debe de ser una gran chica.
-Ella es... grandiosa – Dijo con una sonrisa Shiro, entre un suspiro que evidentemente era de amor.
Grandiosa, nunca se lo habían dicho, y seguramente no había nacido el hombre que algún día se lo diría. Ahora estaba más que segura de que el hombre por el cual tanto había esperado no existía ni en sus sueños.
-Que bien... - Matsuri trató de procesar la información recién recibida. En eso miró su reloj de mano y notó que ya era hora de regresar al trabajo - ¡Ah, ya me tengo que ir! - Gritó exaltada mientras se paraba con rapidez – Lo siento Shiro, todo estuvo grandioso y suerte con tu chica.
-Si, gracias, y recuerda que para lo que me necesites me llamas.
La castaña asintió y luego de tomar su bolso salió corriendo, tratando de no dejar escapar demasiadas lágrimas, después de todo ya estaba acostumbrada.
Si, siempre me pasa igual. Desde hace seis años aproximadamente mis terceras citas son un desastre, y todo comenzó cuando rompí un espejo. Creerán que estoy loca por creer en supersticiones, pero es verdad. Aquel día le arrojé mi espejo de mano a mi primer novio ¿Por que? Déjenme recordarlo.
-Flash Back-
Ya llevaba seis meses con mi novio Sasori. Lo quería mucho, pero él todo el tiempo me pedía lo mismo; que tuviéramos relaciones. Yo ya tenía 18 años y estaba por acabar la preparatoria, según él ya estaba lista, pero había crecido en un hogar bastante conservador y era un poco prejuiciosa respecto al sexo. Le pedía a Sasori tiempo constantemente, realmente no me sentía preparada, pero un día simplemente se cansó.
-Es que ya estoy harto de esperarte! - Me gritó él, bastante cabreado.
-¡Si de verdad me amaras me entenderías! - Le grité yo. Tal vez estaba siendo demasiado terca, pero tenía miedo, mis amigas me habían dicho que dolía, además sentía que si me entregaba a él después no tendría que ofrecerle.
-¡Lo que yo quiero es una mujer, no una nenita que se niega a crecer! - Volvió a gritarme – Lo siento pero me voy – Dijo dándome la espalda. Yo lo miré algo confundida.
-¿A donde vas?
-A buscar una mujer que si quiera tener sexo conmigo ¡Mucho sexo! - Soltó en mi cara y por supuesto que me enfurecí con esas palabras tan descaradas de su parte.
-¡Todos los hombres son iguales, sólo piensan en sexo! - Le grité cerrando los ojos y tomando de mi tocador lo primero que encontré: mi espejo de mano - ¡No te soporto! - Y con estas palabras se lo arrojé en plena cabeza.
-Auch – Dijo cayendo al suelo inconsciente, con una expresión digna de una película de comedia.
-¡Oh no lo he matado! - Grité espantada.
-Fin Flash Back-
Por suerte no lo maté, pero desde ese día cuando rompí el espejo, mis futuras relaciones jamás resultaron.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
-Si, cuando el proyecto esté terminado les avisaremos, adiós – Decía Temari hablando por teléfono. Estaba cubriendo a Matsuri que se estaba retrasando bastante - ¿Donde está esa tonta? - Se preguntó intrigada – Ay, tal vez todo haya resultado.
En eso se fijó que Matsuri venía llegando. Traía una cara tan larga que la rubia intuyó enseguida lo que pasó.
-No me digas – Le dijo Temari y antes de que pudiera decir algo más Matsuri se echó llorando a sus brazos – Tranquila Matsu – Decía acariciando el cabello de su amiga.
-Conoció a otra... - Jadeaba la castaña – Es definitivo... nunca me casaré – Comenzó a llorar como una niña pequeña.
-Vamos, no te eches a morir, hay miles de hombres en el mundo.
-Pero ninguno para mi – Matsuri seguía llorando, mientras las demás empleadas de la agencia la veían y comenzaban a cuchichear entre ellas. Le decían "Le desafortunada Matsuri". Temari al verlas se molestó.
-¡¿Y ustedes que ven? ¡Váyanse a trabajar! - Todas las chicas se espantaron por los gritos de la rubia y se fueron corriendo a sus puestos de trabajo, no vaya a ser que las despidiera. Justo en ese momento sonó su celular - ¿Bueno? - Contestó sin soltar a Matsuri – Claro Shika, de acuerdo, adiós.
-¿Que pasó? - Le preguntó la castaña mientras se secaba las lágrimas ya más repuesta, aunque su voz aún se oía un poco quebrada.
-Shikamaru acaba de invitarme a cenar esta noche – Le respondió emocionada.
-Que bien por ti, espero que te vaya bien – Dijo la deprimida Matsuri.
-Ay, Matsuri lo siento, soy tan desubicada – Se disculpó apenada Temari, pero Matsuri le sonrió.
-No, no es tu culpa, tú disfruta con tu novio, mucha suerte.
-Si, gracias – Temari la abrazó – Y arriba esos ánimos, estoy segura de que tarde o temprano aparecerá el chico ideal.
-Eso espero – Dijo Matsuri con cierta melancolía.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
El resto del día fue bastante normal y la noche llegó muy rápido. Matsuri caminaba hacia su departamento, cuando pasó por las afueras de la tienda de una adivina. Se detuvo al instante atraída por las brillantes letras del letrero de neón.
-No, esas cosas no son reales – Trató de auto-convencerse, pero en menos de cinco minutos se vio dentro del lugar. Adentro era bastante oscuro, y habían muchas velas.
-Eso es una tontería, lo mejor será que me vaya – Justo cuando se iba a ir escuchó una voz que la hizo temblar un poco, pues sonaba bastante tenebrosa.
-Por favor pasa – Le indicó la voz. Matsuri le hizo caso, dándose la vuelta para divisar un pequeño cuarto oscuro detrás de unas cortinas de seda, color rojo fuerte, el cual era iluminado por más velas y en su interior había una mujer con el rostro cubierto por una pañoleta negra, dejando sólo sus ojos a la vista. Estaba sentada junto a una pequeña mesa redonda y frente a ésta había un asiento vacío – Por favor toma asiento – Dijo. Matsuri asintió y se sentó algo intimidada.
-Etto... yo...
-¿Que te trae por aquí? - Preguntó la mujer. Matsuri tragó un poco de saliva, se sentía como una tonta en un lugar como ese.
-No yo... fue un error venir, lo siento mucho – Dijo tratando de pararse.
-Ya veo, tienes muy mala suerte en el amor.
-¿Eh? - La castaña volvió a sentarse totalmente sorprendida. Ella no conocía a esa mujer, pero había adivinado su situación con sólo mirarla.
-Dame tus manos – Matsuri estaba tan desconcertada que simplemente accedió – Ya veo, se cual es tu problema.
-¿D-de que habla?
-Veo muchos hombres en tu vida, pero ninguno ha sido realmente importante – La castaña la escuchaba atentamente – Todos esos hombres te ha hecho sufrir, y aún ahora sigues sufriendo por no hallar al indicado.
-¿Y acaso... algún día lo conoceré?
-Así es... ese hombre está más cerca de lo que crees, él es diferente a todos los que has conocido antes, y sólo él puede curar tus heridas y romper esa especie de maldición que te rodea.
-Él... es el único... - Repitió Matsuri. De alguna forma se sentía feliz por saber que si conocería al hombre de su vida.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
La noche pasó muy rápido, y al día siguiente Matsuri estaba atrasada para el trabajo. Se había quedado toda la noche imaginando a ese supuesto hombre ideal y se despertó atrasada.
Ahora estaba corriendo por la calle, ya que el tráfico estaba horrible y de seguro en un taxi sólo se iba a tardar más en llegar. Para su mala suerte comenzó a llover y como no había visto el informe del tiempo la noche anterior era la única que no tenía paraguas y quedó empapada en pocos segundos.
-Las chicas en la agencia tienen razón, soy la desafortunada Matsuri – Dijo deprimida.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
En Konoha también llovía intensamente. Gaara se encontraba en el aeropuerto, con una maleta en su mano. Ino estaba junto a él.
-¿Por que te vas Gaara?
-Sólo serán unos días, quiero ir a ver a mis hermanos. No te preocupes tanto Ino – Decía Gaara bastante fastidiado. Ino lo abrazó por el cuello y le dio un apasionado beso.
-Si te tardas demasiado iré por ti ¿De acuerdo? - Preguntó la rubia con su melosa voz de niña mimada.
-De acuerdo – Respondió Gaara dándole otro beso, bastante largo para que se quedara tranquila de una buena vez.
-Los pasajeros del vuelo 301 favor de abordar por la puerta número 2 – Se escuchó por el altavoz.
-Bien, me voy – Le dijo el pelirrojo soltándose de ella – Nos vemos luego.
-Claro mi amor – Dijo Ino mientras lo veía entrar por la puerta , hasta que desapareció del otro lado.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
-¿Matsuri que te pasó? - Preguntó Temari al ver empapada de pies a cabeza a su amiga.
-Es una larga historia – Respondió ella con una gotita en su frente - ¡Achú! - Estornudó.
-Será mejor que te cambies, o te seques esa ropa de alguna manera, o te enfermarás.
-No tengo como cambiarme, además aquí no hay donde secarse, no me queda otra que quedarme así – Decía con un aura morada a su alrededor. En eso sonó el intercomunicador.
-Eh, Matsuri, necesito que me traigas las carpetas del proyecto de sunrise – Dijo Kankuro desde el otro lado del aparato.
-Enseguida señor – Respondió la castaña tomando las carpetas con rapidez. Luego de eso se fue a la oficina.
-Pero Matsuri... - Trató de decir Temari al verla partir así.
Kankuro estaba en su oficina, mirando algunos papeles sobre las campañas que aún tenían pendientes. De pronto oyó los golpes a la puerta.
-Pase – Indicó. Matsuri entró apenas oyó su aprobación. Kankuro mantenía su vista fija en los documentos.
-Permiso señor Sabaku – Matsuri dejó los documentos sobre el escritorio, y fue entonces que él levantó su vista – Aquí está lo que pidió – Terminó la chica.
El castaño se quedó con la boca abierta al ver a su asistente con toda la ropa mojada. Su figura se delineaba perfectamente, tenía una cintura muy delgada y podía apreciar perfectamente su brasier de encaje que se translucía a través de su blusa blanca.
-M-Matsuri ¿Que te pasó? - Preguntó impresionado y sonrojado.
-Ah, es que me quedé bajo la lluvia, pero no se preocupe – La chica estaba saliendo, pero sin querer tiró unos papeles de otro escritorio que estaba más adelante - ¡Ah, lo siento!
Matsuri se agachó a recogerlos, y Kankuro no pudo evitar mirar lo que no debía. Nunca se había puesto a mirar a Matsuri con ojos lascivos, pero simplemente no había podido evitarlo, su secretaria no estaba nada mal y debía admitirlo. La castaña terminó de recoger las cosas y salió de la oficina, y Kankuro no pudo evitar dar un suspiro mientras se resbalaba en la silla.
-Cielos, nunca me había fijado en lo buena que está.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
-¿No te dijo nada mi hermano? - Le preguntó Temari arqueando una ceja una vez la chica regresó de la oficina de su jefe.
-No, sólo me preguntó que me había pasado – Le respondió Matsuri.
-¿Y estás segura de que no intentó nada pervertido?
-¡¿Eh? - Exclamó Matsuri sonrojada, no había notado que estando así de mojada se le veía todo – N-no lo creo, el señor Kankuro no es así.
-Todos los hombres son así – Dijo Temari levantando su dedo índice, con una cara de sabiduría.
-Mira, mejor dejemos de hablar de eso ¿Como te fue en tu cita de anoche? - Al oír la pregunta Temari cerró sus ojos poniéndose seria y levantando su mano derecha, mostrando un hermoso anillo en su dedo anular. Matsuri se llevó una mano a la boca, conteniendo un grito de emoción, pero no pudo evitar darlo cuando Temari le mostró su enorme sonrisa.
-Es que no lo puedo creer ¿Vas a casarte Temari?
-¡Si, si! ¡Me caso! - Respondió la emocionada rubia.
-¡Ah! - Las dos chicas se abrazaron sonrientes – Felicidades amiga, que suerte tienes, te deso lo mejor.
-Gracias Matsuri – Le dijo Temari un poco más recuperada del eufórico momento – Nunca pensé que Shikamaru me pediría matrimonio, estoy tan emocionada.
-¿Y ya tienen la fecha?
-Si, la decidimos de inmediato. Será dentro de un mes.
-¡¿Tan pronto? - Gritó Matsuri, parpadeando muy sorprendida.
-Si, es que tenemos prisa – Respondió Temari tocando su vientre con delicadeza. Matsuri abrió su boca tratando de decir algo, pero no sabía que. Temari rió un poco al ver la expresión desencajada en el rostro de su amiga.
-¿E-estás embarazada?
-Ajá – Temari asintió con la cabeza – Pero no le vayas a decir nada a mi hermano, él me mataría y de paso a Shikamaru, es mejor que se entere cuando ya estemos casados de que será tío.
-De acuerdo, seré una tumba – Le respondió la castaña guiñando un ojo.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
El día pasó rápidamente y llegó la noche. Gaara había llegado a Suna aproximadamente a las 21:30 horas. Estaba bastante oscuro ya, y aún debía buscar donde pasar la noche, ya que no planeaba llegar a esa hora a la casa de su hermano o al departamento de su hermana.
-Taxi – Dijo alzando una mano. Un taxi se detuvo frente a él y el chófer bajó para ayudarlo a subir su maleta a la cajuela.
-¿A donde señor? - Preguntó el hombre mientras ambos subían al automóvil.
-Lléveme a un hotel – Le dijo el pelirrojo.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
Matsuri era la última en salir de la oficina, ya que Kankuro le había pedido que ordenara unos papeles. No era por nada, pero a veces sentía que su jefe era un maldito explotador. Además de haberse quedado horas extra, estaba teniendo un terrible dolor de cabeza y de ves en cuando veía todo borroso.
-Creo que al fin y al cabo me he enfermado – Dijo tocando su frente, y la sintió caliente mientras sus manos estaban frías como el hielo – Tengo fiebre, joder.
La castaña tomó sus cosas y salió del edificio. Caminaba para llegar al cruce en donde pasaban los taxis que la dejaban más cerca de su hogar, pero a cada paso se sentía peor, y más con el aire congelado de afuera.
-Cielos, que dolor de cabeza – Volvió a tocarse la frente, mientras se tambaleaba y veía borroso el otro lado de la calle. Sacudió su cabeza y comenzó a cruzar, pero a la mitad el mareo regresó y se quedó parado ahí, justo cuando un taxi se dirigía a ella.
Matsuri sólo pudo oír la ruidosa frenada y vio como dos personas se bajaban del taxi.
-¡¿Es que está usted ciega? - Gritó un joven pelirrojo al cual Matsuri no pudo ver bien porque esta vez su vista se había nublado.
-Y-yo... - Y no alcanzó a decir nada más antes de caer desmayada al suelo.
-¡Señorita! - Gritó el chófer del taxi.
-¡Hey! - El pelirrojo se agachó junto a la joven desmayada, tocándole la frente – Hay que llevarla al hospital, está hirviendo en fiebre – Dijo Gaara. Miró a la chica en el suelo y sonrió, era bastante linda.
Continuara...
Avance:
-¿Q-quien es usted?
-Mi nombre es Gaara.
...
No podía creerlo, no llevaba ni cinco minutos de conocerlo y ya lo odiaba.
...
-¿Quieres que duerma en el sillón?
-Claro ¿O es que acaso esperas dormir en mi habitación?
-No sería mala idea.
Próximo capitulo: Y así te conocí.…
…
Ojalá les haya gustado.
¿Que pasará?
Tendrán que esperar para ver.
Nos leemos pronto.
Bye ^^
