Antes, durante y después del Torneo de Shaman King.

Por: Michelle_my.bell/ Anna Sora Kyouyama Takenouchi no Asakura Yagami

Shaman King pertenece a Hiroyuki Takei, lo demás es mío...

¿Por qué?

Aquel día en la residencia Asakura todo parecía normal: Anna mandaba a todos, Yoh escuchaba música, Tamao cocinaba para su adorado Yoh...en fin, lo único diferente era que la abuela de este último había venido para pasar una semana con todos los shamanes, espíritus y entrenadores, ya que el Torneo para decidir el título de "Shaman King" se acercaba a pasos agigantados. Eso parecía ser lo único fuera de lo normal, exceptuando el hecho de que la mayoría de los habitantes tenían 18 años, como Horo Horo, Ren Tao, Anna, Yoh y Tamao. Las hormonas flotaban en el aire.

Ese día estaba muy tranquilo, hasta que llegó el menor (bueno, ya no tanto) de los Asakura junto con su prometida (que últimamente estaba mitad furiosa y mitad nerviosa sin razón alguna) y con Manta. La chica ni siquiera se molestó en decir un buenas tardes, solo subió a su habitación...tal vez estaba nerviosa, al igual que todos, por el Torneo, que sería al día siguiente.

-¿Pasa algo? -preguntó Horo Horo aburrido mientras veía a sus amigos entrar y sentarse en la sala. En el lugar se encontraba su hermana, Ren Tao y Jun Tao, quienes jugaban damas chinas.

Manta no dijo nada, solo se encogió de hombros, acostumbrado a la voluble y fría personalidad de Kyouyama, mientras que Yoh se recostaba contra el sofá con cara de pocos amigos.

-¿Peleas pre-maritales Asakura?

-Cierra la boca -respondió el mencionado ante un Ren burlón. -Últimamente no sé lo que le pasa...anda de muy mal humor y para colmo ¡me ha doblado el entrenamiento!

-Bueno, tal vez la señorita Anna espera lo mejor de usted joven Yoh. Ella espera que usted gané, es por eso que le ha dedicado tanto tiempo con el entrenamiento. -dijo Tamao apareciendo con un plato de galletas para todos. Manta, Horo y Yoh se abalanzaron sobre estas, pero lo que había dicho Tamamura era para pensarse, meditaba Yoh mientras devoraba su galleta. Tal vez su prometida estaba ¿nerviosa? Pero ella no corría con el riesgo de perder la vida mañana, entonces...¿para que se preocupaba? Quizás porque significaría que todos sus esfuerzos se irían al caño. El shaman suspiró mientras dejaba caer su cabeza sobre sus brazos. Sus amigos continuaron en lo suyo y Manta se despidió, deseándoles a todos la mejor de las suertes, ya que su familia iba a Nueva York para ver si al pequeño Oyamada le podrían prescribir un tratamiento para que alcanzará las dimensiones de un chico de su edad. Al salir el chico una figura de avanzada edad apareció en el corredor. Era la abuela de Yoh, seguida de Anna, que parecía un poco confundida.

-Yoh querido, necesito hablar contigo y con Anna sobre un asunto importante...a solas -dijo la anciana señalando el jardín, que estaba envuelto sobre una dorada luz otoñal.

-Claro abuela, como tu digas. -respondió y siguió a las dos mujeres hasta el árbol de cerezos. En el breve recorrido, le echó una ojeada a Anna, quien parecía estar muy interesada en el cielo y no en charlar.

Al llegar, la abuela de Yoh les indicó a los jóvenes que se sentaran, para luego ella hacer lo mismo. Tras unos minutos de silencio, empezó.

-Anna, Yoh...como verán mañana es un día muy importante para todos, ya que se decidirá quien es el "Shaman King", y por lo que veo es algo en lo que ambos se han esforzado mucho, ya sea entrenando y dando apoyo o peleando para demostrar el funcionamiento del entrenamiento. Así que deseo de todo corazón que den lo mejor de sí mañana. ¿De acuerdo?

Anna y Yoh asintieron, más confundidos todavía. Si quería exhortarlos a ser los mejores, podría haberlo dicho en otro lugar y no en privado. La voz de la mujer continuó hablando...

-Sí...aparte, quería hablar con ustedes sobre un tema que...bueno, ya está muy cerca, sobre todo ahora que Anna hace una semana que cumplió la mayoría de edad, o 18 años.

-¿Cuál es ese tema abuela? -preguntó el muchacho ingenuamente. A su lado, la itako cerró los ojos y bajo la mirada, completamente roja. Ella ya sabía de que se trataba. Yoh, al notar a la chica así, cayó en la cuenta de lo que se trataba y sintió como la sangre se acumulaba en sus mejillas, dejando un gran vacío en su estómago.

-¡Sobre su boda, chicos! Según la familia Asakura y la familia Kyouyama acordaron, al llegar ambos a la mayoría de edad, se realizaría su matrimonio. Claro, hay que hacer algunos arreglos y todo eso...pero las familias confiamos en que pasados unos meses después del Torneo todo saldrá acorde a lo que se ha decidido. Por ahora, les sugiero que sigas siendo entrenado Yoh, ya que un descuido puede derrumbar todos los esfuerzos de Anna. -al terminar observó el Sol.- Por lo que veo, si no llego a tiempo perderé el tren que parte para Isumo. Nos veremos en el Torneo...No se preocupen, Hao me llevará a la estación...Luego seguimos hablando...Sayonara...

Acto seguido la mujer se levantó y caminó hacia la sala, en busca de su otro nieto. Anna y Yoh permanecieron ahí largo rato; la itako con los ojos cerrados y los puños firmes, con su aura encendida. De seguro estaba enojada ¿por qué?, se preguntaba su prometido, que ahora estaba bastante pálido. ¡Qué tonto era! Anna siempre había estado con él...solo como su prometida, pero nunca imaginó el día en que estuvieran casados. ¿Por qué nunca lo había pensado? Sobre todo con una persona que iba a compartir su felicidad y tristeza para toda la vida. Parecía tan lejano ese día, pero ahora se encontraba a menos de un año de distancia. A su lado, notó como la chica se levantó y salió corriendo, murmurando las palabras mi habitación...

*-*-*

-¿De qué habrán hablado? -preguntó Pilika al mirar como Anna entraba como tornado a la casa, subiendo las escaleras a velocidad de vértigo.

-¿De qué crees tú? -cuestionó su hermano comiéndose la última galleta. Pilika movió la cabeza en señal de negación...no tenía ni la más remota idea.

-¿Es qué nadie lo entiende? -exclamó la mayor de los Tao desesperada mientras Ren le iba ganando.

-¿Qué? -respondieron los demás a coro. La chica suspiró pesadamente y empezó:

-¿Acaso no se dan cuenta? Anna y Yoh están comprometidos ¿cierto? Sus familias los quieren casar, y tienen que esperar hasta que ambos tengan la mayoría de edad, y hace una semana Anna cumplió los 18. ¿Me siguen? ¿Qué creen que pueda significar? -Jun trató de buscar una brillante chispa de comprensión en sus amigos, pero al ver sus rostros, comprendió que para las cosas del corazón nadie parecía tener tacto.

-Pues significa que Anna y Yoh ya están listos para casarse...probablemente muy pronto. ¡No entiendo como entre los tres pueden llenar apenas un dedal con el cerebro que tienen! -estalló indignada mientras pensaba su próxima jugada.

-Sí...tienes razón -contestó Pilika algo enojada por el comentario de la muchacha de pelo verde- Sólo que no entiendo... ¿Cómo sabes tanto de eso y no puedes ganar en un simple juego de damas chinas?

*-*-*

Yoh entró a la casa justo cuando Ren y Horo se reían abiertamente al ver a Jun persiguiendo a Pilika por toda la casa. Cuando entró Asakura las risas cesaron y la pequeña sala fue invadida por un silencio de muerte.

-Yoh... -empezó Horo Horo- ¿Es cierto que muy pronto te casarás con Anna? -Los demás lo vieron fijamente, y no sólo a él, ya que Tamao apareció con otra bandeja detrás de Asakura, justo al oír la pregunta de Horo. La chica de pelo rosado guardo silencio, en espera de la respuesta.

-¿Cómo lo saben?

-Intuición femenina -respondió Jun Tao sonriendo levemente.

-Más bien intuición demoniaca -susurró a sus espaldas su hermano, pagando su broma con un golpe en la cabeza.

-Pues... -comenzó el shaman de pelo castaño- Mi abuela lo ha decidido y hay que realizar su voluntad y la de la familia de Anna. Creo que será lo mejor para los dos y...

-¿Pero tu que piensas? -insistió la mayor de los Tao, tratando de descifrar su mente, mientras se cuestionaba porque todos los hombres eran tan complicados.

-Mmm...no lo sé, no he tenido mucho tiempo, ya saben...con lo del Torneo y todo eso...supongo que mejor hay que pensarlo. -dicho esto se retiró lentamente hacia el piso da arriba. Tamao pasó desapercibida ante sus ojos.

-Joven Yoh...-musitó con las mejillas inundadas de lágrimas. Sin decir más colocó la bandeja rápidamente en la mesa y se dirigió a la cocina a desahogar sus penas.

*-*-*

Yoh se detuvo al observar el corredor y las habitaciones que se encontraban a los lados. ¿Hablaría con Anna? ¿Pero sobre qué? El chico suspiró mientras se recargaba contra el muro enfrente de la habitación de la itako. No...que caso tenía hablar sobre una boda que era imposible detener. Meditó un poco sobre las cosas...Anna había reaccionado de una manera muy rara, por no decir que se había enojado sobremanera al recibir la noticia, pero él...Yoh, había reaccionado como si fuera lo más normal del mundo, como si fuera una obligación unir su vida a la de Kyouyama. Simplemente como un deber que había que cumplir sin decir "¿Por qué?"

Pero aún así ¿Por qué había actuado de esa manera? Trató de negar la respuesta pero no pudo...su corazón lo delataba al hacerlo ruborizarse. Él sí quería a Anna, en realidad la amaba, era su mayor tesoro y haría cualquier cosa por ella...incluso podía cancelar la boda si ella así lo deseaba, pero no pudo evitar entristecerse. ¿Sería una obligación para la itako?...o quizás ella quería a alguien más...Trato de pensar en otra cosa, por lo que accionó sus audífonos para relajarse con una buen canción...pero aún así...la imagen de Anna con los puños y ojos cerrados y con el aura encendida en señal de enojo no podían salir de su cabeza...Por un momento sonrió tristemente al pensar que mucha gente lo tomaría por loco al querer a una chica fría y cruel, que siempre le ordenaba, y de paso le daba unos cuantos golpes. Visto así Anna parecía la mala del cuento, pero solo aquel shaman que escuchaba música ajeno a cualquier cosa sabía que dentro de esa prisión de hielo se escondía una personita que era frágil como el cristal, con los más puros sentimientos...una Anna que solo se había mostrado ante Asakura, a quien volvía loco... una Anna temerosa de pedir amor, demasiado orgullosa para darlo, pero que al recibirlo abría su corazón...un corazón que ella condenaba tras la llave de la indiferencia.

*-*-*

Yoh despertó sobresaltado al escuchar una puerta deslizarse. A su lado, sus audífonos yacían olvidados, con la música corriendo lentamente por todo el piso de manera leve, pero firme. Se despertó por completo al ver que era su prometida la que había abierto la puerta de su habitación. Sin pensarlo dos veces, se acercó a ella...

-Anna...

-¿Por qué? -exclamó ella de espaldas, alejándose de Yoh cuando este colocó su mano en su hombro- ¿Por qué nos obligan, Yoh? ¿Por qué lo hacen? ¿Es esa su idea de la felicidad? No lo entiendo...como ser feliz cuando no te aman... ¿Por qué nos tratan como si no tuviéramos voz ni sentimientos? ¿POR QUÉ? Solo quiero saber porque...-Y sin dar tiempo a una respuesta y con la voz truncada, salió corriendo hacia el recibidor.

Asakura oyó como chocaba con Pilika, y sin dar explicaciones salía de la casa azotando la puerta...A lo lejos la Luna tomaba posesión del trono celeste, mientras el retumbar de un trueno se oía, y este aparecía en lontananza...

-¿Por qué...?

Continuará...

N. de A.: Quejas, sugerencias o comentarios a mmarquezflores@yahoo.com.mx o dejando su review aquí. Gomen ne si los personajes están fuera de su personalidad, pero es que NUNCA he visto la serie. ¬¬'