Insomnio.
N/A: Soul Eater, al igual que sus personajes, son propiedad de Atsushi Ohkubo. De aquí sólo me pertenece la historia. Sin más que decir, ¡disfruten!
Era una noche calurosa en Death City, y todo mundo descansaba, hundido en sus sueños. Bueno, todo el mundo menos cierto peli azul que no lograba dormir.
Ya harto, decidió que sería mejor tomar un poco de aire fresco, definitivamente, cualquier cosa era mejor que seguir sufriendo ahí dentro.
En silencio, Black Star se levanto de la cama y salió de su habitación. Pasando por el cuarto de su compañera, Tsubaki, en el camino al Living.
En la sala reinaba la calma típica que todo lo invade por la noche; a través de la ventana semi abierta se colaba un ligero viento, que combinaba perfectamente con el hipnótico azul que teñía los muebles de la sala donde Black Star se sentó unos momentos, disfrutando de la quietud y el agradable clima del departamento.
Poco a poco sintió un leve cansancio, y sopesó la probabilidad de quedarse a dormir en aquel comodísimo sillón… Pero el sentido común lo venció, y, tras darse cuenta de que al más mínimo movimiento que realizara al dormir, caería estrepitosamente al suelo, decidió volver a su habitación.
Conforme se acercaba a su destino, fue capaz de escuchar una ligera y tranquila respiración... Un sonido arrullador que lo invitaba a acercarse. A entrar a aquél dormitorio que no le pertenecía.
Sin saber realmente en qué diablos estaba pensando, se sorprendió pegado a la pared del cuarto de Tsubaki, ya tramando un plan para colarse dentro.
Con cuidado, y haciendo uso de sus casi perfeccionadas habilidades de asesino, abrió silenciosamente la puerta de la habitación de su compañera y se deslizo dentro, tan rápido que ni el viento tuvo tiempo de seguirlo.
Ahí, se topo con una de las más hermosas imágenes que en la vida había podido observar.
Tsubaki dormía plácidamente; en su rostro se dibujaba una pequeña sonrisa, y las largas y espesas pestañas de la chica coronaban su belleza. Ajena a todo, perdida en sus sueños.
Entonces el joven se dio cuenta de que no llevaba más pijama que una sudadera que antes pertenecía a su técnico y su ropa interior.
A causa del movimiento de la morena dormida, la sudadera se había levantado, dejando a la vista un abdomen firme y de piel pálida que incitaba a Black Star a acariciarlo, besarlo hasta no poder más, rodearlo con sus fuertes brazos y no dejarla ir jamás.
Controlándose, el peli azul continuó con su recorrido visual. Pasando por sus sencillas, y aún así, sensuales pantaletas, hasta sus largas y fuertes piernas, enredadas entre un montón de cobijas y almohadas.
Todo en esa chica le parecía terriblemente hermoso a Black Star. No en vano la amaba tanto; en secreto, claro. Pues algo dentro de él temía que ella no correspondiera a sus sentimientos...
Claro, el era unos tres años menor que su arma; ella nunca se fijaría en un niño ruidoso como Black. Ella merecía algo mucho mejor, y él no se lo podía ofrecer. Así que se resignaría a observar a esa preciosura por las noches, se resignaría ante el hecho de que jamás podría tocarla, o besar sus labios... Jamás.
Tan bella y triste resultaba la imagen, que Black Star temía que en cualquier momento perdería el control, y, al sentir aquellas traicioneras lágrimas escocerle en los ojos, se planteó la idea de marcharse y dejar dormir a su compañera.
Pero no, él no era así.
No se perdonaría si traicionaba todos sus principios y salía de esa habitación con lágrimas en los ojos… No saldría a correr por la madrugada para deshacerse de este sentimiento que lo mataba.
Aunque fuese en sus sueños, él quería estar cerca de ella.
Lento, y con extremo cuidado, se recostó en la cama, viendo hacia el rostro de Tsubaki; y en un ataque de confianza, estiró el brazo hasta entrar en contacto con la mejilla de la chica, la cual acarició con delicadeza… Fue un roce tan ligero como una pluma.
Al darse cuenta de que ella ni siquiera notó la caricia, el peli azul continuó con lo suyo. Recorriendo con los dedos aquellos carnosos y rosados labios que tanto quisiera besar. Observando su rostro hasta que recordaba que debía parpadear.
Sin proponérselo siquiera, se encontró con que su mano ahora reposaba sobre la desnuda cintura de Tsubaki, trazando círculos en su piel.
Acarició cada parte del cuerpo de su compañera que estuviera descubierta; muchos hubieran pensado que sus roces iban cargados de lujuria, pero, todo quien hubiese visto el rosto de Black Star al hacerlo, sabría que no había en su mirada y sus manos nada más que amor y ternura. Entera dedicación hacia la mujer que dormía entre sus brazos.
Las horas pasaron, y poco a poco, el sol amenazaba con salir y despertar a la ciudad. Así que, a regañadientes, Black Star se levantó de la cama y, no sin antes posar un casto y puro beso en los labios de su compañera, salió de la habitación.
Esa era su condena.
Ella jamás estaría con él.
Eso le rompía el corazón…
Y aún así, el volvería todas las noches.
Llevando el secreto consigo.
¡Nya! ¿Que les ha parecido?
Aclaro, este es mi primer Fic, y a mi me gustó bastante como quedó...
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