Hola gente de la internet! yo otra vez aquí molestando su existencia XD
Bueno, como notaran aquí otro Fic SiriusxRemus C: que espero disfruten porque suelo hacer puras pendejadas. Según yo esta historia está un poco más planeada que mis SxR anteriores, los cuales por cierto he de avisar, el "¿Quién podría enamorarse de Remus Lupin?" sufrirá MUCHOS cambios debido a que de por si el final lo odie, hace poco lo releí y dije " ¡esto es basura!, ¿cómo diablos subí algo así?" entonces cambiaré los capitulos apartirr del 11, pero pido me tengan paciencia para mantener este y actualizar el otro, que debido a la universidad me tomara más tiempo, pero espero que me tengan paciencia y me apoyen C: ( sí, sé que pensaran para que carajos hago otro fic si pienso arreglar el otro... XD pero la verdad estas cosas no pueden evitarse, espero me perdonen)
Bueno, sin más por el momento agradezco que estén aquí leyendo y espero disfruten estas ocurrencias que puse a hacer a los lindos personajes de J.K Rowling sin ningún fin de lucro C:
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¿Qué te parece mi plan?
Era la cuarta o quizá la quinta vez que hacía eso, era sencillamente desesperante. Sentía que si volvía a hacerlo una vez más se volvería loco y saltaría a echarle un maleficio o algo por el estilo.
Trató de seguir con su lectura sobre la guerra de los gnomos, pero apenas regresó los ojos a la línea en la que iba, aquel sonido se repitió haciendo que sus nervios colapsaran por completo.
- ¡basta ya! – dijo al momento en que se ponía de pie y dando un sonoro golpe a la mesa. Los otros tres posaron sus miradas curiosas y algo sorprendidas en él intentando descubrir qué ocurría.
Sus ojos dorados se pegaron con fuerza y algo de molestia en Sirius, quien inmediatamente supo que el problema era con él. James y Peter se sintieron aliviados de que no era su problema y trataron de seguir con lo suyo, pero al mismo tiempo atentos por lo que pudiera pasar con los otros dos.
El silencio se prolongó por algunos segundos mientras que las miradas no se movían de su lugar. Sirius dudó en algún momento preguntar qué ocurría, porque sabía que no era el mejor movimiento, pero el hecho de que sólo seguía mirándolo lo ponía nervioso y más dubitativo, así que se arriesgó sintiendo un aire helado recorrer su cuerpo.
- ¿Pasa algo, Moony? – dijo con precaución sin dejar de mirar al castaño e intentando que su sonrisa mejorara las cosas. El otro intentó que eso no le molestara más. Tomó aire y volvió a su asiento.
- Deja de suspirar de ese modo – dijo tajantemente volviendo su mirada al libro. Respuesta que al resto de los Merodeadores extraño por demás.
Sirius intercambió una fugaz mirada con James para pedir su opinión, pero éste estaba tan perdido como él, así que volvió su mirada a Remus quien había vuelto a su lectura, pero seguía viéndose molesto, por lo que le costaba trabajo decidir cuál sería su siguiente movimiento. Estudió la situación por algunos instantes tratando de encontrar la causa de aquella escena tan repentina, y la respuesta que obtuvo logró pintarle una sonrisa juguetona y de suficiencia en el rostro como un niño que acaba de descubrir algo complicado por su cuenta y está orgulloso. Sí, seguro que era la luna llena, así que no era en realidad ningún problema directamente con él, sólo estaba "sensible"
- ¿te molesta? – preguntó al estilo Black, con un tono seductor y divertido desde su lugar en la butaca frente al fuego de la sala común de Griffyndor sintiendo luz verde para su habitual actitud.
- Es lo que acabo de decir – respondió en un tono oscuro al borde del colapso sin quitar los ojos de su lectura, aun cuando no leía.
- Pero estoy muy aburrido y no hay ninguna chica que pueda saciar mi sed en este momento – siguió hablando en aquel tono altanero que Lupin tanto odiaba. Podía sentir la sed de molestar a alguien, para ser más precisos. – en realidad, había estado pensando – dijo esta vez para el resto – he salido con muchas chicas del castillo. Unas buenas otras no tanto, pero ahí está el problema. No logro encontrar a la indicada, la chica que satisfaga mi ser.
- Eso suena a que quieres una novia estable, Pad – dijo James un poco asustado por lo que decía su amigo.
- No, no para nada, Prongs. A lo que me refiero es que cuando salgo con una chica que es tonta o fea pero que sabe moverse, pues no es lo mismo, es como a medias. Por lo que si lograra encontrar a las mejores chicas no tendría que preocuparme porque algo salga mal – terminó su explicación con orgullo mientras James y Peter le miraban como si hubiese dicho la verdad de las verdades. Remus por su parte sólo escuchaba asqueado cada una de sus estúpidas palabras.
Sí, ya había sido mucho desde aquel primer día. Día en el que se había sentido glorioso de tener por amigos a James Potter y a Sirius Black. Al principio era grandioso, cada palabra que salía de sus bocas, aún cuando eran la mayoría tonterías, era como escuchar el canto de los dioses. Pero con el tiempo se había dado cuenta que no eran más que unos presumidos y arrogantes con todo lo que se les ponía al frente. No es que pensara que fuera malo, porque en realidad le agradaban, pero con el tiempo comenzaba a ser algo fastidioso. En especial la actitud de Sirius ante las chicas y su enorme afán por presumir todo cuanto hacia con ellas. Era molesto, molesto, muy molesto. No sabía exactamente por qué, pero luego de cuatro años de soportar los detalles más explícitos de sus aventuras estaba totalmente arto de esa actitud. Arto y tenía que hacer algo…
- Un concurso – declaró Sirius con alegría y orgullo de su idea.
- ¿concurso? – dijo Peter algo inseguro por no entender exactamente de qué hablaban.
- Sí, un concurso para ver quiénes son las chicas que más merecen salir conmigo.
- Oh, eso suena interesante, pero ¿Cómo lo harás? – James siempre estaba de acuerdo con las locas ideas de Sirius, en realidad le encantaba la idea y estaba tan entusiasmado como Black, quien sonrió satisfecho por la pregunta de su amigo.
- Haré una pregunta diaria y al final del día ellas tendrán que mandar una carta por lechuza con la respuesta, así yo determinaré quien tiene las mejores y quien puede salir conmigo. – declaró hinchado de emoción y orgullo por su plan.
- Esa noche los murmullos de emoción crecieron al averiguar cada detalle del plan de Sirius para conseguir nuevos juguetes. Peter y James estaban tan emocionados por la idea que no dejaban de asombrarse con cada detalle que Sirius les daba. Remus escuchó todo el plan, pero le seguía siendo increíble cuantas tonterías podían caber en un cerebro tan brillante como el de Sirius y cuanta ingenuidad en otro como el de James. Sin embargo no dijo palabra alguna y se limitó a soportar sus palabrerías.
- A la mañana siguiente fue cuando el caos comenzó. A la hora del desayuno Sirius hizo que todos en el Gran Comedor le prestaran su atención. Era mejor así ya que no sólo las chicas se enterarían de su plan, sino que le agradaba ver que los hombres sufrían por la popularidad que poseía. Explicó las reglas del juego; sería una pregunta diaria de algo relacionado con él y las chicas debían mandar su respuesta firmando con su nombre por medio de una lechuza al concluir la cena. Quien más respuestas acertadas tuviera al final del mes podría salir con él, pero se le daría la oportunidad a las diez mejores. El barullo de las chicas inundó el Gran Comedor y el resto de Howgarts durante el resto del día. Sirius anunció que las preguntas las daría todos los días durante el desayuno siendo la primera pregunta: "¿Qué te parece mi plan?"
El día transcurrió más agitado de lo normal. Sirius estaba acostumbrado al trato que las chicas solían darle y esa no sería la excepción, en realidad le encantaba y se preguntaba por qué no había hecho eso antes; Peter y James también estaban encantados con la idea y parecían perros falderos detrás de Sirius, sin embargo para Remus era sólo ver como se le inflaba más y más la cabeza a Sirius y se veía cada vez más molesto.
A la hora del almuerzo las cosas no habían mejorado, pues era imposible que los cuatro Merodeadores no se vieran rodeados de cientos de chicas que querían estar cerca de Sirius, pero por fin lograron comer en paz. Sirius, James y Peter charlaban emocionados por lo bien que transcurrían las cosas mientras que Remus comía en silencio.
- Hey, Moony, ¿Qué ocurre? – preguntó Sirius luego de notar que uno de sus amigos se excluía de la celebración.
- Nada, es sólo que creo que tu plan es tonto – respondió tranquilamente a lo que Sirius hizo una mueca de molestia.
- Oh vamos, Remus, ¿Dónde está tu sentido del humor? – terció James de broma para aligerar las cosas.
- Lo dejé en la casa de los gritos – dijo Lupin sarcásticamente con algo de fastidio a lo que los otros intercambiaron una mirada de extrañez.
- Oye ¿Por qué tienes tanto problema en que me divierta un rato y consiga a una linda chica?
- No tengo problema en que hagas lo que quieras con las chicas, lo que me parece estúpido en tu método tan infantil y egocéntrico – Sirius estudió un poco aquella respuesta intentando encontrar el porqué de la molestia de su amigo, pero sencillamente no podía. Es decir, él era perfecto, y era inevitable que las chicas hicieran filas para estar con él, ¿Por qué habría de negarles tal placer? Y aquello era sólo una forma divertida de pasar el rato, ya que de todos modos terminaría saliendo con cada una de las chicas del castillo, con vagas excepciones. Entonces no veía nada de malo a su sana diversión. Remus vio en su rostro justo aquel punto, el punto en que no entendía cuál era el problema, así que agregó con fastidio – haz lo que quieras entonces.
Sirius y los demás decidieron pasar eso por alto y seguir con su diversión y en realidad el día pasó de la misma manera tan fastidiosa para Remus, que seguía demasiado molesto para saber por qué.
Aquella noche en la torre de Gryffindor, específicamente en el cuarto de los Merodeadores, la emoción no podía contenerse, cuando menos por la mayoría, quienes esperaban ansiosos que Sirius abriera las cartas que ya habían llegado por montones. Sin embargo Sirius no abriría las cartas hasta que Lupin estuviera dispuesto a ayudarle a leerlas, lo que les costó un buen rato. Al final se encontraban los cuatro Merodeadores en el suelo de la habitación, rodeados de cartas indecisos por dónde empezar. La noche pasó lenta mientras leían y leían cartas llenas de las peores tonterías que jamás habían visto. Remus tuvo que aceptar que en realidad por ese lado, había sido una buena idea. No obstante conforme pasaban las horas y las cartas se terminaban, Sirius comenzaba a decepcionarse por aquellos resultados, ya que nada lo convencía para hacer una selección; aunque sus esperanzas murieron al último y su espera fue recompensada por algunas cartas interesantes, en especial por una.
Su rostro se iluminó al finalizar de leerla y después de tantos fracasos, aquel gesto no fue desapercibido por James y los demás.
- ¿Qué?, ¿tienes algo bueno? – preguntó James con entusiasmo y algo de ansiedad. Sirius seguía con los ojos pegados al papel sin poder creer lo que leía, pero igual feliz.
- Escuchen esto – dijo y al mismo tiempo Peter y Remus llevaron su atención a él – "eres un mago que no deja de sorprenderme, a mí y al mundo mágico, por lo que creo que esta es de tus más brillantes ideas, además de que es un modo de que le demuestres al resto de los hombres la determinación que deberían de tener" – terminó de leer con una sonrisa en el rostro, al igual que Peter y James.
- ¿esa es la gran respuesta? – preguntó Remus tratando de contener la risa.
- Sí – respondió Sirius algo indignado. Remus puso los ojos en blanco riendo por lo bajo y todos regresaron a su montón de cartas. Luego de aquella luz de esperanza algunas otras cartas les parecieron aceptables y las cosas comenzaron a mejorar, aunque luego de un rato la sonrisa de Sirius se borró un poco dejándole paso a un semblante de seriedad poco usual en él.
- ¿ocurre algo? – preguntó Remus que fue el primero en darse cuenta. Black tardó un poco en responder, pues parecía que no se decidía en cómo responder ante aquello.
- Esto es bueno – dijo en tono neutral al fin sin despegar su mirada del papel – "siempre he pensado que eres un tipo inteligente y aunque la verdad creo que tu idea es un poco torpe, me agrada tu ambición y que tengas visión de lo que quieres"
- Esta chica te puso en tu lugar, Padfoot – se burló James al escuchar aquella respuesta. Sin embargo Sirius no tuvo más reacción que la de permanecer hundido en aquel pedazo de pergamino leyendo y releyendo aquellas palabras.
La noche se fue entre risas y difíciles decisiones sobre cuál sería la próxima pregunta y quienes serían las mejores chicas; pero la cosa no acababa ahí, pues había sido apenas la primera pregunta y el mes apeas había comenzado.
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wow acabó tan rápido? XD jeje sí, son cortos pero espero pondrán mejor, lo prometo
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