"Dreams"

Drabble #1

Los sueños de Kagome

Observé disimuladamente a mis espaldas, justo en el asiento de atrás, dónde se encontraba él, el chico de mis sueños. Literalmente.

Durante las pasadas vacaciones de verano, había tenido extraños sueños con un sujeto de cabello azabache, largo y lacio. Sus ojos eran ámbares al inicio, pero luego se tornaban rojos, y su cabello platinado. Le salían garras y colmillos, y varias franjas moradas surcaban su rostro.

Luego no recordaba claramente, sólo imágenes borrosas e incompletas. Él observando sus manos cubiertas de sangre con pánico-o eso describía yo-a la vez que volvía a adquirir la apariencia humana del principio.

Al final, despertaba cubierta de sudor, temblando por el frío que me causaba la ventana abierta de mi habitación. Pero, uno de los problemas radicaba en que antes de dormir siempre cerraba mi ventana.

Todo habría ido bien, lo habría dejado en el olvido de no ser por el primer día de clases, el día en que lo vi. Y me sorprendí de ver que, cuando sus ojos se posaron sobre los míos, su rostro reflejo terror. ¿Acaso me habría reconocido? No lo sabía, pero esperaba, sinceramente, que aquello fuera solo una de mis locas conjeturas.

Ahora, luego de tres meses de clases, me había dado cuenta de algo: evitaba cualquier clase de contacto conmigo. El que se hubiese sentado detrás de mí se debió solamente a que era el único asiento desocupado. Si no, era obvio que ocuparía el último asiento de la fila-ya que yo siempre utilizaba el primero-.

La campana tocó estruendosamente, anunciando el receso de almuerzo. Me había decidido a hablarle, pero luego pensé "Han pasado tres meses de clases, no tendría sentido" así que me levanté rápidamente de mi asiento, dispuesta a salir de allí. De pronto el aire me parecía pesado, me sofocaba.

Antes de poder poner un pie fuera del aula, sentí una mano pesada sobre mi hombro. No hacía presión suficiente como para lastimarme, pero sí como para retenerme. Supe de quien se trataba antes de voltearme, puesto que sentí la potente mirada sobre mi nuca, causándome escalofríos.

-Kagome…-murmuró. Después de varios minutos, me digné a girar mi rostro. Y sí, se trataba de él.-Necesitamos hablar…

Y no supe porqué, pero de pronto me pareció muy conocido, muy familiar… me dio esa sensación de deja vú. Lo conocía de algún lado, o al menos eso creía.

-Inuyasha…-rugió mi mente, ansiosa por estar a solas con él.

Pero… ¿en verdad sería buena idea?