El Descubrimiento
Candy Candy y sus personajes no me pertenecen. Este es solo un fanfic basado en la gran obra maestra de las senseis Mizuki e Igarashi. Esta historia toma lugar un tiempo después del final del manga.
Capitulo 1
Cuando no sabía quien era, tú fuiste quien me definió, me diste consuelo y una razón de existir. Ahora creo que el enamorarme de ti fue inevitable. Si supieras cual grande fue mi sorpresa al darme cuenta que precisamente yo, tu "padre" adoptivo me había enamorado de ti. Todo empezó en esa horrible habitación de hospital, creo que si tú no hubieras cuidado de mí todavía seguiría sin memoria. Algunas veces me pregunto a mi mismo si seria mejor seguir siendo alguien sin apellido , alguien sin un camino que recorrer el cual me une a ti de una manera totalmente contradictoria a como te quiero unida a mi. Llevas mi apellido, pero no de la manera que a mi me gustaría. ¿Quien será él que cambie tu apellido como a mi me hubiera gustado hacerlo? Eso ni siquiera quiero imaginarlo.
Me gustaría seguir siendo solamente Albert, él que por lo menos tenia el derecho de amarte en silencio. Ahora no tengo ni ese consuelo. En ese departamento viví los momentos mas felices de mi vida, al igual que algunos de los mas amargos al saberte ajena. En ese entonces tú solo pensabas en él. Él que decías era mi amigo, pero por el cual yo sentía el más desquiciado odio porque tenía lo que yo mas anhelaba, tu corazón. Yo al no recordarlo lo odiaba y no podía albergar en mi ser la simple idea de que él fuera mi amigo. Me sentía tan ruin porque él decía sentirse tranquilo que yo viviera contigo, cuando en innumerables ocasiones yo imaginaba como sacarlo de tu corazón. Pero cada día me daba mas y mas cuenta que eso seria imposible, tú lo amabas y no había otra cosa que mas te apasionara que hablar de él y cuan encantador era. Si supieras la incesante tortura que era para mi el escuchar el Terry esto, Terry lo otro. Todavía no se como me contuve para no estallar por los celos. Tal vez nunca dije nada que te hiciera sospechar de mi amor por ti porque inconscientemente yo sabia que tú nunca me llegarías a amar.
Cuando recobre mi memoria no quería irme de tú lado y seguí ocultándote mi identidad porque tontamente albergaba la idea que tal vez, solo tal vez te enamorarías de mí ahora que él no formaba parte de tu vida. Además tú me habías confesado que tu primer amor fue "El Príncipe de la Colina." Cuando recobre mi memoria y recordé lo que me dijiste sobre él no podía contener mi felicidad, yo fui tu primer amor. Sentía que tenia alguna posibilidad de poder ser mas en tu vida que tu amigo incondicional. Cuan equivocado estaba. Por una parte tú no sabias mi verdadera identidad y si la supieras tal vez nunca me volverías a ver igual. Además por ley yo no tenía derecho a amarte. Por otra parte cada día que pasabas alejada de Terry me hacia darme cuenta cuanto sufrías. Yo para evitarte dolor trataba de ocultar las noticias sobre él. Pero mis esfuerzos fueron inútiles porque realmente me desgarro el corazón el verte totalmente destruida al darte cuenta de que él iba por el mal camino. Después cuando Niel te tendió la trampa citándote haciéndose pasar por él. Cuando te encontré totalmente desvalida me di cuenta que solo él te podría hacer feliz entonces decidí alejarme de tu lado y mandarte a los brazos de él.
No se la razón por la cual los dos no se reconciliaron cuando se reencontraron en Rocktown. Realmente debo de ser una mala persona porque realmente me siento aliviado que no te hallas lanzado a sus brazos. ¿Podría por lo menos fantasear un poquito más con la loca idea que fue por mí por lo que no regresaste con él? Aunque se que tienes un gran corazón y la verdadera razón fue que no quisiste que Terry abandonara a Susana. Hoy me encuentro aquí en Lakewood tratando de controlar mi mente antes de hacerme cargo de todas mis responsabilidades. Me pregunto que estarás haciendo en este momento. Tal vez estas en la clínica del buen Dr. Martin haciendo de las tuyas. No se como te vayas a tomar la noticia cuando sepas mi verdadera identidad, solo espero que no te alejes de mi.
Esta carta al igual que muchas otras que he escrito nunca llegara a tus manos y tal vez eso sea lo mejor. Te amo mi pequeña llorona pecosa, pero aun te amo más cuando sonríes.
W.A.A
Candy no podía parar de llorar mientras doblaba cuidadosamente la carta que no debería haber leído y la colocaba dentro de uno de los cajones del escritorio donde no debería de haber andando husmeando. ¿Lo que decía esa carta era verdad? ¿Cómo era posible que ella fuera tan ciega al no ver que Albert también la amaba? ¿Seria demasiado tarde para ellos? Solo había una forma de averiguarlo.
Continuara…
