Disclaimer: Hakuouki no me pertenece.


Me llamo Souji Okita. Soy el capitán del primer escuadrón del Shinsengumi. Tengo tuberculosis.

Maldito doctor. Debió sonreír, decir que todo estaba bien y llevarse el secreto a la tumba. ¿Qué más da si tengo una estúpida enfermedad? ¿Qué importa si la tuberculosis no tiene cura? Ahora tengo que preocuparme de que nadie se entere. Bueno, más bien, de que nadie más se entere. Chizuru ya lo sabe; el doctor pudo haber sido más discreto a la hora de dar la noticia. En serio, ese tipo debería morir. Ofrezco mi katana para acabar con él, sería mi buena acción del día.

Soy un guerrero. Como tal, vivo para luchar y sé que moriré en alguna batalla. Quiero morir en una gran batalla, luchando contra alguien que esté a mi nivel. Alguien que haga de mi muerte algo honorable. No una estúpida enfermedad que un estúpido médico dice que tengo. Si Kondou se entera no me dejará seguir patrullando. Insistirá en que tengo que quedarme en el cuartel y descansar. Respeto mucho a ese hombre, pero debo admitir que se preocupa demasiado por la salud de sus subordinados.

A veces me duele el pecho. Toso sangre. He perdido el apetito. Pero mi katana sigue tan afilada como siempre. Esta enfermedad puede acabar con mi cuerpo, pero no con mi espíritu. Por eso lucharé. Lucharé hasta que no pueda sujetar mi arma y probablemente moriré en una batalla cuando mis fuerzas empiecen a flaquear. La tuberculosis no me matará. No creo que le dé tiempo. Al fin y al cabo, estamos en tiempos de guerra.

Sólo quiero que quede bien clara una cosa. Puedo cuidar de mí mismo. No voy a ser una carga para nadie. Y a quien diga lo contrario… le mataré.