Incoherente Corazón
Sumary: ADAPTACIÓN. Bella y Edward han sido forzados a un matrimonio, ella lo ama y él la odia pero un accidente hará que esa y muchas otras situaciones cambien de lugar ¿Puede el amor florecer dentro del odio?
Capitulo 1: El accidente.
Se separó de los brazos de ella con algo de esfuerzo, su rostro estaba sonrojado por lo que se les había ocurrido hacer en el pasillo y respiraba con esfuerzo. Frunció el ceño ante su imagen y se separó de golpe haciendo que ambos se tambalearan, Edward gruñó mientras se acomodaba el pantalón.
-Deja de decir eso-le gruñó mirándola furioso, ella se sonrojó aún más mientras se acomodaba la ropa pero lo miraba con firmeza.
-No he dicho nada malo-le respondió a la defensiva, Ren apretó los puños.
-No puedes sentir eso por mí-le respondió tratando de controlar su temperamento, Isabella siempre lograba sacarlo de sus casillas cada vez que metía los sentimientos donde no los llamaban. Ellos se habían casado obligados por sus respectivas familias (estupideces que tienen que ver con nombres antiguos y fortunas descomunales), todo había estado bien, ellos se atraían físicamente pero Edward definitivamente no la amaba, la toleraba porque le tenía pena pero de ahí a amarla era otra cosa.
-Te amo-repitió ella y él apretó los dientes.
-¡Cállate!-exclamó-Solo accedí a que sigas siendo mi esposa para que no me metan a otra estúpida por los ojos.
-¡Te amo!-volvió a exclamar ella con los ojos brillosos.
-¿Nunca piensas callarte? ¡Solo sirves para sonrojarte, pasar el rato y dar saltos por ahí! Ni siquiera un hijo puedes darme-le escupió sin notar sus palabras, la castaña se sorprendió, las lágrimas empezaron a derramarse de sus ojos y Edward maldijo en voz baja mientras se iba antes de que sucumbiera y retirara sus palabras.
Edward era el heredero de la antigua fortuna de los Cullen que venía desde años remotos, siempre había sido taciturno, calculador y a veces algo despiadado pero esa mujer con solo pedir un poco lograba hacerlo cambiar de parecer muy a menudo, es que ella era tan tímida y torpe que lo único que le hacía sentir era pena. Caminó a través de la antigua mansión en la que vivían y entró en su despacho, se sirvió un poco de ron y observó la lluvia caer a través de la ventana. Él siempre había sido alguien cruel y frío cuando se trataban de los negocios pero Isabella siempre lograba hacerlo cambiar de opinión con esos ojos tristes que parecía que siempre portaba, él cedía (lo cual era alarmante) aunque no siempre en todo. Ahora se preguntaba como se encontraría gracias a que él no pudo contener su estúpida lengua, apretó el vaso entre los dedos.
-¿No duermes?-se giró y miró la figura baja que estaba en la puerta.
-No puedo, hermana-contestó, su hermana era hermosa, pequeña pero llena de gráciles curvas, su cabello negro era corto y peinado suavemente y sus ojos azules lograba convencerlo de muchas más cosas que su esposa.
-Supe que te quedarás con Bella-dijo con una sonrisita, Edward rodó los ojos ante ese apodo tan tonto.
-¿Qué tiene?-ella entornó los ojos.
-¿No la quieres ni un poco?
-¿Estás loca?-dijo con una sonrisa burlona-lo único que me inspira esa mujer es un poco de deseo y mucha lástima-la pelinegra frunció el ceño ante las palabras tan duras de su hermano, detestaba esa faceta cruel que tenía sobre todo con la dulce mujer de cabellos chocolates.
-Debiste tomar otra esposa entonces, una que te dé hijos.
-¿Y dejar pasar la oportunidad de burlarme de nuestros amados padres? Nunca, fueron ellos los que nos forzaron a esto así que ahora se aguanten, estoy seguro que se están muriendo de rabia por haberme atado a una mujer estéril.
-Eres muy cruel, Edward, enredando a Bella en esta venganza-su hermano se encogió de hombros sin inmutarse-su familia ha llamado hoy, sus hermanastros vienen mañana ¿Qué pasaría si ella pidiera la anulación?
-No lo hará-contestó muy seguro de sí mismo-esa mujer dice que me ama.
-Así que te lo ha dicho…-se sorprendió la pequeña, él la miró calculadoramente.
-Sus sentimientos no me interesan en lo más mínimo-dijo él a la pregunta no expresada de su hermana, ella frunció el ceño-le dije que jamás sentiré eso por ella aun así no creo que vaya a ningún lado-Alice negó con la cabeza no entendiendo que demonios había visto Bella en el cínico de su hermano. Ella era una persona dulce, tímida, firme cuando necesitaba serlo y bastante talentosa. Bella era una exitosa trapecista, los únicos momentos en que parecía una persona valiente y decidida era cuando estaba colgada de algún tubo en el aire, por su matrimonio ella no podía irse de gira con las demás personas del teatro pero se quedaba a entrenar a los nuevos y protagonizaba todos los eventos cuando el teatro regresaba.
Bella era la hijastra de Charles Swan que se había casado con su madre, Renne Dywer, hace muchos años y había adoptado a Bella como si fuera su propia hija, ella tenía dos hermanastros que la querían como si la hubieran visto nacer y darían todo por ella, ninguno de ellos tuvo esperanzas en el matrimonio de ellos, Edward había sido obligado y se notaba desde lejos que la detestaba, sin embargo, algo debió haber visto Bella en él para enamorarse. Renne había reaccionado muy avergonzada de ella cuando supo que no podía tener hijos, los Cullen quisieron imponerle otra esposa a Edward pero él se burló de ellos diciendo que se negaba.
-¿Todo bien, Edward?-preguntó su hermana al verlo tan perdido en sus pensamientos.
-Sí…-murmuró distraído, le había parecido escuchar…
-¡Señora!-la sirvienta entró apresuradamente-es mi niña Bella.
-¿Qué sucedió?-preguntó Edward rápidamente, tenía un muy mal presentimiento.
-Se ha caído del trapecio-dijo la mujer con angustia-no había red debajo…-antes de terminar la frase Edward ya había salido corriendo hacia el gran auditorio que había en la parte de atrás de la casa, lo había mandado a construir especialmente para Bella para que no tuviera que hacer camino hasta el teatro-Tiene que estar bien-pensó mientras corría.
La imagen que lo recibió fue más horrible de lo que pudo pensar, apenas abrió la puerta el olor a sangre le llegó a las fosas nasales, el trapecio estaba descolgado y bajó él se encontraba el cuerpo de ella. Se apresuró a ponerse a su lado y se sintió enfermo al ver toda la sangre que había a su alrededor, con dedos temblorosos acercó sus dedos hacia su cuello, aún tenía pulso.
-¿Edward?-preguntó Alice que había entrado apresuradamente, la escuchó jadear.
-¡Llama a una ambulancia ahora!-le gritó.
Notas: Esta historia es una ADAPTACIÓN de la historia original de Ire Yamichii, aviso, no es una copia, tengo el permiso de ella para realizar esta adaptación. Si quieren leerla en su versión original (que es de Shaman King Tamao x Ren) puede encontrar la historia en mis favoritos, espero que les haya gustado, saludos.
