"Advertencia: lectura para mayor de 18 años, ya que la misma, tiene escenas eróticas, si hay personas que les ofenda este tipo de lenguaje o escenas es mejor obtenerse de leer."
SEDUCCIONES PELIGROSAS
PROLOGO
Nueva York 2011
En un departamento en los bajos suburbios de nueva york una pareja tenia una muy acalorada discusión.
-No vayas a cometer esa locura-. La mujer se le guindo de la manga de la camisa para retenerlo.
Este con brusquedad se zafo-. Déjame, sabes perfectamente que necesitamos ese maldito dinero-. El hombre empezó a buscar desesperadamente entre los papeles que tenia sobre el buro, cuando encontró lo que buscaba sonrió con triunfo.
La rubia se coloco en medio de la puerta trancándole el paso al hombre, abriendo lo brazos. Este al ver su reacción rio con malicia.
-Quítate de la puerta, sabes que tengo mas fuerza que tú y no quiero lastimarte.
-Entonces no vayas, ¿que tengo que hacer para que no te vayas?
El hombre soltó un gran suspiro desesperado, y la tomo por los hombros, apartándola lentamente de la puerta-. Nada, porque nada de lo que hagas va hacer que cambie de idea-. El hombre abrió la puerta y antes de salir, se volvió y le deposito un beso en la frente.
Candy después que vio marchar al hombre se recostó de la puerta y poco a poco se fue deslizando hasta quedar completamente sentada en el piso, con la espalda y cabeza recostado de la misma, junto sus manos y envió una plegaria al cielo.
CAPITULO 1
En una gran mansión un hombre desde la biblioteca veía hacia el inmenso pero muy cuidado jardín, observaba con un gran perro de raza Terranova, corría de un lado a otro, era un perro grande y de color negro azabache, su pelaje era hermoso muy bien cuidado. Jugaba con el agua y con el ama de llave que llevaba horas tratando de bañarlo, pero este por efecto juguetón no se dejaba atender. El dueño sonrió, pero un recuerdo hizo que su gesto se endureciera, y se dijo.
-Como me hubiese encantado verte crecer, de ti, solo me queda él-. Veía al perro como seguía jugueteando-. Y se aparto rápidamente de la ventana. Tomo haciendo detrás de su escritorio. Pensaba dar un paseo por el Central Park con su perro, pero tendría que hacerlo solo esta vez. Se incorporo y salió de la biblioteca, cuando iba de salida casi tropieza con la ama de llaves que anteriormente bañaba al perro, él se percato que esta estaba majada de pies a cabeza, tuvo que hacer un esfuerzo grande para no reírse de la pobre mujer.
-Señor Angus esta listo-. Esta abrió la puerta y dejo que el perro entrara y en cuanto vio a su amo no dudo en un segundo en echarse encima. Pero su amo al ver lo que se acerba coloco los ojos en blanco mientras decía un improperio.
-Lo siento Angus, pero esta vez vas a tener que quedarte-. Su amo se coloco al tamaño del perro y acaricio la oreja-. Quedaste muy bien-.Y luego se dirigió a la empleada y con un gesto les dio las gracias.
…..
Desde un auto Ford Orion bastante dañado, un par de hombres veía hacia la misión Grandchester.
-Tom estas seguro ¿que este auto…- el hombre observo el auto con desconfías-. Nos vaya a servir?
-Por supuesto, se que esta viejo, pero te seguro que es mucho mejor que esos modelitos nuevos. Por lo menos a pie no, nos va a dejar.
-Bien-. Y el segundo siguió observando y luego le dirigió la vista a su reloj.
-¿Cuando diantres va a salir?
-Ya falta poco-. Dijo Tom observando-. Solo espero que deje a ese condenado perro.
-Su acompañante lo vio con horro-. ¿Tiene un maldito perro?
-Cálmate, por lo que eh visto no es peligroso, lo eh visto correr y jugar por el central Park como niño.
Este suspiro con alivio y siguió observando-. Mira Tom ahí va-. Apunto a la dirección de Terry.
Tom encendió el auto y lo condujo poco a poco siguiendo al hombre.
Terry mientras caminaba, sentía como si alguien lo siguiera, pero no le tomo mayor importancia, seria demasiado estúpido pensar que alguien lo sigue, cuando sabe perfectamente que a esta hora de la mañana mucha gente sale a pasear, todos los domingo él tenia por costumbre hacer una salida matutina junto a Angus, ya que de su casa al central Park eran solo dos cuadras, se detuvo en un pequeño Kiosco y compro el periódico y un café, mientras caminaba ojeo las primeras paginas, hasta que sus ojos se detuvieron en unas cortas líneas que lo mencionaban, resoplo y decidió doblar el mismo mientras tomaba su café, la señora tenia por costumbre guardarle un pequeño vaso con café que al mismo le añadía una pisca de chocolate. Era divino porque sentía un sabor y aroma tan familiar, un aroma que él nunca iba a olvidar.
…
Candy dejo su pequeño departamento para ir a comprar pan, leche y el periódico, cuando subió de nuevo al departamento saco de la bolsa de papel las cosas, una vez que las arreglo en la cocina se fue a sentar en la mesa y ojeo el periódico, el articulo que hacia referencia al señor Terrence Grandchester atrajo su atención, Pero lo que mas le llamo la atención fue su rostro, tan bien parecido, den pronto sintió un gran impulso de acaricia la foto con la yema de su dedo índice y suspiro. Luego negó con la cabeza.
-Dios Candy ¿en que piensas?-. Y luego rio-. Soñar no cuesta nada-. Se incorporo y empezó a limpiar un poco el departamento, ya hacia varios años que vivía ahí con su hermano, eran huérfanos su padre abandono a su madre cuando Candy solo era una bebe y su hermano apenas tenia cinco años, la madre no teniendo mas remedio los dejo a cargo de su prima mientras iba en busca de trabajo, pero nunca regreso, la mujer basándose en su orfandad los maltrato y como aun no tenían noticias de su madre, la mujer los hecho a la calle, en ese entonces Candy solo contaba con siete y su hermano doce, tuvieron que mendigar comida, hasta que un alma caritativa al verlos tan sucios y hambrientos los ayudo, la mujer le brindo un techo y comida, los chicos se sintieron felices por esa muestra de cariño, la mujer tenia una mirada angelical, y sus acciones eran tan puras y desinteresadas, daba sin nada a cambio y no solo lo hacia con ellos, también lo hacia con varios niños, Candy creció en ese ambiente donde se respiraba tranquilidad y paz, y no solo era el ambiente, sino ella, ella le transmitía mucha paz. Su hermano consiguió un trabajo no ganaba mucho, pero le serbia para ayudar a la dama y a su hermana, hasta que decidieron mudarse, ya que en la pequeña casa no podían seguir viviendo, fueron muchos años los que tuvieron ahí, pero no querían causar mas molestias. La dama lo entendió, pero Candy y su hermano aun seguían frecuentando a la mujer, pero hasta hace un año todo iba bien. Por desgracia una enfermedad ha ido deteriorando la salud y la belleza de la dama, ya no teniendo recursos para el tratamiento y seguir atendiendo a sus niños. Su corazón era el problema cada vez era mas débil, Candy y su hermano ha hecho hasta lo imposible por conseguir el dinero, para todo ha sido en vano.
Candy suspiro con pesar-. Como me gustaría ayudarla mi querida María-. Termino de recoger el desorden de la pequeña salita del departamento. Se dirigió al cuarto de su hermano para ver si este estaba arreglado, pero cuando abrió la puerta de inmediato se llevo las manos a la boca reprimiendo un grito.
…..
Tom al ver que ya no había nadie en su camino, se coloco una capucha, saco su arma y con pasos sigilosos, se coloco detrás de Terry y el cañón de la misma roso la espalda de Terry, este al sentir quiso rápidamente darse la vuelta pero la voz potente de Tom lo detuvo.
-Ni se te ocurra voltear, quiero que vengas conmigo, y si te resiste, no me va a temblar el pulso para halar el gatillo.
Terry frunció el ceño. En este caso, ya hubiese lanzado varios golpes al atacante, pero esta tenia una ventaja, el arma. Así que con resignación hizo lo que el hombre le pedía. El compañero de Tom también con capucha descendió del auto para que esta subiera a Terry. Tom saco de su bolsillo un pedazo de tela y se lo aventó a su compañero.
-En sus ojos-. Le hizo seña-. Ten el amar, mientras conduzco lo apuntas, no quiero que el infeliz se pase de listo.
-¿Que demonios quiere? .Pregunto Terry hecho una furia.
-Cállate o te amordazare, conozco a los de tu clase, siempre queriendo ser mejor que los demás, no pasan hambre, tienen dinero hasta para botarlo a la basura, y cuando necesitan de ustedes, nos dan una patada en el trasero por ser inferiores-. Dijo Tom con desprecio y amargura, encendió el auto y apretó el acelerador.
Terry comprendió a que se debía el secuestro, el maldito dinero, eso era lo que ellos deseaban dinero, y rio para sus adentros.
CONTINUARA…
Hola, esta historia es 100% de mi autoría, los personajes como bien saben pertenecen a "Kyoko Mizuki y Yumiko Igarashi." Si les gusta esta historia ya saben como hacérmelo saber, actualizando cada "DOS SEMANAS"
