"Un Ángel y un Demonio"

Capítulo 1: "Extraños sucesos"

La batalla había comenzado hace rato en el Makai. Los detectives combatían fuertemente con el enemigo; un demonio de contextura robusta, de apariencia humana, con grandes y saltones ojos verdes, cabellera corta color castaña, vestía un traje bastante ajustado al cuerpo. Soberbio y prepotente, simplemente ellos no pudieron con él.

Era demasiado. Yusuke y Kuwabara recibían golpes de parte de este tipo, por otro lado, Hiei y Kurama estaban bastante malheridos, no sólo eso, tenían cortes en sus cuerpos. El tipejo era fuerte, rápido y mantenía la mirada puesta en derrotar a los cuatro chicos.

Una y otra vez, Yusuke se preguntaba por qué Koenma los envió a esta misión, si el tipo era bastante difícil. Una mezcla entre Toguro y Sensui. Ellos necesitaban un entrenamiento previo, pero el príncipe del Reino Espiritual no lo predijo.

El demonio lanzó su último ataque gritando "Akuma no hi" (Fuego Demoníaco). Y simplemente desapareció entre el humo. Los muchachos malheridos se rindieron ante ese poder, no podían más; habían atacado a ese tipo, pero mucho era para cuatro personas. Si, extremadamente fuerte.

- ¿Dónde está?- preguntó Yusuke con preocupación.

- Se ha ido. Es mejor que todos regresemos al Templo de Genkai así nos recuperamos- dijo Kurama y todos asintieron.

Regresando al Templo de Genkai, se la podía ver a Yukina a lo lejos, estaba limpiando el hermoso jardín que la maestra tenía. Genkai por su parte, estaba tomando el té dentro.

- ¡Maestra, Maestra!- gritó la pequeña. La anciana salió y verificó que las personas que venían caminando en muy mal estado eran los detectives.

- Yukina, prepara vendas, estos chicos necesitan atención urgente- dijo Genkai.

- Si, Maestra- y rápidamente fue en busca de las cosas que le pidió.

Kuwabara estaba recargado en la espalda de Yusuke, Hiei y Kurama venían detrás, tampoco se los veía muy bien que digamos. Cortes y sangre por todos lados. Fueron atendidos. Yukina y Genkai utilizaron su poder espiritual para curar sus heridas. Pero aún así necesitaban descansar un poco, así que Yusuke y Kuwabara se quedaron a reposar en el Templo, Hiei desapareció en cuanto sus heridas fueron curadas.

- Debo irme- dijo el pelirrojo- Mi madre debe estar preocupada, no la he visto desde anoche y creo que se va a comenzar a enfurecer sino me ve en casa ahora-

- Está bien, Kurama, yo hablaré con Koenma acerca de esta misión. Luego te aviso- Dijo Yusuke.

- Adiós, chicos- Se despidió y se dirigió a su casa.

Unos minutos después, apareció Botan en el Templo. Estaba muy preocupada por los detectives. Habló con Yusuke, éste le explicó que no pudieron hacer nada para detener los ataques del demonio y que simplemente desapareció en una niebla de humo. La chica asintió con la cabeza y se dirigió con su jefe para decirle con detalles lo sucedido para poder solucionar ese problema.

Mientras tanto en el Mundo Espiritual...

- Koenma, necesito hablar urgente con usted- dijo Botan.

- Ahora no puedo, ¿no ves que estoy ocupado?- dijo el niño del chupón mientras devoraba una exquisita hamburguesa con papas.

- Pero señor es urgente. Yusuke y los demás están heridos en el Templo de Genkai-

- ¿Qué pasó, Botan?- tirando su comida al aire.

- Ellos no pudieron hacer nada contra Dainishi- El nombre que mencionó Botan, es del demonio fuerte y poderoso que desapareció- Casi los mata, están recuperandose con la Maestra-

- Debo hablar con ellos, en cuanto se recuperen enviámelos, necesito que hagan algo- dijo Koenma con cierto tono de preocupación.

- Esta bien, señor- tomó su remo y se fue.

Apoyado sobre una rama de un árbol en el Ningekai, se encontraba un demonio de fuego, Hiei, quien estaba gravemente herido. Simplemente no quiso estar rodeado de personas y desapareció del Templo. Apoyó su cabeza en el tronco del árbol, estaba algo mareado y herido por los golpes que recibió de su oponente; es muy terco como para admitir que necesitaba ayuda, mientras escuchaba ruido debajo de él. Miró con asombro, cuando de repente se asoma un niño y le dice:

- ¿Estás bien?, tienes tu brazo rojo- señalando la sangre que tenía en sus vendas, si, se estaba desangrando-

- ¿Hn?- Hiei miró su brazo, estaba muy mareado como para responderle al niño, tampoco lo iba a hacer de todas formas. De repente se cayó del árbol, se desmayó. El niño se asustó bastante y corrió hacia adentro del lugar, parecía una escuela primaria o algo similar.

- ¡Señorita, señorita!- gritó- hay un hombre que está mal- De adentro del salón, salió una persona. Hiei ya estaba en el quinto sueño.

Donde quiera que se encontrara...

El demonio de fuego despertó. Era de noche. Abrió sus ojos lentamente, encontrandose en un lugar raro, una cama desconocida, nunca había estado ahí. Se sorprendió al ver que no era la casa de Kurama o de Yusuke, tampoco el Templo de Genkai. Se preguntó que pasaba y como había llegado ahí. Estaba con una remera negra puesta, no era de él. Estaba sin pantalones pero con ropa interior dentro de la cama, tapado con una sábana y una colcha de fino espesor. Se sentía raro, incómodo. Una casa desconocida.

Inesperadamente la puerta se abrió, dejando ver una silueta, era una chica. Hiei estaba muy mareado pero podía notar que no era nadie que él conociera, nunca la había visto.

La chica se acercó al demonio con una bandeja y éste instantáneamente tomó su katana que por cierto la tenía a un costado de dónde se encontraba.

- ¿Quién eres y por qué estoy aquí?- preguntó con un tono y una mirada asesina-

- Por favor, baja eso, sólo vine a traerte un poco de comida. Me llamo Sasha. Ayer te golpeaste muy fuerte- dijo la chica, su tono de voz era muy amable; pelo castaño hasta debajo de los hombros, un poco, no mucho más alta que él, con unos hermosos ojos marrones y una sonrisa encantadora- Cambié tu vendaje, estaba todo ensangrentado, ¿qué te ocurrió?-

Hiei sólo dijo su típico "Hn" y la miraba seriamente.

- Está bien, no hace falta que me expliques, pero baja esa espada, no te voy a hacer daño- se le escapó una pequeña risita-

- ¿Qué hago aquí y por qué estoy así?- preguntó el pelinegro señalando que estaba con otra ropa.

- Te traje anoche a mi casa, estabas muy malherido y te desmayaste. Kay me avisó. Lavé tu ropa porque estaba toda ensangrentada y te presté algo mío- dijo la joven-

- No necesito tu compasión. ¿Kay es el niño?- bajó su katana, no quería sonar interesado.

- No es compasión, es hospitalidad, además lo necesitabas, estabas peor que ahora. Si, él estudia ahí, trabajo en ese instituto, doy clases de matemáticas a niños de primaria- contestó- Es un niño muy reservado, pocas veces habla y siempre está con cara triste.

- Hn...- Silencio incómodo, luego retomó- ¿Por qué me trajiste aquí?-

- Pensé que estarías mejor que en un hospital, no creo que seas del tipo de persona que le encante estar rodeado de gente- una pausa y continuó- ¿Hiei, cierto?. Encontré esto en tu bolsillo-señalando una pequeña carta que Botan les había hecho llegar a cada uno de los miembros del equipo para reunirse con Koenma antes de comenzar la misión. Él sólo asintió. No paraba de mirarla con seriedad y desconfianza. Por supuesto, él era el ser más desconfiado que existe y practicamente de pocos amigos. Intentó pararse pero una de sus heridas comenzó a sangrar poco a poco.

- Será mejor que descanses, Hiei, luego cambiaré tus vendas. Te traje un poco de comida por si tenías hambre- apoyando la bandeja en el escritorio que estaba al lado de la cama. Sin más, se marchó cerrró la puerta y se dispuso a acomodar un poco su departamento. Hiei comió, miró a su alrededor y lo venció el sueño, estaba muy débil.

En la casa de Kurama esa misma tarde...

El pelirrojo abre la puerta con mucho cuidado para no alarmar a su madre. Pero de repente...

- ¡Shuichi!. ¿Dónde estabas?- gritó la mujer.

- Ma...mamá, siento llegar a esta hora, pero...m...me...me quedé estudiando en la casa de Yusuke, y...no te avisé...l..l...lo siento- dijo el muchacho asustado por la mirada atónita de su madre.

- No te preocupes, hijo, si es por los estudios está bien. ¿Pero qué te pasó en la cara?- mientras tomaba su barbilla para ver que tenía su hijo-

- N...na...nada, mamá...s...sólo me choqué...con un poste de la luz...si, eso pasó. No lo vi y me lo choqué- dijo con una sonrisa nerviosa-

- Pero que tonto, hijo, debes tener más cuidado la próxima vez-

- Si...la próxima trataré de no chocarme con los postes- dijo y se dirigió rápidamente a la habitación. Se dio un baño, se cambio y bajó.

Shiori estaba preparando la cena-

- Por cierto, hijo, ¿dónde está tu amigo?- preguntó la señora.

-...¿Hiei?- dijo el pelirrojo, su madre asintió- No lo se, hace unos días que no lo veo, probablemente debe estar...¡estudiando!- Claramente Kurama no le había dicho a Shiori toda la verdad, sólo le explicó que ese amigo que lo visitaba de vez en cuando, era un compañero del instituto. No le podía decir que era un ladrón muy famoso del Makai, el Demonio de Fuego más fuerte o el compañero de batalla.

- Ahhh...-dijo su madre- ¿Tienes hambre?-

- Si...haré mis deberes y luego bajaré- se marchó a su habitación-

En la casa de Sasha...

La mañana cayó. La joven se había despertado. Subió a su habitación para verificar si Hiei todavía seguía allí dentro. El demonio seguía dormido, debe haber sido producto del cansancio de la lucha que tuvo horas atrás. La chica pensó en darse un baño, asi que sigilosamente, buscó su ropa, tratando de no despertar al chico dormido en su cama, y se dispuso a entrar al baño.

Salió con unos jeans azules puestos y una remera con mangas blancas con un dibujo de un adorable gatito en la parte delantera, en sus pies, unas zapatillas. Se dispuso a hacer el desayuno, cuando siente que un joven a su espalda comienza a despertarse y trata de levantarse de la cama.

- ¡No, no te muevas!- gritó la chica.

- ¡Suéltame, no soy un niño!- dijo Hiei y trató de sacarse de encima al a muchacha. Todos sabemos el caracter un tanto "difícil" que tiene.

- Pues actúas como uno. Estás herido, quédate quieto ¿o tengo que atarte?- Sasha por impulso tomó su mano tratando de que Hiei se tranquilizara, al parecer estaba funcionando porque logró que el demonio se quedara en la cama.

Hiei se sorprendió al ver que la chica curaba sus heridas de sus brazos con poder espiritual, tal y como Yukina hacía con él cuando estaba herido. Sabía que no era una ningen cualquiera, pero qué rayos era esa chica.

- ¿Quién eres?- preguntó bastante molesto.

- Soy Sasha, ya te lo dije-

- Sabes a lo que me refiero, ¿quién eres?, no pareces ser una estúpida ningen- volvió a preguntar un poco más molesto que la última vez.

- Gracias por el halado, es sólo un poco de energía espiritual nada del otro mundo- contestó con sarcasmo. Se alejó de él y lo miró, suspiró y le dijo- Sólo soy un Ángel- con tono bajo y con un poco de decepción-

- ¿Un Ángel?- pregunto el Jaganshi.

- Si, no quiero hablar de eso ahora- Se dispuso a curar sus otras heridas- Oye, le avisaré a Koenma que estás aquí-

- ¿De dónde conoces a Koenma?- dijo sorprendido.

- Larga historia, no tengo tiempo para contarte.Sólo te diré que me debe varios favores. Te traeré el desayuno-

- Hn...-

Sasha bajó las escaleras, se dispuso a preparar el desayuno para ella y para Hiei, cuando ya tenía la bandeja lista para el demonio, subió las escaleras, abrió la puerta de su habitación y ésta se encontraba vacía. Era obvio; Hiei huyó.

- "Tonto, huye como cobarde"...- pensó Sasha con media sonrisa en la cara.

Por otra parte, Hiei huyó, corriendo y saltando de árbol en árbol, a toda velocidad, al parecer se sentía mucho mejor, gracias a la ayuda que no iba a admitir de esa chica. Se dirigía al Templo de Genkai para ver si sus compañeros estaban ahí. De pura suerte, estaban todos reunidos, tomando té. Hablaban acerca de ir con Koenma para que éste conteste a todas sus preguntas y para solucionar el problemilla que había con el fuerte demonio.

- Hiei, veo que te encuentras mejor- dijo Yusuke girando para ver al joven.

- Hn...- su típica respuesta con desinterés.

- Ya que estamos todos marchemos hacia dónde se encuentra Koenma- dijo Kurama, todos asintieron. Éste observó que las heridas de Hiei estaban cicatrizando rapidamente y que tenía vendajes nuevos en su cuerpo, se acercó al demonio y le preguntó- Hiei, ¿en dónde estuviste?-

- Eso no es de tu incumbencia Zorro- lo miró molesto.

En el Reino Espiritual...

Los detectives habían llegado con la esperanza de poder solucionar el problema con el tipo ese llamado Dainishi. Estaban en el escritorio de Koenma. Prestando suma atención a lo que el bebé estaba por decir.

- Detectives, quiero explicarles lo que pasó ayer- dijo Koenma es pose de serio- Ese demonio con quien tuvieron una fuerte batalla, ha estado rondando por los tres mundos durante mucho tiempo. Sus delitos son bastante graves y me temo que seguirán sino se le detiene a tiempo. Estamos en un pequeño problemita...-dijo el bebé sarcásticamente.

- ¿"Pequeño problemita"?- preguntó Kuwabara- Ese infelíz casi nos mata y tu ahí diciendo "pequeño problemita"- voz de enojado.

- Si, lo se, lo se. Desde aquí estamos haciendo todo lo posible por encontrarlo, rastreándolo, todavía no hemos detectado nada maligno que haya hecho en estas horas, pero en cuanto tengamos algo no dudaré en avisarles- Todos asintieron- ¡Ah!, una cosa más-

- ¿Y ahora qué Koenma?- dijo Yusuke fastidiado.

- Tendrán que pasar por duro entrenamiento en el Templo de Genkai, serán unas pocas semanas, debido a que no pudieron cumplir con su misión, no me queda otra alternativa que enviarlos a entrenar- dijo Koenma.

- ¿Nos estás diciendo débiles?- gritó Kuwabara.

- Te vendría bien entrenar un poco, deforme, eres el más débil- dijo Hiei haciendo enfurecer al pelinaranja.

- ¡Tú callate enano!- gritó éste enfadado

- Está bien, Koenma, pero...¿qué delitos ha cometido éste demonio?- preguntó interesado Kurama intentando disimular la pequeña discusión entre los detectives.

- Demasiados, atrocidades innombrables, de hecho, está siendo buscado por torturar, vender y casi matar a un familiar. Es perverso. Mantuvo cautiva a esa persona, y hasta el día de la fecha no pude encontrarla, creo que ya murió- dijo Koenma tristemente.

- Debemos aceptar ese entrenamiento, nos vendría bien estar capacitados para vencerle- dijo Kurama.

- ¡Es cierto!- asintió Yusuke.

- En cuanto tenga noticias, hablaremos- Con ésto último, los detectives se dirigieron al templo de Genkai. Allí los estaba esperando la anciana junto con una visita algo inesperada.

Templo de Genkai...

- Muchachos, espero que estén listos para su entrenamiento. Les quiero presentar a una compañera que se va a unir al caso. Ella es Sasha- al decir esto todos la miraron con cara de sorpresa, era una chica, si, una chica entrenando con ellos. No era una chica extremadamente fuerte a simple vista, ni tampoco despedía belleza eterna, pero era bonita y llamativa-

- ¡Hola!- saludó animada la joven. Hiei la miró, ya la había conocido, por supuesto que no iba a decir ni una palabra de lo sucedido. Sasha lo miró y le hizo una media sonrisa el cuál esquivó mirando hacia otro lado.

- ¿Genkai...crées que esta chica podrá con el demonio?...Es decir, es una chica...- dijo Yusuke nervioso.

- No me subestimes- dijo muy segura Sasha.

- ¡No te dejes llevar por la apariencia, tonto!. Ella no peleará, esta aquí para ayudarlos con sus curaciones y encaminarlos en la misión- le recriminó Genkai- Pongansé cómodos, comenzaremos a entrenar en una hora- con esto se retiró dentro del Templo.

Kurama, Kuwabara y Yusuke entraron al templo. Pusieron sus cosas dentro de la habitación y comenzaron a entablar una conversación.

- ¿No créen que es bonita?- preguntó el pelinaranja. Yusuke le dió una tunda en la nuca.

- No seas idiota Kuwabara. Aquí tienes a Yukina- dijo el detective.

- No lo se, de algo estoy seguro- dijo Kurama.

- ¿De qué?- preguntó Yusuke interesado en el tema.

- No se por qué sentí que no es una persona común, una humana o algo similar. No pude sentir su Ki, lo cual me da inseguridad- dijo Kurama.

- Es cierto, no hay que engañarse, puede que nos llevemos una sorpresa- dijo el chico de los ojos avellanas.

- Aún así sigue siendo bonita- dijo el pelinaranja.

Mientras tanto afuera en la rama de un árbol, Hiei se ponía cómodo. Al menos esa era su teoría de comodidad. Sasha se acercó al árbol. Él se sorprendió al verla allí abajo.

- ¿Por qué te fuiste?- le preguntó la muchacha.

- Hn...- su más larga respuesta.

- Acostúmbrate, me asignaron como compañera. No es que quiera entrometerme pero... ¿cómo están tus heridas?- le pregunto nerviosa.

- Estúpida niña...- susurró.

- Supongo que esa es tu forma de agradecerme. ¡De nada!...- al parecer había escuchado el "halago" por parte del pelinegro.

- Hn...Soy un Youkai, mis heridas cicatrizan rápido- contestó el chico de ojos rojos, estaba "muy" fastidiado.

- ¿No te alegra saber que seré tu niñera en todo este entrenamiento?- preguntó irónicamente.

- Si, me emociona demasiado- contestó con sarcasmo.

- No te preocupes, no te regañaré mucho- guiñándole un ojo.

Todos estaban reunidos en la sala del Templo. Genkai los llamó para que salieran. Había un bosque, bastante frondozo. Allí comenzarían el entrenamiento. Yukina y Sasha estaban sentadas en el verde pasto, tomando té y disfrutando del entretenimiento con los detectives.

La maestra comenzó a enseñarles técnicas a los muchachos; puños y patadas volaban por el lugar. Les enseñaba técnicas con energía espiritual similares al Rei Gun de Yusuke, o el Reiko Hadoken de la mujer.

La noche cayó y los muchachos estaban cansados en la sala del Templo. La maestra llamó a Sasha y a Yukina para que hicieran lo suyo. Eliminar todas las heridas y curarlos para que estén listos para lo que seguía. Un poco más del duro entrenamiento.

Los días pasaron, el grupo conformado por Yusuke, Kuwabara, Hiei y Kurama, estaban exhaustos pero se los veia más fuertes. Sasha de su casa al trabajo, del trabajo al Templo y del Templo a su casa. Hoy le tocaba a ella entrenar.

Los jóvenes estaban sorprendidos con la desición de Genkai; hoy era el día en que Sasha tenía que prepararse para lucha contra algunos de los muchachos.

- En éste jarrón, hay papeles con cada uno de sus nombres, el nombre que sale peleará con Sasha- dijo la maestra.

Se dispuso a sacar un papel. Había mucha tensión en el ambiente; nadie conocía el poder de la chica, ni de lo que era capaz. Genkai abrió el papel, y posó una mirada en cada uno de los jóvenes- Hiei- gritó la anciana.

Sasha estaba sorprendida pero nada asustada, sin embargo se la veia segura de si misma. Parecía que era con quien quería luchar.

- ¡Oye enano no te pases!, es una chica, trátala con cuidado- gritó Kuwabara.

- Cállate, deforme. "Dudo que sea una chica convencional"- pensó el pelinegro.

- Espero que no te tiemblen las piernas, Hiei- le dijo Sasha.

- La soberbia apesta- le dijo.

- No es soberbia, es seguridad- y le sonrió incitándolo a pelear.

Ambos estaban en el medio del bosque, rodeados de árboles y los chicos expectantes a un lado. Se miraban fijamente, esperando que el otro de el primer paso.

- ¿Qué esperas?- le dijo la castaña.

- Estoy descifrando si sales huyendo o te rindes- le gritó el chico de ojos rojos.

Hiei atacó, corrió rápidamente hacia la chica, desenvainó su katana, dispuesto a todo. La joven sólo hizo un movimiento de brazos y de repente todos miraron con asombro la escena. En su espalda aparecieron un par de grandes alas blancas. Él simplemente se sorprendió y continuó su ataque. Ella lo esquivó rápidamente, como si esas cosas plumosas le dieran velocidad.

- Es un ángel...- suspiró Kurama.

- ¿Qué clase de cosa es, maestra?- preguntó Yusuke.

- Es un Enjeru (Ángel), tienen un amplio rango de poder. Su deber es asistir a Dios, servir y proteger. Por eso Sasha tiene la habilidad de sanar heridas. Son muy protectores sobretodo con su entorno. Por alguna razón ella no supo de sus poderes hasta hace poco. Cuando se abrió el agujero del mal, ella entró. Es algo extraño y no es el momento para contarlo porque todavía está experimentando con su poder, ella no sabe de lo que es capaz- respondió Genkai. Ellos seguían mirando atentos.

- ¿A qué te refieres Genkai?- preguntó Kurama.

- Sasha entró al mundo humano cuando se abrío el agujero hace ya unos años; no sabe quién es, ni de dónde viene. Tiene vagos recuerdos de su antigua vida; su conciencia está dormida aún- dijo la anciana.

Sasha atacó. Comenzaron a darse puños, patadas, esquivaban los ataques del otro, a simple vista era imposible mirar todos sus movimientos. Concordaban bastante bien.

Hiei alcanzó a pegarle y la joven salió volando por el piso del bosque. Se secaba la sangre de sus labios, mientras se posicionaba y le decía:

- Nada mal, me sorprendes-

- ¡Cállate y pelea!- gritó y volvió a atacarla. Ella simplemente esquivó sus ataques y con el puño cerrado le pegó tras la nuca dejando a un Hiei tirado en el suelo.

- ¿No qué querías que atacara- dijo la joven divertida.

- No me hiciste ni cosquillas- le balbuceó Hiei.

Volvieron a acercarse. Sasha lanzó una bola de fuego llamada "Ten-No-Hi" (Fuego Celestial), Hiei esquivó el ataque y Sasha cayó inconciente al suelo.

Todos miraban muy rara la situación. El demonio se acercó y la observó, no le había tocado un solo pelo, ¿por qué se tumbó?; yacía dormida en el suelo con la respiración agitada. La sostuvo en su espalda y la llevó hacia el Templo.

- Es hora de descansar- dijo la maestra- Hiei gana la pelea-

La chica de ojos avellanados despertó; se encontraba con un rostro familiar.

- Disculpa no debí haberte despertado- dijo la joven Yukina mientras buscaba ropa en su armario.

- No te preocupes- sonrió- ¿Cuánto tiempo estuve dormida?- se levantaba de la cama para sentarse.

- Un par de horas...- dijo sonriendo y salió del cuarto.

- La cabeza me da vueltas- En ese instante, Genkai se acerca y le explica a la chica.

- Estás recuperando tu poder, Sasha. Tu cuerpo no olvida los movimientos-

- ¿Pero por qué caí?- preguntó

- Llevas mucho tiempo sin utilizar tus poderes...- dijo la anciana.

- ¡Toc, toc!- dijo el pelirrojo mientras abría la puerta- ¿Te encuentras bien, Sasha?- preguntó.

- Si, Kurama, estoy mejor, sólo con dolor de cabeza-

- Me alegra saberlo. Maestra, necesito ir casa, debo ver a mi madre para decirle que estoy bien, vuelvo en la mañana-

- Esta bien. Sasha, tú descansa...-

- No es necesario. Kurama te acompaño, yo también debo hacer unas cosas- dijo nerviosa la joven-

- Hn...- una no muy convincente Genkai.

En el camino se encontraban dos personas. Sasha y Kurama caminando hacia sus hogares. Estaban conversando de cosas sobre el instituto y sobre el trabajo de la muchacha.

- Oye, Kurama...- pregunto la joven.

- ¿Mmh?-

- ¿De dónde se conocen tú y Hiei?-

Un zorro sorprendido contestó- Es una larga historia, pero en resúmen, nos conocemos desde hace mucho tiempo, eramos compañeros de equipo. Cometimos muchas equivocaciones juntos...- dijo el chico.

- Ah, y...¿él cómo es?- preguntó intrigada.

- Es una persona difícil aunque sacando su caracter es muy fuerte. Cambió en éste último tiempo...¿Por qué tan interesada en saber?-

- Ah...es...es que...- risa nerviosa- la verdad no lo se...sólo pretendo conocer un poco más al esquipo...-dijo nerviosa- Oh, ahí está mi casa, gracias por acompañarme, fue un gusto- Se despidió y entró a su casa.

- Adios...- dijo el pelirrojo.

Sasha se encontraba dentro de su casa, aún sorprendida por lo que había sucedido esa tarde. Parecía que cuánto más se acordaba su cuerpo o su mente más se apenaba por su anterior vida.

En la habitación de su casa...

"Sasha POV"

Miraba por la ventana.

"¿Qué me pasa?. Cada vez que descubro algo sobre quién soy me apeno más. ¿Quién soy?. ¿Por qué estoy aquí?. ¡Basta!-agarra su cabeza entre sus manos- Estos recuerdos no dejan de estar en mi memoria; me duelen, cada herida que me hacen me duele aún más, como si estuviera reviviendo ese momento horrible. No quiero soñar más esto." Miles de lágrimas comienzan a rodar por mi mejilla; me dirijo al baño y tomo una ducha. Estoy cansada; debo dormir.

"Hiei POV"

Sigo cada paso que da esa tipa. Está hablando con Kurama. Me posiciono en la rama del árbol que tiene en su patio trasero y me dispongo a descansar con mi cabeza apoyada en el tronco y mis piernas cruzadas. Trato de disminuir cualquier rastro mío.

"¿Quién es esta tipa?. ¿Qué demonios hace en nuestro esquipo?. Debo averiguar qué pretende antes de que algo suceda. ¡¿Pero de qué demonios hablo?!. ¿Yo siguiendo a una estúpida niña?. Claro, no tengo mejores cosas que hacer."

Me dispuse a dormir un poco. No sin antes ver que la luz de la habitación de aquella idiota se apagó.

Unas horas después me despiertan gritos provenientes de su casa. "¿Qué está pasando?" me pregunto.

Me asomo por la ventana, tiene un pequeño balcón que da a su cuarto. Está dormida, pero se mueve mucho y balbucéa cosas. "¿Qué dice?".

Me dispuse a entrar cuando vi que se movía cada vez más rápido y pedía entre sueños que la dejaran en paz. Despacio y tratando de no hacer mucho ruido, abro la ventana que por cierto estaba sin la traba. Sigilosamente me acerco a ella, estaba completamente dormida. Me acerco un poco más y trato de tocarle el hombro cuando susurra- Déjame en paz por favor...no...no...basta...no quiero...no me...toques...- miles de pensamientos se venían a mi cabeza, pero no importó, estaba sufriendo en sus pesadillas, y eso era evidente. Toco su hombro y veo que lentamente comienza a abrir los ojos. Son llamativos, avellanados y parecen tristes. Trato de alejarme cuando siento que una mano me agarra la muñeca. Estaba paralizado. Era su mano.