Capítulo I.
¿Por qué costaba tanto? Él era Harry Potter; había pasado por innumerables peligros, se había metido en demasiados problemas; derribo a un trol de tres metros, entró en la cámara de los secretos, salvó a su padrino de 100 dementores con el Patronus, ganó el Torneo de los Tres Magos, hizo frente a Umbridge, buscó y destruyó los Horrocrux, venció a Voldemort (muchas veces) y se entregó a la Muerte por el bien de los demás; pero, a pesar de todo, no podía hacer esto. No podía. No era lo suficientemente fuerte como para soportarlo, ¿Y si algo salía mal? No podría soportar perderlos. ¿Y si huía? No era una opción, no se perdonaría jamás dejar a Ginny así, en esos momentos. ¿Qué haría entonces? "Actuar como el hombre que eres y soportarlo de la manera más decente posible" dijo una voz en su cabeza. Tenía razón. Se sentó entre Ron y Hermione, entrelazó sus dedos, y suspiró. Sí… Tal vez podría soportarlo, después de todo, no debía ser tan terrible… Sí, lo soportaría.
—Señor Potter, será mejor que ingrese, casi es el momento.
Todos sus pensamientos y esperanzas de poder soportarlo se derrumbaron en ese momento. Se puso pálido, sus piernas y brazos temblaban y gotas de sudor se deslizaban por su sien y sus manos.
— ¡Apúrate!—Esa era la voz de su esposa
Ron, igual de pálido que él, le apoyo la mano en el hombro, en señal de apoyo y Hermione le sonrió con dulzura mientras decía "Ve, no te lo querrás perder". Y tenía razón; no se lo quería perder por nada en el mundo.
Se levantó (le hubiese gustado decir que "decidido", pero la verdad fue que las piernas le fallaron y casi se desploma en suelo) y se dirigió a la habitación donde Ginny lo esperaba.
Cuando lo vió aparecer en la puerta, ella le sonrió, pero rápidamente se convirtió en una mueca de dolor.
—Ya es hora
Harry se posicionó a su lado y le apretó la mano.
— Tranquila, amor. Todo va a salir perfectamente bien. No tienes que estar nerviosa, solo es el nacimiento de tu primer hijo, nada más —decía más para sí que para Ginny— él te va a amar pasé lo que pase. Si te desmayas o vomitas o cualquier cosa, él te va a querer igual… No estés nerviosa…
—Eres… tú… el nervioso. ¡Ya quiero sacar este bebé de aquí dentro!
Ginny profirió un nuevo grito de dolor gracias a las contracciones, y el medimago le dio la orden para comenzar a pujar.
— Tranquila, vas muy bien
—Harry… oprime mis caderas.
— ¿Qué? —preguntó completamente desconcertado
— ¡Oprime mis malditas caderas!
— ¿Por qué? — está vez la pregunta iba acompañada de un notable nerviosismo
— ¡Solo hazlo!
— E-está bi-bien
Harry soltó la mano de su esposa, quien había comenzado a sudar, y se acercó más al medimago. Posicionó sus manos alrededor de la cintura de Ginny y oprimió levemente.
— ¡Hazlo bien!
Apretó un poco más, cosa que era bastante difícil ya que sus manos comenzaron a sudar nuevamente (Si es que se habían detenido en algún momento, no estaba seguro de ello).
Se dijo a sí mismo, "Lo estás soportando mucho mejor de lo esperado, pero hagas lo que hagas, no mires la 'salida' del bebé, eso sí que no podrás soportarlo", pero cuando escuchó al medimago decir "Ya casi, ya llega" no pudo seguir con la vista a un lado. Vio como su primer hijo llegaba al mundo, escuchó su primer llanto y el suspiro de alivió de su esposa, pero luego, no oyó ni vio nada más.
— ¿Harry? ¿Harry? Vamos, despierta…
— ¡Vamos! —Sintió como lo zarandeaban— ¡Levántate!
— ¿Qué rayos pasó? —preguntó completamente desorientado.
Se encontraba recostado en una cama, muy cómoda, en una habitación blanca. Miró hacia un costado y encontró a su esposa, en la cama contigua, acunando un pequeño bulto. Dirigió su vista hacia el frente y se encontró con los Weasley y Hermione, Ron y George le dedicaban sonrisas burlonas, mientras Molly y Hermione lo miraban con preocupación.
— Te desmayaste, cariño. —Le contestó Molly
— No sabíamos que eras tan sensible, cuñadito. —dijo George burlonamente
— Marica… —murmuró Ron, aunque Hermione lo oyó y le pegó atrás de la cabeza.
— ¿Pero cómo…? —Harry iba a preguntar "¿Cómo aparecí en está cama, cuanto tiempo pasó?" pero Ginny le contestó antes
— Viste la llegada al mundo de nuestro pequeño y te desplomaste en el suelo. Menos mal que el Medimago ya había previsto algo así y había acomodado una camilla más en la habitación, por las dudas.
Harry enrojeció, ¿¡Cómo pudo haberse desmayado!?
—Lo bueno de tu desmayo— continuó Ginny— es que cuando nuestro bebé te vio tirado en el suelo completamente desparramado, se calmó y dejó de llorar…
— Seguramente le divirtió ver a su padre desmayado por verlo nacer... —dijo Ron
—Sí, seguro… —dijo Harry restándole importancia mientras se incorporaba de la cama
Se sentó al lado de Ginny, quien cargaba al pequeño, y la abrazó
—Parece que alguien quiere conocer a su hijo…
En ese momento el pequeño se movió en los brazos de su madre. Harry se acercó y le besó la frente con ternura, pero cuando se estaba separando de él, el pequeño estiró su bracito y colocó su mano en uno de los vidrios de los lentes de su padre. Éste se quedó estático mientras su hijo abría lentamente sus ojitos.
— Como los de su madre... —dijo Harry sin moverse aún
— Pero con el pelo de puercoespín de su padre. — Opinó Ron
— ¿Cómo se va a llamar? —preguntó Hermione
— ¿Qué te parece James? —Preguntó Ginny después de unos minutos en silencio— Después de todo tiene el cabello como él, y, hasta donde yo sé, sus ojos también eran marrones...
—Me gusta. Aunque creo que también deberíamos ponerle como Sirius, le hubiese gustado que su nombre vaya acompañado del apellido de su mejor amigo y ahijado…
— James Sirius Potter. Me gusta como suena. —dijo Molly
— ¿Y que hay de Remus? —preguntó Hermione— ¡Él también lo merece!
— No te preocupes —le contestó Ginny—, al próximo tal vez lo llamemos así…
— ¿¡Cómo que "próximo"!? —se sobresaltó Harry
— Claro, ¿No esperabas que sea hijo único? —le dijo Ginny como si fuese lo más obvio del mundo— Además, yo voy a tener al menos una hija…
— Lo mismo que quería tu madre… —dijo Arthur, luego se dirigió a Harry— Y tuvieron que bastar 5 embarazos más para que el sexto fuese una niña.
Harry volvió a palidecer. ¿Tendría que pasar por 6 nacimientos iguales a éste para tener una hija? El solo hecho de imaginarse a su esposa con una enorme panza, dentro de unos cuantos años, a punto de dar a luz a su sexto hijo mientras los otros cinco esperaban con los Weasley, le hizo estremecerse. Eso sí que no lo podría soportar.
— Y eso es si el sexto embarazo es de una niña, porque he conocido parejas que han tenido todos niños, ni una sola niña, por mucho que lo desearan.
Y ahora Harry se imagino a Ginny, año tras año, en el hospital, dando a luz a un nuevo niño, de la misma manera en que nació James. También se imaginó a él a su lado, sosteniéndole las caderas una y otra vez, y viendo cómo ella hacía pasar algo con la cabeza del tamaño de un melón, por algo con el tamaño de un pequeño limón.
— ¿Harry? ¿Harry, me oyes? —preguntó Ginny levantando la cabeza de su esposo del suelo.
—Si…
— ¡Qué alivio! Es la segunda vez que te desmayas
— ¿Sabes qué, Ginny? —Dijo Harry haciendo caso omiso al comentario de su esposa— Creo que James disfrutará siendo hijo único, por lo menos hasta que…
— ¿Hasta que su padre madure y pueda soportar ver otro nacimiento?
— Algo así… —corroboró Harry volviendo a recostar su cabeza en el suelo agradeciendo a Merlín que su esposa pudiese entender los motivos, ya que no creí que Ginny entienda jamás lo que es ver un nacimiento, después de todo ¡Ella solo tiene que hacer un poquito de fuerza, y nada más!
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