"Under my sight you echoes"

Era un maravilloso día de verano, el calor por supuesto era sofocante y solo se podía estar en las casas de los santos que poseían ciertos privilegios, específicamente la casa de piscis.

-Querida Lily, ¿Qué me quieres decir? ¿Qué me amas?- Decía Afrodita coquetamente mientras se arreglaba el cabello.

-Pero querida Lily, ¿no lo entiendes? Aunque deseara estar contigo, no podría, existe una tremenda barrera entre nosotros.- Le respondía a Lily que solo podía mover los labios sin emitir sonido alguno, mientras Lily le ponía los ojos triste al caballero de piscis, este se aplicaba algunas cremas de belleza.

-Claro, que te quiero. Y te necesito, no hay manera de que sea más feliz que no sea contigo.- Decía mientras se empezaba a pintar los labios de un tono rosa.

-Es imposible, hacer lo que me pides. No te podría besar, ni podríamos estar juntos. Te lo he dicho muchas veces, hay una barrera entre nosotros, y sí, yo también desearía que no existiera.- Confirmaba un poco apenado, él amaba a Lily, se le podía ver en su rostro.

Mientras que un caballero dorado se aproxima a Afrodita. Y lo queda mirando un tanto complicado, aquel caballero habría jurado haber escuchado que el caballero de la duodécima casa hablaba con alguien.

-Pensé que estabas acompañado, Afrodita.- Decía Mu quién por cierto seguía chequeando la habitación.

-¿Qué deseas? Si quieres puedo arreglar ese cabello, veo que no te cortaste las puntas como te lo había recomendado en primavera, desde acá las puedo ver. Están todas florecidas- Le respondía serio y mientras se levantaba de su tocador.

-Athenea nos llama.- Le dice finalmente.

-Ay, dios. Mi maquillaje se me va a derretir con este calor. ¿Estás seguro que nos necesita AHORA?- Afrodita rápidamente se vuelve hacia un espejo y se guiña un ojo. Se veía perfecto.

-Sí, por favor apresúrate.- Y sin más se va de la habitación.

-Ay, Lily…- Y por última vez ve a su reflejo que lo mira apenado.

-También te amo, te ves maravillosa.- Y mientras besaba su imagen recordó que arruinaba su maquillaje. Pero no lo lamentaba amaba demasiado su propio reflejo como para reprocharse el tener que retocar su maquillaje por culpa propia. Y sin más deja la habitación.

-Ya vuelvo, mi amada Lily- Y finalmente se ve a sí mismo con una sonrisa radiante que la misma diosa Afrodita le envidiaría.

Notas de la autora:

396 Palabras.

Tenía esto escrito hace un buen tiempo… y por falta de este no lo había subido, en fin son los pensamientos narcisitas de Afrodita plasmados en este pequeño Drabble. Espero que sea de su agrado R&R please!