Retazos de versos cortos.
El preció de un alma es una eternidad en desconsuelo.
Es caminar sin rumbo, con la noción de nunca estar perdido.
Es dejarse llevar a los confines mismos de la memoria; donde antologías son narradas por la voz del silencio.
He navegado en la muchedumbre de un ocaso, siempre guiándome por la estrella norte que descansa en la posteridad; Tan alta, tan infinita y solitaria.
He regalado sonrisas vestidas de cordialidad, de esas qué, entre sus fauces, esconden la radiante dicha de ver reír a la infancia de un adulto. O si bien, la melancolía de la soledad.
He llorado mares oscuros y mareas perpetuas; tan agónicas como libertadoras. Tan estruendosas como el noctámbulo de una estación pasajera. Derramadas por mis mejillas, siempre humedeciendo la cálida piel contra la almohada.
¿Que sera de mi sin un Alma? ¿De que delicias me perderé sin su condescendencia?
Solo me queda la duda carroñera y la angustia taciturna que embriaga mi sopesar.
Me entrego a ti, ¡Oh, cautela permisiva!
Hemé aquí, desnuda y sin vida; solo deseando, por ultima vez, besar esa alma mía antes de que perezca entre mis manos; atada por siempre a mi desértico penar.
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"Lo mas duro fue voltear atrás, mientras sentía su mirada llena de desprecio y amor roto, clavada en mi espalda.
Y entonces paso; me quebré en mil pedazos de todas las maneras posibles.
Me detuve solo por que se me acabaron las fuerzas para seguir andando.
Y justo ahí, en el irónico pináculo de mi mas absoluto declive; la mano del infierno se poso en mi hombro y me susurro al oído.
Al final, metí las manos dentro de mis bolsillos, mire al cielo y me aleje silbando."
Nunca fue mas fácil entregar el alma al abismo.
Anónimo.
