"Sin Fronteras"

xKagome.

De pronto comprendió lo que significaba. Amarlo podría ocasionarle la muerte. ¿Y ella?. Ella tan solo quería protegerlo de lo que seguramente podría apartarlo de su vida para siempre.

Capítulo 1: "Encuentro Inesperado"

"No importa cuando trate de alejarme.
De alguna forma u otra,
el destino siempre reúne nuevamente...
a dos corazones enamorados".

La lluvia se sentía caer como fuerte tormenta afuera. Él tan solo se quedó parado sin ser capaz de comprender que era lo que estaba sucediendo. Su cabeza no lograba procesar las palabras, el significado de las mismas porque simplemente le era incomprensible lo que estaba pasando. Aquella escena se estaba haciendo una tortura y él tan solo se limitaba a no entender el por qué de las cosas. Se suponía que todo estaba bien, que las cosas estaban más que claras, que tenían planes, que nada iba a separarlos, que esto sería por siempre... Y ahora... todo sucedía como en un abrir y cerrar de ojos. Como en una horrible pesadilla de la cual se quería despertar para poder olvidarse del dolor que estaba sintiendo en esos momentos. Porque no había palabras para poder explicar que era lo que le estaba pasando. Eran muchas sensaciones y sentimientos que lo estaban matando por dentro de una forma que casi lo ahogaba.

- ¿Qué dices?-

Preguntó deseando que ella le dijera que había oído mal, que estaba loco, que todo era un invento de su loca imaginación o que simplemente estaba dentro de un mal sueño.

- Que se terminó-

Por el contrario la joven respondió lo que él más temía, aquello que lo estaba matando. ¿Cómo podía estar sucediendo eso?. Todavía no encontraba la respuesta para eso. Lo único que comprendía era que los ojos de la chica estaban serios, fríos... estaba diciendo la verdad.

- Pero... ¿por qué?... -

- Porque es todo... -

- Pero... ¡Yo te amo!-

Replicó de una forma desesperada. ¿Qué no lo comprendía?. Él la amaba más que a su vida, más que a cualquier cosa en ese mundo, porque simplemente era irracional lo que sentía por ella e iba más allá de cualquier cosa. Había sido su primer y único amor.

- Yo no-

- ¿Qué dijiste?-

Esas palabras lo dejaron congelado en el tiempo. Como si de pronto todas aquellas esperanzas que estaban guardadas dentro de su corazón se destrozaran delante de sus ojos, mientras que él no podía hacer nada para recuperarlas. Era como si todo a su alrededor comenzara a dar vueltas y cada cosa perdiera su color. Todo estaba perdiendo sentido y ahora lo sabía...

- Lo que oíste... ya no te amo. No me busques más, no quiero saber nada más de ti. Fuiste el peor error de mi vida y no quiero volver a verte... ¡Jamás!-


Se levantó sintiendo una opresión en el pecho. Casi sentía que no podía respirar. Miró a todos lados y luego de eso se incorporó un poco molesto. Se acercó a la ventana y se quedó mirando el cielo estrellado. ¿Por qué ese recuerdo fugaz volvió a su mente de una forma tan inesperada?. Sus ojos color topacio se quedaron fijos en la infinidad del manto azul, esperando una respuesta que él sabía no llegaría.

Tal vez se estaba dejando llevar nuevamente por sus emociones, aunque había jurado no volver a pensar más en ello. Era una tontería. Se sentía molesto por caer de nuevo en ese mismo pozo. Tropezando dos veces con la misma piedra. Ya había quedado todo claro, ya no necesitaba volver a escucharlo o recordarlos para saber que estaba todo terminado. No era un idiota.

Pero... por alguna extraña razón, no podía aceptarlo. Se reprochó a sí mismo por eso, ya que ella había sido demasiado clara y seguramente ya tenía una nueva vida quien sabe donde. ¿Y él?. Atado a ese sentimiento. No podía seguir así. Habían pasado tres años desde esa vez. Se supone que debería haberla olvidado.

Pero todo eso... se estaba haciendo más difícil de lo que pensaba. A pesar de que el tiempo pasara, que su vida siguiera cambiando de maneras abruptas, él seguía sintiendo que estaba vacío, incompleto, porque le faltaba algo muy importante en su vida. Se sentía incapaz de volver a sentir algo, incapaz de estar atado a alguien.

Se había convertido en una persona hueca con respecto a los sentimientos de amor y todo eso tan solo porque alguien hace tres años lo había lastimado de la forma más dolorosa. Sacudió la cabeza hastiado de sus propios pensamientos y se ocultó entre las colchas. De alguna forma, sus sentimientos volvieron a aflorar esa noche... y podía sentirlos a flor de piel, como si fuera la primera vez.


Bajó las escaleras descuidadamente. Vaya, realmente hoy no tenía ganas de nada. Y cuando decía nada era de absolutamente nada. Bufó y caminó hasta la cocina. Sus pensamientos estaban detenidos en los sentimientos que todavía tenía a causa de ese recuerdo que por alguna extraña razón se coló en su mente la noche anterior. Su expresión sería era demasiado notoria. De pronto una risa lo detuvo por lo abrió sus ojos un poco sorprendido y al mismo tiempo perturbado sabiendo que quien se trataba. Frunció el ceño molesto y entró finalmente.

- Kikyou- Murmuró con mala gana.

- Parece que alguien se levantó de mal humor, ¿huh?- Rió la chica.

- ¡Keh!-

La joven era de cabellos largos, morochos y piel muy blanca. Sus ojos castaños tenían un peculiar brillo, un poco nostálgico y calculador, pero aún así era una joven alegre. Se encontraba sentada con una taza de café y unas tostadas. Al instante, Kikyou sonrió y se acercó al chico sobándole la cabeza. A lo cual él respondió liberándose de su brazo.

- Oh... vamos hermanito... ¿no dormiste bien anoche?- Preguntó risueña.

- Ya no me molestes- Se quejó el joven.

- ¿De temprano peleando?-

La voz masculina tan solo irritó al chico. En cambio Kikyou soltó de inmediato al chico y corrió a abrazar al hombre recibiéndolo con un dulce beso que él correspondió gustoso y un poco sorprendido, ya que no estaba acostumbrado a demostrar sus sentimientos, aunque, Kikyou había logrado cambiar eso de alguna forma.

- ¡Puaj! No hagan eso-

Ambos comenzaron a reír ante la notable molestia del chico que los miraba con una cara de repugnancia que era inigualable. Siempre que eso sucedía esa era la respuesta que les llegaba de parte del muchacho.

- No seas así- Dijo Kikyou- es solo una muestra de amor, ¿cierto?-

- Así es- Asintió el hombre.

- Eso no importa... Sesshoumaru, Kikyou me dan asco-

Ambos volvieron a reír nuevamente. Sabían que aunque el chico dijera eso solo significaba que le molestaba las escenas cursis que tenían, pero aún así los apoyaba. Inuyasha los miró con algo de molestia. Sesshoumaru, su hermano mayor era un poco más alto, de cabellos claros, piel clara y ojos color topacio al igual que él y su padre. Ya le resultaba muy común verlos a esos dos dándose cariños por ahí.

Sus padres habían adoptado a Kikyou cuando él tenía tres años y Sesshoumaru siete. La pequeña tan solo tenía cinco años y sus padres habían decido darla en adopción ya que no podía cuidar de ella. Su madre Izayoi, que falleció no mucho tiempo después, se había encargado de cuidarla y criarla como una Taisho más. Y ellos siempre supieron cuidarla bien. Hasta que hace un año, la responsabilidad la tomó su hermano mayor, ya que era pareja. Eso no quería decir que él no cuidara de ella, pero más bien, Sesshoumaru se hacía cargo de la joven, después de todo, él era su prometido. Torció la boca un tanto extrañado por la situación. Eso... no se veía a diario.

Kikyou se acercó y le dio un abrazo a lo que el chico solo la miró sin comprender el motivo. Ella se mantuvo así unos minutos y luego de eso lo soltó y le sonrió ampliamente.

- ¿Qué... fue eso?- Preguntó sin comprender.

- Nada, solo que si necesitas algo sabes que tu hermanita estará para escucharte-

- ¿Pero que tonterías dices?... - Comentó sonrojado.

- Solo digo- Dijo tomando sus cosas.

- ¿Adónde vas?- Preguntó Sesshoumaru.

- Tengo que realizar algunos trámites- Contestó ella.

- Te acompaño- Sentenció el joven mientras que tomaba sus cosas también- Tal vez nos tardemos... -

- Como quieran- Respondió este mientras que se servía una taza de café.

- Inuyasha... compórtate- Advirtió mientras que cerraba la puerta tras de sí.

- ¡Keh! Siempre creyendo que lo sabe todo- Se quejó mientras que se tiraba en la silla descuidadamente.


- Que bueno que ya llegaste-

- ¡Uf! ¡No te imaginas que tan morboso fue el viaje!-

- ¡Bienvenida nuevamente Sango!-

- Gracias Miroku, hacía mucho que quería verte, así que decidí volver a pasar bastante tiempo aquí... -

La joven castaña le sonrió ampliamente al chico de ojos azules que la observaba detenidamente. Hacía bastantes años que no se veían y la verdad era que se extrañaban, sobre todo porque hacía un año y medio que estaban en pareja y se les hacía muy difícil estar separados. Se veían vacaciones pero eso no les alcanzaba.

- ¿Cuánto tiempo piensas quedarte?- Preguntó el chico intrigado.

- ¿Te parece bien un año?- Rió la chica.

- ¡¡Pero por supuesto!!- Respondió entusiastamente mientras que la abrazaba y le daba un beso.

Ambos rieron y se miraron cómplices. De pronto la castaña chasqueó los dedos y Miroku la miró sin comprender. Ella volvió a sonreír y una pequeña risa se escapó de sus labios, lo que llamó la atención del chico.

- Espero que no te moleste que haya traído a mi prima conmigo-

- ¿Tu prima?- El tonto libidinoso se dejó ver al instante.

- ¡Tonto!- Le reprochó la chica mientras que le pegaba un cachetazo- es mi prima, ten respeto- Se quejó molesta.

- Lo siento, lo siento, fue un impulso- Se disculpó el chico sobándose la mejilla roja.

Sango le dedicó una mirada una asesina a la que el chico respondió haciéndole unos ojitos grandes y brillantes. La joven rodó los ojos al descubrir las intenciones de su novio. Vaya, a veces parecía tan maduro y otras veces solo se veía como un niño de cinco años. Así son los hombres, pensó resignada.

- Hay que ir por ella al aeropuerto- Comentó.

- Me hubieras dicho y pasaba por ambas- Dudó el chico.

- Quería verte primero a solas para decírtelo- Se rió.

- ¿Solo para eso?- Contrarrestó el chico ofendido.

- Bueno... sí, después de todo tu mente pervertida sueña cosas que ni tienen que asomarse- Reprendió mientras que sacaba un pequeño bolso de mano.

- ¿Por qué no me dejas ser libre?- Preguntó con dolor Miroku.

- Porque tu libertad sería la perdición para mí- Dicho esto caminó hasta la puerta y la abrió- ¿vienes o no?- Preguntó desde el exterior.

Miroku resopló con resignación y siguió a su novia. Ambos se dirigieron hacia el aeropuerto y en unos cuantos minutos estuvieron ahí. No pasó mucho tiempo hasta que Sango vio a su prima asomarse entre la multitud buscando por ella. La castaña levantó sus brazos moviéndolos de un lado al otro y gritando con entusiasmo.

La chica de cabellos negros y ojos castaños se acercó rápidamente a su prima y tirando todo al suelo la abrazó con fuerza. Hacía tanto tiempo que no la veía. La última vez había sido hace tres años y solamente la había extrañado desde ese entonces. No habían podido escribirse ni tampoco verse, por lo que cuando recibió su llamada para irse a vivir con ella a la casa de su novio, no dudó un segundo en juntar sus cosas y tomar el primer avión hacia Tokyo.

- ¡Ay! Sango no sabes... ¡cuanto te extrañé!- Replicó la chica abrazándola con más fuerza.

- ¡Yo también te extrañé muchísimo! ¡Tenía muchas ganas de verte!-

La chica se separó y le sonrió ampliamente. Sango le devolvió la sonrisa y luego se hizo a un lado dejando a la vista a Miroku que las miraba asombrado por el escándalo que habían armado en cuestión de segundos. Lo que sería vivir con ellas, pensó mientras que las suspiraba dándose valor para enfrentar la situación.

- Miroku... ella es mi prima... Kagome- Dijo presentándole a la chica que sonrió- Kagome... él es mi novio Miroku-

- Mucho gusto, Miroku Hiroyuki-

- Kagome Higurashi-

Miroku sonrió y recogió las cosas de la chica mientras que ella y Sango comenzaron a hablar animadamente de lo que estuvieron haciendo todo ese tiempo que no se vieron. Reían y de pronto se ponían serias, hablaban en secreto y otras veces a los gritos. El chico se sorprendió de todos los cambios que podían a llegar tenés en minutos.

Nuevamente llegaron a la casa de Miroku y Sango enseguida se encargó de darle a Kagome su habitación. Ella dormiría en la habitación contigua a la suya, que estaba al lado de la de Miroku. Por supuesto el chico se había ofrecido a compartir cuarto con Sango, a lo que chica respondió con un golpe.


Se sentó en su cama casi de forma ausente. La habitación no era muy grande, pero tampoco demasiado pequeña. Estaba bien decorada y tenía algunos toques femeninos que estaba segura Sango había hecho antes de que ella llegara. Por un momento, hubiera querido huir nuevamente a su casa... pero... allá estaba su más grande temor. Había huido a Tokyo con el solo objetivo de escapar de allí. Desde que su madre había muerto hace cuatro años, tan solo pudo conocer lo que era el sufrimiento y la soledad. Si no fuera por su prima, seguramente estaría muy sola en ese mundo, sobre todo porque lo que más quería se había ido hace mucho tiempo ya.

Miró a su alrededor y se acercó a la ventana que daba a un amplio jardín. Se quedó observando el hermoso día soleado que hacía afuera. Suspiró guiada de sus propios sentimientos. Por alguna extraña razón, muchas cosas habían resurgido en ella en esos últimos días y no podía evitar sentirse mal, sentirse triste, sola, tonta y sobre todo, asustada. Hubiera querido cambiar tantas cosas de su pasado, pero pensando en eso lo único que lograba era sentirse aún peor.

De tan solo pensar en lo que ocultaba se le erizó la piel. Y tan solo pensar en aquella persona la hizo sentir escalofríos. Por primera vez en la vida se sentía libre en parte, no se sentía asustada, no se sentía intimidada. Aquella presencia le causaba terror de tan solo pensarla y eso era algo que la perturbaba muchísimo. Era algo que hubiera querido esconder, pero era inevitable. Nuevamente un suspiro se escapó de sus labios y sintió que se le iba la vida.

Un recuerdo vago se coló en su mente. Un día soleado, un parque, ella... un chico. Risas, abrazos, besos... amor. No pudo evitar sentir un dolor en el pecho que casi la hizo dejar de respirar. Era tan feliz... y como en un abrir y cerrar de ojos, aquella felicidad se esfumó como sus ganas de vivir. Aunque estaba segura de su decisión y lo haría de nuevo si hubiese sido necesario. No se arrepentía, porque no era egoísta y porque simplemente, estaba asustada.

Se recostó en su cama y cerró sus ojos mirando el techo, esperando que el sueño finalmente la encontrara. Había sido un viaje largo y muchas presiones mentales. Estaba agotada y finalmente, después de muchos años... estaba tranquila, sin temor. Eso la relajaba y la hacía sentir confiada. No había dejado señales de donde se había ido, por lo que no sería fácil que él la encontrara. Cansada de sus propios pensamientos, se relajó y finalmente... durmió.


La noche llegó casi en un abrir y cerrar de ojos. Para ese momento, ambas chicas estaban cocinando mientras que Miroku se encargaba de ordenar la mesa para que todo estuviera listo cuando se sirviera la cena. Finalmente se sentó en una de las sillas mientras que esperaba que ellas terminaran con su labor.

- ¿Y bien? ¿Cómo te ha ido en este tiempo?- Preguntó Sango mientras que revolvía una olla.

- Pues... bien... supongo-

- Um, eso me suena a que no estas segura-

- Pues no sé que decirte, jaja, hablamos mucho hoy, casi ya no tengo cosas que contar- Se disculpó la chica mientras que comenzaba a cortar pequeños pedazos de carne.

El timbre las sorprendió a ambas. Sango miró a Kagome y luego dejó sus cosas para asomarse al living. Miroku la miró de la misma forma, ya que él no estaba esperando a nadie en particular.

- Yo atenderé- Dijo mientras que se paraba y caminaba hacia la puerta.

Sango volvió a su puesto junto a Kagome y esta vez condimentó la salsa que estaba preparando. Kagome la miró expectante. Sango se rió a carcajadas y luego de eso caminó hasta la heladera para sacar una bebida fresca.

- Miroku fue a atender- Comentó.

- ¡¡Es un amigo!!- Gritó desde el living el joven.

- ¡De acuerdo, en unos minutos estará lista la comida!- Dijo Sango.

- ¡Se queda a cenar!- Volvió a gritar el chico.

- ¡De acuerdo!- Respondió.

Kagome sonrió un poco y luego de eso sirvió cuatro platos a los que su prima le puso salsa. Ambas tomaron dos platos cada una y caminaron a la cocina hablando animadamente, como siempre.

De pronto se quedó congelada y lo único que hizo fue tirar ambos platos al suelo. El sonido llamó la atención de ambos jóvenes y asustó a Sango que se sobresaltó terriblemente. El tiempo se detuvo y de pronto un escalofrío la recorrió de pies a cabeza, casi no sentía los sonidos que la rodeaban y todo comenzó a distorsionarse de una forma perturbante, que casi hace que se desmaye. No podía creer que eso estuviera sucediendo. No podía estar pasando eso, no podía. Simplemente todo estaba volviéndose en su contra. No fue capaz de moverse, tan solo se quedó detenida en el tiempo.

Sus ojos topacio se abrieron con sorpresa y su corazón comenzó a latir de una forma violenta, casi desesperada. Sintió que toda la sangre de su cuerpo comenzó a correr y podía sentir su respiración agitada. Jamás, en su vida, pensó que eso podría suceder. Se sentía incapaz de decir o hacer algo, quería creer que todo lo que estaba pasando era tan solo un producto de su enferma imaginación. Pero por el contrario de lo que deseaba, todo era real. De pronto las imágenes volvieron a su mente. Sus sensaciones, sus sentimientos, todo volvió a renacer. Todo estaba a flor de piel otra vez. Tan solo una palabra casi reflejo por su propio dolor e incredulidad salió de sus labios.

- ¿Tú...?-

Continuará...


N/A: ¡No pude resistirme a escribir nuevamente un fic! Una noche durante esta semana que pasó se me vino la idea a la cabeza y anoté todo en el celular y aquí está :) Espero que les guste el primer capítulo ^^ ! Quiero contarles que estoy muy muy contenta porque en la Página de Fans de Facebook se han unido 360 fans!!! Estoy tan contenta!! No puedo creerlo y simplemente me parece increíble! Amigas, ya saben que pueden encontrarme en mi msn, en el Facebook como: xkagome y en el Twitter también como xkagome. Espero poder estar en contacto con ustedes n.n Intentaré actualizar lo más pronto posible :) Espero que la Universidad no sea un problema :) Aunque no lo creo. Bueno amigas, espero ansiosa sus comentarios ^^ y saben que actualizo mucho desde el Twitter y la Página de Fans, así que si quieren información ya saben donde pueden encontrarla.

Las amo y gracias por su apoyo n.n

Para todas aquellas que son de Chile... FUERZA! Estamos con ustedes!!!!! :)

xKagome.